lunes, 3 de agosto de 2015

LIBRO Desde el Otro Plano ((Paul Éluard) CAPITULO I



Capitulo 1
Nuestra lucha no es contra la carne ni contra la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del mal que están en las alturas.
(San Pablo – Epístola a la Efesios. 6,12)

Arakik entró en la vasta sala circular llamada la Sala de Observación y se detuvo, hasta que no se lo indicaran no debía acercarse. A cierta distancia le seguía Aganan, eran sólo siluetas de energía. En el centro de la sala se alzaba, integrada en la propia estructura, lo que semejaba algo como una gran mesa circular hacia la cual fijaba su atención Amfas, una entidad luminosa de primer rango, un poderoso jerarca entre los suyos.
Amfas tenía un color que se movía entre un azul oscuro que se iluminaba a veces de unas lineas índigo, lo que demostraba su rango y poder. Arakik a veces podía tornarse azul de cierta intensidad, pero nunca oscuro, todavía le faltaba tiempo para alcanzar el poder energético para lograrlo, Aganan apenas era un amarillo de cierta intensidad.
Tras un momento, con mucha calma y solemnidad, Amfas pareció enderezarse y levantó lo que podría decirse era su mirada y con un destello le indicó que se acercara. Se comunicaban con pensamientos, pero podía entender lo que entre ellos comunicaban:
− ¿Qué puedo ofrecerte Arakik?
Se acercó seguido a la misma constante distancia por Aganan y con una leve pero marcada reverencia le respondió:
− Quiero tomar las medidas necesarias para la partida de Sahaxanan, ya he preparado un plan para su alma y quería que Aganagan estuviera presente, ha llegado hace poco de Zagan que como sabes ha sido destruido y quería que se familiarizara con nuestro mundo, porque además el alma que guiaba se perdió en el estallido del sol de ese mundo.
Amfas sabía que no había el menor interés en que Aganan se familiarizara con nada, no era necesario para eso reunirse con él, pero una de las normas que tenían era presentar a un superior jerárquico todo recién llegado en sus circunstancias, porque una cosa era que un maestro se desplazara a este espacio guiando un alma y otra que este llegara sin más ni más; algunos indeseados se habían infiltrado así en el pasado y era necesario extremar las precauciones, por más que sabía que si alguna entidad de dimensiones suficientemente poderosas quería hacerlo podría también engañarle a él, por lo menos por un tiempo… Sin embargo, ¿por qué aprovechaba esta situación para, al mismo tiempo, presentarle el nuevo plan del alma para Saha? Seguramente porque sabría cual sería su reacción de no estar presente alguien más. Eso le contrarió, pero con amabilidad se dirigió al recién llegado:
− Estoy al corriente de lo que pasó en Zagan, sé bienvenido.
− Gracias Maestro.
− ¿Has visto alguna vez este mundo desde un Observatorio? Preguntó Amfas.
− Hasta ahora no he tenido esa oportunidad.
− Acércate.
Se acercó, era como si fuera una especie de balcón circular sobre ese mundo detrás del cual se proyectaba el espacio, al prestar atención fue como si se acercara la imagen del mismo y pudiera ver con más detalle hasta el nivel de su superficie. Observó especialmente los receptáculos de almas y sus campos energéticos, así como los lazos de las almas con sus guía, algo que sentí que siempre podía percibir con facilidad, pero desde aquí que era como si estuviera amplificado.
En ese momento, mientras Aganan observaba, sentí en mi interior que me hablaba quién me había llevado hasta allí:
− Hace eones llegaron a este planeta los Sembradores de Mundos, organizaron la incipiente vida que tenía y trajeron los primeros receptáculos de almas. Luego, de las fronteras más lejanas del espacio conocido aparecieron los Destructores, una raza desconocida que se interpuso iniciando una guerra que incendió mundos enteros. A pesar de jugar con la sorpresa inicial los Destructores estaban perdiendo, así que tomaron una decisión definitiva: Dieron a elegir a los Sembradores de Mundos, o retirarse o la aniquilación total de este lugar y otros similares, no sólo la superficial como había sucedido varias veces hasta entonces y ha vuelto a suceder varias veces desde aquel momento, sino la total y absoluta. Así, los Sembradores de Mundos para evitar toda esa destrucción se retiraron, tuvieron que abandonarlo, aunque nunca olvidaron ni tampoco renunciaron… A esos Destructores aquí los llaman sus Aliados.
