lunes, 3 de agosto de 2015

LIBRO Desde el Otro Plano (Capitulo IV)





Capitulo IV
Hoy os dejo el Cuarto Capítulo de este relato, Desde el Otro Plano, dedicado a aquellos de mente abierta, capaces de cuestionarse hasta sus creencias más queridas, que estén dispuestos a descubrir sus condicionamientos y, tal vez, tener otra visión de lo que siempre ha sido tomado por cierto, o de aquello que quieren que nos tomemos por cierto (el siguiente capítulo el viernes próximo).

LEER LOS ANTERIORES....
No que me hayas mentido, que ya no pueda creerte, eso me aterra.
(Friedrich Nietzsche)

Arakik se había quedado solo en la Sala de Observación mirando las pantallas que ahora estaban vacías. Percibí su pesar y sus pensamientos:
Si había decidido que Saha volviera no era por ninguna necesidad de sus experiencias o su energía, por lo menos en esta ocasión, sino por el temor a las consecuencias de que siguiera haciendo las preguntas que últimamente estaba haciendo y que continuara profundizando, porque no sólo había sido siempre un problema en sus encarnaciones, sino que ahora también lo era en los espacios que tenían reservados para almas demasiado conscientes, de alguna forma había que cortar con el flujo de ideas que estaba desarrollando porque, ¿cuanto tardaría en darse cuenta…?
Y eso aquí era algo extraordinario, no recordaba que nunca se hubiese producido, en este lugar las almas estaban demasiado felices y adormecidas en la complacencia para despertar, después de las dificultades de la existencia esta felicidad gratuita no era cuestionada, sino que había sido tan prometida que era realmente disfrutada, pero le daba miedo que con Saha se diera la excepción como con tantas otras cosas.
Tampoco él había querido organizarle una vida dura, difícil, pero sabía que eso era lo mejor para que un alma no despertara, porque cuanto mayor es la presión menos espacio queda para poder dedicarse a profundizar, demasiado tiene un alma con intentar resolver sus conflictos y, muchas veces, hasta sobrevivir. Sin embargo, había que guardar un delicado equilibrio porque existía el peligro de que su alma se volviera insensible, como esos receptáculos de psicópatas, pero en este caso debido al dolor y que dejara de sentir para no sufrir más, llegando incluso que se evadiera y no viviera en el cuerpo aunque siguiera atado al mismo, quedándose flotando en esos espacios perdidos de inconsciencia donde nada les podía hacer regresar. Las almas sensibles eran propensas a despegarse de esa forma, incluso en lo que podía considerarse para la mayoría buenas condiciones de vida, y Saha ya en el pasado había demostrado esa capacidad para insensibilizarse y evadirse de su existencia cuando le resultaba demasiado ruda, cuando lo que tenía que hacer para sobrevivir era demasiado duro para su alma, entonces su receptáculo se convertía era una carcasa vacía que sólo existía, hacía lo que tenía que hacer por terrible que fuera y no sentía porque su alma estaba lejos, a saber donde…
Con un alma como esta había que tener cuidado porque no se sabía que podría pasar, pero darle demasiado espacio y que disfrutara de bienestar también sería negativo, antes lo había hecho y había utilizado todo esa fortuna no para sumergirse en los placeres del mundo, sino para profundizar en demasiadas cosas y utilizar el poder que se le había dado no para encumbrarse, sino para ayudar a otros, ¿por qué esta alma se tenía que pasar tanto tiempo analizando y estudiando sus pasadas vidas  y no disfrutando como las demás de este lugar tan magnífico, donde la paz y la libertad parecían no tener límites? Claro que ninguna preguntaba donde estaba el límite…
Las almas que llegaban a este espacio, excepto unas pocas y muy raramente, vivían su tiempo en él como unas merecidas vacaciones y actuaban igual que en vida, donde pocas se afanaban en aprender y saber realmente, rascar la superficie de lo aparente, lo normal era quedarse en las creencias que les dieran seguridades, por fantasiosas que fueran y por poco que se ajustaran a la realidad del mundo que les rodeaban, eso o se dedicaban a disfrutar todo lo posible en todos los momentos posibles siempre que podían, si algo les hacía sentirse bien es que ese algo tenía que ser verdad, ponerse a pensar les hacía sentirse demasiado incómodas sobre lo que les decía su razonamiento como para insistir en ello. Para ellos, como decían, era mucho mejor lo que percibían a través del corazón que la razón, y el corazón era muy fácilmente manipulable, pocos distinguían entre el instinto y la pura emocionalidad, sin más base que la autosatisfacción de los sentidos. En el momento de morir habían tenido la consciencia suficiente para darse cuenta y aceptar lo que les estaba sucediendo, cosa que impidió que se quedaran en los planos más inferiores para reencarnar en el primer cuerpo disponible, y que obligó a capturarlos y traerlos aquí, pero ese hecho en realidad tampoco les hacía ser más conscientes de la realidad, sólo les creaba la feliz ilusión de serlo.
