EL SENDERO DEL MAGO:LECCIÓN 16
Más allá de la vigilia, el sueño y la ensoñación, hay un número infinito de planos de consciencia.
El mago existe simultáneamente en todas las épocas.
El mago ve versiones infinitas de cada suceso.
Las líneas rectas del tiempo en realidad son los hilos de una red que se extiende hasta el infinito.
El joven Arturo quiso saber la razón por la cual Merlín llevaba una túnica bordada de lunas y estrellas.
“Déjame mostrarte”, ofreció el mago. Llevó al niño a la cima de la colina y le preguntó: “¿Hasta dónde alcanza tu vista?”
“Veo kilómetros de bosque que llegan hasta el horizonte.
No puedo ver nada más”, dijo Arturo. “¿Y qué hay más allá de eso?”, preguntó Merlín. “El fin del mundo, el cielo y el Sol, creo”, dijo Arturo. “¿Y más allá?” “Las estrellas y luego espacio vacío hasta el infinito”.
“¿Y sería eso cierto si te pido que te des la vuelta?”, preguntó Merlín. El niño asintió. “Muy bien”, dijo el mago.
“Ahora, sígueme”. Llevó al muchacho hasta el arroyo donde solían tomar la siesta vespertina.
“Ahora, ¿hasta dónde alcanza tu mirada?”, preguntó Merlín. “No puedo ver muy lejos en un bosque tan espeso como éste, sólo hasta el último recodo del arroyo”, y Arturo señaló un punto que no estaba a más de cien metros de distancia.
“Pero, ¿sabes que el arroyo llega hasta el mar, y el mar hasta el horizonte?”, preguntó Merlín. Arturo asintió.
“Y después del horizonte, ¿estarían el fin del mundo, el cielo, el Sol, las estrellas y el vacío infinito tal como dijiste antes?”, pregunto Merlín. “Sí”, respondió Arturo.
Una vez más el mago se mostró complacido y llevó a su discípulo a la cueva de cristal. “Ahora, ¿hasta dónde alcanza tu mirada?”, preguntó.
“Hay poca luz y lo único que puedo ver son las paredes de la cueva”, dijo Arturo, “pero antes de que lo preguntes, te diré que afuera están el bosque, las montañas, el horizonte, el cielo, el Sol, las estrellas y el espacio infinito”.
“Entonces toma nota”, dijo Merlín en un tono más fuerte.
“Sin importar a dónde vayas, el mismo infinito se extiende en todas las direcciones.
Por lo tanto, tú eres el centro del universo donde quiera que vayas “Eso parece un truco”, protestó Arturo. “No, el truco es de los sentidos, los cuales te engañan haciéndote creer que estás en un punto específico.
En realidad, cada punto del cosmos es el mismo punto, un foco para el infinito en todas las direcciones.
No hay aquí o allá, cerca o lejos. A los ojos del mago, sólo hay todas partes y ninguna parte. Al saber esto también tú deberías llevar una túnica de lunas y estrellas.
Sin la ilusión de tus sentidos, te darías cuenta de que la Luna y las estrellas están aquí mismo, a tu lado”. “¿Cuándo me daré cuenta de eso?”, preguntó el niño. “A su debido tiempo.
A medida que la agitación de tu alma entre en reposo, verás los cielos en tu propio ser”.
Para Comprender la Lección.
Si les creemos a nuestros sentidos, el espacio y el tiempo no representan misterio alguno.
Desde la cima de una montaña podemos ver que la Tierra se extiende hasta el horizonte y que el Sol avanza por el cielo.
El tiempo marcha segundo a segundo y se mueve del pasado al futuro en línea recta. Sin embargo, para un mago el tiempo y el espacio son infinitamente misteriosos.
El mago cree en un presente eterno, ve que todos los sucesos ocurren simultáneamente y que todos los sitios son un mismo punto rodeado por el infinito.
“El espacio y el tiempo ordinarios son un velo a través del cual no has logrado ver todavía”, dijo Merlín.
“Mientras confíes en tus sentidos, permanecerás de este lado del velo. Sin embargo, una vez que vayas más allá de los sentidos, te encontrarás en dimensiones y mundos que ahora no puedes siquiera imaginar.
Cada dimensión es un estado de consciencia, y para descubrir nuevos mundos sólo deberás afinar tu consciencia hasta que despierte a esas realidades tan cercanas.
En este momento, tú y yo podemos ver el infinito en todas las direcciones, pero lo utilizamos de manera muy diferente”.
Para utilizar el infinito es preciso reorientar el concepto mental del tiempo y el espacio, y descartar la percepción cruda de los sentidos. Ya sabemos que el mundo no termina en el horizonte y que el Sol en realidad no avanza por el cielo.
