lunes, 12 de diciembre de 2016

LOS HIJOS DEL SOL-EL MANDATO

EL MANDATO
Fue al mes siguiente de su cuarenta cumpleaños cuando, Myriam volvió a vivir el terror de sus precogniciones. Fue al anochecer. Estaba en compañía de Juan, el discípulo amado del Cristo, cuando su mente comenzó a dar vueltas perdiendo el equilibrio y cayendo estrepitosamente al suelo. Marco; pues así se le llamaba también a Juan, se asustó y se arrodilló para auxiliar a su entrañable amiga. Los ojos de Myriam estaban fijos, en blanco y apuntando hacia el centro de la cabeza. Fría, rígida, como si de una verdadera muerte se tratara. Este estado se había repetido varias veces en Myriam, y aunque Marco estaba acostumbrado, no dejaba de preocuparse por si en una de esas ocasiones pudiera ser la definitiva.
Myriam se vio trasportada fuera de su cuerpo y vio a Musaray que la llevaba de la mano. ¡Sin duda esta vez podrá conmigo y moriré en sus brazos! se decía- Pero Musaray le dijo:
Te llevo ante mi Señor. Te está esperando. Y al instante vio a un ser poderoso, repleto de tristeza, de oscuridad, de dolor, de frío, de tensión. Y sin embargo, feliz de su estado, consciente de su misión: Yo soy Hades; El Señor de la Muerte y del Infierno.
Ha llegado mi hora. El Padre de todas las cosas, ha dispuesto que tu amado muera. Despídete por tanto de Él, pues sus horas están contadas. Myriam, comenzó a llorar amargamente, pero no con lágrimas del cuerpo, sino del espíritu, que son inmensamente más dolorosas que las de la materia.
Y veía, como se desgarraba su pecho.
Quería gritar, pero no podía. Fueron segundos, pero en un instante apareció frente a Hades, Lylith, que protegiendo a Myriam, dijo al Dios de la Muerte: - ¡Esta es mi protegida….déjala vivir y amar a su amado! Yo vivo de su placer, de su amor, de sus deseos.
Si matas a su amado, yo no podré vivir en ella. Pero Hades, no se compadeció y envió un rayo luminoso a Lylith, quien desapareció en la nada por obra de esta oposición divina.

LOS HIJOS DEL SOL VI - MARÍA MAGDALENA -3ª PARTE

LOS HIJOS DEL SOL VI - MARÍA MAGDALENA -3ª PARTE
EL GRIAL
- ¡Señor!...¿Por qué hemos de hacer caso a esta mujer?
- Simón, no debes juzgar desde la tradición de tus padres, pues también en la mujer vive la luz del espíritu. -
¿Pero qué dirán las gentes si saben que nos manda Myriam? -
Sólo si te vuelves como un niño podrás razonar desde la observación y no desde los prejuicios.
Ella ha sido bendecida por mi padre y es una más entre vosotros. Los doce se habían levantado al amanecer y habían caminado hasta las lomas más altas de Hebrón.
Myriam parecía guiada por una extraña fuerza inmaterial.
Sus ojos brillaban en una forma extraña. De vez en cuando se paraba observando una planta.
A los pocos segundos mandaba cortarla e introducirla en una saca que llevaba Tomás. Leví anotaba cada una de los nombres de cada hierba.
Jesús sonreía, viendo cómo su pequeña jauría de rudos varones, eran manejados con maestría por una mujer.
Esto además de ser una fantástica prueba de humildad para todos ellos, propiciaba un cierto juego lúdico.
Al cabo de dos horas, y después de haber recogido una veintena de hierbas, además de unos pocos polvos de arcilla roja, Andrés preguntó al Maestro: - Señor. ¿Qué esta haciendo Myriam?,
No sabíamos que ella supiera de plantas medicinales. - No Andrés, ella no conoce las plantas ni sus aplicaciones.
Pero puede dialogar con el Ángel de la Tierra y sus pequeñas criaturas. Y son ellos los que le guían para determinar cuál es adecuada o no para curar. -
Maestro, ¿Cuándo podremos nosotros ver como ella ve? - Myriam ve con los ojos del espíritu desde la cuna.
Pues fue señalada por los Ángeles de mi Padre en el vientre de su propia madre.
También algunos de los discípulos de Juan el Bautista pueden ver en la misma forma. Pues han abierto sus ojos mediante el ayuno, la purificación y el silencio.

