viernes, 17 de julio de 2020

EL CODIGO JESÚS : Lección 11 - CÚRATE A TI MISMO


El cuerpo se mantiene en plenitud cuando vives en y como una Conciencia más elevada.
Ábrete a la Presencia que cura, al Único Poder, y sé completo. No limites tu visión para ver la perfección.
Únete con el propósito del Amor, y recibe el flujo. Siente la energía como Luz purificadora a través del cuerpo entero.
La enfermedad es real sólo porque crees en ella. ¿Debes ser curado de aquello que es real, y que sin embargo no lo es? Sabe que sólo los  pensamientos y las emociones requieren de curación. Consiente a la curación. Muéstrale tu aquiescencia. Deja que el efecto de la herida emocional y de pensamiento sea curado por el Amor.


Nuevamente vemos cuán esencial es vivir en y cómo el Yo de nuestro ser, y ver sólo el Ideal del Cuerpo. En esencia, lo que pensamos que es el cuerpo físico es un pilar esculpido de luz, energía pura y pulsante que incorpora el patrón perfecto para la manifestación de lo que percibimos como forma. Pero la realidad de nuestro mundo es energía pura, y a medida que nos movemos hacia una conciencia más elevada, veremos la apariencia etérea de la estructura sólida, mientras el patrón de energía detrás de la forma comienza a transparentarse. Esta “realidad brillante” también nos revela que no hay decadencia, enfermedad o envejecimiento dentro de la configuración de la energía, y
conforme retenemos esa percepción en nuestras mentes, el objeto visto como sólido comienza a reflejar su verdadera perfección. Este proceso puede simularse mediante el pensamiento abstracto en otras palabras, ver al cuerpo físico como un campo puro de luz a través de la facultad imaginativa de la mente (imaginación).
Recuerda que hemos creado nuestro mundo objetivo a través de la conciencia enfocada. En el punto donde se encuentran la luz y las lentes de la mente, tomamos fotografías claras y agudamente definidas de la vida objetiva mientras percibimos nuestro mundo personal tal como será. Y lo que se reveló fueron patrones de energía que “congelamos” en tiempo y espacio para que aparentaran ser forma y experiencia. Sin embargo, muchas veces nuestro enfoque fue inverso a la creación, y tomamos fotografías que no queríamos que se revelaran. Por ejemplo, cuando apareció una aflicción en el cuerpo, la energetizamos todavía más y la convertimos en enfermedad completa enfocándonos en el problema, viéndolo empeorar. Y por supuesto, lo hizo. La clave aquí es enfocarse sólo en la perfección de nuestro Ser. Volvamos al “comienzo” ahora y veamos cómo fue creada la forma física.
En los nebulosos nichos del antiguo pasado, un arquetipo del cuerpo fue imaginado en la conciencia un patrón o modelo original de la estructura atómica en un campo de energía, que se volvió visible para nosotros a través de la acción mental. El prototipo incluía todo lo necesario para vivir en los elementos del plano físico, más denso, y a partir de este patrón, las ondas de luz irradiaron como líneas de fuerza causando un racimo atómico. Esto resultó en células que formaron tejidos, órganos, una corriente vital que llamamos sangre, un órgano muscular para bombearla, un órgano de respiración externo para dar a la sangre su provisión de oxígeno, un órgano para limpiar la sangre, un sistema digestivo, un sistema músculo-esquelético y así sucesivamente todos volviéndose visibles en un rango  extremadamente estrecho del espectro electromagnético.

No obstante, el cuerpo entero es nada más que energía en movimiento, “fina pelusa”. Y como discutimos  antes, originalmente teníamos la habilidad de cambiar la estructura molecular y eliminar la apariencia de la forma.
Una vez más, no somos un cuerpo, pero tenemos uno mientras estamos en este plano de existencia.
Y el cuerpo puede ser mantenido en el grado de perfección correspondiente a nuestra conciencia, entendimiento y conocimiento del Yo-Espíritu-Ser. Es la omnisciencia y la  omnipotencia del Yo la que se encarga de todo cuando estamos alineados con esa Divina Conciencia en pensamientos y sentimientos hasta que llega nuestro momento de “acostarlo” y regresar a nuestra morada natural.
Nuestro objetivo es liberar continuamente el cuerpo a la Vida perfecta, verlo como una actividad de la Vida, y dejar que sea gobernado en concordancia. El cuerpo es energía pura, pero cuando lo vemos como algo más, nos enfocamos en la enfermedad, y tratamos de curar un órgano a través del pensamiento, estamos aceptando la idea de que hay un problema físico, y de esta manera nos separamos todavía más del poder de la Divina Conciencia. El cuerpo no puede enfermarse, porque la “enfermedad” no existe en ningún punto del universo. Sólo parece surgir a través de una falsa creencia, que no es real. Por lo tanto, la salud menos-que-perfecta existe sólo como una forma de pensamiento, y no como una realidad.
Las falsas creencias causan la aparición de la enfermedad. 

