viernes, 20 de enero de 2017

El Libro de los Secretos (Osho) CAPITULO-5 PRIMER ESCRITO (Cinco Técnicas de Atención )


Capitulo 5 (PRIMER ESCRITO)
Cinco Técnicas de Atención 
Los Sutras Shiva Responde: 
5 Con la atención entre las cejas, deja que 
la mente esté delante del pensamiento. 
Que la forma se llene con esencia de la respiración hasta la coronilla y que allí se desborde como luz. 
6 Durante tu actividad mundana, mantén la atención entre dos respiraciones y, con esta práctica, vuelve a nacer en unos pocos días. 
7 Con la respiración intangible en el centro de la frente, cuando llegue al corazón en el momento de dormirte, ten control sobre tus sueños y sobre la muerte misma. 
8 Con suprema devoción, céntrate en los dos puntos de enlace de la respiración y conoce al que conoce. 
9 Túmbate como un muerto. Cuando estés furioso, permanece así. O mira fijamente sin mover una pestaña. O chupa algo y conviértete en la chupadura. 


Cuando uno de los grandes filósofos griegos, Pitágoras, llegó a Egipto para ingresar en una escuela - una escuela esotérica secreta de misticismo-, fue rechazado. 
Y Pitágoras tenía una de las mejores mentes jamás creadas. 
No podía entenderlo. Volvió a solicitarlo una y otra vez, pero le dijeron que a menos que pasara por un cierto adiestramiento de ayuno y de respiración, no le podían permitir ingresar en la escuela. 
Se dice que Pitágoras dijo: «He venido a buscar conocimiento, no algún tipo de disciplina.»
Pero las autoridades de la escuela dijeron: «No podemos darte conocimientos a menos que seas diferente. Y la verdad es que no nos interesan en absoluto los conocimientos, nos interesa la experiencia real. Ningún conocimiento es conocimiento a no ser que se viva y se ponga en práctica. Así que tendrás que ayunar durante cuarenta días, respirando continuamente de una cierta manera, con una cierta conciencia en ciertos puntos.» 
No había más remedio, así que Pitágoras tuvo que pasar por este adiestramiento. 
Después de cuarenta días de ayunar y respirar, consciente, atento, le permitieron ingresar en la escuela. 
Se dice que Pitágoras dijo: «No le estáis permitiendo entrar a Pitágoras. Soy un hombre diferente, he renacido. Teníais razón y yo estaba equivocado, porque entonces todo mi punto de vista era intelectual. Por medio de esta purificación, mi centro de ser ha cambiado. Ha bajado del intelecto al corazón. 
Ahora puedo sentir las cosas. Antes de este adiestramiento sólo podía comprender mediante el intelecto, mediante la cabeza. Ahora puedo sentir. Ahora la verdad no es para mí un concepto, sino una vida. No va a ser una filosofía, sino, más bien, una experiencia: existencial.» ¿Cuál fue el adiestramiento por el que pasó? Esta técnica quinta fue la técnica que le proporcionaron a Pitágoras. Se la proporcionaron en Egipto, pero la técnica es india. 
5 Centra tu atención en el tercer ojo. 
Quinta técnica de respiración: Con la atención entre las cejas, deja que la mente esté delante del pensamiento. 
Que la forma se llene con esencia de la respiración hasta la coronilla y que allí se desborde como luz. 
Ésta es la técnica que le proporcionaron a Pitágoras. 
Pitágoras volvió a Grecia con esta técnica, y se convirtió verdaderamente en la fuente, en el cimiento de todo el misticismo occidental. 
Él es padre de todo el misticismo occidental. 
Esta técnica es uno de los métodos más profundos. 
Intenta comprender esto: Con la atención entre las cejas... 
La fisiología moderna, la investigación científica, dice que entre las cejas hay una glándula que es la parte más misteriosa del cuerpo. Esta glándula, denominada glándula pineal, es el tercer ojo de los tibetanos; shivanetra: el ojo de Shiva del tantra. Entre los dos ojos existe un tercer ojo, pero no está operativo. Está ahí, puede funcionar en cualquier momento, pero no funciona naturalmente. Tienes que hacer algo para abrirlo. 