LOS HIJOS DEL SOL VI - MARÍA MAGDALENA -2ª PARTE

LOS HIJOS DEL SOL VI - MARÍA MAGDALENA -2ª PARTE
CON JESÚS EL CRISTO
Una extraña mezcla de sensaciones contradictorias peleaba en el corazón de Myriam. Por un lado la tremenda tristeza de la despedida de Juan, a quien tanto había amado.
Por otro la tremenda atracción indescriptible que desde el día del bautismo, sentía por el Nazareno. Juan y Andrés fueron reclutados en las filas del joven profeta ahora cristificado. Los 144 discípulos del Bautista, no podían formar parte del clan.
La diferencia cultural, psicológica y espiritual de estos, con los discípulos de Jesús era muy grandes.
El Mesías no podía juntar ambos rebaños. Optó por tanto, en enviar a los discípulos del Bautista de dos en dos a recorrer el mundo anunciando la Buena Nueva de la llegada del Reino de Dios y la necesidad del bautismo y de la purificación.
Fueron estos los que exportaron la idea crística por toda la Europa conocida. Los doce que quedaron con el Maestro tenían una tremenda rivalidad con los del Bautista, al no aceptar su condición poco cultivada de pescadores, al contraste con los esenios, cuya virtud y disciplina estaba probada desde tiempos inmemoriales. Pedro, ardoroso y combativo aceptaba aún peor el que Myriam de Magdala permaneciera junto al Salvador.
Los reproches hacia su presencia eran constantes y junto a él, los otros apóstoles, tampoco compartían dicha presencia.
Sólo Juan el evangelista y Andrés, toleraban y amaban a Myriam de Magdala, puesto que habían sido todos ellos discípulos del Señor de la Tierra. Pero si no se toleraba su presencia, menos se toleraba aún los rumores de que Myriam había yacido con el Bautista, siendo por tanto dudosa su reputación y comportamiento .

LOS HIJOS DEL SOL VI - MARÍA MAGDALENA - 1ª PARTE

LOS HIJOS DEL SOL VI - MARÍA MAGDALENA - 1ª PARTE
Yo Soy Homet-Nut; mi nombre iniciático concedido por mi maestro Homet-Ra, en el tiempo de Egipto.
Se me ha concedido asomarme a este tiempo, mediante el acceso a los registros del eterno presente. Hace más de tres mil años, el faraón Akenatón, creó La Fraternidad Solar de los Hijos del Sol.
Los seres que formaron parte de aquel proyecto comprometieron sus vidas haciendo un juramento de servicio del conocimiento. Desde entonces nada ha cambiado, los mismos espíritus con el mismo compromiso viven en diversos cuerpos en este tiempo, al igual que vivieron en los hitos del cambio histórico del proceso evolutivo del hombre. Algunos sabios de la antigüedad, conquistadores, santos, escritores, alquimistas y científicos fueron los mismos juramentados, que en forma más o menos conscientes, se revistieron de carne para servir su juramento y ayudar al hombre en su proceso evolutivo hacia el constante devenir de la perfección.
Cuando hablamos de los Hijos del Sol referidos a la tradición Judeo-Cristiana, tenemos que hablar en masculino.
Casi todas las figuras míticas, religiosas, héroes o santos son hombres. ¿Pero que pasa con las mujeres? ¿Acaso no son iguales o incluso superiores a los hombres? Desde el punto de vista espiritual, el hombre y la mujer son absolutamente iguales, aunque desde el punto de vista psicoemocional y anatómico tengas diferencias obvias. Es injusto crear un modelo ético, moral y espiritual basado en la experiencia del hombre excluyendo a la mujer. Es por esto que deseo reivindicar una figura magistral y poco conocida, como es la de Maria de Magdala. Es un relato que ya salió a la luz hace un tiempo, pero era de justicia retomarlo para refrescar nuestra memoria.

