lunes, 26 de septiembre de 2016
De lo humano a lo divino (Capitulo 14º Asignatura Pendiente, Amor de Pareja)
Capítulo 14º
ASIGNATURA PENDIENTE, AMOR DE PAREJA
Un día llegó a su vida un padre con sus dos hijas de 5 y 8 años. Ella, que tanto amaba a los niños, no le costó nada amar a esas niñas tan especiales.
Supo ver en ellas todas las características de los nuevos niños Índigo.
Niños que, poco a poco, han ido llegando para traer una nueva raza de hombres y mujeres del futuro. Todos ellos, unidos con unas mismas características. Son más sensibles y en sus corazones hay más amor y comprensión. Tienen telepatía, sobre todo con la gente que está más cerca de ellos. Se preocupan de la ecología. Traen una nueva conciencia de unidad y sanación para el planeta y para todos los seres que lo habitan. Al ser unos niños más sensibles, necesitan una compresión y educación especial porque muchos de ellos vienen a ser los líderes del mañana. Ellos son los encargados de dar vida al nuevo mundo, a transformarlo en uno más amoroso, justo y armonioso.
Ella reunió a un grupo de niños y les transmitió enseñanzas de metafísica (más allá de lo físico). Cada día les hablaba de los ángeles, cristales, música, colores, chakras, energías, quitar dolores, etc. El grupo era de distintas edades. La más pequeña tenía 5 años y el mayor 12. Todos la escuchaban con mucho respeto y atención. La aceptaron como parte de ellos y para todos era su amiga.
El cambio que se dio en estos niños fue tan grande que atrajo la atención de sus padres. Finalmente, tuvo que hacer otro grupo, aunque esta vez con los padres.
Pensó que esto era la mejor forma de que entendieran las necesidades de esos niños tan especiales. Amaba a todos pero, desde el primer momento, tuvo un cariño especial por esas niñas traídas por el padre.
Se dio cuenta que José, el padre de las niñas, era especial. Tenía 35 años con unos hermosos ojos verdes y una sonrisa más hermosa aún. Desprendía amor, dulzura e inocencia.
Eso la intrigaba pues todos los hombres que habían pasado por su vida podían desprender de todo menos inocencia. Desde el primer momento, él asumió el papel de facilitarle la vida a Paloma. Esto se lo tomó tan en serio que, siempre que había alguna reunión, él acababa en la cocina ayudándola para que no se le quedara tanto trabajo después.
Paloma no era consciente de lo que estaba pasando. No le pasó por la cabeza que, un hombre que tenía 35 años y casado con dos niñas, pudiera enamorarse de ella que tenia 51. El tenía un matrimonio casi inexistente.
Su esposa era una mujer depresiva.
Estaba rabiosa con él por no haber tenido el valor de separarse de ella el primer año de casados.
José se enteró que ella estaba enamorada de otro, la perdonó y continuaron juntos pero, desde ese momento, algo se rompió entre ellos. Ahora lo despreciaba y se pasaba la vida quejándose. Para ella, él era el único culpable de todos los males que le pasaban y no se daba cuenta que el único delito que cometió fue ser él mismo. Ese era realmente el crimen que había cometido, ser José y no el hombre que a ella le habría gustado y del que creía seguir enamorada. Paloma estaba entre dos aguas. Escuchaba a José e intentaba hacerle ver que tenía que entenderla y ayudarla pero, al mismo tiempo, se daba cuenta de lo egoísta que era su esposa. Sólo pensaba en sí misma. Era una persona que al no poder hacer lo que desea, se quedaba en el papel de víctima y, para ella, su marido era el verdugo. No importaba si él era un hermoso ser, por dentro y por fuera.
No importaba que él no fuera egoísta y pensara más en su familia que en sí mismo. Para ella esto carecía de importancia y cuando Paloma le hizo ver la suerte que tenía de estar junto a un hombre así, fue consciente de ello.
Cuando le preguntó, por qué no se separaba, ella reconoció que nunca iba a encontrar un hombre tan bueno como él.
El ser humano se rige por la costumbre y es más fácil estar con un hombre al que no se ama pero que le solucione la parte económica, que enfrentarse sola a la vida y hacer lo que realmente quería.
José iba al grupo de crecimiento personal de Paloma por lo que la amistad fue cada día más estrecha.