No está ciego; simplemente está cerrado. 
Esta técnica es para abrir el tercer ojo. Con la atención entre las cejas... Cierra los ojos, y enfoca los dos ojos en medio de las dos cejas. 
Céntrate justo en el medio, con los ojos cerrados, como si estuvieras mirando con los dos ojos. 
Pon en ello toda tu atención. Éste es uno de los métodos más sencillos para estar atento. No puedes estar atento a otra parte del cuerpo tan fácilmente. Esta glándula absorbe la atención mejor que ninguna otra cosa. Si le prestas atención, tus dos ojos quedan hipnotizados con el tercer ojo. 
Quedan fijos; no se pueden mover. 
Si tratas de poner la atención en cualquier otra parte del cuerpo, es difícil. Este tercer ojo capta la atención, fuerza la atención; es magnético para la atención. De modo que todos los métodos de todo el mundo lo han usado. Es lo más sencillo para adiestrar tu atención, porque no sólo estás tú tratando de estar atento; la glándula misma te ayuda, es magnética. 
Tu atención es llevada a ella a la fuerza. Es absorbida. 
En las antiguas escrituras tántricas se dice que, para el tercer ojo, la atención es comida. 
Tiene hambre; ha estado hambriento durante vidas y vidas. 
Si le prestas atención, vuelve a la vida. ¡Vuelve a la vida! Se le da comida. Y una vez que sabes que la atención es comida, una vez que adviertes que tu atención es magnéticamente absorbida, atraída, captada por la glándula misma, la atención no es ya algo difícil. 
Sólo hay que saber cuál es el punto correcto. 
Así que cierra los ojos, deja que los dos ojos vayan justo al medio, y siente el punto. Cuando estés cerca del punto, de pronto tus ojos se quedarán fijos. 
Cuando se vuelva difícil moverlos, entonces date cuenta que has dado con el punto correcto. Con la atención entre las cejas, deja que la mente esté delante del pensamiento... Si la atención está ahí, por primera vez sentirás un extraño fenómeno. 
Por primera vez verás los pensamientos corriendo ante ti; te convertirás en el testigo. 
Es como la pantalla de un cine: los pensamientos corren y tú eres un testigo. Una vez que tu atención está enfocada en el centro del tercer ojo, te vuelves inmediatamente el testigo de los pensamientos. 
Normalmente, no eres el testigo, estás identificado con los pensamientos. Si llega la ira, te vuelves la ira. 
Si se mueve un pensamiento, no eres el testigo; te fusionas con el pensamiento, te identificas, y te mueves con él. 
Te conviertes en el pensamiento; tomas la forma del pensamiento. 
Cuando llega el sexo te vuelves el sexo, cuando llega la ira te vuelves la ira, cuando llega la avaricia te vuelves la avaricia. Cualquier pensamiento que se mueva se identifica contigo. 
No tienes ningún espacio entre tú y el pensamiento. 
Pero concentrado en el tercer ojo, de pronto te vuelves un testigo. A través del tercer ojo te conviertes en el testigo. 
A través del tercer ojo puedes ver los pensamientos moviéndose como nubes en el cielo o gente que pasa por la calle. 
Estás sentado junto a la ventana mirando el cielo o a la gente de la calle; no estás identificado. 
Te mantienes distante, como quien observa desde una colina: diferente. Si hay ira, puedes mirarla como a un objeto. 
Ya no sientes que tú estás enfadado. 
Sientes que estás rodeado de ira -una nube de ira ha llegado a ti- pero no eres la ira. 
Y si no eres la ira, la ira se vuelve impotente, no puede afectarte; permaneces sin perturbar. 
La ira vendrá una y otra vez, pero tú permanecerás centrado en ti mismo. Esta técnica quinta es una técnica para encontrar el testigo. Con la atención entre las cejas, deja que la mente esté delante del pensamiento.
Ahora, observa tus pensamientos; ahora, encuentra tus pensamientos. 
Que la forma se llene con esencia de la respiración hasta la coronilla y que allí se desborde como luz. 
Cuando la atención está centrada en el centro del tercer ojo, entre las dos cejas, suceden dos cosas. 