LOS HIJOS DEL SOL V - JUAN BAUTISTA - 5ª PARTE

LOS HIJOS DEL SOL V - JUAN BAUTISTA - 5ª PARTE
BAUTISMO DE JESÚS.
Por aquel entonces, Jesús, que había comenzado a destacar entre el pueblo por sus prodigios y por su capacidad de curar a los enfermos, oye de la predicación de Juan el Bautista por medio de Andrés, que además de ser el íntimo amigo del Bautista, comenzaba a frecuentar la predicación de Jesús.
A su vez, Andrés hablaba a Juan de los milagros y de la filosofía de vida de Jesús. De una u otra manera ambos sabían el uno del otro, pero ninguno deseaba establecer contacto, no por celo o por desconfianza, sino por que en ambos casos el "guía interior" les hacia dar los pasos precisos en el momento adecuado. No había prisa. Lo que tendría que llegar llegaría. Y efectivamente, fue el propio Jesús quien pidió ser llevado ante Juan del Bautista.
Juan estaba predicando en la fuente del Enghadi. Su carismático discurso hacia vibrar a propios y extraños. Nadie mejor que Juan para el diálogo. Él era la inteligencia activa, el discernimiento puro del conocimiento de la Ley.
Jesús escuchaba agazapado tras los visitantes ocasionales, que atentos al profeta no perdían ni una sola sílaba de su discurso. En un momento preciso, Jesús se encaminó silencioso hacia la figura de Juan y una vez a su altura dijo lo siguiente:
-Maestro; yo creo en todo cuanto dices y deseo ser bautizado.
Juan, le miró fijamente y se quedo petrificado, puesto que aquellos ojos no eran humanos. Algo absolutamente maravilloso salía a borbotones de aquel ser y golpeaba el duro corazón del profeta de Dios. Miró después a la parte alta de la cabeza del Nazareno y deslumbrado por lo que vio dijo:

LOS HIJOS DEL SOL V - JUAN BAUTISTA - 4ª PARTE

LOS HIJOS DEL SOL V - JUAN BAUTISTA - 4ª PARTE
EL MISTERIO DE MARIA MAGDALENA
En cada cambio de era, nace un gran avatar, pero también lo hace la parte femenina del mismo. Isis; la gran madre, toma carne y forma en una bella mujer. Esa parte femenina, maravillosa no era otra que Maria Magdalena, la gran olvidada de la Historia Sagrada antigua.
Pedro, Santiago y luego Pablo no aceptaron nunca ni comprendieron a aquella mujer que venía de varias relaciones a entrar en el corazón e interés del Maestro como la preferida. Tampoco aceptaron nunca, que cuando ella se ponía a recitar bellas fragancias melódicas en los amaneceres, se movieran las plantas para acariciarla. No entendía como aquella mujer podía hablar con los Ángeles de la Lluvia y del agua o de la Luz.
Primero Juan, el Maestro, luego Maria y finalmente Jesús, no eran sino seres que encarnaban a la Madre tierra y al Padre Sol. Eran seres que habrían vivido en la cuna esenia toda una filosofía de vida simple pero transcendente.
Nadie sabe el dolor que pasa un clarividente cuando donde ve vida, los otros no ven más que muerte; cuando en sus conversaciones con los duendes de la naturaleza, los demás ven paranoia; donde en los estados de trance se puede transportar a otro tiempo, a otros lugares y a otras presencias, cuando los ciegos en la materia no ven sino un ser adormilado y aparentemente torpe.
Juan, Jesús y Maria enseñaron a aquellos pescadores de Galilea lo que no podían entender de ninguna manera. Solo los discípulos de Juan el Bautista que eran clarividentes, sabían y callaban como iniciados. Pero los discípulos de Jesús, guiados por su machismo, despojaron a la Magdalena de su jerárquica dignidad relegándola a una “mujer pecaminosa”.
Pero este estigma de ignorancia no solo se quedó en aquellos, sino que los grandes padres de la Iglesia, elevaron hacia el tercer siglo después de Cristo a la categoría divina y por tanto como sujeto de adoración a la Virgen María, arrebatando lo que correspondió a otra mujer. Pero es que además, entraron en algo que sigue siendo impensable para un iniciado, es decir; adorar a un ser encarnado.

