El Desconocido Ser Puro se mira a Sí Mismo como el Espíritu y la Verdad, y la gran Luz del Amor y la Vida emerge como el Espíritu Intimo. Esta es la Personalidad Consciente Universal, no una creación o reflejo aislado, sino la Presencia de Dios como el Propósito individual en y como todo.
Dios es; y fuera de Dios, nada existe, porque todo es Dios y Dios es Amor.
Creo que es nuestra concepción equivocada de Dios lo que ha lanzado al mundo entero a un torbellino durante miles de años. En muchas religiones, ha sido como si Dios hubiera sido creado a imagen y semejanza de los humanos a imagen y semejanza de la naturaleza más baja, y este concepto humano de Dios fue pronunciado tanto bueno como malo y se le concedió predominio sobre cualquier otro ser vivo. Y como nos dicen los textos antiguos: “Un gran miedo se esparció a través de la tierra”.
En los relatos babilonios de la creación, los dioses, recubiertos de terror y llenos de ira, crearon todas las formas de maldad para destruir la semilla de la Humanidad. Y en Egipto, los dioses intentaron esclavizar a toda la gente y establecieron violentamente formas de adoración. Después tenemos a Jehová, en el Antiguo Testamento, que prometió derramar sangre por toda la tierra conjuró a las diez plagas y “destruyó a todos los primogénitos”. El Dios creado a imagen y semejanza del hombre era cruel, perseguidor y vengativo. Y podemos ver que tal enseñanza ciertamente pudo producir vidas disfuncionales y convertirse en una amenaza para la salud mental.
Los iluminados nos han enseñado durante eones que Dios es el Poder Primigenio de la Buena Voluntad, el Amor, la Vida y la Inteligencia Creativa y que este es un universo benevolente donde sólo existen la belleza y la bondad. ¿Cómo lo sabían? ¿A través de la fe? Quizá ocurrió así en un pasado distante, cuando Dios era descrito como “Aquel Acerca Del Cual Nada Puede Ser Dicho’. Este era el Dios Trascendente, el Gran Desconocido, sólo una Presencia nebulosa incluso para el más alto iniciado. Pero con el tiempo, los místicos antiguos comenzaron a entender la naturaleza de Dios percibiendo al Dios Inmanente como su Espíritu Íntimo, como la mismísima Vida de su ser. Se dieron cuenta de que Dios habitaba en su interior como Amor omnisciente, principio Omnipotente y Espíritu omnipresente una Presencia, una Mente, un Poder más cercano a ellos que sus propios alientos.
Dios ES, y fuera de Dios, nada existe, lo que significa que podemos experimentar la Realidad de nosotros mismos porque todo es Dios. La plenitud de la Divinidad está totalmente incorporada en el interior, compenetrándose, eclipsando a la Divina Conciencia de cada individuo, el sagrado YO, que es nuestra verdadera y única naturaleza.
Podemos conocer a Dios porque “Yo y mi Conciencia son uno” lo que quiere decir que nuestra mente consciente (la facultad del alma) y Aquella de la que estamos conscientes (Espíritu) son una.
“Todo lo que mi Conciencia es, YO SOY” todo lo que reconozco dentro de mí, ESO SOY. Jesús se refería a esta Causa Infinita como al Padre, el Espíritu procreador (creador) interior, el Dios Conocido.
Pablo lo llamó el Cristo en ti. Cualquiera que sea la etiqueta que usemos, recordemos que no hay un lugar donde Dios no esté en que surja algo más. Dios se individualiza como nuestro único y
verdadero Ser. Todo es Dios.
“El Dios de Pitágoras (el primero y más famoso de los filósofos) era el Monad, o El que es Todo.
Describió a Dios como la Mente Suprema distribuida por todos los rincones del universo la Causa de todas las cosas, la Inteligencia de todas las cosas, y el Poder dentro de todas las
cosas”
En el Siglo XIII, Santo Tomás de Aquino declaró que “AQUEL QUE ES” era el nombre más adecuado para Dios.
Ralph Waldo Emerson hablaba del Es que habitaba dentro y como cada individuo, brillando como la Voluntad para pronunciar buenas a todas las cosas. Escribió: “La persona más simple que en su integridad adora a Dios, se vuelve Dios”.
De acuerdo con Alice A. Bailey, el Maestro Tibetano Djwhal Khul dijo que “la Vida de Dios, Su energía y vitalidad, se encuentran en cada átomo; Su esencia vive en el interior de todas las formas”.
En este segundo paso de nuestro nuevo comienzo, descartemos todos los conceptos e imágenes de Dios como una entidad separada y aparte de nosotros, o como alguien que demanda justicia y castigo, un amo celoso, un gobernante iracundo, o uno que debe ser solicitado para pedir regalos, favores y divinas dádivas. Dios es bondad absoluta, generosidad total, no conoce el concepto de pecado o castigo, ha creado para Sí mismo un universo de belleza, y se ha expresado como nuestra
Divina Conciencia individual nuestro reino de paz y abundancia donde la vida debe disfrutarse al máximo.
Reflexiona sobre estos pensamientos:
Dios ES. Dios es la única Presencia y Poder universal, el Corazón Cósmico del Amor,
expresándose como todo lo que es bueno, verdadero y hermoso en la vida. Yo soy esa
Expresión.
Yo y el Espíritu de Dios somos uno y el mismo.
Yo soy Dios siendo yo, y Dios se ama a Sí Mismo al ser como yo.
YO SOY
YO SOY consciente.
YO SOY conscientemente consciente.
YO SOY conscientemente consciente de la presencia de Dios.
YO SOY conscientemente consciente de la presencia de Dios que YO SOY.
YO SOY conscientemente consciente de la presencia de Dios que YO SOY como yo.
Ahora oigo y escucho la Voz de la Verdad hablar desde la quietud interior.
John Randolph Price
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