Maestría en Felicidad: Claves y enseñanzas para recorrer el camino de la vida plena (Chamalú) Carta-2
Carta-2
Si estás leyendo esta carta, presiento que tomaste la decisión de ser feliz luego de comprender que eres el único responsable de la calidad de tu vida, que estás dispuesto a diseñar nuevos sueños, a permanecer en el asombro de una vida llena de magia, a atreverte a ser tú mismo (pero lo mejor de ti), a cultivar el optimismo en el jardín de tu corazón.
Un secreto quiero confiarte al inicio de esta carta: la suerte no existe. Llevo unos días reflexionando sobre la felicidad y su sospechosa escasez, parece que hay gente a la que no le conviene nuestro bienestar.
Había un muchacho vecino, lo veía entrando y saliendo de su casa y de toda situación; era joven, muy joven, se veía lleno de energía, de alegría, se sentía vivo, vibraba su presencia.
Hace poco lo vi lavando su conciencia en la esquina de su vida. Ya había aprendido a complicarse, a mantenerse preocupado, a darse contra el suelo desde su recién estrenada rigidez, a dejar que la felicidad se le escurriera de las manos.
Nunca recuerdo haberle visto así, quizá la civilización llegó tarde en su caso, me pregunto si no se habrá dado cuenta de que le estaban enseñando a sufrir. La última vez lo encontré bebiendo una cerveza, quizá intentaba ahogar sus penas, creo que tampoco sabía que ellas ya habían aprendido a nadar. Respiro profundo, me recuesto en este instante, amo estar vivo, palpo mi cuerpo, es el altar portátil que nos prestaron para habitar lo sagrado.
La alegría de estar vivo ahora se convierte en compromiso existencial. «Estoy vivo», grita mi alma, mi cuerpo se estremece, viviré exclusivamente para fabricar buenos recuerdos y coleccionarlos e invitar a otros a visitar ese museo vivencial.
Quiero vivir motivado y motivando, desplegar una vida activa
y creativa, positiva y solidaria, desarrollar habilidades existenciales que me permitan surfear tsunamis y resolver conflictos, sembrar alegrías y dejar huellas de magia.
Ser solidario no es un acto de bondad, es un indicio de ser… humano.
Te confieso que me gusta hacer lo prohibido, nunca me siento tan feliz como cuando me aparto de la norma y dejo que la oveja negra se convierta en felino. Obviamente, el sentido de ubicuidad es necesario, así como la lucidez, porque la rebeldía exige altas dosis de sensibilidad y conocimiento.
Ser feliz requiere una nueva interpretación de la vida.
¿Te has preguntado últimamente qué percepción tienes de la vida? ¿Cuándo fue la última vez que lloraste? ¿Coleccionas pensamientos y frases motivadoras? Si quieres ser feliz, no te olvides de jugar, viajar, bailar, cantar, llorar cuando así lo sientas. ¿Sabías que puedes llorar sin interrumpir tu felicidad? Por razones higiénicas no cargues los problemas de los demás. Con frecuencia me encuentro con personas que quiero, caminando con dificultad por la vida.
Me preguntan cuál es la alfombra que uso para disfrutar tanto la vida. «Ninguna», les respondo. Con no llevar problemas ajenos es suficiente para descubrir su sabor maravilloso.
No precisas una alfombra roja, necesitas tener los pies fuertes
y ágiles, la mano con alguna caricia inédita y la mirada maquillada con amor.
Saber desarrollar pensamientos positivos es fundamental en esta época saturada de infelicidad. Te sugiero volverte experto en automotivación, eso te dará las credenciales para motivar a otros, más aun si te especializas en generar empatía.
Ponerse en el lugar del otro es la clave de las relaciones interpersonales, de donde surgen felicidades multiplicadas.
Es verdad que la felicidad no viene de afuera, pero los demás podrían ayudarnos a pintar nuestro bienestar de colores más intensos. Te recomiendo la amnesia selectiva: descarta de entrada todo lo que no te ayude a crecer, olvida con facilidad las agresiones y la incomprensión; si comprendes que no te comprenden, juegas con ventaja.
Comienza tu día con entusiasmo, ese es el terreno donde germinará la pasión que te permitirá convertirte en lo que haces, posibilitando que te conviertas en la mejor versión de ti. Aprecia y disfruta las pequeñas cosas de la vida, asegúrate de que, pase lo que pase, tu índice de motivación no descienda. Estar vivo es suficiente buena noticia para estar supermotivado.
Simplifica y tiñe de creatividad tu vida, usa en todo momento tu imaginación, recuerda que los problemas son temporales; con solo tranquilizarse y esperar, muchas cosas se solucionan automáticamente, sin hacer nada.
Permanece abierto a lo nuevo, si las cosas no salen bien, solo falta aprender a hacerlas de otra manera, recuerda que el optimismo y el humor son otro punto de vista, quizá el más realista y recomendable.
Sé superimaginativo, sin olvidar que lo imaginado pasará a ser tu realidad.
