lunes, 8 de agosto de 2016

Libro el Ojo del Yo (David R. Hawkins) CAPÍTULO 6 (La Resolución Del Ego)


CAPÍTULO 6. 

La Resolución Del Ego 
La revelación tiene lugar cuando los obstáculos que permanecen en el camino son eliminados. 
Estos obstáculos caen solos cuando se les quitan los puntos de apoyo. 
Tales puntos de apoyo son el concepto de “causa”. 
El por que esto es tan importante se entiende cuando vemos que creer en la causa es el principal soporte de la ilusión de que uno es un yo o ego separado, auto- existente, e independiente. 
La “causa” es implícitamente dualista: hay un “esto” que causa un “aquello”. Por lo tanto, existe la necesidad lógica, imputada, de un “Yo” que es la explicación y la causa del “aquello” de las acciones. Así, existe un “pensador” imaginario detrás de los pensamientos, un “hacedor” imaginario detrás de las acciones, un “sentidor” detrás de los sentimientos, un “inventor” detrás de las invenciones, etc. 
También es característica la confusión de la identidad con las acciones y las conductas, los roles o la autoridad. 
Esta confusión surge de identificar erróneamente el yo no solo como el hacedor separado, sino también al desdibujarse en la autoimagen de que uno es sus propias acciones, comportamientos, sentimientos, pensamientos, etc. 
La creencia de que uno tiene determinadas cualidades, como ser bueno o malo, o la propia vocación, tiende a adornar la ilusión de un hacedor separado tras las acciones, con una lista interminable de adjetivos descriptivos. 
El “Yo” se sumerge de modo irreconocible en un cenagal interminable de autodefiniciones. 
Si las definiciones son “buenas”, uno se siente feliz; si son “ malas”, uno se siente deprimido o culpable. 
De hecho, todas las autodefiniciones son falaces e igualmente conducen a conclusiones erróneas. 
Es útil reconocer que la ilusión de un yo o entidad separada crea una falsa identidad cuya tenacidad es aparentemente difícil de superar por diversas razones. 
Uno se enamora de este precioso “yo”, que termina por convertirse en una obsesión y el foco subjetivo del lenguaje y el pensamiento. 
El yo adquiere cierto glamour como héroe o heroína del propio drama o historia de la vida. En esto, el “Yo” se convierte en el perpetrador, la victima, la causa, el destinatario responsable de toda culpabilidad y alabanza y en el actor principal del melodrama de la vida. 
Esto también requiere que el yo sea defendido y que su supervivencia se convierta en algo de suma importancia. 
Esta incluye la necesidad de tener “razón” a toda costa. 
La creencia en la realidad del yo termina siendo equivalente a la supervivencia y a la continuidad de la propia existencia. 
Por tanto, trascender la identificación con el yo requiere dejar ir todas las propensiones mentales anteriores. 
Esto requiere la voluntad de “sacrificar” todos estos rasgos y hábitos mentales a Dios por el amor y la humildad, y solo se puede llegar a una humildad radical restringiendo los pensamientos y las opiniones a su validez verificable. 
Esto significa la voluntad de dejar ir todas las suposiciones del pensamiento. Con persistencia, las vanidades desaparecen en tanto que verdades y pasan a verse ahora como fundamentos de errores. Con un último y glorioso estruendo, uno se da cuenta de que la mente realmente no “sabe” nada. 
Si acaso, solo sabe “acerca de”, pero no puede saber realmente porque saber realmente significa ser eso que es conocido; por ejemplo, conocerlo todo de China no le convierte a uno en chino. Limitar la mente a lo que conoce de forma demostrable es reducirla en tamaño e influencia, de tal modo que pasa a ser la sirviente de uno, en vez de su dueña. 
Se hace obvio que la mente trata en realidad con suposiciones, apariencias, acontecimientos percibidos, conclusiones no demostrables y actividades mentales que son identificadas erróneamente con la realidad; cuando esa realidad, tal como la conceptualiza la mente, no existe. 
La mente tiende a ser expansiva y se atribuye a si misma pensamientos y opiniones “meritorios”. 
Pero, si se examinan con atención, uno se da cuenta de que no hay ninguna opinión que valga la pena. 
Son todas vanidades, y no tienen importancia ni mérito intrínseco. La mente de cada persona esta cargada de opiniones interminables, y si se ven tal como son, las opiniones no son mas que actividad mental. 
Sin embargo, lo mas importante es que surge y se refuerza el posicionamiento, y son estos posicionamientos los que traen sufrimientos incesantes. Para apartarse de esas posiciones hay que silenciar las opiniones, y para silenciar las opiniones hay que apartarse de los posicionamientos. 
También decrece el valor de la memoria, al darse uno cuenta de que no solo hace que la mente perciba erróneamente el presente, sino también el pasado, dado que lo que uno esta recordando es realmente el registro de ilusiones pasadas. 
Toda acción pasada se baso en la ilusión de lo que uno pensaba que sucedía en aquel momento. Hay una profunda sabiduría en el comentario cargado de arrepentimiento de “Bueno, en aquel momento, parecía una buena idea”. 
Mediante la contemplación y la meditación, la creencia en un “Yo” imaginario como yo verdadero de uno decrece, en la medida en que uno se da cuenta de que todos los fenómenos suceden por si solos v no como consecuencia de un “Yo” interior volitivo”. 
Los fenómenos de la vida no vienen causados por nada ni nadie. Al principio, puede resultar desconcertante darse cuenta de que todos los acontecimientos de la vida son interacciones impersonales y autónomas de todas las facetas de las condiciones imperantes de la naturaleza y el universo. 
Entre estas, están las funciones corporales, las actividades mentales y el valor y la importancia que la mente da a los pensamientos y a los acontecimientos. 
Estas respuestas automáticas son las consecuencias impersonales de la programación previa. 
Al escuchar los propios pensamientos, uno se da cuenta de que lo único que esta escuchando es esa programación. 
En realidad, no hay ningún “yo” interior que este causando esa corriente de conciencia. 
Y esto se puede descubrir mediante el simple ejercicio de exigir que la mente deje de pensar. 
Parece que la mente ignora completamente los deseos de uno, y sigue haciendo lo que hace porque no actúa en función de una decisión voluntaria. 
Con frecuencia, de hecho, hace exactamente todo lo contrario de lo que uno desea. Un aspecto básico de la continuidad del ego y de su capacidad para dominar es el de afirmar la autoría de toda experiencia subjetiva. 
El “Yo pienso” es sumamente rápido interponiéndose como causa supuesta de todos los aspectos de la vida de uno. 
Esto es difícil de detectar, salvo mediante una concentración intensa de la atención, durante la meditación, sobre el origen de la corriente de pensamientos. 
El lapso de tiempo que transcurre entre una ocurrencia sentida internamente y la reivindicación del ego de su autoría es de alrededor de 1/10.000 partes de un segundo. 
En el momento que se descubre este intervalo, el ego pierde su dominio. Se hace obvio que uno no es mas que testigo de los fenómenos, y no la causa de ellos o el que los realiza. 
Entonces, el yo se convierte en lo que está siendo observado, mas que identificarse con el como el que observa o experimenta. 
Es interesante esta capacidad y esta función de rastreo. 
El ego se interpone ciertamente entre la realidad y la mente. 
Su función es como la de un monitor de grabación de un equipo de alta fidelidad. El monitor de grabación vuelve a poner el programa que acaba de ser grabado una fracción de segundo antes de su reposición. 
Por tanto, lo que la persona experimenta en su vida cotidiana es una reposición casi instantánea de lo que el ego acaba de grabar. En este lapso instantáneo, el ego edita de inmediato el material entrante en función de su programación previa. 
Así, la distorsión se genera de forma automática. 
Esta pantalla oscurece la realidad y la oculta a la consciencia. Una de las primeras cosas que se notan cuando el ego es trascendido es la enorme transformación de la vida en una intensa vivencia. 
Uno consigue experimentar la realidad antes de que haya sido distorsionada, apagada y corregida por las suposiciones. 
El impacto, la primera vez que experimentas la vida cuando se presenta como realmente es, es abrumador. 
Unos instantes antes de que desaparezca la ilusión del falso yo, hay, en los segundos restantes, un arrebato a aferrarse a la Realidad como nunca se hubiera podido imaginar. 
El hundimiento del aparato perceptivo del ego revela un esplendor asombroso. 
Y en esa fracción de segundo, se puede sentir también una verdadera muerte, cuando los restos de la estructura del ego expiran junto con la creencia de que solo el era real. 
En resumen, se puede decir que el ego es una recopilación de posicionamientos que se mantienen juntos gracias a la vanidad y al miedo, y que se desmontan en virtud de una humildad radical que socava su propagación. 
Otro de los pilares del ego es la creencia de que es nuestra fuente de comprensión y supervivencia, y lo consideramos una fuente de información acerca de nosotros mismos y del mundo. Lo vemos como nuestra interfaz con el mundo; la cual, al igual que una pantalla de televisor, nos trae el mundo y sus significados, y tememos sentirnos perdidos sin el. 
A lo largo de la vida, el ego-yo ha sido el centro de nuestros esfuerzos; de ahí que la inversión emocional en el haya sido enorme. El ego es tanto el origen como el objeto del esfuerzo, y esta fuertemente imbuido de sentimentalismo, así como de toda una gama de sentimientos humanos, fracasos, logros y perdidas, victorias y tragedias. 
Uno se obsesiona y se enamora de esta entidad, de sus papeles y sus vicisitudes. La inversión en este yo ha sido tan grande que le hace parecer demasiado valioso como para abandonarlo. 
Nos anclamos a el por los años de intima familiaridad (las esperanzas, las expectativas y los sueños). 
Uno se aferra a este “yo”, que se cree que es crucial para experimentar la vida en si. Además de la enorme inversión de toda una vida en lo que creemos es nuestro yo, también aparece el espectro de la muerte en el horizonte del futuro. 
La espantosa idea de que este “yo” esta destinado a llegar a su fin resulta estremecedora. 
La perspectiva de la muerte como fin del “yo” parece injusta, extravagante, irreal y trágica. 
Hace que uno se sienta disgustado y asustado. 
Toda la pompa de emociones que se han vivido como consecuencia de estar vivo tiene que ser puesta en juego de nuevo, pero esta vez acerca de la muerte en si. 