Sea como fuere y por la razón que fuere, pasado un tiempo el común de las almas hasta estaban deseando volver, el deseo de seguir jugando al juego de la vida era para ellas más atractivo que la paz y la serenidad de este lugar; de este modo resultaba fácil mostrarles cómo realizar los deseos que habían dejado por cumplir, como realizar aquellas cosas que sus condicionamientos les habían dejado como deberes, culpas… Esa, la culpa, era una de las grandes formas de hacerles comprender que debían someterse a ciertas experiencia, porque así podrían reparar o mejorar. En el momento de salir de sus cuerpos, y después de contemplar y sentir todo lo que supuestamente habían podido realizar y se había quedado por hacer, aparecer con esa luminosidad que habían sido condicionados a considerar siempre asociada con algo bueno y divino y preguntarles “¿qué has hecho de tu vida?“, producía en ellos un profundo sentimiento de culpa que les llevaba a dejarse guiar fácilmente en el momento de volver. La culpa era algo muy útil, no necesitaba estar respaldada en nada que fuera cierto, sólo que creyeran que eran culpables, y con las creencias que difundían sus Aliados ya se hacía el trabajo necesario para que siempre se sintieran culpables por algo, real o no.
Pero con Saha las cosas no eran así, a pesar de su sensibilidad y de los momentos que nublaban su entendimiento, en todas sus existencias siempre tenía demasiada capacidad para analizar, pensar por sí mismo y demasiada memoria sobre todo lo que vivía, leía, escuchaba, aprendía y experimentaba… Una combinación difícil para que cualquier manipulación durara mucho tiempo, al final encontraba siempre el punto débil de cualquier idea o creencia. Reflexionando sobre ello le vino a la memoria esa conversación que no pretendía ser más que una de las tantas que fortalecen los lazos entre almas y sus guías, pero que le mostró que no era conveniente que permaneciera más tiempo en estos espacios, las preguntas que planeaba eran cada vez más delicadas, y al recordarla me sentí proyectado a ese momento del pasado de su memoria como si fuera presente.
− Me has dicho que no todos vienen aquí a revisar su existencias y experiencias.
− Así es, sólo las almas más conscientes llegan a este lugar de comprensión y de paz, la mayoría apenas se aleja de los planos materiales para reencarnar, por puro impulso, a la primera oportunidad que tengan.
− También me has dicho que la razón por la cual no hay casi nadie aquí con quién encontrarme, que no tengo esas familias de almas que veo otros tienen y que les esperan, es porque que llevo pocas existencias de evolución, que todavía no he creado tantos lazos como ellas.
− Así es.
− Pero si tengo la suficiente consciencia como para llegar a este lugar y no quedarme como otros apegado a los planos más materiales, ¿cómo he llegado a esta consciencia con tan pocas existencias?
La pregunta le dejó por un instante sin posible respuesta, sabía que Saha no era capaz de establecer lazos que le permitieran unirse de una forma tan amable y sencilla con otras almas, pero no era su culpa, era sólo consecuencia de que no ser consciente de que lo que les distanciaba era el distinto tipo de energía que era. Quizás entre los suyos de donde venía pudiera establecer otras relaciones y tuviera esas mismas familias, pero aquí le resultaba difícil y tampoco las demás eran conscientes de esa realidad, que hacía casi como intentar unir cargas energéticas opuestas y, por otra parte, tampoco lo podían permitir: Con aquellas almas con las que había congeniado no convenía que estuviera demasiado cerca, tenía la capacidad innata de liberarlas de sus condicionamientos de una forma natural,  no sabía en qué consistía esa capacidad pero lo hacía y con esos si que forjaba fuertes lazos, pero cada maestro por su cuenta se encargaba de debilitarlos para separarles de Saha, movía demasiadas ideas dentro de ellos, les llevaba a cuestionarse cosas que hasta el momento previo a formar esos lazos no se dudaban. No era extraño que en la comunidad se sintieran tan molestos cada vez que encarnaba, siempre provocaba ese efecto en aquellos a los que se acercaba demasiado.