Por ejemplo, podrías planear viajes, viajes locos a sitios increíbles, algunos se harán realidad, pero incluso si no los realizas, el solo hecho de haberlos imaginado y planeado genera un movimiento de energía poderoso, altamente saludable. Recuerdo el día en que, en una librería de Washington, compré una guía turística de Bali, la exótica isla de Indonesia.
Planeé cuidadosamente ese viaje y por diversas circunstancias lo postergué durante once años.
Planearlo y volverlo a planear se constituyó en placer permanente, hasta que finalmente un día me vi caminando por las calles de esa inolvidable isla, con el placer incrementado por los sueños reiterados.
Tengo una buena noticia para ti: si no eres perfecto, felicidades, porque el mayor bienestar está reservado a gente que no se complica la vida. Ese también es el camino a la sabiduría: comienza a ser sabio quien no se complica. Simplifica tu vida, presta atención a los instantes y detalles, sueña en grande y a continuación lánzate a lograrlo, no dudes en prepararte, disfruta de ese proceso y mientras tanto no dejes de imaginarlo. Si pudiste imaginarlo, podrás hacerlo realidad.
Nacemos con la inocencia intacta y la espontaneidad en excelente estado, solo falta aprender el sagrado arte de vivir.
En ese itinerario, puedes hacer que sucedan las cosas que quieres, pero no a partir de un pensamiento repetido hasta el cansancio ni de una visualización creativa, sino desde la fuerza movilizadora de tu propia energía, vibración poderosa con capacidad de reorganizar los estratos de energía en los cuales navegamos. Recuerda que los pensamientos negativos bajan nuestra calidad vibratoria, es decir, son un mal negocio. ¿Sabías que la gente feliz es más sana y optimista? ¿Que ser optimista lúcido es la mejor manera de ser realista? ¿Que puedes ser innovador y creativo a todo nivel sin pedirle permiso a nadie?
No olvides visualizarte cada noche feliz y como quieres ser. Camina por la vida flexible y siempre lleno de alegría, recuerda que si quieres, puedes, podrás, sin embargo no temas a la disciplina ni al esfuerzo; tener voluntad es disponer de combustible para hacer realidad casi todo lo que desees, y lo que no se puede de una manera, se podrá de otra.
Explora y experimenta cosas, es posible que descubras que algunas de ellas incrementan tu bienestar; usa la motivación como un resorte que te impulsa siempre hacia delante.
La mayoría de la gente sigue haciendo lo mismo que hacían nuestros antepasados remotos cien mil años atrás, cuando se limitaban a comer, descansar, abrigarse y protegerse, además de reproducirse. Pero la vida es mucho más que eso.
La felicidad será cotidiana si conviertes tu vida en una fiesta de crecimiento y creación.
Recuerda que la felicidad se autogenera pero necesitamos desafíos que nos induzcan a ir hasta el límite, precisamente a ese lugar donde crece el árbol de la felicidad.
Entonces no dudes en derrochar creatividad, inventa soluciones nuevas a los mismos problemas de siempre, constrúyete la personalidad que sueñas; te propongo que seas, no un cien por ciento feliz, sino un mil por ciento, para lo cual deberás crear retos para ti, para tener siempre desafíos que te exijan cada vez más, sin dejar de disfrutar de todo el trayecto.
Te propongo, adicionalmente, acostumbrarte a ver lo bueno en los demás, enseñanzas en todo lo que te pasa y estar constantemente de novio con la vida.
No olvides que para comenzar a ser feliz, hace falta una fuerte motivación; la motivación existencial es la clave para la felicidad. Recuerda que somos perecederos, pero estamos condenados a ser felices y con el deber de amar, para garantizar así el nivel vibratorio donde ocurre la evolución conciencial.
Mi alma está hambrienta de crecimiento, la tuya también, solo precisas darte cuenta de que la felicidad es ave migratoria, que se marcha cuando el invierno del absurdo se instala en tu vida, cuando hay déficit de alegría, cuando los crepúsculos no son contemplados desde miradas plenas, ni desde la cima de la montaña de la felicidad. Esta carta no es para los que quieren continuar sufriendo, está reservada para aquellos que se atreven a besar la vida en la boca y celebrar incluso la noche, porque solo contemplarán las estrellas con el agradecimiento
de haber comprendido la enseñanza: cuando llega la oscuridad a tu vida, vístete de luz para que la fiesta de tu crecimiento continúe, entonces sabrás que estas vivo y tus instantes se volverán transparentes y luminosos.
Esta noche, te propongo, acuéstate con la felicidad, acaríciala de cuerpo entero, que ningún sollozo por instantes perdidos te impida sentirte vivo y comprometido con ella.
Mañana, al despertar, no olvides usar ese collar de estrellas reservadas para felices. En la próxima carta quiero confesarte mis secretos para ser feliz.
Chamalú.
Continua....
http://elnuevodespertardelser.blogspot.com.es/
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