lunes, 15 de agosto de 2016
Libro el Ojo del Yo (David R. Hawkins) CAPÍTULO 9 (La Consciencia Superior) PRIMER ESCRITO
CAPITULO 9 (PRIMER ESCRITO)
La Consciencia Superior La Naturaleza Del Camino.
La vía directa hacia una consciencia superior traspasa la forma, la dualidad y la percepción.
El conflicto y el error surgen de la forma, que es también hogar de la fuerza. El poder reside en los “dominios” de la no-forma.
Se podría decir que aquello que es sin forma emerge notablemente en el nivel de conciencia que se calibra en 500 y progresa hasta el 600, nivel en el cual la forma desaparece en la no-forma. Con el tiempo, se reconoce que la forma se constituye por la no-forma, y que ambas son uno y lo mismo, pero hasta que uno se percata de esto, la forma es una distracción y una demora que es mejor evitar.
Evitar Las Distracciones De La Forma.
Muchas enseñanzas “espirituales” que se expresan en el mundo de la forma suelen llevar a lo que podría calificarse mejor como de reinos “astrales” de la conciencia, que en si pueden ser seductores, extensos y placenteros, pero que no llevan a la iluminación.
La forma refuerza la ilusión de que hay un buscador en una especie de sendero con peldaños y señales e incluso con “guías espirituales” estacionados a lo largo de el.
En la ascensión espiritual al pico de la Iluminación, no hay ciertamente entidades con las que uno se pueda encontrar a lo largo del camino.
Los “planos” astrales, al igual que las enseñanzas, pueden ser son calibrados. Existen planos inferiores (infiernos), planos intermedios (purgatorio o limbo) y planos astrales superiores (celestiales). Todos ellos son destinos posibles del alma o cuerpo espiritual, el foco de la conciencia.
Cada uno de estos niveles tiene sus propias jerarquías, “Dioses” y folclore, que son “reales” para los habitantes de estos planos. Pueden ser gratificantes, incluso alegres y emocionantes, pero todo esto no es la iluminación. Aquello que es la Realidad está mas allá de toda forma y sin embargo es intrínseco a ella.
Que la forma revele su propia naturaleza.
No hay necesidad de buscarla.
Por otra parte, hay que tener cuidado en no caer en los supuestos opuestos o alternativas de forma frente a la no-forma, a la Totalidad frente al vacuidad, o la plenitud frente a vacío.
Esto no es mas que lingüística descriptiva, sin realidad intrínseca. Uno no tiene por que optar entre lo real y lo irreal dado que lo irreal no existe. La Dirección De La Exploración La búsqueda se va “interiorizando” progresivamente hasta descubrir el origen del conocimiento interior del sentido del “Yo”.
La gente dice, “Me conozco a mi mismo” . Pero, ¿que significa eso? Hablando normalmente, significa ser consciente de la naturaleza del ego y por tanto implica ser consciente de la propia psicología de uno, el ego, y sus formas.
La consciencia del Ser es una actualización que reemplaza al ego como sede del sentido del “mi” o “Yo”.
En el proceso del descubrimiento espiritual, uno observa en lugar de descubrir que es eso que es consciente de y tiene autoridad para el sentido de, la existencia de “Yo-idad” o la cualidad de “Yo-idad”, mas que un especifico o circunscrito “mi” como el “Yo”. Observe que tanto Dios como todas las referencia a lo Divino se escriben con mayúscula, y que de todos los pronombres posibles, solo “Yo” se escribe con mayúscula
[NT: en ingles “I”].
El “Yo” individual solo puede ser consciente de si mismo o de su existencia como consecuencia de una Consciencia mayor.
Esta es la cualidad innata del “Yo” Divino que es su origen y el centro de la búsqueda espiritual. Como tal, es no verbal y fuente de la experiencia, presencia y observación.
Por analogía, te das cuenta de que eres el agua y no el pez.
El Proceso Básico Mirar en el interior es una actitud mas que una técnica o una practica espiritual. Esto significa renunciar a la fascinación por el contenido de la mente y el mundo que esta refleja.