Una es que, de pronto, te vuelves un testigo. 
Esto puede suceder de dos maneras. 
Te vuelves un testigo y estarás centrado en el tercer ojo. 
Intenta ser un testigo. 
No importa lo que esté pasando; intenta ser un testigo. 
Estás enfermo, el cuerpo está lleno de dolor, tienes desdicha y sufrimiento, lo que sea: sé un testigo de ello. Independientemente de lo que esté pasando, no te identifiques con ello. Sé un testigo, un observador. Entonces, si se vuelve posible ser un testigo, estarás centrado en el tercer ojo. 
A la inversa también sucede. 
Si estás centrado en el tercer ojo, te volverás un testigo. 
Estas dos cosas son partes de una sola. 
Así que lo primero: al estar centrado en el tercer ojo, surgirá el testigo. Ahora puedes presenciar tus pensamientos. 
Esto será lo primero. 
Y lo segundo será que ahora podrás sentir la vibración, sutil, delicada, de la respiración. Ahora podrás sentir la forma de la respiración, la esencia misma de la respiración. 
Primero trata de comprender lo que se quiere decir con «la forma», con «la esencia de la respiración». 
Mientras respiras, no estás respirando sólo aire. 
La ciencia dice que sólo estás respirando aire: solamente oxígeno, hidrógeno y otros gases combinados en forma de aire. ¡Dicen que estás respirando aire! Pero el tantra dice que el aire es tan sólo un vehículo, no es lo auténtico. 
Estás respirando prana: vitalidad. El aire es sólo el vehículo; el prana es el contenido. Estás respirando prana, no sólo aire. 
La ciencia moderna aún no es capaz de descubrir si hay algo como el prana, pero algunos investigadores han advertido algo misterioso. La respiración no es simplemente aire. 
Esto también lo han advertido muchos investigadores modernos. Hay que mencionar un nombre en particular: Wilhelm Reich, un psicólogo alemán que lo llamó «energía orgónica». Es lo mismo que el prana. 
Reich dice que cuando respiras, el aire es sólo el recipiente, y hay un contenido misterioso que se puede denominar orgón o prana o élan vital. Pero es muy sutil. 
En realidad, no es material. 
El aire es lo material - el recipiente es material-, pero algo sutil, inmaterial, se mueve por él. 
Sus efectos se pueden sentir. 
Cuando estás con una persona muy vital, sientes que surge en ti cierta vitalidad. Si estás con una persona muy enferma, te sientes succionado, como si te hubieran sacado algo. 
Cuando vas al hospital, ¿por qué te sientes tan cansado? 
Te están succionando por todas partes. Toda la atmósfera del hospital es enfermiza, y todo el mundo allí necesita más élan vital, más prana. Si estás allí, de pronto tu prana empieza a salir de ti. ¿Por qué a veces te sientes sofocado cuando estás entre una masa de gente? Porque están chupando tu prana. Cuando estás solo bajo el cielo por la mañana, bajo los árboles, de pronto sientes una gran vitalidad en ti: el prana. 
Cada persona necesita un espacio particular. 
Si no se da ese espacio, tu prana es succionado. 
Wilhelm Reich hizo muchos experimentos, pero le consideraron loco. La ciencia tiene sus propias supersticiones, y la ciencia es una cosa muy ortodoxa. La ciencia todavía no puede advertir que hay nada más que aire, pero India ha estado experimentando con ello desde hace siglos. 
Puede que hayas oído o puede que hayas visto a alguien entrar en samadhi, consciencia cósmica -samadhi subterráneo-, durante días seguidos, sin que penetre nada de aire. 
Un hombre entró en semejante samadhi subterráneo en Egipto en 1880 durante cuarenta años. 
Todos los que lo habían enterrado murieron, porque debía salir de su samadhi en 1920, cuarenta años después. 
En 1920 nadie creía que lo encontrarían vivo, pero lo encontraron vivo. Después de eso vivió otros diez años. 
Se había vuelto completamente pálido, pero estaba  vivo. 