La espina original en la conciencia es la creencia en dos poderes, que después se divide en creencias como la separación de nuestra Fuente, el Dios punitivo que causa enfermedad, un universo malevolente, el karma y la herencia lo cual conduce a juicios, críticas, ira, falta de perdón, culpabilidad, deseos desenfrenados, y auto-compasión.
En la única Mente, el Yo Omnipresente, que incluye todo lo que es en todas partes, sólo existe la única Omnipotencia una infinita Voluntad-para-el-Bien. No hay ningún otro poder. Y es imposible para nosotros el ser separados de nuestra Fuente, porque nosotros somos esa Fuente en la Autoconciencia consciente. No hay otro Dios, lo que significa que vivimos en un universo totalmente benévolo.
El psicólogo inglés Charles F. Haanel ha escrito:
Existen aquellos que parecen pensar que la enfermedad y el sufrimiento han sido enviados por Dios; si esto fuera así, cada médico, cada cirujano y cada enfermera de la Cruz Roja estarían desafiando la voluntad de Dios, y los hospitales serían lugares de rebelión en vez de casas de misericordia... La teología ha estado tratando de enseñarnos a un Creador imposible, uno que ha creado seres capaces de pecar y que después les permite ser castigados eternamente por esos pecados.

Por supuesto, el resultado necesario de tan extraordinaria ignorancia fue crear miedo en vez de amor...
¿Y el Karma? Hemos visto que no es otra cosa que la causa y el efecto en el plano más bajo, del que nos elevamos cuando aceptamos nuestra divinidad tan simple como salirnos de la cuneta y movemos hacia la curva. ¿Y la herencia? Cuando encarnamos, nos adherimos a un campo de energía genealógica particular, pero con Dios como el elemento procreador de la vida, ¿cómo podemos heredar otra cosa que no sea perfección?
Debemos cambiar nuestras mentes y ver solamente la Verdad, lo que significa tener la habilidad de ver el no-poder de las apariencias. Cuando dejemos de temer lo que está  ocurriendo en el cuerpo, dejamos de juzgar, lo cual abre el camino para que el Yo Omnipotente revele la realidad detrás de la ilusión.
Hagamos una pausa momentánea para hacer una meditación.
¿Qué es lo que hay en mi cuerpo que está llamando mi atención? Es una falsa creencia que ha sido proyectada en mi vehículo físico. Sé que mi cuerpo no tiene el poder de enfermarse, porque no tiene una mente propia.

