sábado, 14 de enero de 2017

El Libro de los Secretos (Osho). (Capítulo 2 (Segundo Escrito)


Capitulo 2 (Segundo Escrito)

El Camino del Yoga y el Camino del Tantra.
Y el maestro dice: «Esto es lo que te has liberado. 
Vete otra vez. Trata de averiguar.» Entonces él lo intenta, medita y descubre que «no soy mi mente, porque puedo observar mis pensamientos. 
Y el observador es diferente de lo observado: no soy mi mente.» Llega y dice: «No soy mi mente.» Y el maestro dice: «Ahora estás tres cuartas partes liberado. Vete otra vez y averigua quién eres.» Y él estaba pensando: «No soy el cuerpo. 
No soy la mente.» Había leído, estudiado, estaba bien informado, de manera que estaba pensando: «No soy mi cuerpo, ni mi mente, así que debo de ser mi alma, mi atma.» Pero meditó, y entonces descubrió que no hay atma, no hay alma, porque este atma no es más que tu información mental: doctrinas, palabras, filosofías. 
 Así que un día llegó corriendo y dijo: « ¡Ahora ya no soy!» Entonces el maestro dijo: « ¿Tengo que enseñarte ahora los métodos de la libertad?» Rinzai dijo: «Soy libre porque ya no soy. No hay nadie que pueda estar en cautiverio. 
Soy sólo un gran vacío, una nada». 
Sólo la nada puede ser libre. 
Si eres algo, estarás en cautiverio. 
Si eres, estarás en cautiverio. 
Sólo un vacío, un espacio vacante, puede ser libre. 
Entonces no puedes atarlo. 
Rinzai llegó corriendo y dijo: «Ya no soy. 
No se me puede encontrar en ninguna parte.» 
Esto es la libertad. 


Y por vez primera tocó los pies de su maestro: ¡por primera vez! No realmente, pues también los había tocado muchas veces antes. Pero el maestro dijo: «Por primera vez has tocado mis pies.» Rinzai preguntó: « ¿Por qué dices que por primera vez? He tocado tus pies muchas veces.» 
El maestro dijo: «Pero tú estabas ahí, así que ¿cómo ibas a poder tocar mis pies si tú ya estabas ahí? 
Mientras tú estás ahí, ¿cómo puedes tocar mis pies?» El «yo» nunca puede tocar los pies de nadie. Incluso si aparentemente toca los pies de alguien, está tocando sus propios pies, pero de manera indirecta. «Has tocado mis pies por primera vez», dijo el maestro: «porque ahora ya no eres. 
Y ésta es también la última vez», dijo el maestro. 
«La primera y la última.» La entrega sucede cuando no eres, de modo que tú no te puedes entregar. 
Por eso es que la entrega no puede ser una técnica. 
Tú no te puedes entregar: tú eres el obstáculo. 
Cuando tú no estás, está la entrega. 
De modo que tú y la entrega no podéis cohabitar, no hay coexistencia entre tú y la entrega. 
O estás tú o está la entrega. 
Así que averigua dónde estás, quién eres. 
Esta indagación crea muchísimos resultados sorprendentes. Ramana Maharshi solía decir: «Indaga, "¿Quién soy?"» 
Lo entendieron mal. Incluso sus discípulos más cercanos no han comprendido lo que significa. Piensan que es una indagación para averiguar « ¿quién soy?» realmente. iNo lo es! 
Si sigues indagando « ¿quién soy?», estás abocado a llegar a la conclusión de que no eres. 
No se trata realmente de una indagación para averiguar « ¿quién soy?». En realidad, es una indagación para disolverse. He dado esta técnica a muchas personas: indagar interiormente « ¿quién soy?». Luego, dos o tres meses después, vienen a mí y dicen: «Aún no he averiguado "¿quién soy?". 
La pregunta todavía es la misma; no hay respuesta.» 
Y les digo: «Continúa. Algún día llegará la respuesta.» 
Y ellos confían en que la respuesta llegará. 
No va a haber ninguna respuesta. Es sólo que la pregunta se disolverá. No va a haber una respuesta, como «eres esto». 
Sólo la pregunta se disolverá. No habrá nadie para preguntar siquiera « ¿quién soy?». 
Y entonces sabes.
Cuando no está el «yo», el «yo» verdadero se abre. 
Cuando no está el ego, por primera vez te encuentras con tu ser. Ese ser es vacío. 
Entonces te puedes entregar; entonces te has entregado. 
Ahora eres entrega. 
De manera que no puede haber técnicas, o sólo técnicas negativas como esta indagación de « ¿quién soy?».
¿Cómo funciona la entrega? Si te entregas, ¿qué sucede? Llegaremos a comprender cómo funcionan los métodos. Profundizaremos en los métodos, y llegaremos a saber cómo funcionan. 
