Proyecto “Despertar”
Capitulo- 3 (Quarto Escrito)
Mensajes para el alma
Es tiempo de inspirar con nuestro vuelo.
Este mensaje llega a tu puerta porque estaba abierta, al igual que tu corazón. Tu vibración lo atrajo. No te preocupes, la energía que lo impulsa está impregnada con esperanza para que tu confianza se multiplique. Hoy comienza un nuevo día.
Hay que volver a salir a la calle. La constancia es una virtud que bien conoce tu alma. Muchos, por lo bajo, se burlarán al verte pasar. Descreerán de tu tarea. Dirán que vas camino al abismo. Están en lo cierto, pero ellos desconocen tu verdadera razón: vas a volar, para inspirar con tu vuelo. Los esclavos del consumismo huelen tu frustración y se burlan de tus esfuerzos. No los culpes, eso los hace suponer que están vivos.
Desconocen que tu cansancio obedece a tu imperiosa necesidad por ayudarlos a despertar. Te mueve la compasión; ellos creen que es la locura. No te podrán comprender mientras dejen que sus acciones las timonee la mente y mantengan al corazón hechizado en el olvido. Es desgastante, lo sé. No te frustres.
Sabés que estás sembrando conciencia a cada paso.
Sos leal a tu guía interna. Eso es lo que cuenta. Qué importa que no te entiendan, qué importa que se te rían en la cara o que te miren con desprecio. No vinimos a cosechar aplausos. Fuimos convocados a romper las cadenas de la deshumanización, para que muchos puedan volar. Hay un reino de sombras que debe ser destronado por la luz del amor. A mí me sucede lo mismo.
Te cuesta comprender por qué muchas personas se asustan al oírte hablar sobre la importancia de la paz, la alegría o los valores humanos, y en cambio se sienten cómodos consumiendo escenas de violencia, mintiendo o esforzándose para acumular poder y riquezas que no podrán llevarse más allá de la tumba. ¿Acaso eso no es lo loco? No todas serán rosas, lo sabés.
Nadie dijo que esta cruzada sería sencilla. Tu espíritu tiene el temple necesario para superar la adversidad. No sólo habrá que poner la otra mejilla. Cada golpe que recibas no hará más que confirmar la senda elegida. Las cicatrices darán cuenta del empeño que pusiste en tu labor. Valoro enormemente tu entrega. Nunca dudé de tu entereza. Conozco tu esencia, por eso te amo. Hoy saldrás a la calle. Se repetirá el tortuoso ritual de las miradas displicentes y los comentarios sarcásticos. No importa. Aunque muchos no lo vean, está brillando el Sol. Dame la mano. Corramos bien fuerte. Despleguemos nuestras alas. Saltemos… Es tiempo de inspirar con nuestro vuelo.
Más allá del horizonte.
Algo parecería haber fallado. Nos muestran que el aire sigue plagado de miedo y desconsuelo. Los cuestionamientos no se diluyen. La sensación de incertidumbre se expande. ¿Acaso los guías se están retirando? ¿Estamos asistiendo a la noche oscura del alma? Nada sucede por error, calma. Estás empezando a caminar sin ayuda, es sólo eso. Nadie te abandonó.
Estás experimentando el acto más grande y puro de amor.
Hoy sueltan tu mano porque saben que creciste. Es hora de que confíes en tu guía interior. Llegó el momento de que tu fe se multiplique, para que tu luz se esparza más allá del horizonte.
No importa de qué manera esta carta llegue a tus manos, fue escrita sólo para vos. Sentí su vibración. Este mensaje llegará al centro de tu alma. Tu espíritu le dará paso, sabe que lleva la fuerza de mis más puras intenciones para intentar ayudarte a que cambies de percepción. ¿En qué mundo vive esta persona que me escribe? ¿Acaso no ve televisión, no lee los diarios o no escucha la radio? Calma… calma. Es cierto que hay atentados, violencia y hechos que llevan la firma de la locura y el descontrol, pero eso es sólo una parte de la realidad. Es lo que nos muestran los medios de comunicación.