− Tengo que explicarte —dijo Amfas— que los receptáculos de almas que tenemos a nuestra disposición son físicamente casi perfectos, las modificaciones que nuestros Aliados han implantado sobre la simiente que dejaron los Sembradores de Mundos han dado lugar a unos cuerpos muy débiles físicamente, con una vida muy corta, lo cual les impide aprender y experimentar lo suficiente antes de morir para darse cuenta, despertar, porque cuando podrían empezar a profundizar en el conocimiento el debilitamiento de la edad lo impide. Entonces, la mayoría con lo poco que les queda de claridad, si alguna vez la tuvieron y si su mente no enferma, se quedan con la sensación de las oportunidades perdidas y los errores que creen cometieron, imaginando que hubiese podido ser de otra forma y luchando contra la realidad en vez de ponerse en paz con ella; darían cualquier cosa por volver a intentarlo y desde luego terminan dándolo… O sea, algo muy beneficioso para nosotros porque, como sabes, esos deseos y apegos son el mayor acicate para volver una y otra vez. Además, cuando vuelven no tienen memoria alguna de lo que antes experimentaron, así que tienen que empezar cada vez de nada, y si alguna vez recuerdan es más bien un recuerdo doloroso que les atormentan porque no comprenden la realidad en la que existen.
− Realmente es admirable.
− Nos llevó mucho tiempo, decenas de intentos y fracasos, muchas destrucciones y vuelta a empezar, no fue fácil, pero gracias a ello hoy apenas pueden soportar ciertas dificultades físicas, tanto que tuvimos que inspirar a nuestros Aliados para que les proporcionaran animales vinculados a ellos para protegerles y alimentarles, había que garantizarles unos mínimos para su supervivencia.
− En Zagan la especie humana era físicamente muy fuerte, alimentándose de lo mínimo, como raíces, plantas y frutas tenía cuerpos muy fuertes, nada parecido a lo que aquí he visto sucede.
− Así eran también sus cuerpos en un principio, antes de aplicarles el proceso de adaptación, además de tener una longevidad que hoy considerarían inimaginable, pero no sólo hemos logrado hacerles mucho más débiles, también hemos bloqueado los recursos de percepción que como almas  tenían originalmente, por tanto sólo ven lo que sus ojos les muestran y oyen lo que sus oídos pueden oír, aunque en realidad están ciegos y sordos, porque también esos sentidos han sido limitados, tanto que hasta los animales que les rodean tienen más capacidades en esos aspectos que ellos, cuando originalmente era al revés. Es irónico que nuestros Aliados hayan logrado convencerles de que son la cima de la evolución, no se dan ni cuenta que es una contradicción con su debilidad física y sus limitados recursos para percibir el mundo que les rodea. Será cosa de lo que ha terminado siendo su natural soberbia y estupidez, debido seguramente a que también nuestros Aliados les dejaron justo las capacidades necesarias para cumplir con los objetivos que interesara cumplieran.
− ¿Hay alguna oportunidad de que alcancen la comprensión que les falta?
− No son cuerpos perfectos, algunas veces a algunos se les despiertan capacidades especiales, pero aparte de estas y algunas almas como las que han sufrido demasiado emocionalmente y que pierden todo interés por volver es difícil. Cuando estas empiezan a hacerse preguntas que no deberían pueden llegar a algunas respuestas indeseadas e, incluso, a algún tipo de toma de consciencia si perseveran lo suficiente, pero es raro. Es curioso lo delicado de la parte emocional porque, por ejemplo, el dolor físico tiene el efecto opuesto, cuando mayor es el sufrimiento físico más les aleja aún de darse cuenta, pero a veces algunos receptáculos a raíz de un accidente, en vez de perder la memoria o facultades físicas que es lo propio de la debilidad implantada en ellos, resulta que se les rompe ese fuerte bloqueo a sus capacidades potenciales y, de pronto, son capaces de ver y oír lo que no deberían ver ni oír, es como si recuperaran parte del potencial de su alma, de lo que una vez tuvieron como habilidades normales. Como digo, no son todavía cuerpos perfectos, aunque les falta poco.
− Me sorprende todo lo que puedo observo desde aquí, es mucho más de lo que podía imaginar.
− Eso está bien, pero quiero que observes algo más.
Amfas parecía que tocaba el borde del Observatorio y, en ese momento, la imagen cambió totalmente, al principio parecía una maraña de líneas de energía, una confusión imposible de desentrañar pero, poco a poco, me pareció poder comprender algo de lo que veía, eran los campos vibratorios de ese planeta y su propia estructura energética, su imbricación e inclusión en otros campos de energía que abarcaban mucho más allá de lo imaginable, como si fuera un enorme conjunto de esferas o jaulas de energía unas dentro de otras. En realidad en esa imagen no había nada físico o material, todo era vibración, energía. La visión duró sólo fue un instante, como un relámpago, porque Amfas se retiró y la imagen volvió a su estado anterior, donde todo era mucho más claro, simple y sencillo. Era la energía, el poder y el conocimiento de Amfas lo que permitía transformar la información que ofrecía el Observatorio en algo mucho más complejo, pero mucho más revelador.