La renuncia del ego como foco central de uno supone el abandono de todas estas capas de apegos y vanidades, y con el tiempo, uno se enfrenta con la función primaria del ego del control que asegure la continuidad y la supervivencia. 
De ahí que el ego se aferre a todas sus facultades, porque su objetivo básico, para asegurar su supervivencia, es la “razón” que hay tras su obsesión por las ganancias, el aprendizaje, las alianzas y la acumulación de posesiones, datos y habilidades. 
El ego dispone de innumerables artimañas para posibilitar su supervivencia, algunas groseras, otras obvias, otras sutiles y ocultas. Para la persona medía, todo lo dicho anteriormente resulta abrumador, además de una mala noticia. 
Sin embargo, para aquellos que se encuentran en un avanzado estado espiritual se trata de buenas noticias. En realidad, el ego-yo no ha de morir en absoluto; la vida no llega a su fin; la existencia no cesa; y ningún destino horrible ni trágico espera en modo alguno al termino de la vida. 
Al igual que el ego en si, toda esta historia es imaginaria. 
Uno ni siquiera tiene que destruir el ego, ni incluso trabajar en el. Lo único que hay que conseguir es ¡dejar de identificarse con el ego como verdadero yo de uno! 
Renunciando a esta identificación, sigues caminando y hablando, comiendo y riendo, y la única diferencia es que, al igual que el cuerpo, el yo se convierte en “eso” en vez de “yo” 
o “esto”. 
Todo lo que se necesita, así pues, es abandonar la propiedad, la autoría y el espejismo de este yo inventado o creado y darse cuenta de que no es mas que un error. 
Y es obvio que se trata de un error natural e inevitable, pues todos lo hacen, y solo unos pocos descubren el error y están dispuestos o son capaces de corregirlo. 
La probabilidad de corregir este error de identificación es una transformación que, ciertamente, no se puede hacer sin la ayuda de Dios. 
Renunciar a lo que parece el verdadero núcleo de la existencia de uno parece requerir mucho coraje y resolución. 
Al principio, la perspectiva se nos antoja formidable y genera un gran temor a la perdida. 
Aparece el miedo a “Ya no seré yo”. Se tiene miedo a perder la seguridad de lo familiar. 
Lo familiar significa comodidad, y aparece la idea subyacente de “El "yo" es realmente todo lo que tengo”. Renunciar a este “yo” familiar evoca un miedo al vacío, a la no existencia o a una posible y terrible “Nada”. 
Para facilitar la transición de la identificación del ser al Ser, conviene saber que lo menor es reemplazado por lo mayor, y así, ninguna pérdida es experimentada. 
La comodidad y la seguridad propiciadas al aferrarse a la identificación con el pequeño ser son minúsculas comparadas con el descubrimiento del verdadero Ser. 
El Ser está mucho mas cerca de la sensación de “mi”. 
El Ser es como el “Mi”, en Lugar de solo "mi”. 
El pequeño yo tenia todo tipo de defectos, miedos y sufrimientos, y el Yo real está mas allá de esas posibilidades. 
El pequeño yo tuvo que llevar la carga del miedo a la muerte, mientras que el Yo real es inmortal y está mas allá del tiempo y del espacio. Con la transición, la gratificación es completa y total. El alivio que proporciona el ver que toda una vida de miedos carencia de fundamento y era imaginaria es tan enorme que, durante un tiempo, resulta difícil incluso funcionar en el mundo. Con el indulto de la sentencia de muerte, el maravilloso don de la Vida surge ahora con todo su esplendor, sin los nubarrones de la ansiedad ni de la presión del tiempo. 
Con el cese del tiempo, se abren las puertas a una eternidad gozosa; el amor de Dios se convierte en la Realidad de la Presencia. 
El Conocimiento interior de la Verdad de toda Vida y Existencia se eleva con una imponente auto- revelación. 
La maravilla de Dios es tan omnipresente y tan enorme que sobrepasa toda imaginación. 
Estar al fin en casa, verdaderamente en casa, es algo profundo, completo, total. La idea de que el hombre tenga temor a Dios resulta entonces tan ridicula que parece una trágica demencia. En realidad, eso que es la verdadera esencia del amor disuelve todo temor para siempre. 
También parece una comedía divina la absurda ignorancia de la humanidad y, al mismo tiempo, se ven como inútiles e innecesarias las luchas ciegas y los sufrimientos. 
El Amor Divino es infinitamente compasivo, y resulta difícil de entender que la gente crea en un Dios que se disgusta y se enfada con las limitaciones de las personas. 
El mundo ciego del ego es una pesadilla interminable, incluso sus aparentes dones son evanescentes y huecos. 
El verdadero destino del hombre es darse cuenta de la verdad de la divinidad de su propio origen y creador, que están siempre presente dentro de lo que ha sido creado y es el Creador: el Ser. Contentarse con vivir dentro de los confines del ego es el patético precio que hay que pagar por las raquíticas migajas que el ego devuelve a cambio de sumisión y sometimiento a el. Sus pequeñas ventajas y placeres son lastimosos, fugaces y pasajeros. Otra razón de la tenacidad del ego es su miedo a Dios. Este miedo se ve potenciado por la desinformación imperante acerca de la naturaleza de Dios, sobre quien, en este proceso de personificación, se han proyectado todo tipo de defectos antropomórficos que distorsionan la imaginación del hombre respecto a la naturaleza de la deidad. 
Al igual que una gigantesca lamina de Rorschach, las fantasías del hombre acerca de Dios se convierten, como bien dijo Freud, en el vertedero definitivo de todos los temores y espejismos del hombre. 
La limitación de Freud estribaba en que, a pesar de tener razón al afirmar que no existe tal dios falso, no sospechaba que, por el contrario, si que existe un Dios verdadero (lo cual da cuenta del nivel calibrado de Freud en 499). Carl Jung, uno de los psicoanalistas contemporáneos de Freud, fue mas allá que este y proclamo la verdad del espíritu humano y la validez de los valores espirituales. (Jung por tanto calibra en 540). 
En estas observaciones, vemos con claridad la demarcación y los limites de la razón, el intelecto y la racionalidad. 
Para comprender la naturaleza de Dios, solo es necesario conocer la naturaleza del propio amor. 
Conocer verdaderamente el amor es conocer y comprender a Dios; y conocer a Dios es comprender el amor. 
La consciencia y el conocimiento definitivo de la presencia de Dios es la Paz. Esa paz que supone preservación y seguridad infinitas en una infinita protección. 
Ni siquiera es posible el sufrimiento. 
No hay pasado que lamentar ni futuro que temer. 
Porque todo es conocido y está siempre presente, y toda posible incertidumbre o miedo a lo desconocido se disuelve para siempre. 
La garantía de supervivencia es absoluta; no hay nubes en el horizonte, ni hay cosas como el futuro o un instante posterior que puedan ocultar un infortunio inminente. 
La vida es un “ hoy” permanente. 
El estado de Realidad excluye cualquier causa, y no es posible ninguna relación entre un sujeto y un objeto. 
Así, no hay nombres, ni pronombres, ni adjetivos, ni verbos, ni “otro”, y de hecho, ni siquiera es posible relación alguna en Realidad. No es posible ni la ganancia ni la perdida. 
El Ser es ya Todo Lo Que Es, y nada esta incompleto. 
No hay nada que necesite ser conocido, y no queda ninguna pregunta. Todas las metas han sido totalmente alcanzadas y todo deseo satisfecho. 
El Ser no tiene deseos, y esta libre de necesidades y anhelos. Lo tiene ya todo gracias al hecho de que lo es todo. 
Ser Todo Lo Que Es excluye toda posible carencia, y no hay nada que dejar de hacer. No hay pensamientos que pensar. 
No hay opiniones asignadas. 
El Ser-DiosAtman no tiene necesidades. No se siente complacido ni decepcionado. 
No tiene sentimientos ni emociones. No tiene creencias ni actitudes. La existencia del Ser es sin esfuerzo. Aquello que es la misma fuente de la existencia es por siempre libre e incondicional. El resplandeciente poder de Dios Ilumina la misma luz de la conciencia, la cual no tiene la necesidad de un cuerpo ni de ninguna materia o forma. 
Aquello que es sin forma es el sustrato mismo de la forma. 
El Ser no es critico, es imparcial, totalmente accesible, presente y aceptador. Entregar el ser ante al Ser es algo completamente seguro. 
El amor incondicional del Ser por el ser es la providencia del Espíritu Santo, que es el vinculo entre el espíritu y el ego. 
A través de la oración, pedimos, permitimos y elegimos, por medio del libre albedrio que el Espíritu Santo sea nuestro guía. Por la gracia de Dios la transformación hasta la iluminación se hará posible. Se dice que la resolución del ego se ve dificultada por la resistencia. El ego no quiere cambiar ni que le cambien, a pesar de sus sufrimientos, sus miedos y sus lamentables desdichas. Se aferra a tener “razón” a toda costa, y acuna y guarda celosamente sus queridas creencias. 
De hecho, no es un enemigo al que haya que vencer, sino un paciente que necesita cura. En realidad el ego esta enfermo y sufre de delirios que son intrínsecos a su estructura. 
Para volver a la cordura solo hace falta estar dispuesto a ser humilde. La Verdad se vuelve auto- revelada; no es algo que haya que alcanzar o adquirir, sino que se irradia por su propia voluntad. La paz de Dios es profunda y absoluta. 
Su presencia es exquisitamente suave y plena. 
Nada queda sin ser alcanzado o sanado. 
Tal es la naturaleza y la calidad del Amor. 
El Ser es el cumplimiento en la manifestación del Creador como existencia misma. 
Nada existe fuera del amor de Dios. 
La historia de la Verdad se ha contado muchas veces a lo largo de todas las épocas, pero conviene contarla de nuevo. 
En el espacio como vacío que es creado cuando el ego se da cuenta de que no sabe nada en realidad, el amor de Dios fluye repentinamente, como una presa a la que se le hubieran abierto las compuertas. 
Es como si la Divinidad hubiera estado esperando todos esos milenios para este momento cumbre. 
En un instante de sereno éxtasis, uno se encuentra al fin en casa. Lo Real es tan abrumadoramente presente, es tan obvio y está tan totalmente presente, que resulta difícil pensar que fuera posible creer en cualquier otro tipo de “realidad”. 