Ellos hacen de lo negativo su principal ingreso económico, por eso a cada rato nos acercan fuertes dosis de oscuridad compactada. Pero esto no significa que sea lo único que sucede. Toda forma de ver es una forma de no ver, no lo olvides.
Hay otra gran parte, muy luminosa, que también existe, pero que los medios casi no reflejan porque no se traduce en rating ni en ventas: a cada instante también hay abrazos, caricias, sonrisas, besos, buenas acciones, palabras de aliento y gestos de humanidad, pero eso queda en el anonimato de la cotidianidad. Lo que vemos fuera no es más que la proyección de lo que nos pasa dentro. Hoy sentimos temor e incertidumbre porque estamos caminando sin ayuda, por eso el eco de lo que lo medios reproducen nos hace tambalear. Sin ayuda no significa solos, recordalo. Nuestros padres siempre estuvieron muy cerca cuando aprendimos a caminar. Si fuese por ellos nunca se hubiesen desligado, pero sabían que había llegado nuestro tiempo de andar sin sostén. ¿Acaso creés que soltaron nuestra mano por insensibilidad? Sólo quien nos ama nos deja libres. Asistimos a una etapa de profundos cambios. Es necesario que escuches, más que nunca, tu voz interna. Todo es cuestión de percepción. Para la nariz la posibilidad de ver no existe, pero eso no significa que no se pueda ver. La lengua no puede oír, pero eso no implica que los sonidos sean un invento. Hay otra realidad que los medios de comunicación no cuentan. Esa realidad habla de que tu corazón continúa abriéndose hacia mundos más sutiles.
Vamos, seguí floreciendo. Persistí co–creando la nueva humanidad. Detrás tuyo hay una legión de ángeles que aplauden y honran tus esfuerzos. Ellos celebran cada paso que das. Saben que llegó tu hora de correr por la vida, esparciendo tu hermosa luz. Nada ha fallado. Seguís acompañado como siempre.
Te miran. Te sonríen. Te aman. También te alientan a que prosigas expandiendo tu intensa vibración cristalina, más allá del horizonte.
Tu espíritu es convocado a revelar su maestría.
Veo tus ojos mirando al cielo. Siento el clamor que brota en tu interior. No importa que no te comprendan, no importa que te humillen. Es sólo una ilusión. No más lagrimas.
No más lamentos. Este escenario mundial de atrocidades e incoherencias fue montado para que tu alma recuerde. Nunca más la inconsciencia. Nunca más la indiferencia. Nunca más la deshumanización. Es hora que despierte tu memoria antigua.
Tu espíritu es convocado a revelar su maestría. Muchas vidas. Muchas enseñanzas. Muchísimos aprendizajes. La espiral ascendente hace que hoy se ponga a prueba tu templanza y saques a relucir tu verdadera esencia de luz. Este juego no se diseñó con errores. Los dolores, las penas, las frustraciones y los conflictos fueron enseñanzas encubiertas para que aprendas a volar. Una y mil veces caíste, y tuviste la fortaleza, la dignidad y el coraje para volverte a levantar, sin perder la confianza.
Tus alas no están rotas, solamente algo cansadas y magulladas por los golpes. Sos amado y respetado. Todo lo que estás viviendo es para demostrarte que podés. Lo que anida en tu pecho no es dolor. Es el fuego del espíritu que abre paso a tus recuerdos.
Este es el tiempo de la unificación. Tu sabiduría es llamada a transformar la realidad. Tus dones y talentos deben prestar servicio. Hay otras almas peregrinas que necesitan de tu auxilio. Naciste para inspirar con tu don de gente. No dejes que la ilusión te engañe con sus viejos trucos. Recordá que nos prometimos ganarle la pulseada. Hoy seco tus lágrimas porque así lo hiciste conmigo. Quiero que vuelvas a sonreír. Necesito ver el brillo de tus ojos. Vamos rumbo a la meta, con las lecciones aprendidas. No fue en vano tanto esfuerzo. Honremos las enseñanzas. Digámosle gracias con el corazón abierto, en dirección al Sol. Celebro porque estamos juntos y cada vez somos más. Esta noche, cuando eleves tu mirada al cielo, prestá atención a la Luna: dejé un abrazo gigantesco, lleno de amor, fe y esperanza, para que te cuide y te acompañe en lo que resta del camino.