Los hechos que reemplazaron esas nociones equivocadas pueden parecer bastante incuestionables, pero en realidad también están abiertos al cambio. El mago, por ejemplo, ve el tiempo como una frágil colección de hilos tejidos momento a momento.
Cada vez que tomamos una decisión, creamos un nuevo hilo de sucesos partiendo del momento presente; antes de tomar la decisión, ese hilo de tiempo no existía.
Al ver el tiempo de esta manera, como algo subjetivo y creativo, el mago puede tejer su propia versión de los sucesos dentro de la red, y así alterar el pasado o el futuro.
“¿Puede alguien realmente cambiar el pasado?”, preguntó Arturo. “Por supuesto”, replicó Merlín. “Ustedes los mortales tienen la costumbre de creer que el presente es producto del pasado y fuente del futuro. este es solo un punto de vista arbitrario.
Imagina por un momento tu propia versión de un futuro perfecto. Mírate en ese futuro habiendo realizado todo lo que podrías desear en este momento. ¿Puedes verte?” Arturo asintió porque había tenido una visión fugaz de Camelot en toda su gloria.
“Muy bien. Ahora trae el recuerdo de ese futuro al presente. Permite que influya en la forma como has de conducirte de ahora en adelante. Si imaginaste paz y sosiego en ausencia total del temor, vive eso ahora.
Siempre que surjan de tu pasado sentimientos conflictivos de ira o temor o carencia, descarta esos recuerdos y actúa con base en los recuerdos del futuro.
Deja atrás la carga del pasado y permite que tu visión de un futuro realizado te guíe. ¿Ves lo que ha sucedido?” “No estoy seguro”, replicó Arturo.
“Estás viviendo hacia atrás en el tiempo tal como lo hace un mago. Siempre tienes la posibilidad de vivir hoy el sueño de mañana. ¿Quién dice que debes limitarte a vivir el pasado? Al vivir hacia adelante en el tiempo los humanos permanecen fatigados bajo el peso de la memoria; permiten que el pasado cree el presente.
El mago prefiere dejar que el presente se forje en el futuro — eso es lo que significa realmente vivir hacia atrás en el tiempo”.
“Y entonces habrás cambiado el pasado, al no dejarlo influir sobre tus actuaciones del presente”, dijo Arturo. “Exactamente.
Pero ahí no termina. Es posible modificar el pasado de una manera todavía más profunda.
Cuando aprendas que el tiempo es una invención de tu propia consciencia, verás que no hay pasado.
Solamente existe el ahora eterno en constante renovación.
El único tiempo que existe realmente es el presente.
El pasado es recuerdo, el futuro es potencial.
Este momento es la plataforma para cualquier futuro posible que puedas imaginar. Por lo tanto, modifica el pasado completamente viéndolo como irreal, como un fantasma de la mente.
Vivir hacia atrás en el tiempo no es una fantasía, puesto que ya estamos viviendo alguna versión del futuro en este momento.
En la consciencia llevamos modelos de la forma como funcionan las cosas; esos modelos nos permiten proyectar nuestras expectativas hacia adelante en el tiempo.
Prevemos que nuestros amigos seguirán siendo amigos, que continuaremos teniendo familia y trabajo.
A un nivel más profundo, el modelo social nos dice que el país y el gobierno continuarán más o menos iguales, y así sucesivamente. En el nivel más profundo, nuestro modelo de la realidad presupone que la gravedad, la luz y otras fuerzas naturales no han de alterarse.
Es tan importante desde el punto de vista psicológico tener un modelo de cómo han de continuar funcionando las cosas, que sufrimos cuando ese modelo se ve amenazado por un cambio profundo o inesperado en nuestra vida; asimismo, utilizamos las proyecciones para conseguir una vida más plena de la que tenemos ahora.
Todos tenemos deseos, sueños, temores y creencias — todos ellos proyecciones de nuestros modelos interiores — los cuales nos dan una segunda vida, por así decirlo, basada totalmente en la proyección.
A los ojos del mago, la mayoría de las personas parecen trenes que avanzan proyectando su luz brillante sobre la carrilera.
Lo único que ven es lo que su luz abarca, sin dar importancia a la infinidad de posibilidades que hay a ambos lados.
Pensemos que la carrilera es el tiempo.
Nuestra estrecha noción del tiempo está directamente relacionada con nuestras miopes creencias.
El pesimista cree que nada puede salir bien, con lo cual fabrica su modelo para el futuro. El idealista cree que los valores elevados han de prevalecer, y también ése es un modelo del futuro.
