Mindfulness-Capitulo IV 1ª PARTE
PRINCIPIOS FUNDAMENTALES DEL ENTRENAMIENTO MENTAL
Esa idea nos conduce a los principios fundamentales del entrenamiento mental. La atención plena no te pide que cambies nada. Al ir aumentando la consciencia de tu propia mente puede que prefieras comenzar a hacer algunos cambios es tu vida exterior, pero eso es una decisión absolutamente personal. No hay ninguna necesidad de abandonar todo, o de hacer ningún cambio radical en tu estilo de vida.
Los cambios radicales son difícilmente sostenibles, y es precisamente esa sostenibilidad la que hace abordable un modo de vida consciente. Puedes seguir viviendo del modo en que has venido haciéndolo, si eso es lo que quieres. La atención plena consiste en comprender cómo cambiar el modo en que experimentas ese estilo de vida. Es encontrar un modo de vivir como eres, pero con una sensación de plenitud, de realización. Y entonces, si sientes que quieres hacer algunos cambios, por supuesto eres libre de hacerlos. La diferencia será que esos cambios que hagas serán sostenibles en el tiempo.
ESTRÉS
La consecuencia de tener una vida tan ocupada, con tantas responsabilidades y posibilidades, es que nuestros cuerpos y nuestras mentes están trabajando constantemente. Muchas personas que conozco dicen que incluso mientras están durmiendo por la noche sienten como silos engranajes de la máquina siguieran girando. Así que no es una coincidencia que el nivel de enfermedades causadas por el estrés se haya incrementado conforme nuestras vidas se iban volviendo más y más complicadas. Según las estadísticas el predominio de la ansiedad, la depresión, la irritabilidad, las adicciones y el comportamiento compulsivo ha aumentado en los últimos años, acompañado por los síntomas físicos usuales tales como fatiga, hipertensión e insomnio.
La gente que viene a la clínica en la que trabajo lo hace por muchas razones, pero los síntomas de estrés son, desde luego, los más comunes.Algunas veces las personas lo hacen por su propia decisión, y otras lo hacen por indicación de su pareja, de algún miembro de la familia o de un amigo. En ocasiones los síntomas son tan graves que su médico nos lo remite. Pero en la mayoría de los casos se trata de personas corrientes que buscan una forma de sobrellevar mejor la vida. Quizá se sientan presionados en el trabajo, agobiados por la vida familiar, cansados de unas ideas obsesivas o de una actitud que les está causando daño a ellos mismos o a los demás. La mayoría está simplemente buscando un poco de espacio mental en sus vidas. De hecho, al final del libro encontrarás casos clínicos de algunas de estas personas, que han accedido generosamente a compartir sus experiencias.El estrés puede obligarnos a hacer todo tipo de cosas raras. Puede llevarnos a decir cosas que no querríamos haber dicho, o a hacer cosas que nos gustaría no haber hecho nunca. Afecta al modo en que nos sentimos con nosotros mismos y al modo en el que interactuamos con los demás. Por supuesto, un cierto tipo de estrés o de sensación de reto puede permitir que nos sintamos realizados tras haber alcanzado un objetivo. Pero demasiado a menudo suele desbordarse sobre el otro tipo de estrés (este notan práctico), y nos quedamos preguntándonos sobre el sentido de la vida.Ahí es cuando la importancia de entrenar la mente, de mantener el contacto con esa subyacente sensación de realización y de felicidad, a la que no le afecta lo que esté sucediendo en nuestras vidas, puede marcar la diferencia de un modo profundo. Eso es lo que significa tener espacio mental.
RELACIONES
Los cambios radicales son difícilmente sostenibles, y es precisamente esa sostenibilidad la que hace abordable un modo de vida consciente. Puedes seguir viviendo del modo en que has venido haciéndolo, si eso es lo que quieres. La atención plena consiste en comprender cómo cambiar el modo en que experimentas ese estilo de vida. Es encontrar un modo de vivir como eres, pero con una sensación de plenitud, de realización. Y entonces, si sientes que quieres hacer algunos cambios, por supuesto eres libre de hacerlos. La diferencia será que esos cambios que hagas serán sostenibles en el tiempo.
ESTRÉS
La consecuencia de tener una vida tan ocupada, con tantas responsabilidades y posibilidades, es que nuestros cuerpos y nuestras mentes están trabajando constantemente. Muchas personas que conozco dicen que incluso mientras están durmiendo por la noche sienten como silos engranajes de la máquina siguieran girando. Así que no es una coincidencia que el nivel de enfermedades causadas por el estrés se haya incrementado conforme nuestras vidas se iban volviendo más y más complicadas. Según las estadísticas el predominio de la ansiedad, la depresión, la irritabilidad, las adicciones y el comportamiento compulsivo ha aumentado en los últimos años, acompañado por los síntomas físicos usuales tales como fatiga, hipertensión e insomnio.