LOS HIJOS DEL SOL V - JUAN BAUTISTA - 3ª PARTE

LOS HIJOS DEL SOL V - JUAN BAUTISTA - 3ª PARTE
KABIR EL CURANDERO.
Kabir era un hombre de casi ochenta años, que mantenía en su mirada y en sus ademanes la aristocracia de un ser entregado al bien y al consuelo humano. No se sorprendió en absoluto cuando vio entrar a Juan en su destartalada casa. Le miró con calma y le dijo:
- Eres más joven en presencia física que en el mundo de los sueños. Ven. Te estaba esperando.
Juan le comentó a su vez:
- He oído por las caravanas que llegan a mi pueblo de tu medicina y de tu sabiduría y he venido a ti para que me enseñes. Yo soy un hombre entregado a la búsqueda de la verdad eterna y deseo aprender.
- Querido amigo; ¿A que verdad te refieres?....¿Es acaso mi verdad, igual a la tuya?.. yo tan solo puedo entregarte el legado de lo que aprendí y de lo que a su vez me enseñaron, para que no pierda la experiencia de otros tantos y sea trasladada en el tiempo para que el ser humano goce de la inteligencia de cuantos le han precedido.
Vio Juan que aquel hombre tenía muchos recipientes con infinidad de plantas y emplastos, así como vasijas de barro que tenían agua de distintos colores. Todo un sinfín de piedras y de cristales que estaban sumergidas a su vez en líquidos de distintas densidades y tonos. ¿Quién puede aprender de tanta variedad de formas? -Decía Juan. Pero el tiempo consigue rellenar las lagunas de la mente y allanar el camino de la impaciencia haciendo que según pasaran los meses Juan aprendiera muchos nuevos conceptos y conocimientos de un anciano que no solo se prodigó en enseñarle, sino que le entregó un poco de su corazón como si de un hijo se tratara.
Kabir le solía decir:
- Mira Juan a tu alrededor y verás como la misma hierba no crece igual de fuerte en este lugar que en el otro. Observa cómo reaccionan los cultivos en distintas fases de la Luna. Observa cómo cada estación trae consigo unos frutos y unos fluidos que son distintos y dispares de otros. Debes aprender a encerrar el cielo en la tierra y seguir la ley de los astros y del tiempo.
El anciano Kabir hacia dibujos extraños sobre telas, después de saber el día del nacimiento de los pacientes que venían a verle. Y las medicinas las hacía en función de la fecha de cada uno. Había recibido el conocimiento astrológico siendo joven en Egipto de manos de los sacerdotes y lo aplicaba con maestría. Cierto día se produjo un airado reproche con Juan respecto del concepto de la predestinación de cada ser por el hecho de nacer en un lugar y en un instante preciso. Juan no entendía como el futuro del ser humano puede estar escrito ya desde el momento de nacer y como nadie puede escaparse a su destino. El anciano le respondía con calma.