Tienen una base científica de funcionamiento. 
Cuando te entregas, te conviertes en un valle; cuando eres un ego, eres como una cima. Ego significa que estás por encima de todos los demás, que eres alguien. 
Puede que los otros te reconozcan, puede que no te reconozcan; ésa es otra cuestión. 
Tú reconoces que estás por encima de todos. 
Eres como una cima; nada puede entrar en ti. 
Cuando uno se entrega, uno se vuelve como un valle. 
Uno se vuelve profundidad, no altura. 
Entonces toda la existencia comienza a entrar a raudales en él por todas partes. 
Él es simplemente un espacio vacío, una profundidad, un abismo, sin fondo. 
La existencia entera empieza a entrar por todas partes. 
Se puede decir que Dios corre a él desde todas las partes, entra en él por todos los poros, lo llena totalmente. 
Esta entrega, este volverse un valle, un abismo, se puede sentir de muchas maneras. 
Hay entregas menores; hay grandes entregas. 
Incluso en las entregas menores, lo notas. 
Entregarse a un maestro es una entrega menor, pero comienzas a notarla, porque el maestro empieza a fluir en ti inmediatamente. 
Si te entregas a un maestro, de pronto notas su energía fluyendo dentro de ti. Si no notas la energía fluyendo dentro de ti, entonces ten muy claro que no te has entregado ni siquiera de una forma menor. 
Hay tantas historias que han perdido el sentido para nosotros porque no sabemos cómo sucedieron. Mahakashyapa llegó a Buda, y Buda simplemente le tocó la cabeza con la mano, y sucedió. Y Mahakashyapa comenzó a bailar. Así que Ananda preguntó a Buda: « ¿Qué le ha sucedido? ¡Y yo he estado cuarenta años contigo! ¿Está loco? ¿O simplemente está engañando a los demás? ¿Qué le ha sucedido? Y yo he tocado tus pies miles y miles de veces.» Por supuesto, a Ananda le parecerá que este Mahakashyapa, o está loco, o está engañado. Ananda había estado con Buda durante cuarenta años, pero había un problema. Era su hermano mayor, el hermano mayor de Buda; ése era el problema. Cuando Ananda llegó a Buda cuarenta años antes, lo primero que le dijo a Buda fue esto: «Soy tu hermano mayor, y cuando me inicies, seré tu discípulo. Así que concédeme tres cosas antes de que me haga tu discípulo, porque entonces no podré pedir. 
Una, que siempre estaré contigo. Prométeme que nunca me dirás: "Vete a otra parte." Te seguiré.
»Segundo, que siempre dormiré en la misma habitación en la que tú duermas. No puedes decirme: "Sal" Estaré contigo como una sombra. Y tercero, que si traigo a alguien en cualquier momento, incluso a medianoche, tendrás que responderle. 
No puedes decir: "Éste no es el momento." y prométeme estas tres cosas mientras soy todavía tu hermano mayor, porque una vez que me haga tu discípulo tendré que seguirte. 
Todavía eres más joven que yo; así que prométeme estas cosas.» Así que Buda prometió, y esto se convirtió en problema. Durante cuarenta años, Ananda estuvo con Buda, pero nunca se pudo entregar, porque ésta no es la naturaleza de la entrega. Ananda preguntó muchísimas veces: « ¿Cuándo voy a llegar?» Buda dijo: «A no ser que yo muera, no llegarás.»
Y Ananda pudo llegar sólo cuando Buda murió. 
¿Qué le sucedió a este Mahakashyapa de repente? ¿Tiene Buda predilección, predilección por Mahakashyapa? ¡No! 
Está fluyendo, fluyendo continuamente. 
Pero tú tienes que ser como un valle, un útero, para recibirlo. 
Si estás por encima de él, ¿cómo vas a recibir? 
Esa energía que fluye no puede llegar a ti; te pasará de largo. Así que doblégate. Incluso en una entrega menor con un maestro, la energía comienza a fluir. 
De repente, inmediatamente, te vuelves un vehículo de una gran fuerza.
Hay miles y miles de historias...; con sólo un contacto, con sólo una mirada, alguien se ha iluminado. 
No nos parecen racionales. ¿Cómo es posible? ¡Es posible! Incluso una mirada de un maestro a tus ojos cambiará tu ser entero, pero sólo puede cambiar si tus ojos son un espacio vacío, como un valle. 
Si puedes absorber la mirada del maestro, inmediatamente serás diferente. Así que éstas son entregas menores que suceden antes de que te entregues totalmente. 
Y estas entregas menores te preparan para la entrega total. 
Una vez que has conocido que a través de la entrega recibes algo desconocido, increíble, inesperado, ni siquiera soñado alguna vez, entonces estás preparado para una gran entrega. 