Y no había ninguna posibilidad de que le llegara nada de aire... Los médicos y otra gente le preguntaban: «¿Cuál es el secreto?». Él decía: «No lo sabemos. Sólo sabemos que el prana puede entrar y fluir en cualquier parte.» 
El aire no puede penetrar, pero el prana sí. Una vez que sabes que puedes absorber prana directamente, sin el recipiente, puedes entrar en samadhi, incluso durante siglos. 
Al estar centrado en el tercer ojo, de pronto puedes observar la esencia misma de la respiración; no la respiración, sino la esencia misma de la respiración, el prana. 
Y si puedes observar la esencia de la respiración, el prana, estás en el punto desde el que sucede el salto, el gran cambio. 
El sutra dice: Que la forma se llene con esencia de la respiración hasta la coronilla... Y cuando llegues a sentir la esencia de la respiración, el prana, imagina que tu cabeza está llena de prana; simplemente, imagínalo. 
No es necesario ningún esfuerzo. 
Te explicaré cómo funciona la imaginación. 
Cuando estés enfocado en el centro del tercer ojo, imagínalo, y sucede, inmediatamente. Ahora mismo, tu imaginación es impotente; sigues imaginando y no sucede nada. 
Pero a veces, sin darte cuenta, en la vida corriente también pasan cosas. Estás imaginando algo sobre tu amigo y, de repente, llaman a la puerta. Dices que es una coincidencia que haya venido tu amigo. A veces, tu imaginación funciona lo mismo que una coincidencia. Pero siempre que pase esto, desde ahora trata de recordar y analizarlo todo. 
Siempre que adviertas que tu imaginación se ha vuelto real, entra en ti mismo y observa. En algún punto tu atención debe de haber estado cerca del tercer ojo. 
Siempre que sucede esta coincidencia, no es una coincidencia. Parece que lo es porque no conoces la ciencia secreta. 
Sin saberlo, tu mente debe de haberse acercado al centro del tercer ojo. Si tu atención está en el tercer ojo, la imaginación es suficiente para crear cualquier fenómeno. 
Este sutra dice que cuando estés centrado entre las cejas y puedas sentir la esencia misma de la respiración, que la forma se llene. Imagina entonces que esta esencia está llenando toda tu cabeza, especialmente la coronilla, el sahasrar, el centro psíquico más elevado. 
Y en el momento en que lo imagines, se llenará. Y que allí -en la coronilla- se desborde como luz. 
Esta esencia de prana está desbordándose desde tu coronilla como luz. 
Y comenzará a desbordarse, y bajo ese desbordamiento de luz te sentirás renovado, volverás a nacer, completamente nuevo. Eso es lo que significa el renacimiento interno. 
Así que dos cosas: primero, cuando estás centrado en el tercer ojo, tu imaginación se vuelve potente, poderosa. 
Ésa es la razón por la que se ha insistido tanto en la pureza. Antes de realizar estas prácticas, sé puro. 
La pureza no es un concepto moral para el tantra, la pureza es significativa; porque si estás centrado en el tercer ojo y tu mente es impura, tu imaginación se puede volver peligrosa: peligrosa para ti, peligrosa para los demás. Si estás pensando en asesinar a alguien, si esta idea está en la mente, simplemente imaginarlo puede matar a esa persona. 
Por eso se pone tanta insistencia en ser puro primero. 
A Pitágoras le dijeron que pasara por el ayuno, por un tipo específico de respiración -esta respiración- porque aquí uno está moviéndose en un terreno muy peligroso. 
Porque donde hay poder hay peligro, y si la mente es impura, siempre que consigas poner tus pensamientos impuros se apoderarán de ti inmediatamente. 
Has imaginado matar muchas veces, pero, afortunadamente, la imaginación no puede funcionar. Si funciona, si se hace realidad inmediatamente, se volverá peligrosa; no sólo para los demás, sino también para ti mismo, porque has pensado muchas veces en suicidarte. 
No tendrás nada de tiempo para cambiar; sucederá inmediatamente. 
Puede que hayas observado a alguien siendo hipnotizado. Cuando alguien es hipnotizado, el hipnotizador puede decir cualquier cosa e inmediatamente la persona hipnotizada obedece. Independientemente de lo absurda que sea la orden, de lo irracional o incluso lo imposible que sea, la persona hipnotizada la obedece. ¿Qué está sucediendo? 
