El mensaje aquí es omnisciencia la verdad de que sólo el Yo lo sabe todo, y que la actividad del Yo está en constante y continua prodigalidad sin que se le pida. Esto vuelve al proceso natural del universo, donde todo se mantiene en el Divino Estándar en todo momento plenitud, abundancia, buenas relaciones y verdadero éxito. Y eso incluye a cada ser individual. El Espíritu sabe de tus necesidades y es con gran amor y alegría que cada necesidad es satisfecha, incluso antes de que sintamos la presión emocional del mundo exterior.
Cuando estamos plenamente conscientes de esta verdad, nos alineamos con el Espíritu, y nuestra mente y nuestra naturaleza sensitiva registran el sentido de tener. Esta plenitud irradia entonces hacia dentro, a través y como nuestra conciencia, sin tener que pedir u orar en la forma tradicional.
De hecho, la plegaria de petición puede incluso bloquear el orden natural, porque estamos enfocándonos en el problema y no en la solución. Creemos que Dios no conoce nuestra situación, y que tenemos que informar a la Presencia de nuestras necesidades. Asimismo, estamos pidiendo que algo sea sanado en el mundo exterior, cuando la curación sólo debe tener lugar dentro, en la conciencia.
En mi libro With Wings As Eagles [Con alas como las águilas], escribí:
La Sapiencia de Dios es la respuesta al problema y la satisfacción de la necesidad. ¡El Espíritu no puede saber algo sin tomar acción! Lo que el Espíritu conoce, Está siendo, y como el Espíritu es Omnisciente, Se expresa eternamente (es) como plenitud total en cada área de tu vida. ¿Tienes problemas financieros, de salud, de relación o de trabajo? Puedes estar seguro de que el Espíritu lo sabe y eso, mi amigo, es la respuesta a tus oraciones.
Sí, el Espíritu sabe, y la actividad del Espíritu aparece en nuestras vidas cuando somos concientemente uno con esa Sapiencia. Debemos pensar como el Espíritu sabe que somos ricos, plenos, amados y maravillosamente exitosos. Y con esos pensamientos de YO SOY y YO TENGO en concordancia con nuestra Divina Conciencia nos volvemos la Ley de la Armonía en nuestro mundo.
Por el contrario, cuando oramos desde la temerosa percepción del ego de carencia, enfermedad, fricción y fracaso, estamos afirmando lo que no tenemos y “a aquel que no tiene, deberá quitársele incluso lo que tiene”. Esa es también la Ley en operación, trabajando siempre de acuerdo con nuestras creencias.
Comenzando en este día, deja que tus plegarias sean una comunión con tu glorioso Yo y una afirmación de la Verdad de tu Ser. Siente la radiación teniendo lugar en y a través de ti el Espíritu en expresión y afirma que Dios te ama, que nada retiene, y que en todo momento se está colmando a Sí Mismo como tú, proporcionando todo lo que puedas desear. Alinea tus pensamientos con el Espíritu, confía plenamente, y observa cómo tu mundo se endereza otra vez.
Una meditación
Soy conscientemente uno con la Mente Infinita interior, y a través de esta conciencia que pulsa a través de mi ser, entiendo la Omnisciencia. Mi Espíritu lo sabe todo, ve cada una de mis necesidades, y con amor eterno ha satisfecho ya esa necesidad.
En verdad, no hay nada qué pedir. Simplemente tengo que conservar mi conciencia de la Omnisciencia y Su divina actividad. Esta actividad es Omnipotente, el único poder,
surgiendo de mí como una poderosa base para revelar y expresar una vida llena, completa y dichosa. Estoy consciente de esto. Lo entiendo. Lo veo. Lo sé.
John Randolph Price
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