sábado, 15 de agosto de 2015
Libro el Camino del Buscador
(PRIMERA PARTE)
EL CONOCIMIENTO DEL EQUILIBRIO
La búsqueda del centro
" El arte del equilibrio, consiste en caminar por los extremos, sin llegar jamás a caerse"
El maestro me miro y empezando a caminar juntos hacia el barranco, comenzó a decir: Considera, por un momento, la importancia del equilibrio en el orden natural de la vida humana. Somos criaturas de moderación: No podemos nadar igual que un pez, correr tan rápido como los leopardos, o levantar tanto peso como los gorilas, pero tenemos todas estas habilidades con cierta moderación, en equilibrio. Cada ser humano suspira en busca de un estado de equilibrio interior, de paz interior. ¿Puedes sentir tú esto dentro de ti ahora? En el instante que el puso su palma de la mano sobre mi pecho, sentí como mi cuerpo se llenaba de una gran paz y como mi mente se tranquilizaba. "Lo sientes," susurró. Sí. Este sentimiento de serenidad te proporcionará un punto de referencia; aumentará tu consciencia real, y disminuirá tu tolerancia al desequilibrio, a los desequilibrios que normalmente experimentas. ¿En qué sentido? Bueno, supongo que entenderás que sirve de bien poco aconsejar a las personas tensas que se relajen si no conocen lo que se siente cuando se está relajado. Pero una vez que experimentan un estado de profunda relajación, tienen un punto de referencia; pueden notar la tensión con mayor facilidad y pueden seguir los pasos para desprenderse de ella. Y ahora que conoces lo que se siente cuando estás en verdadero equilibrio, comenzarás a notar lo que es estar fuera de equilibrio en cualquier faceta de tu vida; funciona como una señal automática para que puedas volver a ese lugar de equilibrio en tu interior. La Ley del equilibrio se puede aplicar a partir de notar tu falta de equilibrio. ¿Tan simple como eso? Muy simple, pero no siempre fácil, porque cualquiera que sea el estado físico o emocional al que estés acostumbrado – incluso si es un estado de tensión o desequilibrio extremo – parecerá normal para ti. Lo que mucha gente llama neurosis es de hecho un desequilibrio o exageración de un pensamiento, impulso, o emoción que todos sentimos de vez en cuando. Por ello cambiar a un estado de equilibrio verdadero puede causar una sensación extraña al principio. Entonces, ¿cómo puedo hacer este cambio hacia el verdadero equilibrio? Presta atención a cualquier señal dentro de tu cuerpo o en tu vida provocado por hacer mucho o demasiado poco en las áreas de la alimentación, el ejercicio, el trabajo o la comunicación. Una vez tú encuentras tu propio equilibrio, también encuentras paz interior y poder interior para ser realmente una referencia a los demás. Se agachó y cogió una rama fina y delgada, de unos diez centímetros de longitud, y se preparó para ponerla en equilibrio sobre un dedo. La rama se mantuvo perfectamente recta al principio; entonces comenzó a balancearse hacia delante y hacia detrás. Los deseos y la motivación te empujan hacia delante. Los miedos, las ataduras, las creencias te empujan hacia detrás. En muchas ocasiones los extremos de cualquier tipo, incluso tomar una postura rígida en cualquier cosa, te puede conducir fuera de ese punto de equilibrio que armoniza tu ser interior. ¿Lo entiendes? Eso pienso pero no estoy seguro, respondí. ¡Estupendo! Eso quiere decir que estás preparado para aprender. La Ley del Equilibrio no es sólo una filosofía sino una forma de vida, con aplicaciones muy prácticas. Viendo mi mirada confusa, recogió una piedra, me la dio, y señaló un pino a unos diez metros. ¿Ves el tronco del árbol de allá? A ver si le puedes dar con la piedra. Cogí aire, me concentré, y lancé. Fallé por unos centímetros a la izquierda. El me pasó otra piedra. Volví a lanzar y me acerqué mas, pero todavía a la izquierda del centro. Entonces me dio cuatro piedras más, me miró a los ojos, y habló despacio. Es importante que aciertes en el tronco con una de estas piedras. No entendí por qué era tan importante, pero sabía que lo decía en serio. ¡Aplica la Ley del equilibrio! me recordó. ¿Cómo?"
