CUARTO PASO
EL NACIMIENTO DEL DADOR
“Con el tiempo, el ego se encuentra con una nueva noción”, agregó Merlín.
“Que la felicidad no está solamente en tomar, sino también en dar. El descubrimiento es trascendental, porque libera al ego de muchos tipos de temor.
Del temor al aislamiento, al cual conduce necesariamente el egoísmo total.
Del temor a perder, el cual surge porque es imposible aferrarse a todo para siempre.
Del temor a los enemigos, que desean despojarlo.
“Al convertirse en dador, el ego no tiene por qué vivir con esos temores, por lo menos no en la misma medida que anotes.
Ha resuelto un problema persistente.
Pero hay algo más profundo que está en funcionamiento al mismo tiempo. El dar conecta a dos personas, al dador y al receptor.
De esta conexión brota un nuevo sentido de pertenencia, no la pertenencia pasiva del bebé que pertenece automáticamente a la madre, sino la pertenencia activa de alguien que ha aprendido a crear felicidad. “Dar es crear.
También modifica completamente la perspectiva del ego.
Antes de nacer el dador, lo más importante era protegerse contra la pérdida.
Eso significaba la pérdida del dinero y las posesiones, pero también de la imagen de sí mismo, de su importancia.
Ahora la persona se desprende libremente de algo, pero no lo siente como una pérdida. El ego, por el contrario, siente placer.
Y qué asombroso, porque el placer de tomar nunca fue como este nuevo placer”. Galahad estaba pensativo. “El amor ha entrado en el corazón. De ahí la diferencia”. “Sí”, dijo Merlín.
“Mientras el ego persigue su interés egoísta, no siente amor.
Puede sentir un placer intenso o satisfacción propia o apego.
En ocasiones se les llama amor a esos sentimientos, pero la verdadera naturaleza del amor es desprendida y se necesita un acto de desprendimiento para sacar a flote el amor.
El dar no se limita a dar dinero o cosas a otra persona.
También está el servicio, el darse uno mismo y la devoción, el acto de dar amor en su forma pura.
“Por todas estas razones, el nacimiento del dador se siente como algo fresco y liberador. Aunque el ego continúa dominando, ha comenzado a mirar afuera de sí mismo.
La mayoría de las personas aprenden el placer de dar en la infancia; la mayoría de los padres enseñan a sus hijos a compartir con otros niños. Sin embargo, el verdadero nacimiento del dador se produce mucho más tarde.
Mientras la persona dé porque así se lo han pedido o porque cree que es lo correcto, no sentirá el placer profundo de dar.
El dar debe ser espontáneo, nacido de la noción de que ‘Esto es lo que deseo hacer’, y no ‘Esto es lo que debo hacer’.
“¿Es señal de que el ego está muriendo cuando comenzamos a dar?”, preguntó Percival. Merlín arrugó el ceño.
“En la alquimia no hay muerte.
No hay necesidad de que nada muera para llegar al Grial.
Esta vieja noción de la muerte del ego parte del supuesto de que Dios juzga negativamente algunas de las cosas del ser humano”. “Pero acabas de decir que el ego es controlador e implacable”, objetó Percival. “¿Es eso parte del plan de Dios para nosotros?”
“El plan de Dios es que ustedes se encuentren a ustedes mismos”, dijo Merlín. “No están destinados a llegar simplemente a una meta fija.
Si desean explorar cómo es el egoísmo, o la ignorancia, o el instinto asesino o la carencia total de fe, Dios permite todas esas experiencias. ¿Por qué no habría de hacerlo?
Puesto que no son juzgados, ninguna de sus actuaciones es buena o mala a los ojos de Dios”. “Pero eso es espantoso”, dijo Galahad. “¿Estás diciendo que un asesino y un santo son iguales?”
“Son iguales si el pecador y el santo son sólo máscaras tras las cuales se ocultan las personas”, replicó Merlín.
“El santo en esta vida puede ser el pecador en otra, y quien peca hoy puede estar aprendiendo a ser un santo mañana.
Todos esos papeles son ilusiones a los ojos de Dios.
No estoy diciendo que deban obligarse a ver las cosas de esta forma. Pero me solicitaron orientación y estoy aquí para mostrarles lo que les espera en el camino”.
Deepak Chopra.
Deepak Chopra.
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