Y ésa es la labor del maestro: ayudarte en las entregas menores para que puedas armarte de valor para una gran entrega, para una entrega total. 
Pregunta 3 ¿Cuáles son las indicaciones exactas para, saber que la técnica concreta que se está practicando conducirá a lo supremo? Hay indicaciones. 
En primer lugar, empiezas a sentir una identidad diferente dentro de ti. Ya no eres el mismo. Si la técnica es apropiada para ti, inmediatamente eres una persona diferente. 
Si eres un marido, ya no eres el mismo marido. 
Si eres un tendero, ya no eres nunca más el mismo tendero. 
No importa lo que seas, si la técnica es apropiada para ti, eres una persona diferente; ésa es la primera indicación.
De modo que si empiezas a sentirte raro con respeto a ti mismo, date cuenta de que está pasando algo. Si sigues siendo el mismo y no sientes nada raro, no está pasando nada. 
Ésta es la primera indicación de si una técnica es apropiada para ti. Si lo es, inmediatamente eres transportado, transformado en una persona diferente. 
De pronto sucede esto: miras al mundo de manera diferente. Los ojos son los mismos, pero el que mira tras ellos es diferente. En segundo lugar, todo lo que crea tensiones, conflictos, empieza a disminuir. 
No es que cuando hayas practicado el método durante años, entonces disminuirán tus conflictos, ansiedades, tensiones..., ¡no! Si el método es apropiado para ti, empiezan a disminuir inmediatamente. Notas que llega a ti una vitalidad; te estás descargando. Empezarás a sentir, si la técnica es apropiada para ti, que la gravedad se ha invertido. 
La tierra ya no tira de ti hacia abajo. Más bien, el cielo tira de ti hacia arriba. ¿Cómo te sientes cuando despega un avión? Todo se altera. De pronto hay una sacudida, y la gravedad se vuelve insignificante. La tierra ya no tira de ti; te estás alejando de la gravedad. La misma sacudida sucede si una técnica meditativa es apropiada para ti. De pronto, despegas. 
De pronto sientes que la tierra se ha vuelto insignificante; no hay gravedad. No tira de ti hacia abajo; estás siendo elevado. En terminología religiosa, esto se llama «gracia». 
Hay dos fuerzas: la gravedad y la gracia. 
Gracia significa que se tira de ti hacia arriba; gravedad, que se tira de ti hacia abajo. 
Por eso en la meditación mucha gente siente de pronto que no tiene peso. Por eso mucha gente siente una levitación interna. 
Y muchos me han dicho esto cuando la técnica es apropiada para ellos: « ¡Qué extraño! Cerramos los ojos y sentimos que estamos un poco por encima de la tierra: unos treinta, sesenta, incluso ciento veinte centímetros por encima de la tierra. Cuando abrimos los ojos, estamos simplemente en el suelo; cuando cerramos los ojos, hemos levitado. ¿Qué es esto? ¡Cuando abrimos los ojos estamos simplemente en el suelo! 
No hemos levitado.» El cuerpo permanece en el suelo, pero tú levitas. Esta levitación es en realidad un tirón de lo alto. 
Si la técnica es apropiada para ti, han tirado de ti, porque lo que la técnica hace es volverte asequible al tirón hacia arriba. De modo que si es apropiada para ti, lo sabes: te has vuelto ingrávido.
En tercer lugar, cualquier cosa que hagas ahora, sea lo que sea, independientemente de lo trivial que sea, será diferente. Andarás de manera diferente, te sentarás de manera diferente, comerás de manera diferente. Todo será diferente. 
Esta diferencia la notarás en todas partes. 
A veces, esta extraña experiencia crea miedo. 
Uno quiere volver y ser otra vez el mismo, porque uno estaba completamente adaptado a lo viejo. Era un mundo rutinario, incluso aburrido, pero eras eficiente en él. 
Ahora sientes una fisura en todas partes. 
Sentirás que has perdido tu eficiencia. 
Sentirás que tu utilidad se ha reducido. 
Sentirás que eres un extraño en todas partes. 
Hay que pasar por este periodo. Volverás a adaptarte. 
Tú has cambiado, no el mundo, así que no encajarás. 
Así es que recuerda lo tercero: Cuando la técnica sea apropiada para ti, no encajarás en el mundo. Te volverás inadecuado. 
Hay algo suelto en todas partes, falta algún tornillo. 
Sentirás en todas partes que ha habido un terremoto. 
Y todo ha permanecido igual; sólo tú, tú te has vuelto diferente. Pero estarás adaptado en un plano diferente, en un plano más elevado. La alteración se siente igual que cuando un niño crece y se vuelve sexualmente maduro. 
