viernes, 7 de agosto de 2015
Un viaje sin retorno: CAPITULO 19.- LA SEMILLA GERMINÓ
Eran las seis de la mañana y Raquel se encontraba en la cocina preparando un apetitoso y energético desayuno. Quienes le habían visto días atrás, o la noche anterior, no podían dar crédito a lo que sus ojos veían: Raquel bailando y cantando al compás de la música de Miguel Ríos, su cantante favorito.
Peter y Jesús, que fueron los primeros en bajar de sus habitaciones, se quedaron quietos, de pié, en la escalera y perplejos.
-Eh… ¿qué hacéis ahí pasmados? ¿No tenéis hambre? ¡Buenos días…!
-Buenos días…sí…creo que sí…
-¿Crees que sí…Peter? ¿Tienes o no tienes hambre?
-¡Sí, mucha!
-Bueno…pues sentaros… ¿a qué esperáis?
-Raquel…
-Dime, Peter.
-¿Entre anoche y ahora…nos hemos perdido algo?
-¿Qué….?
-¿Qué si te ha pasado algo fuera de lo normal?
-A mí no… ¿por qué lo preguntas?
-Te veo muy distinta…muy rara…jajaja ¡desconocida!
-Será que tengo la sangre circulando a todo gas. Hoy me he levantado a las cinco, he cogido la música y me he subido corriendo hasta el refugio. He vuelto a bajar corriendo también. He pasado por casa de Daniel a por la leche y los huevos. He llegado, me he duchado, he desayunado…y ahora estoy preparando el desayuno para vosotros. Tengo prisa. Es el primer día de clase.
-¿Y todo esto en una hora…?
-Si
-¡Estás loca de remate…levantarse a las cinco de la mañana!
-Pues Peter…desde hoy…sería conveniente que no fuera yo la única. Nos podemos acostar todos más temprano y madrugar, levantarnos una hora antes. El ejercicio físico es muy importante, y últimamente os estáis abandonando mucho…sobre todo tu, Peter…parece mentira… ¡un deportista como tu! Y tú…Jesús…no te rías…que tú mucho hablar del espíritu…pero al cuerpo que le parte un rayo… ¡menuda barriga echáis todos!
-¿Pero princesa…no crees que hemos tenido todos suficiente con el ejercicio que hemos hecho todos estos meses?
-No, Jesús…tu sabes que no. No tiene nada que ver una cosa con la otra.
-¡Ah, pues conmigo no cuentes!
-¿Cómo que no…Peter? ¿No me hicisteis responsable de la salud de la comunidad? Pues una de las normas es ésta. Para el resto es optativa, pero para vosotros no. Tenéis que dar ejemplo. Yo ya llevo un tiempo haciendo ejercicio físico al aire libre con varios miembros de la comunidad, y funciona…todos se encuentran mejor físicamente.
-¿Y eso de la gimnasia va para todos?
-¡Claro que sí…Jesús…y tu tienes que dar ejemplo!
-¡La que nos ha caído encima, Peter…!
-Peter… ¿no eres tú el encargado de mantenimiento? Espero que colabores conmigo.
-Oye…que soy el responsable de mantenimiento, pero no de esa clase…
-¡Campeón de Florida…cuento chino…! Además, cuando se te adjudicó este trabajo, no se especificó en qué categoría…se sobreentiende que lo abarca todo.
-¡Pues vaya…cada vez me lo estás poniendo peor! Oye…Jesús… ¡échame una mano, hombre…! ¡Que me ha echado el guante!
-¡Nos lo ha echado a todos, Peter…y no hablo más porque luego vendrá a por mí…jajaja!
-¡Basta de conversación…y a lo dicho! ¡Ahora a desayunar!
En aquel momento, Felipe bajaba en pijama por las escaleras y bostezando, y con unas ojeras que le llegaban hasta las patillas.
-¡Buenos días para todos!
-Buenos días Felipe…ven…ven…siéntate…
-Oye… ¿Qué os pasa a vosotros dos?
-¿Has dormido bien, Felipe?
-¡Poco…pero lo poco a pierna suelta! ¿Por qué…ha habido algún terremoto y yo no me he enterado?
-No…terremoto no…pero si ya duermes poco…mañana quizás…duermas menos…
-¿Pero qué os pasa a vosotros dos…es que está mal visto dormir?
-¡Pues más o menos!
-¡Oye, tíos…no me vaciléis que estoy todavía dormido! ¿Pero que bicho os ha picado?
-Un bicho que queremos mucho…pero que no deja de ser bicho por ello…jajaja…
-¡Ah…bueno…Raquel…no es peligrosa…!
-Jajaja…, hermano….pues nos ha dicho que estamos en baja forma, y que estamos barrigudos.
Felipe miró a Jesús, luego miró a Peter, y después se echó un vistazo a sí mismo.
-¡Pues yo no me veo tan mal!
-Pues la sargento opina que estamos los tres en mala forma física, y se le ha metido en la cabeza que hagamos todos los días ejercicio físico con los que se han apuntado de la comunidad. Dice que tenemos que dar ejemplo.
-Pues me parece muy bien, Jesús…es importante el ejercicio.
-En ese caso…no te importará el que nos tengamos que levantar todos los días a las cinco de la mañana…
-¿Que? ¿Pero estás en tu sano juicio, Raquel?
-Felipe…no lo hago así como así. Tenemos que empezar a adaptarnos al estilo de vida y al horario que lleva toda esta gente. Son pescadores, campesinos…todos ellos comienzan el día muy de madrugada. Tenemos que olvidarnos del estilo de vida que hemos llevado nosotros en España. Son otras circunstancias.
