Como continuación del ejercicio anterior imagina que, después de los dos meses de vida activa que te anunció el doctor, te encuentras postrado en la cama... ¿Dónde te encuentras?..
Observa cuidadosamente tu alrededor... ¿Qué clase de vida haces ahora?... ¿Qué haces durante todo el día?...
Imagina que ha anochecido y que te has quedado solo... No sabes cuántos días te quedan de vida... ¿Qué sientes cuando piensas que son muy pocos?... ¿que dentro de muy poco tiempo perderás la capacidad de actividad?...
En medio de la soledad que ahora te envuelve echa una mirada retrospectiva a tu vida...
Recuerda algunos de los momentos felices de ella...
Recuerda también algunos de los momentos tristes... ¿qué sientes ahora al ver de nuevo aquellos sucesos que te causaron dolor y aflicción?...
Recuerda alguna de las decisiones importantes que tomaste en tu vida, Que te afectaron a ti o a otras personas. ¿Lamentas haber tomado esas decisiones o te alegras de haber actuado así?
¿Sientes que deberías haber tomado alguna otra decisión que, de hecho, no tomaste?...
Dedica ahora unos diez minutos a pensar en algunas de las personas que han tenido especial importancia en tu vida:.. ¿Qué rostros aparecen primero en tu memoria?.. ¿Qué sientes cuando piensas en cada una de esas personas?...
Si se te concediese la oportunidad de vivir por segunda vez, ¿la aceptarías?.. ¿Pondrías alguna condición para aceptarla?.. Si tuvieses que dar un pequeño consejo a tus amigos o pronunciar una
frase de despedida, ¿qué dirías?..
Pasados algunos momentos retorna a Cristo. Imagina que se encuentra junto a ti y habla con él...
Te presento otro ejercicio relacionado con tu muerte:
Jesús conocía perfectamente el momento y la hora de su muerte; de ahí que planease con todo cuidado y detalle las últimas horas de su vida. Decidió pasarlas con sus amigos en una cena de despedida y después con su Padre, orando antes de que lo arrestasen...
Si tuvieses tú la oportunidad de poder planificar las últimas horas de tu vida, ¿en qué las emplearías?, ¿desearías permanecer solo o acompañado? Si deseas que estén junto a ti otras personas, ¿cuáles desearías?
En la última Cena, Jesús dirigió a su Padre una oración final. ¿Cuál es la última oración que deseas hacer a Dios?
Uno de los mayores beneficios que se obtienen de estas fantasías sobre la muerte es, además del aprecio más intenso de la vida, el sentido de urgencia que adquirimos. Un escritor oriental asemeja la muerte a un cazador escondido detrás de la maleza y apuntando a un pato que nada plácidamente en el lago, totalmente ajeno al peligro que se cierne sobre él. La meta de estas fantasías o imaginaciones no es el miedo, sino ayudarte a evitar el despilfarro en tu vida.
ANTHONY DE MELLO
No hay comentarios:
Publicar un comentario