Es como una extraña clase de olvido, como la historia del dios hindú que quiso ser una vaca y después olvidó lo que había hecho y tuvo que ser rescatado por otro de los dioses. 
A veces, el ego se identifica erróneamente y mas específicamente en tanto que personalidad. 
Piensa, “Yo soy tal o cual persona”. Y dice, “Bien, eso es lo que soy”. A partir de esta ilusión surge el miedo a perder la propia personalidad si se renuncia al ego. 
Esto es temido como la muerte de “lo que soy”. 
A través de la observación interior, puedes discernir que la personalidad es un sistema de respuestas aprendidas, y que la persona no es el “Yo” real. El “Yo” real se halla tras ella y mas allá de ella. Uno es el testigo de esa personalidad, y no hay razón alguna para que uno tenga que identificarse con ella. 
Con la emergencia del Ser real como verdadero “Yo”, la personalidad, después de cierta demora de ajuste, sigue interactuando con el mundo, que no parece percibir la diferencia. 
La personalidad continúa hasta convertirse en una especie de entretenimiento, frecuentemente cómico, y como el cuerpo, se convierte en una especie de novedad. 
En lugar de un “mi”, la persona se ha convertido en un “ello” que funciona con su propio generador, por así decirlo. 
Tiene sus hábitos, sus maneras, sus gustos y aversiones, pero estos carecen ya de verdadera significancia o importancia y no tienen consecuencias en la felicidad o infidelidad. 
Del mismo modo, una apariencia persistente de emociones humanas ordinarias parece también ir y venir, pero no tiene influencia ni poder alguno porque las emociones ya no se identifican ni se sienten como “mías”. 
La gente en el mundo parece esperar determinadas respuestas, y se molesta si estas no se dan; de modo que, por amor, se les permite aparecer, aunque en realidad son superficiales y no tienen significancia o importancia real. 
Con la renuncia a identificar el Ser con el ego, es difícil no natural involucrarse en los detalles del mundo que requieren un procesamiento lineal. 
El enfoque parece hallarse ahora en la esencia mas que en los detalles de la forma, que requieren de una energía extra para su manejo. Esto se debe en parte al hecho de que las frecuencias electroencefalográficas del cerebro que acompañarían a los estados elevados de consciencia o iluminación ondas lentas Theta (de 4 a 7 ciclos por segundo). 
Estas son mas lentas que las ondas Alfa (de 8 a 13 ciclos por segundo), que tienen lugar durante la meditación. 
En cambio, la mente ordinaria, que es una experiencia del ego, se halla predominantemente en los mas de 13 ciclos por segundo de las ondas Beta. 
El mundo parece prestarle una atención desmesurada a lo irrelevante, y es necesario recordar que la gente considera todas esas cosas importantes, significativas, o incluso, merecedor de dar la vida por ellas. 
Por respeto a los sentimientos de los demás, resulta tranquilizadora cierta aproximación a las respuestas sociales habituales, o de lo contrario la gente puede sentirse rechazada o no sentirse querida. 
Por ejemplo, las personas se sienten felices o tristes ante lo que perciben como una ganancia o una perdida. 
En realidad, ni una cosa ni otra esta teniendo lugar, pero es obvio que el individuo lo experimenta como algo real. 
Mientras tanto, las simpatías han sido reemplazadas por la compasión y la consciencia, antes que por una emotividad acorde con la situación. 
Lo que las personas del mundo quieren verdaderamente es reconocer quienes son realmente en el nivel mas elevado, ver que el mismo Ser irradia dentro de cada es reconocer lo que son verdaderamente en el nivel supremo, ver que el mismo Ser irradia dentro de cada uno, sana sus sentimientos de separación, y trae un sentimiento de paz. 
Traer la paz y la alegría a los demás es el don de la benevolencia de la Presencia.
David R. Hawkins.
http://elnuevodespertardelser.blogspot.com.es/

lunes, 1 de agosto de 2016

Libro el Ojo del Yo (David R. Hawkins) CAPÍTULO 5 (Burlando al Ego La Simplicidad)


CAPITULO 5 

Burlando al Ego La Simplicidad 
El núcleo de todas las grandes enseñanzas y maestros espirituales se puede resumir en unos pocos párrafos. (Operacionalmente, todos vienen a resumirse en la admonición: “¡Evita todo lo que debilite en la prueba muscular y seguir todo aquello que lo fortalezca!”.) 
Elige ser tolerante, benigno, indulgente y compasivo, amando incondicionalmente toda vida en todas sus expresiones, incluyéndose uno mismo. Céntrate en el servicio desinteresado y en dar amor, consideración y respeto hacia todas las criaturas. Evita la negatividad y el deseo de lo mundano, y la codicia de los placeres y posesiones. Renuncia a opinar y a la crítica de lo correcto frente a lo erróneo, a la vanidad de tener “razón”, y a la trampa de la justicia. 
Intenta comprender en lugar de condenar. 
Venera a los maestros de estos principios básicos e ignorar a todos los demás. Aplica estos principios al punto de vista de uno mismo y también de los demás. 
Confía en el amor, en la misericordia, en la sabiduría infinita y la compasión de la Divinidad, que ve a través de todo error humano, limitación y fragilidad. 
Pon la fe y la confianza en el amor de Dios, que todo lo perdona, y comprender que la condena y el miedo al juicio provienen del ego. Al igual que el Sol, el amor de Dios brilla igualmente para todos. Evitar las imágenes negativas de Dios en tanto que son un error antropomórfico, por ejemplo, los celos, la ira, la destructividad, la parcialidad, el favoritismo, la venganza, la inseguridad, la vulnerabilidad, el pacto, etc. 
Entrega y Sacrificio. 
Estos son términos arbitrarios que dan a entender que se están siguiendo los principios espirituales desde el punto de vista de los intereses creados del ego y que se esta buscando justificar la negatividad. Para el ego, los principios espirituales suponen una posible perdida de posición, pero para el espíritu son ganancias. Las principales entregas y sacrificios tienen que ver con la sustitución de la vanidad por la humildad. En la practica real, uno simplemente renuncia a las vanidades del opinar y el enjuiciar. Al dejar de posicionarse, se deshace la limitación del “error de la polaridad de los opuestos”, que es la consecuencia dualista de la percepción. 
Al dejar de lado el termino autorreferencial “Yo” como hábito de pensamiento, se afloja el nudo del núcleo narcisista del ego. Establezca el hábito de expresar las ideas en tercera persona, en lugar de con el pronombre subjetivo “Yo”. El uso de afirmaciones impersonales acerca de lo que parecen las cosas evita la implicación personal en los temas. 
Las afirmaciones desapasionadas tienden a ser mas equilibradas y objetivas porque incluyen las diversas partes de una discusión en lugar de basarse en un punto de vista unilateral y sesgado. 
Lo que uno presencia en el mundo de los acontecimientos humanos no es ni correcto ni erróneo sin la exteriorización de los campos de energía de la conciencia en la medida en que afectan y se expresan a través de individuos concretos bajo circunstancias especificas de tiempo y lugar. 
Si pudiéramos evitar el posicionamiento hipotético de que “pudieran” ser diferentes a como son, veríamos que, en realidad la gente no puede evitar ser de otra forma a como son. 
Si pudieran ser diferentes, lo serian. 
Las limitaciones definen las posibilidades; lo hipotético no existe; no es realidad, sino imaginación. Es irracional condenar el comportamiento humano comparándolo con un ideal hipotético. La indignación da paso a la compasión a través de la comprensión, y da realce a la verdad de grandes afirmaciones históricas, como “No saben lo que hacen” (Jesucristo) o “El único pecado es la falta de comprensión” (Buda). 
Trascender Las Negatividades. 
No sirve de mucho ni resulta gratificante “combatir el pecado”, ni implicarse en una lucha para vencer los defectos a base de “fuerza de voluntad”. Esto no son mas que posicionamientos y trampas que atan a la mente al error dualista de los “opuestos” . La manera de salir del conflicto no consiste en eliminar lo negativo, sino en elegir y adoptar lo positivo. 
Los dilemas morales se resuelven automáticamente viendo que tu misión en la vida consiste mas en comprender que en juzgar. 
Los profesionales hacen esto a todas horas. 
Los médicos y los abogados pueden llegar a decir a sus pacientes y clientes que su trabajo es curar o defender, y no juzgar. 
El cirujano opera por igual la cadera rota del Santo que la del criminal. “No es función mía juzgar tales asuntos” , es una declaración bastante habitual. Se siente un gran alivio cuando nos damos cuenta de que, al adoptar una vida espiritual, nos liberamos de la rígida condena y del odio que de ella dejamos a los demás. La búsqueda del “bien” espiritual beneficia a toda la humanidad, y de ahí que se pueda decir que es la vocación mas digna de alabanza. El compromiso espiritual establece, por otra parte, un papel diferenciado, muy distinto del de la persona no comprometida. Supone un conjunto de criterios y un enfoque de la energía y de la atención muy diferentes de los que utiliza el ego en su búsqueda de vanidades y de logros mundanos. 
Uno sacrifica las ganancias materiales o egocéntricas por su progreso espiritual, y al hacerlo, lo transitorio se subordina a lo permanente, y se elige lo que es verdaderamente valioso por encima de lo que es solo ilusión. 
Un criterio útil para tomar decisiones es proyectarse en el futuro hasta el propio lecho de muerte y preguntarse; ¿Que decisión siento como la mas adecuada en ese momento? Sabemos con certeza, a partir de la investigación espiritual (que cualquiera puede verificar), que la conciencia no se pierde ni la mas mínima pizca de vida; todo se tiene en cuenta y de todo se asume la responsabilidad, y nada pasa desapercibido ni queda sin registrarse. En esto coincide completamente la experiencia y la sabiduría del hombre en todas las culturas y épocas, y es tema común de todas las enseñanzas religiosas y espirituales. 
Por tanto, en la practica, uno trasciende lo negativo simplemente optando por lo positivo. Con la disciplina interior que surge de un compromiso apasionado, las elecciones negativas dejan de verse como opciones. 
Todos entonces nos volvemos objetantes conscientes cuando trazamos la línea y establecemos límites. 
Esto ocurre automáticamente, como consecuencia de la elección de metas espirituales que valoramos por encima de las metas del mundo. 
Mantener la Propia Vocación.