Un día, recibió una visita de una amiga Mexicana. Él le quiso acompañar al aeropuerto a buscarla y cuando iban de camino, se dio cuenta que por primera vez estaban a solas y a Paloma no le pasó desapercibida una energía de atracción y amor que había entre ellos.
No quiso hacer ningún comentario y tampoco le dio más importancia. Cuando su amiga subió al coche les pregunto si eran pareja porque entre ellos se notaba una energía de amor enorme. Los dos se miraron y se echaron a reír. ¿Qué más podían hacer en esos momentos? Aún no estaban preparados para darse cuenta que ya no había vuelta a atrás. El amor que sentían se les escapaba por todos los poros de la piel y ellos ya no lo podían evitar.
Paloma no quería nada con un hombre casado, con dos hijas y además 16 años más joven que ella. Pero la semilla ya estaba sembrada y no podía evitar sentirse atraída por esa energía tan pura.
Aunque fuese una locura ya era demasiado tarde para poderlo evitar.
Todo en él le resultaba muy familiar y parecía que se conocían de toda la vida. ¿Y si él era su alma gemela que toda su vida había estado esperando? Ella sabía que el tiempo de pensar y actuar como simples humanos se había acabado. También que eso era precisamente lo que en estos momentos se le pedía a la raza humana.
NO PENSAR CON LA CABEZA SINO CON EL CORAZON.
Entonces, ¿no sería ésta una oportunidad de enseñar que tenemos que estar por encima de lo establecido como bueno o malo, correcto o incorrecto, simplemente porque lo dicen los hombres? Tuvo miedo de sí misma. Sabía que era muy transparente y que en cualquier momento se le podía escapar algo.
Opto por hablar con José para hacerle ver que tenía que esforzarse al máximo con su esposa e intentar una vez más estabilizar su relación. También habló con ella, aunque en el fondo de su corazón sabía que entre ellos no había vuelta atrás y si en algún momento hubo amor ya no lo había. Ella tenía que intentarlo y lo hizo, pero un día, después de esa conversación se presentó en casa de Paloma la esposa de José. - Paloma, vengo de tener una conversación con José y me ha dicho que no me ama y que quiere separarse.
Yo le he preguntado si está enamorado de otra y me ha dicho que sí. ¡De ti! Paloma estaba comiendo y casi se atraganta.
Quería meterse bajo tierra.
Deseaba que no fuera real lo que estaba pasando en esos momentos. Pero, sí, lo era y tuvo que intentar estar lo más serena posible para hablarle y decirle que no sabía nada. Nunca se habían dicho ninguna palabra de amor y no entendía que pasaba. Ella le había pedido, el día anterior, que pusiera todo de su parte para arreglar el matrimonio. Él le había prometido que lo iba a intentar. ¿Qué había cambiado en tan pocas horas? En ese intento por comprender que había pasado, a Paloma le venían muchas preguntas. - ¿Por qué no me ha dicho antes lo que pensaba hacer? Paloma no tuvo que esperar mucho para saber la respuesta de la boca de la esposa de José.
Le pregunté a José si tú lo sabías y me dijo que no. Que él estaba aún conmigo y merecía un respeto. Por eso, me lo ha dicho antes de que tú supieras algo. Ahora, él se va de casa y es cuando te lo piensa decir. ¿Tú que vas a hacer? ¿Lo vas a aceptar? Paloma pasaba de una sorpresa a otra. Sus emociones empezaron a salir, unas tropezando con las otras.
Primero de sorpresa, enojo y rabia porque José la puso en una situación que ella no quería y además sin consultarle.
Admiración, porque vio la fuerza de un “gran hombre” y finalmente, el amor, porque con todo esto, se dio cuenta que lo amaba.
Lo había amado desde el primer día que llamó a su puerta, llevando de la mano a sus dos preciosas hijas. Internamente supo que aunque la situación no le gustaba y conscientemente no la había elegido, no podía cerrar los ojos y hacer como que aquella situación no existía. Ante la pregunta de la esposa de José, ella sabía que no podría evitar lo que ya estaba en marcha y tampoco quería evitarlo.
Por primera vez en su vida estaba con un ser humano de distinta nacionalidad, cultura, forma de pensar y edad. Pero, a pesar de todos estos impedimentos, había otras muchas cosas que les unían como los valores morales. Toda su vida había buscado gente que tuviera los mismos valores morales.