Esta técnica quinta está en la base de todo hipnotismo. 
Siempre que se está hipnotizando a alguien, se le dice que enfoque sus ojos en un punto concreto: en alguna luz, en algún punto de la pared o alguna otra cosa, o en los ojos del hipnotizador. 
Cuando enfocas los ojos en cualquier punto concreto, en un plazo de tres minutos tu atención interna empieza a fluir hacia el tercer ojo. Y en el momento en que tu atención interna empieza a fluir hacia el tercer ojo, tu cara comienza a cambiar. Y el hipnotizador sabe cuándo comienza a cambiar tu cara. 
De repente, tu cara pierde toda su vitalidad. 
Se vuelve inanimada, como si estuviera profundamente dormida. El hipnotizador sabe inmediatamente cuándo tu cara ha perdido el brillo, la vitalidad. Eso significa que ahora la atención está siendo absorbida por el centro del tercer ojo. 
Tu cara se ha vuelto inanimada; toda la energía está yendo hacia el centro del tercer ojo.
Ahora el hipnotizador sabe inmediatamente que cualquier cosa que diga, sucederá. Te dice: 
«Ahora te vas a dormir profundamente»; te dormirás inmediatamente. 
Te dice: «Ahora estás perdiendo el sentido»; perderás el sentido inmediatamente. 
Ahora se puede hacer cualquier cosa. 
Si te dice: «Ahora te has convertido en Napoleón», te volverás Napoleón. Empezarás a comportarte como un Napoleón, empezarás a hablar como Napoleón. Tus gestos cambiarán. 
Tu inconsciente recibirá la orden y creará la realidad. 
Si padeces una enfermedad, ahora se le puede ordenar que la enfermedad ha desaparecido, y desaparecerá. 
O se puede crear cualquier enfermedad nueva. 
Poniendo simplemente una piedra corriente de la calle en tu mano, el hipnotizador puede decir: «Lo que tienes en la mano es fuego», y sentirás un calor inmenso; tu mano se quemará; no sólo en la mente, sino realmente. Tu piel se quemará realmente. Tendrás una sensación abrasadora. ¿Qué está sucediendo? No hay fuego, es sólo una piedra corriente, fría. ¿Cómo? ¿Cómo sucede esta quemadura? Estás enfocado en el centro del tercer ojo, el hipnotizador está haciendo sugerencias a tu imaginación, y se están haciendo realidad. 
Si el hipnotizador dice: «Ahora estás muerto», morirás inmediatamente. 
Tu corazón se parará. Se parará. 
Esto sucede a causa del tercer ojo. 
En el tercer ojo, la imaginación y la materialización no son dos cosas. La imaginación es la realidad. Imagina algo, y es así. 
No hay diferencia entre sueño y realidad. ¡No hay diferencia entre sueño y realidad! Suéñalo, y se vuelve real. 
Por eso Shankara ha dicho que todo este mundo no es más que el sueño de lo divino..., ¡el sueño de lo divino! Esto se debe a que lo divino está centrado en el tercer ojo -siempre, eternamente-, de modo que cualquier cosa que sueña lo divino, se vuelve real. Si tú también estás centrado en el tercer ojo, cualquier cosa que sueñes se volverá real. 
Sariputta fue a ver a Buda. 
Meditó profundamente, y entonces empezaron a llegarle muchas cosas, muchas visiones, como le sucede a cualquiera que entre en meditación profunda. 
Empezó a ver cielos, empezó a ver infiernos, empezó a ver ángeles, dioses, demonios. Y eran verdaderos, tan reales que fue corriendo a ver a Buda para decirle que había tenido tal y cual visión. Pero Buda dijo: «No es nada; sólo sueños. i Sólo sueños!» Pero Sariputta dijo: «Son tan reales... ¿Cómo voy a decir que son sueños? Cuando veo una flor en mi visión, es más real que cualquier flor en el mundo. Tiene fragancia; puedo tocarla. Cuando te veo», le dijo a Buda, «no te veo tan real. 