LOS HIJOS DEL SOL V - JUAN BAUTISTA - 2ª PARTE

LOS HIJOS DEL SOL V - JUAN BAUTISTA - 2ª PARTE
LA PIEDRA MÁGICA
Existen pequeñas anécdotas que afortunadamente el velo del tiempo nos ha dejado desvelar. Solo quien tiene la llave puede abrir la vieja puerta de su casa. Sólo quien sabe caminar por el laberinto no se pierde ni se ciega con las fantasmales luces del Maya. En este caso nos referiremos a un capítulo que nunca se escribió de Juan.
Era un día cualquiera de su impetuosa juventud; Juan había dejado la cueva donde habitualmente moraba y se había dirigido a la fuente del Engadí, donde periódicamente se bañaba antes de que saliera el Sol. Las viejas enseñanzas de Zaqueo eran para él como un código imperturbable de conocimiento. En estas enseñanzas, el baño ritual antes de saludar al Sol era obligado, además de higiénico. Pero esa mañana, un extraño y minúsculo sol artificial estaba iluminando con reflejos vistosos el agua de la fuente. Por un momento Juan se desconcertó e incluso comenzaba a pensar que el fin de los tiempos estaba próximo al ver como el sol de este amanecer estaba pálido de vida o bien todo se estaba apagando ante sus asombrados ojos. La luz continuó su evolución hasta que se puso matemáticamente sobre la vertical de su cabeza. Nuestro hombre levantó la cabeza y se quedo asombrado ante la cegadora luz que salía del mismo. Uno de esos rayos comenzó a descender desde el pequeño sol metálico y alcanzó a Juan, que con suavidad se vio ascendido hacia arriba, como si algún águila gigante le estuviera levantando desde la tierra. Comenzó a pensar que a lo mejor todavía estaba dormido y que en todo caso se trataba de su imaginación, pero no solo no fue así, sino que se vio impetuosamente introducido en una extraña tienda de un color jamás visto y con una luz maravillosa que iluminaba toda su figura. Dentro de aquella tienda de extraño metal era de día, pero mirando desde la puerta de la misma hacia abajo, era de noche. Enseguida comprendió que aquello no era obra del hombre, sino de Dios.

LOS HIJOS DEL SOL V - JUAN BAUTISTA - 1ª PARTE

LOS HIJOS DEL SOL V - JUAN BAUTISTA - 1ª PARTE
Yo Soy Homet-Nut; mi nombre iniciático concedido por mi maestro Homet-Ra, en el tiempo de Egipto. Se me ha concedido asomarme a este tiempo, mediante el acceso a los registros del eterno presente .Hace más de tres mil años, el faraón Akenatón, creó La Fraternidad Solar de los Hijos del Sol.
Los seres que formaron parte de aquel proyecto comprometieron sus vidas haciendo un juramento de servicio del conocimiento. Desde entonces nada ha cambiado, los mismos espíritus con el mismo compromiso viven en diversos
cuerpos en este tiempo, al igual que vivieron en los hitos del cambio histórico del proceso evolutivo del hombre. Algunos sabios de la antigüedad, conquistadores, santos, escritores, alquimistas y científicos fueron los mismos juramentados, que en forma más o menos conscientes, se revistieron de carne para servir su juramento y ayudar al hombre en su proceso evolutivo hacia el constante devenir de la perfección
El programa de Elijah fue preparado antes de su nacimiento por la Fraternidad Solar. Tuvieron que pasar un tiempo y medio tiempo (666+333) para que el mismo espíritu retornara en el momento preciso de la entrada de una Era y el final de Otra. Con otro cuerpo, con otra misión, con el nombre de Juan el Bautista, retomó su trabajo entre los humanos mientras que su viejo envoltorio permanecía durmiendo en la Luna Negra (1). El avatar de Piscis Jesús el Cristo debía interpretar su papel, pero difícilmente podía operar sin que el espíritu de Elijah le compenetrara y realizara su misión. No deja de ser significativo que el Mesías cristiano, en la hora de su muerte llamara a Elijah reprochándole su abandono entre sus torturadores.
Permitidme contar la historia de Juan y su profundo significado esotérico. Es importante leer entre líneas, aplicar la imaginación y ver que detrás de cada movimiento aparentemente fortuito, existe una Ley Suprema. Nada se escapa a una lógica superior. Todo tiene sentido. Todo ocurre cuando la Ley lo permite.