Nunca había encontrado a alguien tan parecido a ella hasta ese momento. Ahora en el atardecer de su vida, cansada, casi sin ilusiones ni fuerzas, encontraba un hombre que le daba todo lo que ella necesitaba para seguir viviendo y, lo más importante, seguir haciendo su misión. Él le daba fuerza, ilusión, alegría, y, sobre todo, AMOR. Seguramente sin esto no podría seguir adelante y aún tenía una misión por cumplir. ¿Quién era ella para oponerse a los deseos de Dios?
Al poco tiempo de separarse, empezaron a vivir juntos. Era una sensación algo extraña porque, antes de separarse, no se habían dado ni un beso. Esta relación fue algo especial desde el primer momento. Lo primero que le llamó la atención fue que entre ellos había telepatía. Parecía que toda la vida habían estado juntos y se conocían muy bien.
Se creó una gran complicidad y con la mirada ya sabían lo que querían.
Constantemente necesitaban estar juntos y acariciarse. Era como si por retener sus emociones durante tanto tiempo, ya no había fuerza humana que las sujetara.
Ellos vivían ese amor sin importarles el “¿qué dirán?” ni si eran comprendidos. Sólo sabían que se amaban y que eran felices estando juntos. No todo el mundo lo entendió.
Hubo gente que se alejó porque no comprendían que se pudiera enamorar de un hombre casado (aunque no fuera feliz) y además, con tanta diferencia de edad.
Para muchos, ella solo quería obtener los papeles legales de inmigración.
Para otros, por no estar sola.
Unos y otros se equivocaban.
Sin buscarlo, en un recodo del camino, dos almas se reconocieron y supieron que tenían que vivir una experiencia en común.
Él le daba la fuerza e ilusión para seguir y ella la posibilidad de crecer más aprisa, de salir de su ambiente natural, viajar y conocer otras culturas. Los dos se complementaban y, cuando dos seres se dan y a la vez reciben, la relación es larga y fructífera.
Sin embargo, había aprendido a vivir el presente y no quería pensar en la diferencia de edad o en la posibilidad de que él se enamorara de otra mujer más joven. Eran pensamientos de simples humanos y ella tenía que estar por encima de ello. Al principio se le cruzaron estos pensamientos pero pronto los rechazaba y se decía: La vida no le tenía por qué hacerle pasar por esa prueba y siempre iban a estar juntos. Paloma vivía en un sueño.
Esto era lo que siempre había deseado.
En él encontraba al amigo con quien compartir todo, al amante con el que se experimenta el amor y el padre que tanto necesitó y echó de menos. Él la hacía sentirse mujer, compañera, amiga, maestra y su todo. Para él, Paloma pasó a ser la mujer perfecta, amorosa, tierna, dulce, cariñosa y apasionada. No la veía ni mayor ni con arrugas. Sentía que Paloma era la mujer más hermosa que él había conocido y así se lo hacía sentir. Aunque ella veía que la belleza física se iba marchitando era tanto el amor de él, que se dejaba llevar e inundar por la energía amorosa que le trasmitía. Nunca había sido tan feliz como lo estaba siendo con José.
Se maravillaba de como el universo le iba poniendo pruebas conforme iba superando las anteriores. Solo había pasado poco más de un año de su aterradora experiencia anterior y ya casi no la recordaba. Había podido superarla gracias a no quedarse enganchada en el victimismo.
Lo que más le ayudó fue generar amor y perdón hacia su compañero anterior. Ahora, cuando recordaba esos momentos, se sentía orgullosa de sí misma por no haberse quedado enganchada en la rabia y odio que era lo más cómodo. Sabía que eso no lo podía hacer.
Esa experiencia había supuesto para ella muchas lecciones magistrales.
Había aprendido a no dejarse llevar por el odio a pesar de que le hicieran malas pasadas. También, le había ayudado a valorar al ser humano que era José y a darle importancia a las cosas que realmente la tienen.
Todo esto se lo debía a su anterior compañero, que con su egoísmo personal, la había llevado al pozo más profundo del que gracias a su esfuerzo y a la ayuda de sus Maestros, había conseguido salir. Pero no todo eran alegrías.