Los puntos de vista espirituales no son demasiado populares en general en nuestra sociedad. Pero no es necesario imponer los propios puntos de vista a los demás. El mejor proselitismo se hace con el ejemplo, y no con la coerción o tomando a la gente por las solapas. Influimos en los demás por lo que somos, y no por lo que decimos o hacemos. Expresar puntos de vista que son contrarios a la opinión publica puede ser digno de alabanza en términos sociológicos hacerlo, pero lleva al conflicto y al enredo en las discusiones y la discordia en el mundo. 
La búsqueda de “causas” es el papel del reformador social y político, que está en una actividad diferente de la del buscador de la iluminación. Esfuerzos dignos de encomio se pueden ver como merecedores de apoyo y simpatía, pero son también posicionamientos perceptualmente definidos, con limitaciones intrínsecas y agendas. 
La implicación en los asuntos de la sociedad es un lujo al cual debe renunciar el buscador de la iluminación espiritual. 
Cada persona tiene su propio karma o destino que cumplir, y conviene no confundir estas misiones. 
Los Santos que han existido a lo largo de la historia elevaron ciertamente a la humanidad, y fue tal la naturaleza de sus respectivas misiones y el merito de su coraje espiritual, que con frecuencia trajo consigo el sacrificio de sus propias vidas. Colectivamente, estos Santos sociales inspiran a naciones y culturas enteras, y así, por sus vidas públicas, sirven silenciosamente a la humanidad durante generaciones. 
La vocación del aspirante espiritual de vida privada es mas humilde socialmente, pero es igualmente importante y supone un servicio a toda la humanidad. 
El Santo social eleva a su sociedad a través de la acción social y del ejemplo. El devoto eleva a través del desarrollo interior. 
Cada incremento en el nivel de consciencia afecta a la conciencia de toda la humanidad; y lo hace de forma anónima, pero discernible y demostrable a través de la investigación espiritual. El nivel calibrado de la conciencia de la humanidad es la combinación resultante del estadio de evolución de cada uno, y los niveles calibrados superiores son inmensamente mas poderosos que los negativos. 
El poder del amor que emana de la conciencia de una mínima parte de la humanidad equilibra totalmente la negatividad de la masa total de seres humanos. El setenta y ocho por ciento de la población mundial permanece en el rango negativo, por debajo del nivel calibrado de 200, solo un cuatro por ciento alcanza el nivel del Amor, y solo el 0’4% el Amor Incondicional que calibra en 540. Por tanto, cada pensamiento amoroso o compasivo pesa mas que miles de pensamientos negativos en la mente de otros. Cambiamos el mundo no por lo que decimos o hacemos, sino como consecuencia de lo que nos hemos convertido. 
Así, todo aspirante espiritual sirve al mundo. 
La Vida Cotidiana La intención se define por el contexto que determina el motivo. Es el motivo el que establece el valor espiritual. Consagrar las propias acciones como un servicio de amor a la vida es santificarlas y transformarlas, de los motivos auto- gratificantes a los dones desinteresados. 
Definimos la excelencia como una consagración a la mas alta regla. Así, cada acción se puede entender como una oportunidad para glorificar a Dios mediante la pureza del esfuerzo. 
Cualquier trabajo físico puede ser una parte de nuestra contribución al mundo. Hasta el trabajo mas sencillo se puede ver como algo que sirve al bien común, y visto en esa luz, el trabajo se ennoblece. En función del modo en que se contextualice la vida, encontraremos alegría o resentimiento. 
Lo que hacemos a regañadientes pasamos a hacerlo con generosidad. Si los demás se benefician de los esfuerzos de uno, tanto mejor. 
Todos tienen la oportunidad de contribuir a la armonía y a la belleza favoreciendo a los demás y dando apoyo así al espíritu humano. Todo aquello que damos gratuitamente a la vida termina por volver a nosotros, porque nosotros somos también parte de la vida. Como las ondas en el agua, cada cosa que se da regresa a aquel que lo ofreció. 
Lo que afirmamos en los demás, lo afirmamos en nosotros mismos. 
La Vida Excepcional. 
Para ser realistas, hemos de tener en cuenta que, en nuestra sociedad, consagrar la vida a alcanzar la iluminación es poco habitual y relativamente raro. El objetivo de la sociedad en general es tener éxito en el mundo, mientras que el objetivo de la iluminación es trascender mas allá de el. 
Conviene recordar que el mundo funciona dentro del limitado paradigma Newtoniano de causalidad lineal, que tiene sus percepciones imperantes de lo que es “real”. 
Por otra parte, la espiritualidad se basa en las realidades invisibles y los reinos de la no dualidad y por lo tanto puede parecer poco real o, en el mejor de los casos, una rareza para el mundo ordinario. Para el realista de cerviz dura que opera a partir del reduccionismo material y los “resultados” mensurables y concretos, los valores del comprometido espiritualmente parecen vagos, efímeros y sospechosos. 
De ahí que los niveles de la Ciencia y la Lógica, que calibran en los 400s e imperan en nuestra sociedad, vean con escepticismo los valores y los motivos de aquellos que se encuentran en los niveles del 500s, e insistan en negar cualquier realidad a los niveles por encima del 600. 
Normalmente, la mayoría de las personas entienden la espiritualidad o la religión (que por cierto confunden entre si) como algo que tiene que ver con “lo correcto y lo erróneo”. 
La sociedad, en su conjunto, esta sumida en los opuestos moralistas del bien y del mal, que derivan en todo un panorama de instituciones culturales de leyes, prisiones, reglamentos gubernamentales, impuestos, contabilidad, tribunales, policía, ejercito, política y guerra. 
En cambio, las organizaciones puramente espirituales carecen de estructuras autoritarias, no poseen inmuebles ni edificios, no tienen oficinas, tesorerías, bienes o dinero, evitan manifestar punto de vista alguno y no se implican en los asuntos externos. Intrínsecamente, las organizaciones espirituales no hacen declaraciones publicas, y operan únicamente a partir de la adherencia voluntaria a los principios espirituales. 
No hacen proselitismo, y aunque no tengan empleados, funcionan gracias al servicio. 
No tienen deudas, obligaciones o inversiones, y así, del que es verdaderamente espiritual se puede decir que esta “en el mundo, pero no es de el”. La espiritualidad no busca reconocimientos, pero tampoco acepta culpabilidades. Los mejores ejemplos de tales grupos en la sociedad actual son los Llamados grupos de “12 pasos”, cuyo único poder deriva de su pureza espiritual, y que han evolucionado hasta el punto de ocuparse de gran número de sufrimientos humanos. Estos grupos se calibran en 540, que es el nivel del Amor Incondicional. La vida se hace excepcional en virtud del contexto y de la intención, gracias a los cuales se opta por una jerarquía de valores que motiva todas las actividades. 
La diferencia entre una vida ordinaria y una vida excepcional es principalmente de contexto. Valorar el amor por encima de las ganancias constituye ya un cambio de actitud tal que transforma la vida. Cuando la gente se vuelve espiritualmente inspirada y se consagra a ello, su vida puede sufrir importantes trastornos. Muchas de estas personas dejan de pronto empleos, carreras, familia, amigos y posiciones, y con frecuencia parten hacia lugares remotos. Todo este movimiento suele verse con alarma entre los familiares y allegados, que buscan explicaciones psicológicas plausibles. 
En el mundo ordinario, la gente sana no echa el cerrojo de pronto y lo deja todo con el fin de encontrar a Dios. 
Los aspirantes espirituales confunden lo mundano con su voluntad por dejarlo todo para seguir una llamada interior invisible. Y dado que los objetivos de una persona de orientación espiritual son invisibles, para el mundo ordinario puede parecer que la persona se ha vuelto loca, o que esta intentando “escapar de la realidad”. También puede suceder que los familiares o los amigos se sientan molestos o resentidos por la aparente deserción y por el rechazo a los objetivos por los que el resto del mundo se esfuerza. 
Dejar privilegios, dinero, poder y posición puede parecerles un ultraje o, incluso, insultante. 
Muchos devotos adoptan un estilo de vida sencillo, no material, algo que a los antiguos allegados se les antoja una “deserción de responsabilidades”. 
Los Grupos Espirituales. 
Unirse a un grupo u organización espiritual es una decisión personal que viene determinada por muchos factores, tanto del presente como del pasado. El factor mas importante a considerar es el nivel calibrado de conciencia real del grupo u organización y de sus lideres. Normalmente, la fuente interior de poder de unas enseñanzas espirituales concretas estriba en la “gracia del gurú”, que esta en consonancia con los niveles calibrados de conciencia. Así, los niveles calibrados reales del fundador de la enseñanza y el nivel de las enseñanzas en si son cruciales. 
Este es un punto sobre el que nunca se insistirá lo suficiente. 
La adhesión entusiasta no sustituye a la verdad, así como tampoco la creencia en la fe de miles o millones de seguidores. 
El discernimiento espiritual es un raro don e, históricamente hablando, no se da hasta que el “tercer ojo” se abre con la visión espiritual. Hasta que esto sucede, cualquier buscador espiritual, por serio que sea, puede llevarse a engaño fácilmente. 
Si los impostores espirituales no fueran impresionantes, ni carismáticos, ni convincentes, no tendrían seguidores. 
Discernir la diferencia requiere de un auténtico experto o una persona de conciencia muy avanzada. 
El motivo de este error espiritual es que el error del falso gurú es un error de contexto, y el contexto se halla mas allá de la limitada percepción del iniciado. 
La erudición tampoco es una garantía de verdad. 
Hay maestros de gran brillantez pero cuando se investiga, encuentras que el chakra del corazón esta desequilibrado. 
En cambio, maestros sumamente amorosos que son “todo corazón”, pero en los cuales el tercer ojo o el chakra coronilla esta “fuera de servicio”, llevan a sus seguidores por un camino errante que puede llegar a convertirse en la mas dolorosa de las experiencias humanas, donde la desilusión espiritual lleve a la depresión e, incluso, al suicidio.
Las Principales Religiones Tradicionales. 
La admonición, caveat emptor, aplica sin excepción. 
Muchas de las grandes religiones del mundo tuvieron su origen en primitivas tribus y culturas nómadas. 
Y la ignorancia en aquellas épocas era mucho mayor. 
A las personas ignorantes se las suele convencer e impresionar con facilidad, en especial mediante el miedo y la superstición, y suelen pensar en términos antropomórficos. 
En aquellos días, los cultos eran desenfrenados. 