Este despego puede sentirse inicialmente como una posible perdida, como si uno se enfrentara a la muerte del mundo y de todas sus promesas. Esta muerte puede ser experimentada pasivamente como tal, pero no es mas que el pasar de una ilusión. La fuente del placer nunca estuvo fuera sino que siempre estuvo dentro. Nunca fue el mundo en absoluto el que concedió el placer sino el propio disfrute en el.
En realidad, lo que se teme no es perder el mundo en si; sino el aburrimiento. El aburrimiento desaparece cuando se le reconoce simplemente como la consecuencia de aferrarse a un anhelo por el pasado o el futuro, y es solo el ego el que se puede aburrir.
El ego medra con la novedad y es completamente dependiente de lo que vaya a suceder “a continuación”.
Por tanto, el ego medra y vive en la anticipación de la satisfacción futura en vez de experimentar la totalidad absoluta que solo esta disponible en el Ahora. Junto con el miedo al aburrimiento esta la ilusión subyacente de que el aburrimiento esta constituido por la nada. La ilusión de un posible vació se presenta y se nos antoja una amenaza.
De ahí que, el camino, consista en dejar ir la ilusión del reino de la totalidad de la mente/mundo, a través de la ilusión del vació/nada, hasta llegar a la meta de que la consciencia del Todo reemplace a los estados ilusorios previos.
Resulta tranquilizador recordar que todos los estados son ilusiones y son posibles de atravesar mediante la voluntad espiritual y la consciencia progresiva. ¿Quien Es El Que Busca? La ilusión del ego se disuelve cuando el prefijo “Yo” se quita de toda acción. Lo que el ego reivindica como acciones propias no son mas que características autoexistentes cuyas funciones son automáticas, determinadas por las condiciones locales, y sin un “Yo” imaginario que las active.
Uno no piensa, ni siente, ni siquiera existe debido a la acción o la decisión de algún “Yo” interior, invisible.
El pensamiento y el sentimiento tienen lugar sin ser pedidos.
El que esta buscando la verdad superior no es un “yo” personal sino un aspecto de la misma conciencia que se expresa como inspiración, devoción, dedicación, y perseverancia, todos los cuales son aspectos de la voluntad espiritual.
Por tanto, el origen de la búsqueda del Ser es el mismo Ser, que actualiza los procesos necesarios gracias a sus propias cualidades, que se facilitan mediante la Gracia.
En otro ejemplo, la curiosidad es una cualidad que existe sin un yo personal o decisión que la active.
Podríamos decir que la curiosidad es una cualidad independiente e impersonal de la conciencia, y que es universal, pues se halla también en el reino animal. No hace falta un “Yo” para ser curioso. No hay un “Yo” personal independiente o interno, que tome decisiones; prefijar con el pronombre “Yo” todo pensamiento, acción y sentimiento es solo algo conveniente a la hora de hablar.
Podemos referirnos al yo personal interno como un “ello”.
Hay estadios a lo largo de la evolución espiritual en los que tanto la mente como el cuerpo parecen ser “ellos” durante ciertos periodos de tiempo. El cuerpo realiza sus actividades como si las tuviera ensayadas, y la mente habla con los demás en la conversación sin un yo personal interno que la dirija.
No hay por tanto un “pensador” interior tras los pensamientos, ni “hacedor” tras las acciones, ni “buscador” de la iluminación.
La búsqueda tiene lugar por si misma cuando llega el momento adecuado, y emerge como centro de la atención.
Todos los aspectos y cualidades de la conciencia actúan por si mismos y se potencian unos a otros bajo la dirección general de la Voluntad.
La Voluntad Como Herramienta
La naturaleza caprichosa y carnavalesca de las actividades de la mente impide a esta convertirse en un foco fructífero de evolución espiritual. Uno puede ordenar a la mente que haga esto o aquello, pero esta se negara.
Intentar controlar la mente es como un gato que intenta morderse el rabo. Intentar controlar la mente ya deriva en la dualidad del “controlador” y lo “controlado”, así como los contenidos de lo que ha de ser controlado y el “como” controlar.