La gente que viene a la clínica en la que trabajo lo hace por muchas razones, pero los síntomas de estrés son, desde luego, los más comunes.Algunas veces las personas lo hacen por su propia decisión, y otras lo hacen por indicación de su pareja, de algún miembro de la familia o de un amigo. En ocasiones los síntomas son tan graves que su médico nos lo remite. Pero en la mayoría de los casos se trata de personas corrientes que buscan una forma de sobrellevar mejor la vida. Quizá se sientan presionados en el trabajo, agobiados por la vida familiar, cansados de unas ideas obsesivas o de una actitud que les está causando daño a ellos mismos o a los demás. La mayoría está simplemente buscando un poco de espacio mental en sus vidas. De hecho, al final del libro encontrarás casos clínicos de algunas de estas personas, que han accedido generosamente a compartir sus experiencias.El estrés puede obligarnos a hacer todo tipo de cosas raras. Puede llevarnos a decir cosas que no querríamos haber dicho, o a hacer cosas que nos gustaría no haber hecho nunca. Afecta al modo en que nos sentimos con nosotros mismos y al modo en el que interactuamos con los demás. Por supuesto, un cierto tipo de estrés o de sensación de reto puede permitir que nos sintamos realizados tras haber alcanzado un objetivo. Pero demasiado a menudo suele desbordarse sobre el otro tipo de estrés (este notan práctico), y nos quedamos preguntándonos sobre el sentido de la vida.Ahí es cuando la importancia de entrenar la mente, de mantener el contacto con esa subyacente sensación de realización y de felicidad, a la que no le afecta lo que esté sucediendo en nuestras vidas, puede marcar la diferencia de un modo profundo. Eso es lo que significa tener espacio mental.
RELACIONES
Este es quizá el aspecto más descuidado del entrenamiento de la mente.Cuando la meditación llegó a Occidente procedente de Oriente, por alguna razón se convirtió rápidamente en algo sobre «mí», sobre «mí mismo» y«yo». Aunque esto fuera algo inevitable, sobre todo al principio, es importante que ahora, con el paso del tiempo, hagamos el firme propósito de llevar a cabo un tipo de entrenamiento más altruista. Yo creo que posiblemente te esfuerzas más en la vida cuando te concentras en tus propios problemas, porque eso es lo que tendemos a hacer como humanos. Nos gusta obsesionarnos con las ideas, rumiarlas y analizarlas sin cesar. Bien, en realidad no nos gusta hacerlo, pero en ocasiones nos resulta imposible de detener. Pero ¿qué sucede cuando piensas en los problemas de otra persona, en lugar de hacerlo en los tuyos? Desde luego, puedes sentirte triste o enfadado pensando en sus dificultades, pero es muy diferente al hecho de obsesionarse con los problemas propios. Hay un cambio en la perspectiva. Y esto resulta una parte muy importante del entrenamiento de la mente. Centrándote menos en tus propias preocupaciones y más en la potencial felicidad de los otros, estás creando más espacio mental para ti mismo. No solo eso: la mente se vuelve más suave, más maleable, y resulta más fácil trabajar con ella.
Suele posarse más rápidamente en el objeto de meditación, y se distrae menos fácilmente con los pensamientos pasajeros. También suele ser más clara, más estable y menos reactiva ante las emociones volátiles. Así que darle a tu práctica un tono altruista es mucho más que simplemente hacer lo correcto.
No debería ser una sorpresa el percibir lo profundo que puede ser el impacto de esta simple habilidad en las relaciones con los demás. Al volverte más conscientes de todos y de todo, inevitablemente te volverás más consciente de los demás. Comenzarás a darte cuenta de cómo en ocasiones puedes, de forma no intencionada (o incluso intencionada) tocar «puntos sensibles», del mismo modo que tú comienzas a percibir qué es lo que provoca que ellos toquen los tuyos. Comienzas a escuchar de verdad lo que están diciendo, en lugar de pensar en lo que te gustaría decirles a ellos o en lo que vas a responderles. Y cuando estas cosas comiencen a sucederte, te darás cuenta de que tus relaciones con los demás empiezan verdaderamente a cambiar. Pero en tanto permanezcamos todo el tiempo inmersos en nuestros propios pensamientos, será muy difícil encontrar tiempo para los demás.
Andy Puddicombe
http://elnuevodespertardelser.blogspot.com.es/
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