Esa flor es más real que tú aquí delante de mí, así que ¿cómo puedo distinguir entre lo que es real y lo que es sueño?
» Buda dijo: «Ahora que estás centrado en el tercer ojo, sueño y realidad son una sola cosa. Lo que estés soñando será real, y también a la inversa.» 
Para quien está centrado en el tercer ojo, los sueños se harán realidad y toda la realidad se volverá como un sueño, porque cuando tu sueño se puede hacer real, sabes que no hay ninguna diferencia básica entre sueño y realidad. 
De modo que cuando Shankara dice que todo este mundo es sólo maya, un sueño de lo divino, no es una proposición teórica, no es una afirmación filosófica. 
Es, más bien, la experiencia interna de alguien que está centrado en el tercer ojo. Cuando estés centrado en el tercer ojo, imagina que la esencia del prana se desborda desde la coronilla, como si estás sentado bajo un árbol y caen flores, o como si estás bajo el cielo y de pronto una nube comienza a llover, o como si estás sentado por la mañana y sale el Sol y comienzan a llegar sus rayos. 
Imagínalo, e inmediatamente hay un desbordamiento: un desbordamiento de luz que cae desde la coronilla. 
Este desbordamiento te re-crea, te da un nuevo nacimiento. 
Has vuelto a nacer. 
6 Céntrate en la pausa durante tus actividades cotidianas. 
Sexta técnica de respiración: Durante tu actividad mundana, mantén la atención entre dos respiraciones y, con esta práctica, vuelve a nacer en unos pocos días. 
Durante tu actividad mundana, mantén la atención entre dos respiraciones... Olvídate de las respiraciones: mantente atento al espacio entre ellas. Ha llegado una respiración: antes de que emprenda el regreso, antes de que sea exhalada, viene la pausa, el intervalo. Una respiración ha salido; antes de que se tome de nuevo, la pausa. Durante tu actividad mundana, mantén la atención entre dos respiraciones y, con esta práctica, vuelve a nacer en unos pocos días. 
Pero hay que hacerlo continuamente. 
Esta técnica sexta hay que ponerla en práctica continuamente. Por eso se menciona: Durante tu actividad mundana... Independientemente de lo que estés haciendo, mantén tu atención en la pausa entre dos respiraciones. 
Pero hay que practicarlo durante la actividad. 
Hemos hablado de una técnica similar. 
Sólo hay esta diferencia ahora, que hay que practicarla durante la actividad mundana. No la practiques aisladamente. 
Esta práctica es para hacerla mientras estés realizando otra cosa. Estás comiendo: sigue comiendo y estate atento a la pausa. Estás andando: sigue andando y estate atento a la pausa. Te vas a dormir: acuéstate, deja que llegue el sueño, pero sigue atento a la pausa. ¿Por qué durante la actividad? Porque la actividad distrae la mente, la actividad requiere tu atención una y otra vez. No te distraigas, mantente fijo en la pausa. 
Y no dejes la actividad, deja que la actividad continúe. 
Tendrás dos capas de existencia: hacer y ser. 
Tenemos dos capas de existencia: el mundo de hacer y el mundo de ser; la circunferencia y el centro. 
Sigue trabajando en la periferia, en la circunferencia; no lo pares. Pero sigue trabajando con la atención también en el centro. ¿Qué pasará? Tu actividad se convertirá en una actuación, como si estuvieras representando un papel. 
Estás representando un papel; por ejemplo, en una función teatral. Te has vuelto Rama, o te has vuelto Cristo. 
Sigues actuando como Cristo o como Rama, y, aun así, sigues siendo tú mismo. En el centro, sabes quién eres; en la periferia sigues actuando como Rama, Cristo o quien sea. 
Sabes que no eres Rama; estás actuando. Sabes quién eres. 
Tu atención está centrada en ti; tu actividad continúa en la circunferencia. Si practicas este método, tu vida entera devendrá en una larga representación dramática. 
Serás un actor representando papeles, pero centrado continuamente en la pausa. 
Si olvidas la pausa, entonces no estás representando papel alguno; te has vuelto el papel. 