− No hay un ritmo predeterminado para la evolución, tú has tomado consciencia antes de tu naturaleza espiritual, eso te ha llegado por tener mayor inquietudes, por esforzarte más, siempre es bueno esforzarse, luchar, asumir el sufrimiento, tu lo has hecho… Cuando un alma es así hay que ayudarla a crecer, a evolucionar, por eso has llegado aquí, eres más consciente porque luchas más y te esfuerzas más, no temes ni rehuyes el sacrificio.
Tampoco los halagos hacían el mismo efecto en Saha que en los demás, ya se había dado cuenta, pero no dejaba de intentar seducirlo, siempre era más fácil manejar un alma de esa forma, masajeando su ego, pero en este caso parecía que casi se lograba la reacción contraria.
− En vidas pasadas he conocido almas con las que he establecido fuertes relaciones, hemos sido como hermanos, o hemos compartido intensas experiencias… Pero yo no encuentro a la vuelta nunca ninguno de ellos, sólo te encuentro a ti, y aquí tampoco tengo oportunidad de estar con ellas.
− No es cierto, tú también te has encontrado con alguna de esas almas, ¿por qué dices eso?
− Porque después nos alejemos, no sigo aquí en contacto con ellas como los demás.
− Precisamente por tu propia velocidad de evolución, lo que experimentas y sientes te aleja de ellas, de la misma forma que también te aleja de esos otros grupos de almas que observas, pero a los que sabes no perteneces por esa misma razón, eres más exigente. Como te pasa igualmente cuando encarnas con la mayor parte de quienes te rodean.
Aunque Saha guardó silencio supo lo que pensaba: Esas almas con las que no se relacionaba aquí y que parecía añoraba, eran almas con las que realmente había establecido fuertes lazos cuando estaba encarnado, ¿cómo era posible que estando tan unidos en un vida no lo siguieran estando aquí arriba? Ese silencio le preocupó más que las inadecuadas preguntas.
− ¿Hay algo más que te preocupe?
− No es exactamente preocupación, es que no comprendo y quisiera comprender, porque aquí me siento alejado, pero en mis existencias siempre he sentido ese alejamiento como una soledad dolorosa.
− Pero esa soledad es la que precisamente te ha ayudado a crecer, la que te ha empujado a evolucionar con más fuerza… No deberías tomártelo como algo negativo, porque la soledad es un gran camino para la evolución y el crecimiento, para ascender…
Estas eran siempre razones que ayudaban a convencer a las almas para pasar por ciertos trances dolorosos, especialmente la pérdida de seres queridos, pero sintió que tampoco ya Saha parecía estar convencido, ¿qué le estaba pasando a esta alma endemoniada? ¿A qué venía ahora tantas preguntas? Sabía leer en las almas y descubrir sus más ocultos secretos, pero aquí se encontraba con algo parecido a un muro, por más que le molestara Amfas tenía razón, manejar un alma como esta era mucho más complicado de lo que quería aceptar, quizás sólo alguien de su experiencia y poder estaba realmente capacitado para guiarla, él sentía que no podía ya seguir con esta tarea, pero todavía no quería abandonar, reconocer su error.
Observó a Saha que guardaba silencio con la mirada puesta en algún punto indefinido del espacio infinito.
− ¿De donde venimos?
− Ya conoces todo lo que sobre ello se ha dicho, y sabes que yo no puedo decirte más.
− Pero lo que he aprendido no me dice nada, no entiendo como integrarlo en mi propia experiencia.
− Porque para eso precisamente debes evolucionar, para poder comprender.
− ¿Tú has comprendido?
− Algunas cosas, todavía a mí también me queda por aprender, pero yo también estoy en evolución, ascendiendo como tú.
− ¿Has comprendido por qué venimos a este mundo?
− Así es, para aprender, crecer y evolucionar, y así poder reintegrarnos en la divinidad.
Y entonces Saha se dio la vuelta y le miró de frente, desde abajo porque su altura era mucho menor, los guías siempre debían ser más altos y grandes para que la impresión que causaran en esas almas fuera más grande, que siguieran teniendo poder sobre ellos, pero ahora sintió que esa altura no le salvaba de la invisible mirada de Saha y que esa mirada en realidad partía de algún lugar muy por encima de él, como si a pesar del visible inferior tamaño energético de ese alma frente a él, en realidad quién le estuviera mirando desde arriba fuera Saha.
− Shahai, ¿para qué reintegrarnos en la divinidad, por qué partimos alguna vez cuando, si éramos la divinidad, lo sabíamos todo y conocíamos que en este lugar sólo habría dolor…?
− ¿Sólo dolor?