El único espacio desde el cual dirigir la mente es desde esa cualidad llamada Voluntad. Uno puede localizar esta área sin grandes dificultades.
Mientras que la mente se ve constantemente atravesada por pensamientos, sentimientos e imágenes, la voluntad esta relativamente inmóvil y fijada.
Tiende a mantenerse mas estable y por tanto es mas fácil aproximarse a ella. La voluntad puede de hecho ser fijada intencionadamente a un punto, comprometida, e inamovible, a diferencia de la mente que revolotea de aquí para allá como una mariposa nerviosa.
Por tanto, el punto de vista mas provechoso desde el cual aproximarse a la mente lo brinda el enfocar el sentido del Ser como emanación de la voluntad. La voluntad es maleable, pero solo lenta y deliberadamente, a través de la reflexión.
Es un “lugar” viable desde el cual avanzar y explorar.
La voluntad esta mas próxima al verdadero Ser de lo que lo esta la mente ordinaria con sus pensamientos, creencias, conceptos, ideas, y emociones fluctuantes.
La Contemplación Esta es la actividad mas fructífera y significativa del trabajo espiritual. Con un poco de practica, puedes adquirir la capacidad de funcionar en el mundo solo con interrupciones menores de reflexión y contemplación.
Sin embargo, la meditación tal como se suele practicar, esta limitada al tiempo y lugar y suele suponer cierto aislamiento y cese de actividades. Aunque la contemplación y la reflexión parezcan menos intensas, en realidad, por su influencia constante, son capaces de erosionar todos los obstáculos.
La contemplación es por tanto una forma de meditación que no es menor ni inferior a la meditación sentada y con las piernas cruzadas.
Potenciar La Voluntad Espiritual
La voluntad es activada y potenciada mediante la devoción, y responde a la inspiración, que lleva a la iluminación por la Gracia. La voluntad personal se disuelve en la Voluntad Divina, y la chispa que lleva a la búsqueda espiritual y a la investigación es un don divino. Los preparativos para iniciar el viaje no pueden forzarse ni nadie puede ser culpado de que no haya sucedido todavía. El nivel de conciencia tiene que haber avanzado hasta el estadio donde tal intención puede ser significativa y atractiva. Una vez inspirado, un buscador a menudo renunciará a sus comodidades habituales y estilos de vida, y sacrificará cualquier cosa que se interponga en su camino.
Las ilusiones del ego son tenaces pero relativamente frágiles cuando se subordinan a la Voluntad espiritual.
El ego/ mente se fortalece a través del habilito que se desmorona cuando se le quitan los puntos de apoyo. El ego no es un enemigo al que haya que someter sino simplemente una recopilación de hábitos de percepción no examinados.
El Ser que activa la Voluntad espiritual es la sede de un infinito poder contra el cual el castillo de naipes del ego no puede prevalecer. El Ser es como un imán infinitamente poderoso que tiene la capacidad de disolver la estructura del ego siempre y cuando la voluntad espiritual de su consentimiento.
Nadie puede atribuirse el merito de la progresión de la consciencia espiritual, ni nadie culparse si esta no se da.
Con el trabajo espiritual, los términos “es” o “son” se sustituyen progresivamente por el termino “parece que”, esto se debe a la creciente realización de hasta que punto la percepción es una mascara que oculta la verdad.
Hasta que no se revela la Realidad Absoluta, lo mas próximo a la realidad es mantener todo aparente conocimiento como algo meramente hipotético.
Incluso ahora en la sociedad, esta comprensión se evidencia en el uso frecuente del termino “aparente”, por ejemplo, la persona reacciono ante una “aparente” amenaza.
La aparición de esta apreciación es muy importante, y supone avance significativo. Es el primer indicio real de una consciencia emergente de las limitaciones del ego y de lo falible de la percepción.
Este incremento en la consciencia social de las limitaciones del ego se ve reforzado por los descubrimientos recientes de los falsos veredictos judiciales demostrados por las pruebas de ADN, y por las investigaciones que demuestran que los testigos de un crimen o un delito no son fiables, y son proclives a cometer errores graves en alto grado.