Cuando el pesimista se choque con la buena suerte o el idealista vea resultados menos que ideales, ambos preferirán sus modelos en lugar de la realidad.
Esta no es una crítica a la utilidad de los modelos sino una demostración de que no son reales.
En lugar de enfrentar directamente el presente, todos vivimos hacia atrás en el tiempo, y utilizamos nuestras proyecciones del futuro para guiarnos en nuestras actuaciones presentes.
Pero a diferencia del mago, no lo hacemos conscientemente.
En lugar de caer presas de nuestro subconsciente, el cual nos empuja constantemente a abrazar un futuro previsible, podemos tomar el control de nuestra habilidad para proyectar.
Vivamos el más elevado ideal ahora.
Veamos un futuro basado en la creencia de que el universo nos cuida, de que crecemos hacia una consciencia mayor, de que el amor, la verdad y la aceptación de lo que somos, ya son nuestros. No es necesario lograr esos estados para vivirlos ahora mismo.
Es viviéndolos ahora como podemos lograrlos.
Para Vivir la Lección.
Tal como acabamos de ver, es de vital importancia desmantelar nuestros viejos supuestos acerca del tiempo y el espacio, porque aquello que consideramos como el tiempo y el espacio “reales” son verdaderos prejuicios heredados de la infancia.
“La llamo la red del tiempo”, explicó Merlín, “porque me veo como una araña sentada en el centro de los acontecimientos, los cuales se desprenden de mí como los hilos de una tela de araña.
Se necesita de todos y cada uno de los sucesos para tejer la red, de la misma manera que se necesitan todos los hilos y, no obstante, tengo la opción de seguir uno a la vez, silo deseo”.
Para el mago es fácil pasar del tiempo local al tiempo universal, de ver las cosas como acontecimientos aislados a verlas como un todo. ¿Cómo aprender a ver el tiempo como un todo en lugar de una sola línea recta?
En la historia, Merlín le mostró a Arturo la manera de verse como el centro espacial del universo independientemente del sitio donde se encontrara.
Lo mismo se puede hacer con el tiempo.
Piense en este momento y después remóntese al día de ayer, al año pasado, a hace diez años.
Continúe hasta llegar al día de su nacimiento y después acelere y vea los siglos pasados, la prehistoria, el comienzo del mundo. Lleve la línea del tiempo hasta el nacimiento de la Tierra, del Sol, de las estrellas.
Al disolver las estrellas y remontarse al universo primordial, llegará al momento de la gran explosión.
Ahora su imaginación quizás no pueda forjar imágenes de un pasado más lejano, pero aun así no tendrá que detenerse.
No existe un verdadero comienzo del tiempo, porque para cada momento que denominamos principio, siempre podemos preguntar qué hubo antes.
Asimismo, si usted comienza en el momento presente y avanza hacia adelante en el tiempo, es posible que se le agoten las imágenes cuando visualice el fin del mundo, el fin del Sol, el fin de las galaxias. Pero el tiempo jamás terminará porque de todas maneras podrá preguntarse qué sucederá después.
En pocas palabras, el tiempo es una eternidad que se extiende en ambas direcciones, independientemente del momento que uno escoja para el principio.
Esto nos dice dos cosas: somos el centro de la eternidad y todos los momentos del tiempo son iguales; lo cual debe ser cierto si la eternidad es igual desde cualquier punto en el tiempo.
Se ha dicho que el tiempo es el medio del que se vale la naturaleza para impedirnos experimentarlo todo al mismo tiempo.
También podríamos decir que el tiempo es la manera que tiene la naturaleza de dejarnos cumplir nuestros deseos uno por uno, lo cual es, después de todo, la forma más placentera.
De hecho, cada momento es todos los demás momentos y lo que crea la ilusión del pasado el presente y el futuro es apenas el foco de nuestra atención. La mente es el cuchillo que corta el continuo de espacio y tiempo en trozos concretos de experiencia lineal. Cuando usted pueda utilizar este poder conscientemente, será un mago. “Escribe las palabras ninguna parte”, le dijo Merlín a Arturo. “Después escribe aquí y ahora.
En esas pocas palabras tendrás la verdad sobre el espacio y el tiempo. Tú naciste en un continuo que no tiene principio en el tiempo o el espacio.
Siendo infinito y eterno, no vienes de ninguna parte.
Sin embargo, este continuo infinito y eterno se ha manifestado como este momento. Tu mente y tus sentidos han localizado la eternidad en un punto, que es aquí y ahora. La relación entre ninguna parte y aquí y ahora es la relación entre lo infinito y este momento que vives ahora”.
Deepak Chopra
No hay comentarios:
Publicar un comentario