− Al final sólo dolor, porque la única forma de no sufrir es desprendernos de todo lo que ese espacio significa, deshacerse de sus ataduras aunque sean por el amor más dulce, de los deseos incluso por lo más hermoso o elevado, del amor que es lo más sublime que debemos sentir… Hay que desprenderse de todo, no hay otra forma, ¿para qué amar tanto si, precisamente, debemos abandonarlo todo para poder volver a la divinidad que ya conocía todo eso y sabía lo que sucedería?
Arakik se estremeció, a lo largo de las miles de vidas que había dirigido nunca le habían hecho esa pregunta de una forma tan directa, era una de esas preguntas que nunca ningún guía deseaba escuchar, pero mucho menos de esa forma. En medio del sufrimiento se podía controlar mejor la respuesta y su efecto, cualquier palabra amable servía de consuelo en medio del desgarro del dolor, pero cuando era la razón fría quién preguntaba no era suficiente con palabras consoladoras o generalidades sobre evolución, crecimiento, sacrificio, o que todavía no estaban preparadas para comprender o que desde un plano más elevado cuando ascendieran todo se comprendería, o cualquier de esas generalidades que no respondían a nada pero que fácilmente aceptarían, porque estaban condicionadas para creer que su entendimiento era limitado y que esas materias eran demasiado complejas para ellas, ¿a qué esforzarte en comprender algo para lo que no estás preparado para entender…? Nada de todo eso serviría ahora y menos con un alma como esta, ¿cómo responder algo que pudiera conformar ese alma sin mentirla?
− Shahai, no quiero ofenderte, no quiero parecer orgulloso o impertinente, sólo que no comprendo.
Saha dijo esto desconcertado porque se había dado cuenta de que su pregunta había causado en su maestro algo que era parecido a turbación, como si le hubiese molestado, y ese no era su deseo. Pero eso era algo también que no estaba previsto que ningún alma pudiera hacer, ningún alma debía poder leer el verdadero sentimiento de su maestro, jamás, si Amfas hubiese estado presente le habría quitado en ese mismo momento el control del alma de Saha y Arakik se dio cuenta y se alteró aún más al verse descubierto, apenas podía mantener la calma y serenidad que siempre debía comunicar a su pupilo.
Arakik no respondió, no podía, así que hizo lo único que sabía podía hacer, cambiar su vibración emocional, lo que le comunicaba sin palabras a Saha, porque era sabido que en las almas la emoción siempre termina venciendo a la razón, y más cuando era tan poderosa como la que él podía proyectar; además, expresar una emoción no era mentir, era sólo dejar que el alma interpretara esa emoción y así se engañara a si misma.
Así que empezó a recordar los momentos de lucha desesperada de Saha, de sufrimiento intentando sobreponerse a la desdicha, la confusión y el dolor que había sentido ante desafíos y pérdidas de toda índole, el poder de su determinación y voluntad para superar todo lo que había planificado en sus existencias, incluso esa fútil felicidad del efímero éxito que rápidamente se diluía bajo la necesidad de sobreponerse a un nuevo desafío… Lentamente se fue apaciguando, calmándose al llenarse de la sensación de felicidad que le proporcionaban los recuerdos de las abundantes e intensas experiencias vividas, de las situaciones y lugares tan diversos en los que había experimentado sus existencias… Recordar todo eso fue como volver otra vez a vivir y absorber de nuevo esas experiencias y esa energía tan intensa y poderosa. Poco a poco se fue calmando, tranquilizándose y sintiendo cada vez más pleno y dichoso, sintió que todo lo que había hecho para ganarse y mantener a Saha bajo su guía había merecido la pena, porque había recibido mucho más de lo que le había costado… Esa energía le llenaba total y plenamente, le hacían sentir como si creciera y saciaba sus más profundos deseos, esas experiencias de vida eran una corriente de energía que le llenaba y aliviaba profundamente… Era felicidad densa en estado puro.
Saha sintió ahora ese torrente de felicidad, plenitud, dicha y paz que emanaba de Arakik y no se resistió cuando este le envolvió, abrazándole desde su altura y haciéndole sentir el flujo intenso de esa energía, de esa emoción.
− Hijo mío, no me ofendes, no siento que seas orgulloso ni impertinente, sólo que me emociona comprender cuanto has aprendido y cuanto te has esforzado por evolucionar.
Y al decir esto no mentía, y Saha se acurrucó en el interior esa inmensa corriente de seguridad, felicidad y de paz, más que dejándose envolver en ella aferrándose a la misma…
− Padre, no quiero volver más, estoy cansado, tengo miedo…
− No tengas miedo hijo mío, te acompañaré y nos volveremos a encontrar, porque aquí siempre tendrás tu hogar y yo siempre estaré contigo.
vueloalalibertad.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...