LOS HIJOS DEL SOL IV - ELIJAH - 5ª PARTE

LOS HIJOS DEL SOL IV - ELIJAH - 5ª PARTE
HABLEMOS DE REENCARNACION.
Como veremos posteriormente en el siguiente personaje, pretendo afirmar que Elijah, encarnó su espíritu en Juan el Bautista. Y que Eliseo, no fue sino Jesús; El que en su día fuera a su vez cristificado. Siempre Juan o Elijah fue el Maestro de Eliseo y de Jesús y siempre lo será, pues la jerarquía espiritual así lo exige. Cuando Elijah cedió las dos terceras partes del espíritu a Eliseo, le otorgó el poder del milagro y la capacidad de alcanzar la maestría. Por ello cuando se reencontraron de nuevo en el tiempo de Cristo, Juan actúo con modestia ante la figura tremenda de Jesús. Solo los iniciados supieron y aún saben lo que realmente ocurrió.
La parte esotérica se quedó en Juan y con él la sabiduría, la humildad y la operatividad. La parte exotérica se quedó en Jesús con el milagro, el prodigio y con seguidores que vivían del prodigio y de lo espectacular, sin reparar en la transcendencia superior.
Para Juan lo importante era la autorrealización a través de la inteligencia para llegar a Dios, pero los seguidores posteriores de Jesús el Cristo, como Pablo sólo solicitaban de la fe para engrosar la secta de los cristianos. No era importante para estos, si entendían ó no, si conocían ó no. Bastaba la fe para acceder a la parte exotérica de un misterio que aún hoy no se ha revelado del todo. Así pues, una iglesia nutrida por personas a las que solo se les exige la fe ciega y que cual rebaño son controladas por los representantes de Dios sobre la tierra, genera en todo caso falta de discernimiento y de lógica. "Aunque sea torpe y aunque no llegue, seguramente este sabe mas que yo y en todo caso, yo tengo fe". Estas reflexiones aleadas con la espectacularidad de los milagros de Jesús el Cristo atrajo a un público circense que de sensación en sensación se encandilaba por los sentidos, sin llegar a la verdad por madurez personal.

LOS HIJOS DEL SOL IV - ELIJAH - 4ª PARTE

LOS HIJOS DEL SOL IV - ELIJAH - 4ª PARTE
ELIJAH ES ARREBATADO AL CIELO.
Elijah llamó a solas a Eliseo y le dijo:
- Eliseo, ve al Monte Carmelo y reúne a todos los hermanos en la fuente del Engadí. Dentro de tres días yo desapareceré de este mundo, pues el Señor me llama a su presencia .
- ¡Padre mío!. ¿Cómo puedes dejarnos solos?.
- El siervo tiene que obedecer a su amo y nada puede hacer, pues nació y vivió sabiendo que era un siervo. El llama y yo obedezco. No encontrarás en el mundo un oficio más duro que el de Profeta del Señor. Nadie sabe lo que es vivir sabiendo lo que pasará mañana o dentro de uno o diez años. Solos los inmortales viven sin tiempo. Sin apego a nada. Es duro amar, sabiendo que la persona que amas desaparecerá en tal o cual momento. Es duro apegarse a las cosas, cuando sabes que después desaparecerán.
Yo, Eliseo, siempre viviré en la morada del tiempo, sin casa, sin hogar físico. Mi casa es el tiempo y mi tortura es la inmortalidad. Veré pasar a mis hijos, y a los hijos de mis hijos, y con sus muertes y desgracias yo me iré muriendo cada día y cada año; pero aún deseándolo con todas mis fuerzas, no moriré, ni descansaré hasta el día en que el Señor me otorgue su licencia para hacerlo.
El Señor de la Tierra es inmortal y él habita en templos de carne y en muchos tiempos. Pero el espíritu de los seres que albergan o cohabitan con dicho Señor se impregnan de la inmortalidad y se hacen intemporales.
Viven, nacen y mueren como profetas, astrólogos, adivinos y sensitivos. Son seres errantes en el tiempo. Trabajan con el tiempo y lo venden en pequeñas parcelas a los reyes, a los enfermos o a los seres inquietos y temerosos de su destino.
Eliseo, el profeta calvo y de cuerpo breve no entendía nada de lo que Elijah le decía.