Hoy tu espíritu es llamado a revelar su maestría. Las estrellas no titilan, sólo danzan de alegría.
Por amor a la vida.
La muerte no existe, sólo la transformación. Mirás con pánico a la tumba, como si allí todo acabara. No temas. Observá, la única certeza es el cambio. Nada permanece igual. Debemos ser conscientes de nuestro limitado tiempo en este plano. Sólo así viviremos de una manera intensa y profunda, celebrando. No te asustes, continuá leyendo. Aunque cueste reconocerlo, este mensaje llega a tus manos por amor a la vida.
La evolución requiere de la mutación de las formas. Nadie llora por la semilla cuando se transforma en árbol, ni por el gusano cuando resurge en mariposa. ¿Acaso una madre se apena porque su hijo ya no está en su vientre?
La vida fluye como una interminable sucesión de misteriosas transformaciones. Hasta cierto punto, la ciencia y la tecnología nos permiten ver qué es lo que sucede antes de nacer. Por ahora, los recursos son limitados. Sólo podemos conocer hasta el instante en que el cuerpo finaliza su ciclo. De todos modos, ¿cuántas pruebas más necesitamos para darnos cuenta de que lo que llamamos vida y muerte no son más que dos caras de una misma moneda? Buscamos certezas, la vida es incertidumbre.
La materia es necesaria para la experiencia en el mundo de las formas. Fuera de ese entorno ya no sirve. Nadie se angustia por abandonar los zapatos a la hora de dormir. Cumplieron una función. Lo mismo sucede con nuestro cuerpo, nos permite movernos en esta dimensión, pero llegado cierto punto habremos de dejarlo. Es un proceso natural. Deberíamos aprender a liberar de tanta negatividad a la muerte. Sólo es transformación. ¿Creés que hablo así porque no soy humano? Claro que las ausencias duelen, y cuánto. Es cierto que el vacío por los que ya no están es insondable. El corazón queda herido, lo sé. Pero si vivimos con intensidad cada momento, amando y disfrutando de todo lo que nos rodea, reconoceremos la muerte como parte indivisible de la vida y podremos celebrar. Habremos trascendido las fronteras de nuestras limitaciones. Si cambiamos nuestra percepción, ya no lamentaremos la partida de nuestros seres queridos. Seremos conscientes de que simplemente se adelantaron en el camino para seguir evolucionando. No los podemos ver, es cierto, pero los podemos sentir. Sabemos que están. Mirá hacia tu cielo interno. Agradecé, desde lo profundo de tu alma, por los momentos vividos. Enviales millones de besos y tus más puras intenciones. Liberalos. Ellos deben seguir su marcha, ya llegará el tiempo del reencuentro. Seguí viviendo. También te irás cuando llegue tu hora. No cierres tu corazón. Aún queda mucho por aprender, mucho por disfrutar. Sólo quien te ama te dice lo que a veces no te gusta escuchar. Nunca lo olvides, este mensaje llegó a tus manos por amor a la vida.
Es la hora de la acción.
Los ánimos parecen estancados. Milenarios surcos mentales tiñen la vida de gris. Se intuye la necesidad del cambio, sin embargo hay temor a soltar viejas estructuras. Las buenas intenciones ya no bastan, carecen de la fuerza suficiente para hacernos despegar. Es necesario romper la inercia. El corazón debe echarse a rodar con pasión. Debemos desatar un tsunami de confianza. Necesito que te sumes más allá de las palabras.