-Pero Raquel…durante estos seis meses…hemos dormido poco…porque urgía un trabajo. Ya está hecho…
-Felipe…pero ellos tienen ese ritmo de vida…y si estamos en esta comunidad…tenemos que adaptarnos. Nuestra hora de levantarnos es a las seis…y luego cada cual, hace su trabajo, y ya no podemos contar con ellos para hacer el ejercicio en todo el día. Tiene que ser una hora antes de que todo el mundo comience su jornada de trabajo. Y el ejercicio físico, les está yendo muy bien.
-Esta bien…Raquelilla…nos acostaremos antes…y madrugaremos…no te preocupes.
-Gracias, chicos… sois unos soles. Ahora os pido un favor…se me hace tarde ya…recoger vosotros los cacharros del desayuno y preparar algo ligero para la comida. ¿Vale?
-Intentaremos acordarnos…Respondió Felipe.
-¿Tan intenso es el trabajo que hacéis los dos? Os pasáis casi todo el día encerrados en esa habitación, y a penas se os ve el pelo.
-Tengo que aprender mucho, Raquel, si quiero salir al exterior con cierta seguridad. Y a pesar de las horas que echamos…Jesús opina que vamos un poco lentos. Ahora que los trabajos de la comunidad ya han terminado, podremos avanzar más.
-¿Pero tanto es el conocimiento a aprender? Jesús… ¿de veras es tan necesario?
-Para Felipe, si, Raquel. Su trabajo es muy distinto al nuestro. Nosotros trabajamos con energías, y él tendrá que expandir Conocimiento. Todo el conocimiento hermético que hasta ahora ha sido ocultado al hombre, tendrá que desvelarlo y explicarlo. Felipe tiene que preparar al hombre. Primero a los que ya están dispuestos para recibirlo. Luego, la labor será más dura y larga, pues habrá que abrir mentes que han permanecido cerradas y censuradas desde el principio. Y el trabajo de Felipe es esencial, porque si el hombre no está preparado para recibir esa potente energía…esta vez, mi amor, por muy guardada que la tengamos…también se perdería.
-¡Ostras Pedrín… Felipe… la que te ha caído encima!
-¿Lo ves Raquel? ¿Lo que tienen que soportar mis pobres espaldas? Entonces…compadécete de mí… y déjame dormir…
-¡De eso nada…ahora eres tú el que más lo necesita…y lo sabes perfectamente…! Bueno, chicos…tengo que irme…os dejo…portaros bien y hacer los deberes… ¡Ah…, y os quiero mucho!
Dicho esto, Raquel abrió la puerta y la cerró tras de sí.
-¿Pero qué leche le ha pasado a esta mujer? ¡Es puro nervio! Si anoche estaba tan…tan decaída…
-¡Es el amor, Peter…el amor! Exclamó Felipe.
-¿Amor? Preguntó Peter mirando a Jesús.
Vio que el rostro de su amigo era una sonrisa, que sus ojos reflejaban felicidad, ilusión, fuerza, esperanza…Entonces Peter comprendió.
-¿Y a ti, Jesús…también te ha cambiado el amor?
-Sí, Peter…ha sido el amor.
Los dos hombres se quedaron mirando fijamente. No hablaron. Su lenguaje era mental…pero Felipe, que estaba entre los dos, sabía de aquel diálogo. Peter fue el primero en hablar.
-Jesús…me he metido entre Raquel y tú. A ella la quiero, pero se que te ama a ti. Quiero que sepas que soy enormemente feliz de veros así de unidos.
-Peter…Raquel también te ama a ti, y tú eres el hombre, el compañero de su vida. Yo soy su amor eterno, pero que aparece y desaparece, pues todavía no es el momento del encuentro final. Peter…yo la amo, y la necesito…y ella ahora me necesita a mí. Me atormenta la idea de hacerte sufrir a ti por esto. Peter, quiero estar con ella el tiempo que me quede. He intentado renunciar a mi amor por ella, pero no he podido.
-Jesús, se que para Raquel, tu eres el primero, y no ahora, sino desde siempre y para siempre, como lo eres para nosotros también. Eres nuestro mejor amigo, y nuestro líder, a pesar de tus deficiencias y debilidades como hombre, como todo hijo de vecino…Se que me ama, Jesús, y esperaré, y no pienses que te estoy cediendo el paso o que me resigno a la situación…Tu eres el primero, Jesús, en su corazón y en el nuestro. El privilegiado soy yo, porque ella comparte su corazón entre los dos, y si yo voy a ser tu sucesor en su corazón…para mí es un privilegio. ¡Se feliz, amigo mío…sed felices los dos! ¡Y yo seré enormemente feliz!
-Peter…yo…
-Jesús…entre nosotros, ya no son necesarias las palabras… ¿verdad que no?
-¡No, Peter…!
-Pues no se hable más…y a trabajar. ¡Qué hoy tengo mucho lío!
-¿Qué vas a hacer hoy, Peter?
-Pues verás Felipe…para empezar tengo que terminar el diseño definitivo del centro sanitario. Se nos ha quedado pequeño. Hay que remodelarlo. Y después…tengo tres horas de cursillos con los mozos…
-Pues que te sea leve, hermano…
-Y vosotros dos…no penséis demasiado…no se os vaya a ablandar el cerebro…jajaja... ¡Hasta luego!
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