domingo, 6 de septiembre de 2015
LIBRO LOS 50 PRINCIPIOS DEL MILAGRO (PRINCIO XVIII-IXX)
PRINCIPIO 18
El milagro es un servicio. Es el máximo servicio que le puedes prestar a otro.
Es una manera de amar al prójimo como a ti mismo, en la que reconoces simultáneamente tu propia valía y la de él.
Esta es otra forma de decir lo que ya hemos discutido, que el milagro nos ayuda a reconocer y a recordar que somos uno y el mismo, y que nuestra valía la establece Dios.
Tu valía es lo mismo que la mía. Si percibo que eres más valioso que yo, o menos valioso de lo que yo soy (víctima o victimario) entonces eso es un ataque.
Básicamente, es un ataque a la Filiación y, por consiguiente, tiene que ser un ataque al Creador de la Filiación.
Es una enseñanza consistente de Un curso en milagros que todos somos lo mismo, al movernos más allá de las diferencias superficiales de nuestros cuerpos -físicos y psicológicos- hacia la unidad subyacente no sólo del Cristo en nosotros, sino también nuestra necesidad compartida de recordar lo que hemos olvidado y de escapar de la prisión de nuestra culpa.
Así, al final del Capítulo 15, que se escribió cerca del Año Nuevo,
aparece esta breve oración: "Haz que este año sea diferente al hacer que todo sea lo mismo" (T-15.XI.10:11).
Aprendemos a ver que todo es lo mismo porque, en verdad, sólo hay un problema, y por eso sólo puede haber una solución.
Y todas las cosas y toda la gente en el mundo sirven para enseñarnos esta única lección.
Un milagro es un servicio porque, obviamente, es una manera de traer amor a alguien que cree en el miedo, y al traerle amor o ser un canal de amor para usted que está atemorizado, también lo estoy canalizando hacia mí. Repito, el milagro no es aplicable a la conducta, a pesar de lo que a veces puede parecernos efectos en el
comportamiento. Únicamente ocurre en el nivel de la mente.
Lo más amoroso que jamás pudiéramos hacer no tiene nada que ver con lo que hacemos en el nivel de la forma. Es más bien el unirnos los unos con los otros a través del perdón.
PRINCIPIO 19
Los milagros hacen que las mentes sean una en Dios. Se basan en la cooperación porque la Filiación es la suma de todo lo que Dios creó. Los milagros reflejan, por lo tanto, las leyes de la eternidad, no las del tiempo.
Básicamente, esto significa que los milagros lo que hacen es restaurar en nuestras mentes la consciencia de nuestra unidad con Dios. Los milagros no nos hacen uno en Dios; los milagros nos recuerdan que somos uno en Dios. Recuerden, vuelvo a repetir, que la idea clave en el sistema del ego y la manera de percibir del ego es que nosotros estamos separados.
Si creo que mi cuerpo está enfermo estoy haciendo mi cuerpo real, lo cual quiere decir que estoy haciendo real el propósito del cuerpo. Esto es la separación.
Si me siento perturbado porque usted está enfermo, estoy haciendo exactamente lo mismo.
"Se basan en la cooperación porque la Filiación es la suma de todo lo que Dios creó." Esto expresa la misma idea: Cooperación quiere decir que usted se une con alguien. Y la Filiación de Dios es una.
Otra cosa que el Curso dice repetidamente de sí mismo, además de que ahorra tiempo, es que es muy sencillo (T-11.VIII.1:1; T-15.IV.6:1). Con esto no quiere decir que sea fácil. Es sencillo porque lo ve todo exactamente en la misma forma.
Todos los problemas son lo mismo; toda la gente es la misma. Todos estamos unidos en el nivel de nuestras mentes.
Por lo tanto, hace que la solución de todos los problemas sea la misma.
P: ¿Eso también incluiría unirnos con la gente que se ha ido antes que nosotros?
R: Sí, seguro. Las relaciones no son del cuerpo, de modo que alguien muy cercano a usted puede haber fallecido, y usted podría tener aún una relación significativa con él o ella.
"Los milagros reflejan, por lo tanto, las leyes de la eternidad, no las del tiempo." Ahí está la palabra "reflejar" nuevamente.
El milagro no se rige por la ley de la eternidad, porque la eternidad no tiene nada que ver con el mundo del tiempo.
El milagro se necesita en éste. Así que el milagro refleja la ley de la eternidad. La ley de la eternidad es que todos nosotros somos uno, y somos uno ahora mismo.
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