LOS HIJOS DEL SOL IV - ELIJAH - 3ª PARTE

LOS HIJOS DEL SOL IV - ELIJAH - 3ª PARTE
LAS VISIONES DE SHEISHA
Y ocurrió, por aquel entonces que Elijah fue reclamado por Zacarías; uno de sus devotos seguidores que vivía en Jafa, junto al Mar.
Zacarías, hombre justo y seguidor de la tradición de Yahvé, había sido premiado por Dios con una gran fortuna.
En sus campos araban casi veinte docenas de bueyes y sus jornaleros se contaban por medio centenar. Tenía a su vez, este hombre justo, una de las esposas más bellas de la comarca. Se llamaba Judith; mujer que se prodigaba en el cuidado de su cuerpo con mas fuerza y vehemencia que en el de su espíritu. Gastaba en vestidos y en oropeles muchos bienes y gozaba con las riquezas de la gran hacienda de su esposo. Zacarías, no obstante no podía sino rendirse ante el encanto de tanta belleza y se dejaba llevar.
Judith se hacia acompañar de varios criados para acercarse todos los días a la fuente del barrio próspero del norte de Jafa. Y muchas mujeres y jóvenes la esperaban para ver tanto encanto rodeado de tanto oropel. Cada día lucía un vestido nuevo y unas nuevas joyas adornaban su maravilloso pelo negro. Ella, sabedora de la admiración que levantaba, caminaba insinuante con una media sonrisa que hacia palidecer de deseo a los varones que la contemplaban.
Pero el destino que es imprevisible quiso que Judith enfermara con una extraña úlcera, que poco a poco fue haciendo mella en su delicada piel, para cubrir finalmente todo su rostro. En poco más de un mes, aquella bella mujer moría en los brazos del compungido Zacarías. Este, sabedor del poder de su maestro Elijah, reclamó a su mayordomo y le dijo:

LOS HIJOS DEL SOL IV - ELIJAH - 2ª PARTE

LOS HIJOS DEL SOL IV - ELIJAH - 2ª PARTE
LA TIERRA CASTIGA AL HOMBRE
Como cada mañana. Elijah y Sheisha recibían a los enfermos que periódicamente visitaban el campamento. El resto de las mujeres y los pocos aprendices que vivían con el Profeta de Dios elaboraban las hierbas y las pócimas que luego eran entregadas a los afectados, a cambio de grano, semillas, o animales que estos entregaban como pago por el servicio.
En esta ocasión era una mujer la que estaba tumbada en una burda mesa de madera, entre la mirada expectante de Sheisha y Elijah. Sus lamentosas palabras hablaban de que desde su esposo la había relegado por otra mujer joven, había engordado con exceso y un tremendo cansancio y atonía la embargaban hasta el punto de no poder moverse y de dejar las obligaciones de la casa abandonadas. Esta actitud le costaba por añadidura buenos azotes por parte de su esposo que retornaba del campo y se encontraba con una casa totalmente abandonada y desatendida. La mujer decía:
- Hombre de Dios, el diablo ha entrado en mi casa y ha poseído a la otra mujer. Mi esposo no me desea y yo poco a poco me muero. ¿Podrías tu expulsar el diablo de mi casa?....
Elijah la miró con una pequeña sonrisa y le dijo:
-¡Mujer.....el mismo diablo se asusta de la maldad del hombre!. Deja que el diablo se enfrente al Ángel y tu ocúpate de tu cuerpo y de tus obligaciones.

LOS HIJOS DEL SOL: ELIJAH - 1ª PARTE


LOS HIJOS DEL SOL: ELIJAH - 1ª PARTE 
EL SEÑOR DE LA TIERRA
Mi nombre iniciático fue Homet-Nut. Tuve el privilegio de ser admitido en la Fraternidad Solar que creara en su día el faraón Akenatón. Tanto yo, como mis setenta y un hermanos, juramos servir los valores de los Hijos del Sol, a través de los tiempos, en las diversas reencarnaciones que se nos asignaran en la Tierra, por los señores del Karma. Se me ofertó y adquirí el compromiso de revelar el conocimiento. Fui el guardián del Ojo Sagrado de Ra y se me programó con la facultad de mirar hacia atrás en los Registros del Tiempo.
Por esto me ha tocado asomarme a este momento, contando cuanto puede ver mi espíritu. En un determinado estado de conciencia, soy un ser atemporal. Y como en una gran pantalla, veo acontecimientos, percibo sensaciones y revivo situaciones, en las que los miembros de la Fraternidad Solar, se han visto envueltos, a través de la Historia.


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