La ciencia no existía y, por tanto, muchos acontecimientos de la naturaleza se atribuían a poderes sobrenaturales. 
De ahí que, para influir en estos poderes, se utilizara multitud de amuletos, trozos de animales, huesos, piedras, figuras talladas, sonidos mágicos y símbolos. 
También incluían lugares de la tierra y fenómenos de la naturaleza, montañas y volcanes, junto con tierras sagradas o lugares “santos” y ruinas Los “dioses” eran los responsables de los grandes desastres de la Tierra y de sus cualidades. Hambrunas, inundaciones, terremotos, eclipses de Sol y posiciones de las estrellas se envolvían con un significado sobrenatural y con poderes mágicos. 
La gente adoraba a los animales y a los espíritus de los animales. El animismo imperaba. Y en torno a todo esto estaban los “espíritus”. 
De ahí que la manipulación de espíritus también se impusiera. Drogas sagradas, encantamientos, hechizos, trances, conjuros y sacrificios se consideraban de gran valor. 
Había que aplacar la ira de los dioses mediante la inanición, la flagelación, el sacrificio de animales, la mutilación, jugando con bestias peligrosas y cobras, yaciendo en lechos de clavos, mortificando la carne, llevando una vida de “santa” pobreza que traía enfermedades, con rituales dolorosos y con la matanza de animales, aves de corral y vírgenes. 
La cultura de la cual emergieron las religiones fue, en muchas ocasiones, un cenagal de salvajismo e ignorancia. 
Resulta incomprensible el motivo por el cual se pudo llegar a pensar que a Dios le complacía el derramamiento de sangre de los animales o la muerte de una doncella, a menos que uno se de cuenta de que estas culturas habían generado dicha creencia y habían deificado aquello que era el opuesto exacto de Dios. 
Estas graves distorsiones de la verdad surgen como proyecciones del lado oscuro del ego, y estos “dioses” negativos eran en realidad los dioses de la cólera, dados a la venganza, los celos, la envidia, el rencor, la represalia, la condena, la ira, la destrucción, el castigo, la condena a las penas del infierno y la destrucción de civilizaciones enteras mediante pestes, hambrunas, inundaciones, incendios y tempestades. 
En la medida en que las religiones emergieron de estos cenagales de negatividad, tendieron a enfatizar y concentrarse en cosas negativas como el pecado, el infierno, el castigo, la justicia, y las utilizaban como excusa para todo tipo de crueldades, guerras, mutilaciones, persecuciones, condenas, ejecuciones en la hoguera, destierros, encarcelamientos y desmembramientos. 
Se creía que todo esto era Santo porque se había deificado el sufrimiento en todas sus formas. De ahí que fuera loado el matar infieles, y que se viera justificado el conflicto. 
Este pudo ser siempre racionalizado invocando pasadas injusticias culturales, que parecían justificar la retribución por siglos y de generaciones al fin. 
Dominada por esta negatividad, la religión se convirtió en la peor opresora de la sociedad, perpetradora de las mas flagrantes injusticias y crueldades. 
Una cultura que viva por el veneno de la cólera, esperara y proyectara un dios amenazador, cruel y violento. 
Pero identificar erróneamente a los “dioses del Infierno” con el Dios del Cielo constituye un error espiritual tan imponente y asombroso que resulta casi incomprensible la extensión y la gravedad de las consecuencias que este error ha llegado a tener para la humanidad. 
A esta conciencia se le reveló el sufrimiento humano en toda su extensión en un momento temprano de la vida, y la revelación fue tremendamente impactante. En aquel instante, el ateísmo reemplazó a la religión. No resultaba comprensible la creencia en un dios que había creado tanto horror y tanto sufrimiento. 
Años mas tarde, se tomó conciencia de que el error había estado en atribuirle a Dios las cualidades del ego. 
En retrospectiva, es evidente que el ateísmo no era mas que el rechazo a los falsos dioses de la humanidad, porque había una intuición espiritual dominante que sostenía que un Dios verdadero seria lo opuesto de lo que se predicaba en la religión. Esa intuición vino confirmada mas tarde, cuando la aparición del resplandor de la Divinidad dentro de esta conciencia echo abajo lo que quedaba de tan absurdas creencias. 
Una simple inspección de la Escala de la Conciencia revela que los “dioses” iracundos históricos calibran muy por debajo de 200 y que no están, por tanto en la integridad; se hallan en la dirección de la falsedad. 
Y no en la de la verdad. En la Escala, “Dios”, tal como es ve desde los campos de energía negativos, se describe como indiferente, vengativo, castigador, condenador, vindicativo y despreciador. (Dios desprecia a todos los pecadores.) 
Estos son los dioses del odio con los cuales la humanidad ha justificado su crueldad y su barbarie a lo largo de los siglos.
Sin duda, la historia de la civilización de los últimos cinco mil años ha sido una historia de horrores repetitivos, que culminaron en el ultimo siglo con la matanza de millones de personas. 
La identificación errónea de los demonios como dioses ha tenido consecuencias vastas y de asombrosa gravedad para la humanidad. 
En este escenario histórico, hubo no obstante personas de gran altura espiritual que protestaron por las formas de la destrucción, pero la sociedad no tardo en etiquetarlos como enemigos que había que silenciar. 
En una sociedad ciega, a aquel que protesta porque aún puede ver la luz se le ve como a un antipatriota, o iconoclasta, o psicótico, o un cobarde, y ciertamente una amenaza para status quo. El no condescender con los espejismos socialmente imperantes se contempla como peligroso y subversivo. 
En la historia, los raros devotos espirituales que experimentaron elevados estados de conciencia, o incluso la iluminación, fueron llamados místicos y marcados a menudo como herejes, siendo perseguidos, excomulgados y quemados en la hoguera. 
Sus enseñanzas eran una amenaza para las estructuras de poder que se basaban en el error espiritual. 
La regulación de la culpa, el pecado y el miedo se veía amenazada por un Dios de infinita misericordia, compasión y amor incondicional. Hasta ahora, al discernimiento del ser humano se le ha escapado que la verdad trae la paz, mientras que la falsedad trae el miedo. Por este signo se puede discernir la diferencia. A finales de los ochenta, el nivel de consciencia de la humanidad saltó por fin del 190, donde había estado durante muchos siglos, y cruzó el nivel critico de 200, que es el nivel de la Integridad, hasta su actual nivel en el 207. Este nivel de conciencia mas elevado no puede ya acoger al salvajismo ni al odio, y la mayor parte de la sociedad, incluidas las iglesias, han dejado de poner el énfasis en el pecado y el miedo. Ahora, hablan del Dios del Amor. El anterior Papa, Juan Pablo II, habló en contra de las matanzas, las ejecuciones y la inquisición, y del fracaso en la defensa de los inocentes y los oprimidos. Como una primavera, surge la promesa de una nueva era en la comprensión con la que el hombre entiende a Dios. Ahora, el nivel de conciencia de la humanidad es lo suficientemente alto como para reconocer la verdad de un Dios del Amor, en vez de adorar al dios de la culpa y el odio. La humanidad se encuentra ahora en el gran umbral de un verdadero despertar, que puede ser la verdadera naturaleza de la Segunda Venida de Cristo que se anticipa en las escrituras. 
La civilización casi alcanzo el punto del auto exterminio nuclear, antes de “tocar fondo” y volver de nuevo a la Luz. La subversión de la verdad espiritual en su opuesto solo puede darse si el nivel de conciencia de la humanidad se halla por debajo del 200, pero comienza a corregirse cuando el nivel de conciencia imperante cruza la línea de la Verdad y la Integridad en el 200. Ha sido solo en los últimos años que la humanidad ha aceptado la gracia del discernimiento de la verdad y el error. 
La guillotina ya no es un símbolo de igualdad, libertad y fraternidad sino que ahora puede ser vista por lo que es. 
La sociedad ahora se encuentra con nuevos dilemas morales en la interacción de los residuos del viejo dios y el nuevo paradigma de la realidad. Ahora, nos encontramos con paradojas como la de los ateos, que van a los tribunales para establecer su derecho a la libertad, concedido por Dios, tal como dice la Constitución y la Carta de Derechos, que afirman que tales libertades y derechos provienen del hecho de que Dios creara a todos los hombres iguales. Justo por encima del nivel de conciencia de 200, se ve a Dios como el epítome de la justicia, la igualdad y la libertad. Al fin se le considera benigno y amistoso. 
Ese Cielo ahora se antoja como una realidad plausible que se pueda alcanzar de verdad, en tanto que nuevas esperanzas surjan de la sombría desesperación de generaciones y generaciones de seres humanos. La humanidad esta en el proceso de renacer, y el Dios de la Alegría esta reemplazando al dios del terror y del miedo.
La Aparición De Un Nuevo Paradigma De La Realidad A medida que avanza el nivel de conciencia de la humanidad, se observan automáticamente cambios importantes en las actitudes y en los estilos sociales imperantes. Lo negativo se va haciendo cada vez menos atractivo, menos aceptable y menos persuasivo. 
El odio, la venganza, el orgullo y la severidad encuentran cada vez menos entusiastas, y ahora se ven las desagradables consecuencias de las acciones punitivas, siendo cada vez mas difícil racionalizar la desigualdad y la injusticia. 
Los dioses negativos históricos ya no resultan atractivos ni persuasivos, y tales extremos pierden su aureola de validez aceptable. La responsabilidad reemplaza al pecado, la ética sustituye a la moralidad vindicativa y la comprensión reemplaza a la condena. 
Términos tales como “bueno” y “malo” se han vuelto relativos y, cada vez mas, se define y se aprecia el contexto como factor contribuyente. La cordura social empieza a reemplazar a la histeria, y la propaganda del odio no se vende con tanta facilidad entre las masas. Aunque esta elevación de la conciencia impera ahora en gran parte del mundo occidental, todavía se resiste en zonas del globo donde prevalecen los dioses de antaño. Allí, las guerras de religión y sus adherentes políticos continúan distorsionando la verdad espiritual y propagan la conflagración y la guerra entre seres humanos. Pero lo mas interesante es que el velo de la ignorancia que cubre a tales culturas se esta perforando ahora gracias a los medios de comunicación electrónicos, que traspasan las fronteras políticas. ¿Quien iba a pensar que el mal terminaría perdiendo su dominio gracias al chip? Casi todo el mundo tiene ahora libre acceso al mensaje de la verdad y la libertad. La tiranía cae bajo la acometida de Internet. La información es herramienta la mas poderosa desarrollada por el hombre desde que Gutenberg inventara la imprenta. A través de la libre comunicación, toda la humanidad se funde y se une al fin en una libertad y una hermandad emergentes. Las diferentes “lenguas” que separaron a la humanidad en divisiones conflictivas se unen ahora en una lengua compartida que hasta los niños entienden fácilmente. 
