Imagina que ves tu cuerpo dentro del ataúd al ser llevado a una iglesia para celebrar las exequias... Echa un vistazo a tu cuerpo, especialmente a la expresión de tu rostro... Mira ahora a todas las personas que han venido a tu funeral... Recorre lentamente cada uno de los bancos de la iglesia y observa los rostros de las personas que se sientan en ellos... Detente en cada una de las personas y mira lo que están pensando, lo que sienten...
Escucha ahora el sermón que están pronunciando. ¿Quién es el predicador?... ¿Qué dice de ti?... ¿Puedes aceptar todas las cosas buenas que te está atribuyendo?.. Si no puedes, observa qué tipo de reservas tienes para aceptar lo que dice el predicador... ¿Cuál de las cosas buenas que dice de ti estarías dispuesto a aceptar? ¿Qué sientes cuando le oyes hablar?..
Mira de nuevo los rostros de tus amigos que han venido para asistir a tu funeral... Imagina todas las cosas buenas que dirán de ti cuando vuelvan a sus casas después de tu funeral… ¿Qué sientes en estos momentos?...
¿Desearías decir algo a cada uno de los asistentes antes de que vuelvan a sus casas?... ¿Alguna despedida final en respuesta a lo que piensan y sienten sobre ti, respuesta que ellos no pueden
escuchar en estos momentos?... Pronúnciala, a pesar de todo, y ve la sensación que produce en ti...
Imagina que ha finalizado el funeral. Con tu imaginación colócate sobre la tumba en la que reposa tu cuerpo, observando a tus amigos cuando abandonan el cementerio. ¿Cuáles son tus sentimientos en estos momentos?.. Ahora que estás aquí, echa una mirada retrospectiva a tu vida y a tus experiencias... ¿Han merecido todas la pena?..
Hazte consciente ahora de tu existencia aquí, en la habitación, y advierte que aún estás vivo y dispones de algún tiempo… Piensa ahora en esos mismos amigos tuyos desde tu punto de vista actual. ¿Los ves de manera distinta o tienes otros sentimientos respecto a ellos como consecuencia de este ejercicio?...
ANTHONY DE MELLO
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