Es simplemente partícipe de una energía no calificada, que está dando la apariencia de enfermedad.
Ahora me vuelvo a mi interior hacia mi único Ser, el Yo que SOY, y descanso en la seguridad de que la Omnisciencia y la Omnipotencia están manteniendo mi cuerpo en perfecta plenitud. Conecto mi mirada a la Presencia que todo lo sabe, el único Poder, y dejo que la brillante Luz del Amor se mueva a través de mis sistemas mental y emocional, disolviendo falsas creencias y curando los patrones erróneos que he creado.
Ahora puedo ver sólo al Cuerpo Ideal, un campo de perfección de energía pura, absoluta plenitud, luz radiante totalmente gobernado, mantenido y sustentado por el Espíritu del Dios Vivo.
La lección de este capítulo también tiene que ver con el uso de la imaginación creativa para disolver las falsas creencias. “No limites tu visión para ver la perfección “. El concepto aquí es que “la energía sigue al pensamiento” una enseñanza básica en las Academias Sagradas del pasado. Pero entiende que esto no significa manipulación del pensamiento para cambiar algo en el sistema físico.
Más bien es usar nuestras mentes para ver sólo la perfección que ya existe esto es, no hay nada que curar.
Aquí tienes un ejercicio curativo basado en la lección que Jan y yo usamos con frecuencia. “Únete con el propósito del Amor y recibe el flujo “. Hacemos esto comenzando con el centro de energía que esta por encima de la parte alta de la cabeza (coronilla), viendo cómo la energía desciende como una Luz-Amor purificadora a través de todo el cuerpo. Hazlo tú mismo, viendo y sintiendo el flujo de energía. A medida que esta Luz-Amor fluye hacia abajo, transmuta la energía negativa; rompe la atadura de la falsa creencia. Y a través de tu facultad imaginativa, te es dada la imagen de un “cuerpo de luz” ese que en verdad eres. Y mientras más retengas la imagen, más funcionará la forma física en un nivel más elevado.
La imaginación creativa es una fuerza tan poderosa (la visión para ver la perfección), que la energía puede ser dirigida para eliminar los puntos de fricción en el campo áurico, aliviando así la presión en el sistema físico. Por ejemplo, la mayoría de las dolencias físicas son causadas por perturbaciones en el cuerpo emocional, una banda de energía que rodea el cuerpo físico y que hace presión sobre el cuerpo etérico. Haz un “rastreo de radar” de tus emociones y ubica las señales -esos sentimientos reaccionarios de temor, culpabilidad, resentimiento, deseos reprimidos, sensación de poca valía y auto-condenación. Ahora, con el ojo de tu mente, imagina un rayo láser de luz-amor, dispáralo al espantajo identificado, y ve cómo éste es eliminado al instante. ¡Esto ocurrirá porque la energía sigue al pensamiento! Sigue enviando los rayos hasta que te sientas limpio y diáfano otra vez.
Otro ejercicio es encontrar el sitio donde la energía oscura se está manifestando como enfermedad en el físico. Después de descubrir esta técnica, la hemos utilizado en nuestros talleres con dramáticos resultados. Primero, determina el centro de energía correspondiente (chakra) que sirve de entrada al área afectada. Digamos que tienes problemas estomacales. El centro que corresponde al estómago es el chakra del plexo solar.

Con tu facultad imaginativa, ve cómo la luz se mueve a través de ese chakra, bañando el estómago con su brillo. “Deja que el efecto de la herida emocional y de pensamiento sea curado por el Amor”. En otras palabras, consiente a la curación de la forma emocional de pensamiento que se ha proyectado en el estómago, y no del estómago en sí mismo.
Si la enfermedad está en el área de la cabeza, trae la luz desde el chakra del tercer ojo que está entre las cejas. El cuello y la garganta, el chakra de la garganta. Corazón y pulmones, el chakra cardiaco. Entre el ombligo y los órganos reproductores, el chakra del sacro. Y dé la base de la columna hasta los pies, el chakra de raíz.
Después de aproximadamente un minuto de enfoque concentrado, retira la luz, porque no se necesita dar más atención al área afectada y puede producir agitación. Nuestra experiencia nos ha mostrado que el primer tratamiento es con frecuencia suficiente, y después retiramos nuestras mentes de la molestia y regresamos firmemente a la conciencia total del Yo-Ser. Si es una situación crónica, se recomiendan dos tratamientos al día, con una meditación adicional para dejar el sistema físico a cargo del Yo Gobernante.
En otra ocasión, mientras contemplaba una sesión de acondicionamiento físico, tuve un flujo de pensamientos que efectivamente dijo: Deja que tu ejercicio sea el ritmo del universo... no busques el estrés físico.

Deja que el  acondicionamiento del cuerpo se revele a través del acondicionamiento de la mente, pero ejercitar los músculos contribuye al porte, a la presencia al equilibrio de la mente.
Deja que el cuerpo y la mente trabajen al unísono.
Siento que ésta fue una referencia directa a los ejercicios de Tai Chi, que están conectados con el orden natural y con el “ritmo del universo”. Este antiguo método de renovación física es altamente efectivo para curar y para retardar el envejecimiento. La idea es trabajar con fuerzas de energía para armonizar la respiración y cultivar una mayor circulación de energía a través de los meridianos de la acupuntura.
También puedes querer desarrollar tus propios ejercicios rítmicos, tales como el movimiento con meditación, mientras dejas que el Espíritu mueva tu cuerpo. O, como Jan me dice cada día cuando nos dirigimos a nuestro hogar, “Voy a pasear el cuerpo” Piensa en esta declaración, que pone todo en la perspectiva correcta.


John Randolph Price

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...