La aparición de un nuevo paradigma de la realidad era algo que se reflejaba también en el reciente y mas que espontáneo hundimiento del comunismo totalitario y ateo de la antigua URSS y la Europa del Este. Y su declive en el resto del mundo es también inevitable y esta garantizado por la libre comunicación así como por las  necesidades económicas. 
El comunismo de la URSS cayo sin un tiro. No lo “derrotó” una “guerra contra el mal”, sino la aparición de su opuesto. La evolución no se da venciendo lo negativo, sino optando y adhiriéndose a lo positivo. 
Esto quedo demostrado también en el realineamiento pacifico entre el Norte y el Sur de Corea. También ha habido un cambio importante en el mundo de la ciencia durante los últimos años del pasado siglo. La antigua ceguera de la ciencia se basaba en su limitación al materialismo determinista del paradigma lineal Newtoniano de la realidad que condenó la consciencia científica llevándola a su detención en el nivel de conciencia de 499. 
Este es el nivel de Newton, Einstein, Freud y todos los demás grandes pensadores y científicos. 
La información que no era explicable mediante el calculo integral era ignorada por “caótica” y ajena al reino de la investigación científica. En la medida en que la vida y sus procesos intrínsecos son no lineales, todos estos conocimientos y su realidad quedaban fuera, muy lejos, del paradigma de lo que es posible a la vista de la ciencia clásica. 
Todo esto cambio profundamente con el descubrimiento de la teoría del caos, o las dinámicas no lineales, que abrió la vida a la investigación. 
Y apareció un puente de comprensión entre la ciencia y la espiritualidad gracias a la claridad que permite la Escala de Conciencia calibrada. La ciencia había decidido que a menos que algo fuera definible y mensurable (“la realidad es medida”), sería irreal e imaginario. Así, la ciencia invalidaba cualquier estudio o investigación seria sobre los valores humanos del amor, la compasión, la belleza, el perdón, la inspiración, la fe, el compañerismo, la lealtad, la gratitud, la esperanza y la felicidad; en otras palabras, todo lo que constituye el verdadero núcleo y realidad de la experiencia y la motivación humana. 
La ciencia también es incapaz de captar la importancia de lo sutil y lo intangible. Sin embargo, es la mejor herramienta que haya tenido el hombre para evaluar y manipular el mundo físico. 
El hecho de que la ciencia tenga sus limites no es un defecto sino que simplemente define su rango de utilidad. 
De hecho, conocer los propios limites es una fortaleza, no una debilidad. Un punto importante en la teoría del caos es el descubrimiento de los llamados “campos atractores”. 
Estos revelan que tras lo que parecen ser acontecimientos inexplicables, caóticos y fortuitos, hay en realidad un campo de energía oculto cuyo patrón influye en la aparición de datos “estocásticos” o fortuitos. Estos patrones son discernibles tras lo que parece no tener sentido o ser incomprensible en la naturaleza, y aportan explicaciones a ciertos cambios globales o medioambientales y a patrones del clima, e incluso al latido del corazón humano. Lo inexplicable sigue siendo impredecible, pero se vuelve comprensible. Los niveles jerárquicos de la realidad espiritual son ahora verificables y accesibles, cuando antes eran dominios invisibles de importancia insospechada. 
El hecho de que el comportamiento y las creencias de los seres humanos estén dominados por niveles de conciencia de poder creciente, con sus propios campos atractores ocultos, permite elucidar cuales han sido los fundamentos de los comportamientos de la humanidad a lo largo de la historia. 
Al conocer el nivel calibrado de conciencia de cualquier cultura, nación, grupo, persona o institución, disponemos de un rango muy predecible de actitudes a esperar, pensamientos, emociones y contenido mental. Al igual que una bandada de pájaros que siguen un patrón invisible, los patrones de comportamiento de segmentos completos de la sociedad quedan abiertos al estudio y a la consciencia. Una población dada solo puede aceptar el paradigma de realidad que se halle dentro o no muy lejos de su propio parámetro, tal como indica su campo de conciencia innato calibrado. Estos campos de energía invisibles se extienden mas allá del tiempo y el espacio, y se hallan presentes en todas partes a lo largo de la historia, en todas las épocas y para todos. 
Al igual que un receptor de radio, cada persona sintoniza con el campo de pensamiento de su propio nivel de conciencia. Los que están en los 300s, por ejemplo, reverberan de forma muy diferente a los que están en los 400s. 
Cada nivel tiende a descartar la realidad de los otros niveles. 
Por ejemplo, en el 190, el orgullo es un muy poderoso motivador, por ejemplo la Alemania de Hitler. 
El orgullo se convierte entonces en justificación, y también en el medio y el fin para la autorrealización. En cambio, en los 400s, la razón, la lógica y la información científica prevalecen. Y no es hasta que se alcanzan los 500s que el amor y la compasión asumen el verdadero significado, o realidad, o se constituyen en base del comportamiento. 
El conflicto entre los distintos niveles de los campos de energía influye en las resultantes luchas de clases y en los enfrentamientos sociales entre sus distintas posiciones políticas. El péndulo de la opinión pública se balancea de un extremo a otro, en los cuales el grupo gobernante intenta eliminar los puntos de vista de aquellos que difieren de sus formas de pensamientos y creencias imperantes. 
En los niveles superiores, el conflicto se resuelve por el entendimiento, la comprensión y la compasión, mientras que en los niveles inferiores, el conflicto se resuelve con la lucha, la persecución y la guerra. 
El paso que ha dado la humanidad desde la oscuridad y la ignorancia del pasado hasta la esperanza y la promesa de la Luz no se ha reconocido hasta el momento por lo que es y por el profundo cambio que implica en realidad. Este importante cambio, del 190 al 207, es el acontecimiento mas importante y profundo de toda la historia de la humanidad. 
Como era de esperar, sucedió de forma silenciosa, no manifiesta, y mas allá de toda percepción. La posibilidad de esta eventualidad como destino del hombre fue anticipada con la aparición en la humanidad de los grandes avatares. 
El poder infinito de la Divinidad desciende su radiación a través de los niveles de conciencia como la luz del Sol en el bosque. Sustentando toda vida. 
Cuando se le priva del poder de la Luz, la conciencia vuelve a su ilusorio subtitulo temporal, denominado fuerza. 
La fuerza es limitada, mientras que el poder es ilimitado. Por tanto, el final esta asegurado en la medida en que la fuerza no puede resistir al poder, y sin la infusión de poder, la fuerza, por su propia naturaleza, se consumirá y se extinguirá. Con la expansión del conocimiento hasta llegar a incluir la no dualidad no lineal de la realidad, se hará evidente que la afirmación mas profunda, y radicalmente científica que se puede hacer es, de hecho, “Gloria in Excelsis Deo”.
David R. Hawkins.
http://elnuevodespertardelser.blogspot.com.es/

Libro el Ojo del Yo (David R. Hawkins) CAPÍTULO 4 - SEGUNDO ESCRITO (Las Bases La Religión como Fuente de Errores Espirituales)


CAPITULO 4 (Segundo Escrito)
Las Bases La Religión como Fuente de Errores Espirituales.

La Perspectiva Histórica A lo largo de la historia ha habido multitud de enseñanzas espirituales y caminos establecidos a Dios. Estos son los “yogas”, o vías que se han descrito en las distintas tradiciones. 
Cada uno ha generado sus propias escuelas, religiones, literatura espiritual, escrituras, santos, maestros y figuras históricas. Históricamente, han absorbido también en diversos grados los rasgos étnicos y los remanentes de la cultura en la cual se originaron. Así, la mayoría de las grandes tradiciones espirituales del mundo se han llegado a identificar con influencias y costumbres étnicas que han podido desvirtuar la pureza espiritual de estas enseñanzas. 
Esto ha traído la división entre las grandes religiones del mundo, e incluso ha servido de base para terribles guerras de religión. Quizás un estudio renovado de la verdad espiritual podría trascender estas diferencias superficiales y recoger así la esencia critica de todas las enseñanzas espirituales dignas, independientemente de su origen o de su etiqueta.
 ¿Que Es Un Camino Espiritual Puro? 
En realidad, hasta el presente, no ha habido ningún modo de discernir la verdad o falsedad de ninguna enseñanza espiritual o maestro; y así, el estudiante espiritual tenia que confiar en la fe, en la integridad espiritual de un maestro como era revelada por su reputación. 
La directriz fiable era la de la propia gracia interior y karma, y esperanzado uno se implicaba en un esfuerzo espiritual integro y valido. Las limitaciones de los grandes caminos que se originaron miles de años atrás estribaban en la escasez de enseñanzas originales y llevaron a una progresiva perdida de lo que se había escrito a partir de la transmisión oral. 
También se daba cierta perdida de precisión en las traducciones de un idioma a otro, además de la malinterpretación de aquellos que escuchaban las enseñanzas y no eran iluminados. 
Si utilizamos el test muscular para calibrar el nivel de veracidad de las grandes religiones del mundo, veremos que, con el tiempo, y tal como se detallo en el libro Poder contra Fuerza, hubo un declive generalizado en el nivel de verdad de algunas de estas religiones. 
En el Budismo, este declive fue quizás menor y relativamente pequeño, pero en otras religiones la perdida fue muy considerable. Puedes hacer fácilmente un estudio informativo investigando y calibrando el nivel de conciencia de cada religión, siglo a siglo, así como el de sus diversos interpretes a lo largo del tiempo. Es posible incluso determinar en que año y bajo que dictados tuvo lugar el declive. 
Con frecuencia, se pueden identificar los acontecimientos específicos en los que las autoridades eclesiásticas tomaron determinadas decisiones religiosas que tuvieron consecuencias calamitosas. También se puede definir y comprender con claridad la naturaleza exacta del error mediante la elucidación de las fuerzas culturales y políticas de la época. 