Ya te he dicho que cuando estás en desequilibrio, parece normal para ti. Por esta razón, sigues inclinándote hacia el lado más familiar. Por tanto la manera más fácil de encontrar el centro es sobre corregirte – practicar deliberadamente lo opuesto de lo que estás acostumbrado a hacer. Por ejemplo, si hablas demasiado rápido o demasiado flojo, para que la gente te entienda, entonces deberías deliberadamente hablar de una manera que a ti te parezca demasiado lenta o demasiado alta. Y ya que he lanzado demasiado hacia la izquierda, dije, debería intentar lanzar más a la derecha. ¿Verdad? Correcto, dijo el. El problema es que sólo me quedan cuatro intentos; no quiero errar el tiro ni por la izquierda ni por la derecha. Quiero darle. Estoy seguro de ello. Pero una vez hayas trabajado con los dos lados, es mucho más fácil encontrar el centro, sea el de un árbol o el de cualquier otra cosa. Entiendo, dije. Hacer es entender, contestó, señalando el árbol. Dubitativamente, pero con ganas de probar la Ley, deliberadamente lancé hacia la derecha; para mi sorpresa, volví a errar hacia la izquierda de nuevo. Lo ves, dijo el maestro. Acostumbrado a lo que haces normalmente – a lo que sientes como normal – no has corregido lo suficiente. Esta es la razón por la que modificar cualquier hábito es difícil, y por eso el ser humano aprende tan despacio. ¡Esta vez sé audaz! ¡Asegúrate que los dos próximos lanzamientos son a la derecha del árbol! Me aseguré del todo: La primera piedra fue dos metros a la derecha; y lo mismo con la segunda. Mi último intento, dije nervioso. La ley del equilibrio te ayudará, dijo el, y yo también. Me dirigió hasta el árbol hasta que me encontré a sólo dos metros. Nadie dijo que tenías que complicarte tanto la vida, añadió con una sonrisa. Si te fijas, estás demasiado lejos, ¡acércate más! Riendo, acerté el árbol de pleno. El maestro a continuación me hizo ver otro aspecto de esta ley: "El equilibrio comienza con la respiración," dijo. Inspirar y expirar son los ritmos primitivos de la vida misma. Inspirando encuentras seguridad; expirando encuentras desahogo. Inspirar y expirar – nacimiento y muerte con cada respiración. Siente tu respiración ahora, dijo él. Se consciente de qué manera los ritmos de tu respiración están desequilibrados, al igual que tus emociones. Cuando sientas furia, acéptala completamente, y lleva tu respiración al punto de equilibrio. Cuando sientas lástima, abrázala con cariño, y lleva tu respiración al punto de equilibrio. Cuando sientas miedo, hónralo, respira profundamente y encuentra tu equilibrio. Cuando exhalas, das; cuando inhalas, recibes. Si recibes más de lo que das, sientes ese desequilibrio como una necesidad de compensar tu círculo de relaciones. Si das más de lo que recibes, sientes cansancio, y eventualmente te quedas vació. . "La ley del Equilibrio nos asegura que aquellos que dan libremente, sin esperar nada a cambio y con generosidad, reciben en abundancia." Mientras seguíamos caminando, me acordé de algo que me había dicho cuando nos conocimos. Anteriormente me has dicho que necesitabas mi ayuda, dije, para que exactamente. Pregunte. Esto es tu preparación, me recordó. Encuentra equilibrio en tu vida y en todas las cosas. Honra las Leyes Universales y sigue los pasos de la sabiduría. Explora el abanico de la experiencia humana, pero, ya que los extremos habituales crean estrés, siempre vuelve a la base, al camino del medio. Deja que tus acciones y palabras salgan con suavidad, como el cambio de las estaciones. A partir del estado de equilibrio en tu interior, encontrarás la claridad y la paz en el mundo exterior. Mientras las palabras del maestro se convertían en silencio, continuamos caminando ...
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