− ¿Puedo preguntarte sobre alguna de las cosas que he observado?
− Puedes preguntar.
− He visto que algunas de las almas que están en esos cuerpos no sólo están unidas a nosotros, sino a otras entidades, ¿qué son?
− Muchas son simples parásitos, más o menos inteligentes o capaces, incluso también almas humanas cuyos cuerpos murieron y se han quedado ahí, todas se alimentan de la energía de las almas que están en los receptáculos. Otras pocas, muy pocas, son entidades que nunca vienen de buen grado a este plano energético, a menos que algún alma se alinee con su energía, muy diferente a la de las demás porque son las únicas que no necesitan tomar la suya.
− ¿Pueden adentrarse en nuestro espacio?
− Nuestros Aliados y nosotros nos ocupamos de que los humanos no puedan facilitárselo, que tengan muchas creencias, visiones o lo que sea necesario que más que acercarles a ellas en realidad les ciñan más a nosotros. Sin embargo, a veces, algunas de esas almas como las que antes te comentaba pueden lograrlo, especialmente las que desconfían de toda creencia y hacen su propia búsqueda, eso puede provocar en ellas una diferente vibración que es percibida por esas entidades. Aunque en realidad sólo se acercan por un sentimiento de deber, no les agrada ese acercamiento porque conocen sus debilidades y saben que propicia que nosotros, a la menor caída energética de ese alma, o a la menor duda o dificultad en ese cuerpo que altere esa vibración usurpemos su lugar y, desde luego, saben que nos vamos a ocupar de que eso suceda porque es fácil… No hay receptáculo que no tenga debilidades del tipo que sea que no puedan ser utilizadas.
− ¿No son capaces de distinguir entre una energía de ese orden y otra diferente?
− Podrían si se atuvieran a los hechos, pero les gusta más atenerse a sus emociones, y estas les engañan, porque como ya te he dicho apenas ven, escuchan o sienten en realidad, sólo creen hacerlo  y se deslumbran ante cualquier juguete brillante o luminoso que les des, ¿cómo iban así poder distinguir con quién tratan verdaderamente? De todas formas, hay otras que vienen de otros espacios que también buscan en los humanos su propia cosecha, son nuestros competidores si quieres, pero no nos estorban porque no hacen más que crear más problemas a los receptáculos de almas, lo cual siempre termina siendo bueno para nosotros.
− ¿Y esos cuerpos vacíos?
− Como sabes, cuando un cuerpo está a punto de morir el alma suelen abandonarlo antes de que llegue a su final, instintivamente sabe que ya no tiene sentido seguir ahí, aquí pasa algo que podemos comparar con esta situación: Por un parte, receptáculos que realmente nunca quisieron ser habitados y, por otra, otros cuyo sufrimiento es tan grande que las almas destinadas a los mismos tampoco viven realmente en ellos, son como carcasas vacías, tanto que ni siquiera esos parásitos o esas entidades de otros espacios que buscan lo que un alma puede proporcionarles se acercan a ellos porque no hay nada que obtener.
− Pero, ¡qué terrible desperdicio! ¿Cómo un alma puede rechazar un cuerpo si experimentar la existencia es su mayor ambición y deseo?
− No cuando los recursos para la supervivencia son escasos o esa supervivencia es excesivamente dura, no cuando, a pesar del deseo intenso de volver a probar suerte en una nueva existencia, un alma percibe claramente que no va a tener ninguna oportunidad de realizar sus deseos, sus sueños. Y eso es para las que ni se lo piensan normalmente, que están desesperadas por volver y se introducen inconscientemente en el primer cuerpo disponible, pero para aquellas más conscientes que llegan aquí y tenemos que convencerlas de la necesidad de regresar menos aún. No hay forma de encontrar los argumentos suficientes para vidas como esas, un plan del alma que lo justifique. Es irónico que algunos que presumen de mayor iluminación dicen cínicamente, cuando están ahí abajo y ven esas vidas desde lejos, que es por un bien mayor y que esos cuerpos albergan almas más evolucionadas y cosas así, pero si se lo ofreces a ellos ni hablar de entrar ahí… Pocas practican lo que decían creer, en el fondo algo de iluminación si que les debe llegar cuando se dan cuenta del real horror de esas existencias.
− Perdona mi atrevimiento, ¿pero no es un error haber llevado las cosas a ese extremo?