Tal vez se hicieron compromisos que pudieron parecer justificados en aquella época y que se tuvieron por provisionales para la supervivencia de las enseñanzas, pero tuvieron consecuencias sumamente desafortunadas a largo plazo por no haber sido corregidas. El ejemplo más grave y serio de esto fue el gran declive en el nivel de verdad del cristianismo que tuvo lugar en la época del Concilio de Nicea. El Cristianismo, que se había mantenido en los 900s, cayo hasta los 400s puntos debido a la inclusión del Antiguo Testamento con el Nuevo Testamento en “La Biblia”, además de la incorporación del libro del Apocalipsis (que es de origen astral). Este fue un error devastador en la medida en que todos los libros del Antiguo Testamento, con la excepción del Génesis, los Salmos y los Proverbios, dan respuestas débiles en la prueba muscular, indicando así que su nivel de veracidad está por debajo de 200 y por tanto no son ciertos. 
Esta negatividad es debida a las representaciones antropomórficas de Dios como ser falible y sujeto a las emociones humanas negativas, tales como la venganza, el odio, la parcialidad, el pacto, la vulnerabilidad, la ira, la destrucción, el orgullo y la vanidad. Este dios enfadado de la venganza tuvo que ser apaciguado, tranquilizado, aliviado y recompensado de algún modo para que no desatara la destrucción con tormentas, inundaciones, incendios y plagas. 
Este era el opuesto exacto al Dios de la verdad, la misericordia, y el perdón que Cristo representó. 
Cristo dijo que el dios de la venganza debía ser reemplazado por el dios de la misericordia y el perdón. Había que orar por los enemigos y perdonarlos por su ignorancia. 
Estas enseñanzas fueron repudiadas por la antigua tradición Hebrea del dios de la Justicia, la Venganza y el Favoritismo. (Véase la Nota al final de este capitulo.) 
Los antiguos dioses de las culturas primitivas provienen de niveles, “astrales” de la conciencia. 
Y son el origen de los “dioses” Escandinavos, Alemanes, Griegos, Hebreo, Romanos, Egipcios, Babilonios, Incas y Mayas, con sus significativas limitaciones de las pasiones humanas y motivos, parcialidades, odios, y exigencias de sacrificaos, y sus airadas y celosas destrucciones. Aquello que es el verdadero Dios tiene poder infinito y no tiene necesidad alguna de emplear la débil manipulación de la fuerza. Aquello que es verdaderamente divino no tiene vulnerabilidades, necesidades ni intereses creados. La emotividad, la selectividad y las limitaciones que revelan no son atributos del Dios cuya Presencia es innatamente revelada a través del Amor y la Paz. La negatividad se origina en la mente del hombre que fabrica un surtido interminable de falsos dioses, todos los cuales exigen adoración y sacrificios. 
El Dios de la Realidad no tiene “necesidades” y no esta sujeto a ser complacido o desplacido, y mucho menos apaciguado. La gravedad de la perdida de comprensión puede ser apreciada si tenemos en cuenta que los valores numéricos calibrados son logarítmicos. Una perdida de 100 puntos representa una enorme perdida de verdad y de poder. En algunas religiones, estos errores fueron tan severos que sus secciones fundamentalistas cayeron por debajo del nivel crítico del 200, y las falsedades resultantes, que se tomaron equivocadamente por verdades, trajeron graves consecuencias, en forma de gran sufrimiento y destrucción masiva para la humanidad. Los niveles por debajo de 200 representan el sufrimiento en todas sus formas. 
Una de las principales influencias que llevo a la humanidad en una dirección negativa fue un arma conceptual a la que se le dio el nombre de “justicia”, que calibra como Orgullo a 190. Esta ha sido la principal fuerza destructora y el talón de Aquiles de la humanidad durante los últimos miles de años de su historia. 
Fue la gran excusa, la excusa suprema para toda forma de salvajismo y barbarie imaginable. Los auténticos grandes caminos históricos se originaron por los avatares, o grandes maestros, a quienes hemos identificado como aquellos que calibran en el nivel 1.000, que es la máxima puntuación posible en los dominios terrestres. Los mas conocidos en el mundo occidental son Cristo, Buda, Krishna, Zoroastro, y Moisés. 
El nivel de 1.000 concierne a la salvación de toda la humanidad. Por tanto un maestro espiritual que se dirija a toda la humanidad estará hablando desde el nivel del avatar.
Los grandes avatares vivieron con anterioridad a que la palabra escrita fuera un bien accesible, y por eso hay cierta escasez de datos fiables respecto a que enseñaron exactamente y como fue interpretado. Dado que existen pocas explicaciones acerca de lo que se pretendía decir en su origen, las malas interpretaciones se dieron rápidamente en cuanto la enseñanza original fue transmitida. Podemos discernir de inmediato esos errores que se deslizan sigilosamente y distorsionan la pureza original. 
Muchas de estas desviaciones son bastante evidentes para cualquiera con un poco de intuición espiritual o incluso con un sentido básico de la ética. 
Las distorsiones parecen haber tenido lugar con el establecimiento de las religiones y cuando las instituciones autoritarias tomaron el nombre de sus respectivos fundadores con el fin de otorgarse a si mismas la autoridad y el poder para atraer seguidores y bienes mundanos, y obtener control sobre los demás. La espiritualidad, como tal, no discute con nadie, y las malas interpretaciones que se divulgaron como dogma, lo fueron por la jerarquía eclesiástica con el fin de otorgarse autoridad y explotar las malas interpretaciones como verdad espiritual con el fin de obtener beneficios mundanos. De este modo, abandonaron el poder por la fuerza, y socavaron la verdad tal como había sido establecida por los fundadores que, históricamente, luego pasaron a ser fundadores únicamente en nombre. 
El estatus y el prestigio del avatar original, el gran nombre, fue luego apropiado y comercializado a fin de construir grandes imperios. 
Con esta breve perspectiva histórica, puedes ver que la verdad original sigue estando inmaculada hasta el día de hoy y puede ser redescubierta. Se ha abusado tanto de las palabras “espiritual”, “religión” y “Dios,”, que han terminado por resultar engañosas. Un termino mas comprensivo, que evita las distorsiones históricas y engloba toda la información disponible y posible acerca del hombre y de Dios es el de “conciencia”. 
La espiritualidad hace referencia a aquellos aspectos de la conciencia que pertenecen a la toma de consciencia de la verdad y la divinidad e incluye toda referencia a la Realidad Absoluta y omnipresente, que es el Origen y el dominio infinito de todo lo que existe como Existencia en si. 
En esta definición, la conciencia agrupa todas las posibilidades y realidades en su totalidad, y es el verdadero espacio y la matriz en el que la consciencia progresa hasta su ultima potencialidad. Podemos validar con seguridad y precisión este camino, al menos hasta el nivel calibrado de conciencia de 1.000, momento en el que la ilusión de un buscador separado ya se habrá disuelto. 
Las enseñanzas de todos los grandes maestros espirituales que han vivido pueden inspeccionarse ahora e incluso calibrarse en detalle y verificarlas. El nivel de conciencia de 600 indica el nivel en el cual la dualidad desaparece en la no dualidad. En este punto, se abre un puente entre lo visible y lo invisible, entre lo conocido y lo no conocido, entre lo ordinario y lo posible y pueden aproximarse. En el nivel del 600, el espíritu y el hombre se encuentran. Lo visible y lo invisible se difuminan el uno en el otro. Se trata de un punto de referencia que sirve de guía. Es el nivel de la iluminación. 
Curiosamente también, el propio test muscular de la Verdad calibra en el nivel del 600 y es por tanto, la expresión física del encuentro de los reinos de la dualidad y la no dualidad. 
El estudio de la naturaleza de la conciencia es, posiblemente, el mas potente y puro de los caminos espirituales, debido a su carácter auto-corrector y auto-impulsor. 
La literatura acerca de la conciencia y la espiritualidad lleva a error con facilidad, y así, el buscador de la iluminación serio de hoy, puede excluir todas  aquellas enseñanzas cuya veracidad no pueda ser verificada objetivamente. 
Los niveles de conciencia de mas de 500 y 1.000 indican en realidad lo que se podría describir como reinos o dimensiones diferentes. Los maestros espirituales en los altos 500s, son los que tienen más contacto con un gran numero de personas. 
Cuando con el tiempo su conciencia evoluciona espiritualmente hasta alcanzar 700, se convierten en seres menos accesibles y mas legendarios, y su legado lo componen las enseñanzas que de ellos se conservan. Podríamos tipificar la vida humana como una variedad de campos y niveles de conciencia diversos que se comunican entre si y ven a las personas como portavoces impersonales de todos estos niveles. Así, el menosprecio que muestra el núcleo duro del científico materialista por la religión y la espiritualidad no es en realidad un punto de vista personal, sino la mera expresión del campo de energía del 400, con sus limitaciones inherentes, así como con sus capacidades. Particularmente, en los bajos 400s, hay cierto egotismo acerca del intelecto, la razón y la intelectualización. 
Por tanto, en los 400s, Dios es reemplazado en tanto que fuente de todo conocimiento y esperanza de futuro. En los 300s, la política se convierte en la esperanza de salvación del hombre, y las guerras se libran sobre ideologías políticas, etiquetas y slogans, con la degradación del valor de la vida humana individual. 
A la “mala” gente se les elimina con la guillotina y la silla eléctrica o se les pone en prisión. En este nivel, existe la preocupación dualista sobre el reino limitado de lo “correcto” frente a lo “erróneo”, con su innata ceguera ante los posicionamientos que genera tal dicotomía. 
Los niveles mas bajos viven en un mundo caótico, debido a que las definiciones de lo correcto y lo erróneo varían de un momento a otro, de cultura en cultura y dentro de una misma cultura, en función de la educación, el Cociente Intelectual, las normas sociales o la geografía. Este nivel es muy vulnerable a los medios de comunicación de masas, que lo explotan al máximo y exprimen al publico con sentimentalismos y emotividades sensibleras. Esta tendencia a “lo uno o lo otro “ persiste en los 400s como “científico” frente a “no científico”. 
Así, la propia ciencia se convierte en el hogar de un reduccionismo y un determinismo mecanicista, que se sostiene como un dogma dominante capaz de rivalizar con el de la Iglesia de la Edad Medía. Por el nivel de conciencia de los 500s, disminuye la tendencia a dejarse cautivar por las limitaciones innatas y la ignorancia de los opuestos disminuye, y tales falacias sueltan su presa en la mente. 