Entonces no es una representación dramática; lo has confundido con la vida. Eso es lo que hemos hecho. 
Todo el mundo piensa que está viviendo la vida. 
No es la vida, sino sólo un papel; un papel que te ha sido otorgado por la sociedad, por las circunstancias, por la cultura, por la tradición, el país, la situación. 
Te ha sido otorgado un papel y lo estás representando; te has identificado con él. Para romper esa identificación está esta técnica. 
Krishna tiene muchos nombres. 
Krishna es uno de los grandes actores. 
Está continuamente centrado en sí mismo y representando; representando muchos papeles, muchos juegos, pero nunca serio, en modo alguno. 
La seriedad se deriva de la identificación. 
Si te vuelves realmente Rama en la representación dramática, entonces inevitablemente habrá problemas. 
Esos problemas saldrán de tu seriedad. 
Cuando Sita es raptada, puedes tener un ataque al corazón, y habrá que parar toda la comedia. 
Si te vuelves realmente Rama, el ataque al corazón es seguro..., incluso el paro cardiaco. Pero eres sólo un actor. 
Sita es raptada, pero no se ha raptado nada. 
Volverás a tu casa y dormirás en paz. 
Ni siquiera en un sueño te parecerá que Sita ha sido raptada. Cuando Sita fue raptada realmente, el mismo Rama estaba llorando, sollozando y preguntando a los árboles: «¿Dónde ha ido mi Sita? ¿Quién se ha apoderado de ella?» Pero esto es lo que hay que comprender. Si Rama está llorando realmente y preguntando a los árboles, se ha identificado. 
Ya no es Rama; ya no es una persona divina. Esto es lo que hay que recordar: que para Rama, su vida real también era sólo un papel. Has visto a otros actores representando el papel de Rama, pero el mismo Rama estaba tan sólo representando un papel; en un escenario mayor, por supuesto. 
India tiene una historia muy bella sobre esto. 
Creo que esta historia es única; en ninguna otra parte del mundo existe algo así. 
Se dice que Valmiki escribió el Ramayana antes de que naciera Rama, y que luego Rama tuvo que seguirlo. 
Así que, en realidad, la primera función de Rama fue también sólo una representación dramática. La historia fue escrita antes de que Rama naciera, y entonces Rama tuvo que seguirla. 
¿Qué iba a hacer? Cuando un hombre como Valmiki escribe la historia, Rama tiene que seguirla. Así que todo está prefijado de algún modo. Sita tenía que ser raptada y la guerra tenía que suceder. 
Si puedes comprende esto, entonces puedes comprender la teoría del sino, bhagya: el destino. 
Tiene un significado muy profundo. 
Y el significado es: si consideras que todo está prefijado para ti, tu vida se vuelve una representación dramática. 
Si estás representando el papel de Rama en el drama, no puedes cambiarlo; todo está prefijado, incluso tu diálogo. 
Si le dices algo a Sita, simplemente repites algo que está prefijado: No puedes cambiarlo si te tomas la vida como algo prefijado. Por ejemplo, vas a morir en un día específico: está prefijado. Cuando estés muriéndote, estarás llorando, pero está prefijado. Y habrá tales y cuales personas a tu alrededor: está prefijado. Si todo está prefijado, todo se vuelve una representación dramática. 
Si todo está prefijado, eso significa que tú sólo tienes que representar tu papel. 
No se te pide que lo vivas, sólo se te pide que lo representes. Esta técnica, la sexta técnica, es sólo para hacer de ti un psicodrama: una representación, un juego. 
Tú estás centrado en la pausa entre dos respiraciones, y la vida sigue, en la periferia. Si tu atención está en el centro, entonces tu atención no está realmente en la periferia: ésa es sólo una subatención; sólo sucede en alguna parte cerca de tu atención. Puedes sentirla, puedes conocerla, pero no es significativa. 
Es como si no te estuviera sucediendo a ti. 
Lo repetiré: si practicas esta técnica sexta, será como si tu vida entera no te estuviera sucediendo a ti, como si le estuviese sucediendo a otra persona.
Osho.
http://caminandohacialasendadelaluz.blogspot.com.es/

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