Este mensaje viene a despertar tu conciencia. Es la hora de la acción. Cuando escuchás lo que te digo, algo se agita en tu interior. Tu espíritu sonríe con alivio. Tu mente, en cambio, se ataja y sacude una poderosa onda de argumentos lógicos, que impacta en tus zonas inseguras. En sólo una fracción de segundo, el temblor retumba en tu seguridad económica, los lazos familiares y el entorno social. En medio de la conmoción, una segunda descarga, aún más potente, te enrostra la edad y te doblega, haciéndote creer que tu tiempo pasó, y que no estás para emprender desafíos. Hay tres grandes maestros recorriendo la Tierra: el maestro “No Sé”, el maestro “No Puedo” y el maestro “No Me Animo”. No los culpes, vinieron para ayudarte.
Las limitaciones tienen la virtud de impulsarnos hacia aquello que nunca creímos que sería posible. Las respuestas a cómo trascedender el estancamiento residen en tu interior. Sin dejar de mirar al cielo, confiá en tu divinidad interna.
Dejá que la sabiduría de tu alma se exprese. Recuperá tu dignidad. Por tus venas aún corre la vida, no te entregues.
Al futuro lo construimos con las acciones presentes. Nada mejor vendrá como por arte de magia. Si nos quedamos esperando que otros lideren los cambios, todo permanecerá igual. Tu realidad es la que debe transformarse. No aprisiones tu espíritu, dejalo volar. Abandoná el surco. Rebelate a la estupidez que ciega las masas y nivela hacia abajo. Animate a dar pasos en el vacío. Tené fe. Sentite vivo por primera vez. Buscá tu lugar en el mundo, nadie puede decirte cuál es. Sólo tu corazón lo sabe, simplemente escuchalo, dejá que te guíe y echalo a rodar con pasión. Hay un despertador que está sonando en el centro de tu pecho, ¿podés oírlo? Animo, es la hora de la acción.
En medio de caos.
No todo es lo que aparenta ser. Reaccioná. No reniegues de tu presente, comprendelo. Los errores no existen. Estás en el lugar exacto donde tenés que estar. Nadie te abandonó a la suerte de tu destino. Mirá en tu interior, sos un alquimista.
Tenés el majestuoso poder de transmutar las vibraciones de tu entorno. Vamos, con fe. Esto ya lo sabías, recordalo. Avivá tu antorcha, sostenela bien alto y firme. La existencia quiere que estés allí, en medio del caos, para sembrar esperanza. En este preciso instante, estás parado en el lugar indicado para ayudar a transformar al mundo. ¿No creés en lo que digo? El vaso, para llenarse, necesita de todas y cada unas de las gotas. Es cierto que, en relación con el tamaño del recipiente, un agota parece insignificante, pero… ¿qué pasaría si las gotas desistieran de sumar? El agua nunca podría derramarse. Somos gotas que damos vida al río de la existencia. Nuestro aporte tiene un valor único, incalculable. ¿Te estás preguntando por qué te envío este mensaje? Te empujo para que me actives.
Estamos interconectados. Necesito que te muevas, para poderme mover. Si iluminás, ilumino. El entramado cósmico es tan extenso que genera la sensación de que estamos separados, pero nuestras fibras están más que unidas. Cuando ayudás, también te estás ayudando. Nos movemos juntos, en un solo movimiento sincrónico y perfecto. Los trabajos son excusas para plasmar nuestra esencia. Donde quiera que estés, sumá de manera creativa. Cuanto más difícil el entorno, señal de que tenés buena madera. Estás precisamente ahí, en el ojo del vendaval, porque saben que sos capaz de aplacar tormentas. ¿Por qué ponés esa cara, pensás que estas palabras no son para vos? ¿Acaso tu trabajo parece insulso, poco trascendente? Ese es el otro extremo del desafío. Si nada parece pasar en el lugar donde estás, es tu deber transformarlo. Hacer de lo ordinario algo extraordinario es portar la magia seductora de un gran alquimista. Vine a tu encuentro, una vez más, por amor. Honro tu esfuerzo. Admiro tu entrega. Valoro tu constancia.
Que este enorme abrazo cristalino, que te brindo desde el alma, te anime a seguir marchando. Tenelo siempre presente en tu interior: fuiste convocado a un entorno de caos para que brille la calma de tu luz.
Continuara....