− Lo es, pero nuestros Aliados no tienen la necesaria sensibilidad para darse cuenta de las consecuencias que ello puede acarrear, siempre les hemos insistimos en mantener el equilibrio para poder prolongar la mejor situación posible el máximo tiempo posible, pero ellos hace tiempo que ya no comparten la misma visión, el mismo propósito….
Se hizo el silencio y noté una vibración extraña, como si dudara en compartir algo, un conocimiento y como si ese conocimiento le perturbara, ¿qué podría perturbar a alguien tan poderoso?
− En fin, a ellos no les importa, porque en caso necesario y tal como hicieron otras veces provocaran otro cataclismo que acabe prácticamente con la vida en el planeta, devolviendo a la humanidad al punto de partida una vez más, eso si es que no llega antes uno de esos cíclicos desastres naturales y no hacen nada por evitarlo, o no pueden evitarlo.
− ¿Y esos otros cuerpos habitados por entidades que no emiten energía emocional alguna, son nuestros Aliados en este planeta?
− Algunos sí porque han decidido tomar ciertos cuerpos para sus propósitos, esos los distinguirás porque pueden adoptar diferentes apariencias, aunque sólo las podrás percibir a nivel energético, otros son simplemente energías de otros planos y que han venido atraídos aquí por la posibilidad de realizar sus deseos, para ellos también ese es el gran estímulo para vivir una existencia física.
− ¿No interfieren?
− Desde luego que lo hacen, pero en nuestro beneficio porque causan muchos problemas. Por ejemplo, entre ellas está un determinado tipo que los humanos no comprenden y que han dado por llamar psicópatas. Tienes que saber que nuestros Aliados crearon aquí un grupo de receptáculos de almas con una genética muy adecuada para la guerra, porque las almas tienen muchos frenos para lo que los Aliados consideran una de sus prácticas más apreciadas y esos receptáculos, al haber eliminado en ellos cualquier tipo de respuesta emocional, facilitan que puestos en las circunstancias adecuadas puedan hacer cualquier cosa,  incluso las más impensables para un alma normal y que si no están en esos cuerpos les crearían muchos conflictos internos el resto de su vida. Pero si no se dan esas circunstancias y la vida les resulta favorable no pasaran a ser especialmente violentos o peligrosos, aunque si son muy observadores se darán cuenta que no sienten como las demás.
− Eso es cuando lo ocupa un alma, ¿pero cuando lo ocupan esas entidades de mundos inferiores?
− Ahí está la maravilla, cuando ese tipo de receptáculo son ocupados por esas energías de otros planos inferiores son una auténtica plaga, por ello son muy apreciados por nuestros Aliado porque al igual que ellos son incapaces de empatía, compasión o piedad alguna. A estos no hace falta ponerles en circunstancia ninguna porque manifestarán su naturaleza despiadada incluso bajo las más favorables. Por esa razón los aprecian y ayudan a alcanzar posiciones de gran poder e influencia. Ahí donde hay poder, del tipo que sea, hay altas probabilidades de que haya un psicópata, si los receptáculos de almas no fueran tan influenciables les bastaría mirarles a los ojos para comprenderlo, porque están vacíos de expresión ya que no sienten, no hay vida ni nada dentro de ellos. Además, en sus actos podrían reconocerlos, porque no sienten la menor culpabilidad por nada, pero como te he dicho antes prefieren juzgar por sus emociones más que por los hechos y ni se dan cuenta hasta que es demasiado tarde.
− También me ha parecido ver como otras humanidades o seres de otros lugares.
− Te ha dado tiempo a ver mucho… Efectivamente, pero no creas que todas esas entidades están autorizadas a estar aquí, incluso a veces aparecen algunas enemigas de nuestros Aliados, la ventaja es que no intervienen apenas, si lo hacen es en algún lugar remoto con alguna población con poca comunicación.
− ¿No intentan interferir?
− En absoluto, hasta donde sabemos sus normas se lo prohiben, al igual que esas entidades energéticas que antes te decía que no aceptan el contacto de muy buen grado porque saben que podemos suplantarlas, en este caso al moverse en el plano material esto sería beneficioso para nuestros Aliados, lo aprovecharían para semejar que son esas entidades superiores y bondadosas que viven y descienden de los cielos, y por las que tanto suspiran los humanos para resolverles sus problemas.
Se hizo un silencio que Arakik aprovechó para intervenir:
− Disculpa maestro, pero quisiera comentar el plan del alma de Saha.
− Ah, el plan del alma de Saha… ¿Estás seguro de lo que estás haciendo, quieres de verdad que vuelva otra vez?

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