En los 500s, el espíritu en forma de amor comienza a disolver estos endurecidos extremos, y el humanismo y la ética situacional, que tiene en cuenta el contexto, emergen para ofrecer un mayor equilibrio y cierto sentido de la ética que contrarreste el extremismo. 
El nivel del corazón (500) se convierte en un puente que deja atrás el secularismo, el núcleo duro de la rigidez, y el moralismo vindicativo y abre la puerta a la consideración de puntos de vista alternativos, la benevolencia, la misericordia y el perdón, comprendiendo y no enjuiciando. 
El gran poder de los 500s se halla en el uso de la facultad de comprender, y es la comprensión la que permite la progresión hasta el 540, el nivel del Amor Incondicional. En estos niveles, existe la capacidad de diferenciar la acción del actor. Así, la madre visita a su hijo convicto en prisión y sigue amándole a pesar de haber cometido un crimen horrible. 
En los 500s, también existe la capacidad de darse cuenta de las limitaciones del hombre y de su incapacidad para elevarse por encima de ellas. La capacidad y la voluntad para perdonarles, “pues no saben lo que hacen”, entonces se convierte en una meta realizable en la medida en que la benevolencia.
 reemplaza al deseo de retribución, venganza y respuesta a la agresión. El perdón por tanto se convierte en piedra angular. 
En los 500s, las limitaciones de la capacidad de elección se hacen obvias. El niño que hay dentro de cada uno salta a la vista, y su mas profunda inocencia primordial se vuelve visible y tiende a impedir el uso de las represalias, algo que en nuestra sociedad suele tomar la misma o peor forma que la del crimen que se pretende castigar. 
En el 500 existe también la capacidad de ver todos los actos como resultado de una multitud de factores implicados, de manera que la responsabilidad se ve ahora como algo presente o posible solo en diversos grados, en función del contexto y de las circunstancias. 
El comportamiento asume matices de significado, y las sobre simplificaciones genuflexas dejan de ser aceptables. 
Dejan de hacerse juicios prematuros, y se sopesan y se consideran distintas paradojas. Se entiende también que las cosas no suceden en contra de la voluntad personal, sino por la concurrencia de las propias posiciones espirituales actuales o previas en las elecciones tomadas. 
Se ve la vida, en todas sus expresiones, como una oportunidad para el crecimiento espiritual y adecuada a los que participan de ella. La vida humana, como se experimenta es una dramatización épica de todas las posibilidades, habitualmente por debajo del nivel 600. En este punto, el contexto cambia drásticamente y todo un conjunto de obstáculos aparentes se ven ahora como principios y desafíos para la consciencia. 
En el 600, la percepción es reemplazada por la visión. Lo que en el mundo de la percepción quizás se viera como algo desafortunado, puede verse ahora como un regalo a través de la mas avanzada consciencia de la visión. 
En el 600 también cesa la identificación con el cuerpo físico y, así, el mas grande de todos los miedos, el miedo a la propia muerte, desaparece como una posible “realidad”. 
Como una oruga emergiendo de su capullo, el espíritu nuevamente liberado se regocija en su no corporeidad dado que el Ser es totalmente invisible. Los niveles por encima de 600 pueden ser mas exactamente descritos o referidos como estado o condición que prevalecen y se hacen auto- evidentes dado que no hay sujeto ni objeto. 
El conocedor y lo conocido son idénticos y evidentes en si mismos como uno y lo mismo, sin división. No existe lo interior ni exterior, ni lo individual frente a Dios, ninguna parte fuera del todo, ninguna entidad independiente a tener en cuenta. Todas las dualidades se han trascendido. 
La consciencia es autoexistente, de modo que no existe un individuo en quien tenga lugar. 
Durante unos breves momentos, cuando el yo desaparece en el Ser hay una extrañeza y un sobrecogimiento transitorios y sumamente profundos. Se experimenta la muerte del yo y, luego, todo es serenidad y paz. A uno se le antoja absurdo el haber considerado alguna vez al cuerpo como “mío”, y siente que quizás se debiera a un olvido o lapsus pasajero. 
Es como si uno hubiera olvidado quien era en realidad, y ahora, con alegría lo recordara. Todos los miedos y las vicisitudes de la vida desaparecen, y ahora, libre incluso de la propia muerte, aparece el recuerdo de lo que uno siempre ha sido y siempre será, y que esa supervivencia nunca fue un problema en absoluto. La propia seguridad innata había sido garantizada en todo momento por la realidad del Ser, que es omnipresente y está mas allá del tiempo y el espacio. Ni siquiera son posibles los principios ni los finales, dado que la realidad de uno existió antes que todos los mundos o universos. No hay preguntas ni respuestas porque no existen dicotomías en la identidad.
Uno no es ni uno ni múltiple, sino que esta mas allá de todo posicionamiento y mentalidad. Seria mas adecuado decir que el Ser de uno es la realidad de la cual surge “lo uno y lo múltiple”. Todo esta completo en si mismo, todo es autónomo, y no tiene necesidad de ninguna otra cosa fuera de si mismo, dado que “fuera de si mismo” es una imposibilidad. Así, el “Ser”, es contexto, mientras que el “ser” es contenido. No existe división entre el creador y lo que es creado. Todo se esta autocreando en tanto que manifestación de la mente de Dios. Esta gran consciencia, caracteriza el nivel de conciencia de los 700s, donde el Ser es Todo Lo Que Es. Y dado que el universo esta auto- evolucionando y auto- realizándose, no es necesaria ninguna intervención. Todo esta en perfecto equilibrio y armonía. Los niveles de conciencia de los 800s y de los 900s son los niveles mas elevados del potencial de conciencia de la humanidad. El sabio puede volver ocasionalmente al mundo, pero el mundo esta ahora transformado. Ya no es un mundo con individuos que necesitan “salvación”, sino un campo de energía que elevar y reforzar. Cada conciencia en el mundo que se calibra por encima del nivel de la Integridad sirve para contrapesar la negatividad del setenta y ocho por ciento de la población que refleja la negatividad por debajo del nivel del 200. El poder del nivel de conciencia de 1.000 contrapesa la negatividad total de toda la humanidad y crea no solo la potencialidad, sino también la certeza de la salvación de toda la humanidad. Aunque esta eventualidad parezca desarrollarse con lentitud en el mundo del tiempo, ya existe en la realidad de lo absoluto, mas allá del tiempo. 
El progreso espiritual se basa en la aceptación como una cuestión de libre albedrío y elección, de tal manera que todos experimentan únicamente el mundo de sus propias elecciones. 
El universo esta absolutamente libre de victimas, y toda eventualidad es el desarrollo de una elección interior y una decisión. ¿Y a que se debe la aparente demora a este destino trazado? Parece ser que a la atracción de los campos de energía que hemos delimitado como “fuerza”, o ilusión y falsedad. Crucial para esta atracción es la identificación del yo como un cuerpo. Y el miedo por la supervivencia que se deriva de ello. 
Se teme la muerte entonces como el fin de la vida, y se la percibe como una realidad posible y autoexistente, con una temible e imaginaria existencia. 
Para el yo superior, la vida humana esta compuesta de juegos y farsas porque, inconscientemente, todos saben que la muerte no es una posibilidad real. ¿Por que otro motivo iba a arriesgar nadie su “vida” para obtener una ganancia política o económica? Con no mas que una simple ojeada, la imagen de los cuerpos despedazados en la guerra convence a cualquier héroe en potencia de que la gloria de la guerra es un absurdo total. 
Tras una guerra donde “mueren” setenta millones de personas, las fronteras de los países siguen estando donde estaban, los negocios vuelven a sus rumbos y la farsa en su conjunto no deja de ser una triste broma. Los antiguos enemigos se estrechan ahora las manos y se respetan mutuamente en los días conmemorativos, y visitan los memoriales de guerra de los otros. En el ajedrez o en las damas, no se destruyen las piezas, sino que simplemente se sacan del tablero para usarlas otro día. 
El ego se sumerge en representaciones plenamente convincentes tanto para los actores como para los espectadores. 
En determinado nivel, cada actor realiza un servicio espiritual para los demás representando las lecciones que conviene aprender para beneficio de todos.
 Los actos de coraje despiertan al alma a su propio poder innato, la cual necesitará alcanzar la última consciencia. Mas allá de los 600s, no hay yo personal que haga elecciones. 
La progresión es una expresión de la naturaleza de la conciencia en si misma. Por tanto, el compromiso con una tarea espiritual concreta mantiene en marcha al cuerpo en el mundo material, hasta que el proyecto se completa. En realidad, solo hay una vida, que tiene la apariencia de capítulos sucesivos. 
Nota Sobre la Biblia Cristiana (Versión King James, Reina- Valera en español) El Antiguo Testamento calibra en 190. 
Sin embargo, el Génesis esta en 660, los Salmos en 650 y los Proverbios en 350. Si se excluyen estos libros, el resto de libros del Antiguo Testamento se calibra en conjunto en solo 125. 
El Nuevo Testamento calibra en 640. Sin embargo, si se elimina el Apocalipsis (que calibra solo en 70), el Nuevo Testamento calibraría en 790. La Biblia actual calibra en 475. Para hacerla realmente ,”santa”, tal como da a entender su titulo, habría que sacar todos los libros del Antiguo Testamento (salvo el Génesis, los Salmos y los Proverbios), y el Apocalipsis. Si se hiciera esto, la Biblia seria verdaderamente “santa”” y calibraría en 740. Conviene indicar que la versión Lamsa en inglés (Peshitta en español) de la Biblia (traducida del arameo Peshitta) es mas exacta que la versión King James (traducida del griego). 
Calibra 20 puntos por encima. La versión King James tiene errores graves (por ejemplo, en la cruz, hay un error en la cita de Jesús cuando dice “Dios mío, ¿por que me has abandonado?”; en la traducción aramea la cita es “Dios mío, por esto fui perdonado”. Jesús hablaba Arameo, no griego ver introducción, Biblia Lamsa, p. xi). Si la Biblia Peshitta excluyera el Antiguo Testamento (salvo el Génesis, los Salmos y los Proverbios) y el Apocalipsis, esta calibraría en 810. Si se extrajera el Apocalipsis de la traducción Peshitta del Nuevo Testamento, este calibraría en 880.
David R. Hawkins.
http://elnuevodespertardelser.blogspot.com.es/


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