Todo es Espíritu, Mente espiritual; no hay otro Yo, ninguna Presencia sino la Única, y no obstante la Verdad puede estar oculta en una masa de falsas creencias. A través del compromiso con la Luz de la Realidad, las percepciones erradas serán corregidas y la iluminación será inevitable.
La aspiración de llevar una vida espiritual, en el reino de la Causa es la empresa más alta porque es parte del proceso natural, mientras que una existencia centrada en el ego es anti-natural, una deserción de todo lo que es bueno, verdadero y hermoso en la vida para proveer para nosotros mismos en el mundo de los efectos.
La decisión-a-favor-de-Dios debe ser inflexible; la determinación de vivir en y como el único Ser debe ser total. Y aunque esto pueda parecer una tarea casi imposible debido a nuestra identificación con el mundo físico, el hecho es que nuestra más alta aspiración en la vida hará surgir al poder mismo del Espíritu; para reforzar el compromiso, hora por hora, día por día, según sea necesario.
Cuando comencé por primera vez a nadar en aguas espirituales, mi único pensamiento era cómo hacer algunos cambios en mi vida para atraer oportunidades profesionales más plenas, un ingreso mayor, y un estilo de vida más acorde con mi imaginación. No hay nada de malo en eso si se hace en la forma correcta. Verás, el Espíritu quiere que tengamos todos los beneficios materiales de una vida más abundante en todos los aspectos. La voluntad de Dios en acción a través del único Ser es la ley de la plenitud total y completa, con una mente en paz y un corazón gozoso como cimientos.
Cuando la manifestación viene de una profunda conciencia del Espíritu como la Presencia y la Ley con los pensamientos de nuestra Verdad de Ser registrados en el consciente nos movemos de “chorros” variables de abundancia a una continua auto-suficiencia; de la salud física a la plenitud espiritual; de un trabajo orientado al ego a un éxito real. Por otra parte, las demostraciones que vienen de la conciencia de un efecto de ego temeroso no sólo traerán luz y oscuridad, sino que lo que se considera “bueno” no ofrecerá una satisfacción duradera.
Ahora, ¿qué significa exactamente vivir una vida espiritual? No quiere decir que tengamos que renunciar a nada en el mundo material. No; aunque podamos no ser de este mundo, ciertamente estamos en él, así que hagamos nuestra experiencia aquí lo más grande y hermosa posible, lo cual sólo puede lograrse con el reconocimiento de nuestro único Yo como la mente, la ley y la actividad de nuestro ser.
“Todo es Espíritu, mente Espiritual; no hay otro Yo, ninguna Presencia sino la Única “.
Nuestro compromiso de vivir la vida espiritual debe comenzar reconociendo al único poder, el poder interior, sin conceder poder alguno a los efectos del mundo exterior. Debe haber una renuncia a las viejas formas de pensamiento, con una confianza total en la Presencia interior para todo. Es mantener enfocada nuestra mente en nuestro Dios-Ser, el único Ser, con intenso amor y gratitud. Y “las percepciones erradas serán corregidas y la iluminación será inevitable”. Es mantener nuestras manos fuera de este mundo y permitir que las manos de Dios nos muestren la Realidad detrás de la ilusión de escasez y limitaciones. Es un abandono total a la voluntad de Dios.
“En cada momento del día estaba Jesús consciente del Padre. Lo miraba en las nubes y en las sombras de las nubes que pasaban sobre la tierra. Veía la cara del Padre reflejada en los quietos estanques... y a menudo cerraba Sus ojos para mirar directamente a los Ojos Sagrados.
“La noche Le hablaba con la voz del Padre; y en la soledad escuchaba al ángel del Señor, que Lo llamaba. Y cuando descansaba para dormir, Él escuchaba el murmullo de los cielos en Sus sueños “.
Vivir la vida espiritual no sólo es reconocer la Divina Presencia en nosotros mismos, sino en todos. Es considerar a cada persona como su Divina Identidad, independientemente de la situación. Y debe haber un programa diario de meditación sobre la Verdad hasta que sintamos que la Verdad entra y llena nuestros corazones. Es una vida contemplativa de comunión con el Espíritu, a un grado tal que realmente nos convirtamos en el Espíritu-en-acción.
Recuerda, es nuestra conciencia-de-la-Conciencia lo que abre la puerta al trabajo que debemos realizar. Aquello de lo cual somos conscientes está siempre en expresión, eternamente manifestando nuestras convicciones acerca de nosotros mismos, de Dios y de la vida. Y cuando nuestro conocimiento consciente está en la vibración espiritual, como opuesta a la desarmonía del
ego, lo que se manifiesta en el mundo visible es la Realidad del Espíritu y no la proyección de una ilusión.
Reflexiona sobre estos pensamientos:
En este día hago el compromiso de fortalecer mi conciencia, entendimiento y conocimiento de Dios, mi único Ser. Haré esto a través de amar al Espíritu con toda mi mente, mi corazón y mi alma. Hago esto ahora con la plenitud de mí ser.
Reconozco la Presencia dentro de mí como el único poder en acción en mi vida y en mis asuntos. No hay otra.
La omnipotencia, de dentro hacia fuera, reina suprema en mi vida.
Mientras más consciente estoy del Espíritu, más llena el Espíritu mi conciencia.
Enfoco mi mente en la Verdad que YO SOY y abro la puerta, y toda sensación de separación se disuelve al darme cuenta de mi unicidad con mi Divina Realidad. La única Luz del amor, la
paz y la comprensión Se establece en mi corazón, y siento la Divina Llama de mi Ser,
Sagrado iluminando todo mi ser.
A partir de este momento, dedico mi vida a la Verdad. Mi compromiso es completo y está sustentado por la voluntad de Dios.
John Randolph Price
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