Los psicólogos han descubierto también falsificaciones retrogradas de los recuerdos, con desplazamientos de acontecimientos en el tiempo y el espacio.
Así, la sociedad se esfuerza por distinguir la verdad de la falsedad pero hasta el momento, no sabe como hacerlo de un modo fiable. La Voluntad espiritual se fortalece y activa por el amor y la devoción, así como por su disposición a la entrega.
El amor no tiene forma y es a través de esa capacidad que llegas a estar dispuesto, por el amor, entregar tus posicionamientos a Dios. La forma clásica de los grandes santos religiosos era la de la adoración, el amor, y el culto a Dios, fuera al Dios no manifestado o fuera al Dios manifestado en los grandes maestros divinos. Una profunda dedicación y devoción puede sobreponerse a toda resistencia, y de esta manera, el camino del corazón y el camino de la mente o conciencia se funden a la larga.
La Meditación Resulta gratificante iniciar el proceso meditativo desde el punto de vista de que el “Yo” o el “mi” se encuentra dentro de la Voluntad espiritual.
Dado que la voluntad es relativamente firme e inmutable, constituye un buen punto de apoyo desde el cual avanzar a través de la conciencia hacia la trascendente consciencia del yo, que es la expresión de Dios como el Absoluto “Yo”, el Ojo de la Realidad.
Ciertamente, es la Voluntad espiritual la que determina el destino o karma. La Voluntad es la sede del poder del Ser, que se extiende hasta la mente y, como tal, es la zona del contacto directo con el Espíritu Santo. En el nivel de la Voluntad, la forma y lo sin forma “se encuentran”.
Aquí las cualidades sin forma del amor, la devoción, la gratitud, la humildad, la inspiración y la fe se encuentran con las cualidades particulares de la mente con sus formas de ideas, pensamientos, recuerdos, conflictos e imágenes.
En la Voluntad espiritual, las metas que son valoradas o deseables son expuestas ahora ante las cualidades espirituales sin forma del amor, el perdón y la devoción.
A través de la humildad y la elección de la paz a partir del amor, uno puede renunciar hasta a sus mas queridas negatividades, como la venganza, el rencor o el odio.
El pequeño ser es disuelto por el Ser. La actitud curativa del Ser ante el ser es la compasión; y es a través del perdón como uno es perdonado. Esta disposición a entregarse surge de la gracia de Dios, permite que el poder de Dios expresado a través del Espíritu Santo recontextualice el entendimiento y, mediante este mecanismo, anule el reinado de la percepción y la dualidad consiguiente, que es la fuente de todo sufrimiento.
La disolución de la dualidad es el regalo ultimo de Dios, pues disuelve la fuente del sufrimiento.
En la no dualidad, el sufrimiento es imposible.
El Dogma
El camino hacia Dios por la vía de la no dualidad de la conciencia implica la ausencia de dogmas o sistemas de creencias. Está disponible información suficiente y útil, cuya veracidad puede ser autentificada por la propia búsqueda interior que es crucial para el progreso, en especial si uno se ha consagrado en esta vida a la Iluminación.
El valor de cualquier fragmento de información puede ser calibrado fácilmente. También se descubrirá que cada vez que se hace este ejercicio, se aprende algo mas que no formaba parte de la pregunta literal original.
Dietas, Rituales, Ejercicios, Técnicas De Respiración, Mantras Y Símbolos Aunque nada de todo esto es verdaderamente necesario, pueden ser útiles para algunos devotos espirituales.
Conviene reconocer que las religiones tienen sus propias agendas y limitaciones. El sendero espiritual hacia la iluminación es único. No es lo mismo que “practicar una religión”.
Las religiones tienden a enfatizar los acontecimientos históricos, sus ubicaciones geográficas y las culturas del pasado con alianzas políticas. La iluminación tiene lugar en el momento presente y está fuera del tiempo, la historia, o la geografía, que son por tanto irrelevantes. La teología se ocupa del nivel de conciencia de los 400s; la Iluminación se ocupa de los niveles 600 y por encima.
David R. Hawkins.
http://elnuevodespertardelser.blogspot.com.es/
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