La esposa de José se sintió despechada al ver el amor que se tenían. No pudo superarlo y se volvió contra Paloma. A partir de ese momento sintió todo el odio de una mujer despechada, infeliz e incapaz que alguien lo fuese. Intentaba comprenderla pero sufría porque utilizaba a las niñas como arma contra el padre.
Ella tenía una sensibilidad especial para entender el corazón de los niños y sabía lo mucho que esas niñas sufrían al estar en medio de una batalla en la que no había ni ganadores ni vencidos, sino víctimas inocentes del egoísmo humano. Sólo podía ser testigo de esa batalla y mandar mucho amor a una mujer que tuvo durante 12 años a un hombre especial pero no lo supo ver ni apreciar. Ahora tampoco quería dejarlo ir. Su mayor preocupación era hacerles daño e intentar encarcelarlo.
Para ello lo intento todo, pero no contaba con la sensibilidad de Paloma y con la ayuda que tenía de sus Maestros. Cada paso que daba para destruirlos se volvía en contra de ella.
No aprendía que eran las consecuencias de sus actos y pensamientos los que le amargaban la vida. Utilizaba esto como si Paloma y José fueran los culpables. Paloma se dio cuenta que la única forma que había de salir de esa energía tan mala era mandándole amor. Recordó las palabras de su Maestro: - Paloma no existe el bien ni el mal tal como lo entendéis.
Todo es cuestión de conciencia y vibración. Para ti matar es malo porque tu conciencia está a un nivel que entiendes que no puedes quitarle la vida a nadie, pero hay seres que no están en ese grado de conciencia.
Por ejemplo, los terroristas que luchan por una causa religiosa creen que lo que hacen es correcto y es excusable matar a alguien por defender sus ideas.
Necesitarán muchas vidas y pasar por ser víctimas de otros terroristas para darse cuenta que nadie tiene el derecho de quitarle la vida a otro y que ese no es el camino. La ex esposa de José utilizaba su inteligencia y energía para tramar nuevas formas de hacerle daño. Durante 10 años se creó a su alrededor una energía muy negativa por todo lo que enviaba a José y Paloma. Puso tanta fuerza en destruirlos que se destruyó ella.
No encontró un nuevo hombre en su vida que la acompañara en su caminar, sus ingresos se debilitaron porque no quiso trabajar todo el día (sólo medio día), perdió la casa por no pagarla, su hija mayor se fue a vivir con su tía por no soportar los malos tratos a los que estaba siendo sometida y finalmente, le redujeron la pensión que recibía de José.
Su mundo de fantasía se le venía encima.
Toda la mala energía mandada durante tantos años hacia Paloma y José se le volvió en su contra. Al final tuvo que emigrar a USA y empezar de nuevo.
Los pensamientos que se generan, unido a los sentimientos, crean la realidad. Ella generó lo que quería para ellos. Todo lo negativo se le volvió en contra. Perdió su vida queriendo hacer daño. Se le escapó la oportunidad de ser feliz y por consiguiente, destruyó su vida.
El odio y la rabia no sirven para nada bueno, solo para destruir a la persona que lo emite. Paloma entendió que para la ex esposa de José era más fácil echarles la culpa de la situación por la que estaba pasando, que asumir sus propios errores.
Como no podía hablar directamente con ella, a partir de ese momento, todos los días le envió mucho amor a través de las meditaciones.
Sabía que la energía del amor es la más poderosa del Universo, capaz de hacer grandes milagros.
Así esperó, día tras día, que se realizara el gran milagro de entender que le quedaba toda una vida por delante y no debía perderla quedándose enganchada en el odio hacia ellos. Debía dedicar esa energía para vivir como quería y hacerse un futuro más feliz, pero la lección y elección era suya.
Eligió una vida llena de odio y rencor, algo incompatible con el amor y la armonía. Cosechó lo que sembró. Mientras tanto, Paloma y José se casaron.
Hicieron una hermosa ceremonia preparada por ella. Toda la gente disfrutó y participó de una ceremonia hecha con mucho amor.
Los participantes les dieron dones, en forma de regalos de ángeles, a los recién casados. Hasta el juez entró a la energía de los ángeles, nombrándolos en muchas ocasiones, durante la ceremonia. Había tanto amor, que a todos les cayeron más de una lágrima.
Una vez más, el amor había triunfado a pesar de todo lo que les separaba. La base de la convivencia era sentir amor y ellos lo sentían por todos los poros de su piel.
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