A los catorce o quince años, todo chico siente que se ha vuelto raro. Ha aparecido una nueva fuerza: el sexo. Antes no estaba ahí, o sí lo estaba, pero escondida. Ahora, por vez primera, se ha vuelto asequible a un nuevo tipo de fuerza. 
Por eso los adolescentes se sienten incómodos; las chicas, los chicos, cuando se vuelven sexualmente maduros, se sienten muy incómodos. No encajan en ninguna parte. 
Ya no son niños y aún no son hombres, así que están entremedias, sin encajar en ninguna parte. 
Si juegan con niños pequeños, se sienten incómodos: se han hecho hombres. Si empiezan a entablar amistades con hombres, se siente incómodos: aún son niños. No encajan con nadie. 
El mismo fenómeno sucede cuando una técnica es apropiada para ti. Una nueva fuente de energía se vuelve disponible, y es más grande que el sexo. 
Estás de nuevo en un periodo transitorio. 
Ahora no puedes encajar en este mundo de hombres mundanos. No eres un niño, y aún no puedes encajar en el mundo de los santos; y entremedias uno se siente incómodo. 
Si una técnica es apropiada para ti, surgirán tres cosas. 
Puede que no esperases que dijera estas cosas. 
Puede que esperases que yo dijera que te volverías más silencioso, más calmado, y estoy diciendo todo lo contrario: te volverás más turbado. Cuando la técnica sea apropiada para ti, te volverás más turbado, no más silencioso. 
El silencio vendrá más tarde. 
Y si llega el silencio y no la turbación, ten muy claro que esto no es una técnica; esto es simplemente adaptarse a la vieja pauta. Por eso más gente se decide por la oración que por la meditación; porque la oración te da consuelo. 
Te viene bien, se ajusta a ti, a tu mundo. La oración hacía virtualmente lo mismo que ahora hacen los psicoanalistas. 
Si estás turbado, te pondrá menos turbado, más ajustado a la norma, a la sociedad, a la familia. 
De modo que yendo al psicoanalista durante uno, dos o tres años no te pondrás mejor, pero estarás más adaptado. 
La oración hace lo mismo, y los sacerdotes hacen lo mismo: te vuelven más adaptado. Tu hijo ha muerto y estás turbado, y acudes a un sacerdote. Te dice: «No estés turbado. Sólo mueren tan pronto los niños a los que Dios ama más. 
Los llama.» Te sientes satisfecho. Tu hijo ha sido «llamado». Dios lo ama más. O el sacerdote te dice otra cosa: «No te preocupes, el alma nunca muere. Tu hijo está en el cielo.» 
Había una mujer aquí hace unos días. Su marido había muerto el mes pasado. Estaba turbada. Vino a mí y dijo: «Asegúrame tan sólo que ha vuelto a nacer en un buen lugar y que todo irá bien. Dame la certeza de que no ha ido al infierno, o se ha convertido en un animal, de que está en el cielo o se ha convertido en un dios o algo semejante. 
Si me puedes asegurar esto, entonces todo está bien. 
Entonces lo puedo sobrellevar; de lo contrario soy desdichada.» El sacerdote diría: « ¡Muy bien! Tu marido ha nacido como un dios en el séptimo cielo, y es muy feliz. 
Y te está esperando.» Estas oraciones, te vuelven adaptado a la norma..., y te sientes mejor. La meditación es una ciencia. 
No te va ayudar a adaptarte, te va a ayudar a transformarte. Por eso digo que estas tres cosas aparecerán como indicaciones. Vendrá el silencio, pero no como una adaptación. 
El silencio vendrá como un florecimiento interno. 
Entonces el silencio no será una adaptación a la sociedad, a la familia, al mundo, a la empresa..., ¡no! 
Entonces el silencio será una armonía auténtica con el universo. Entonces florece una profunda armonía entre tú y la totalidad, entonces hay silencio; pero eso llegará después. 
Primero te sentirás turbado, primero te volverás loco: porque estás loco, sólo que no te das cuenta. 
Si una técnica es apropiada para ti, hará que tomes conciencia de todo lo que eres. Tu anarquía, tu mente, tu locura, todo saldrá a la luz. Eres una confusión oscura. 
Cuando una técnica es apropiada para ti, es como si de pronto hay luz y toda la confusión se vuelve visible. 
Por primera vez te encontrarás contigo mismo tal como eres. 
Te gustaría apagar la luz y volverte a dormir: da miedo. 
Éste es el punto en que un maestro se vuelve útil. 
Él te dice: «No tengas miedo. Esto es sólo el principio. 
Y no te escapes de ello.» Al principio, esta luz te muestra tal como eres, y si puedes seguir adelante, te transforma hacia lo que puedes ser. Suficiente por hoy.
Osho
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