Contemplas cómo aumenta su número hasta que la ciudad entera parece un lago de luz... Tú estás sentado aquí solo, gozando del maravilloso espectáculo... ¿Qué sientes en estos momentos?..
Cuando ha pasado un rato oyes unos pasos detrás de ti; sabes que son los de un hombre piadoso que vive por aquellos parajes, de un eremita. Se acerca hasta ti y se coloca a tu lado. Te mira lentamente y te dice únicamente una frase: «Si desciendes a la ciudad esta noche encontrarás a Dios». Después da media vuelta y se aleja. No hay explicaciones. Ni tiempo para hacer preguntas...
Tú tienes el convencimiento de que esta persona sabe lo que dice. ¿Qué sientes en estos momentos? ¿Te sientes inclinado a aceptar lo que te ha dicho y bajar a la ciudad? ¿O preferirías permanecer donde estás?
No importa cuál pueda ser tu inclinación; baja ahora mismo a la ciudad para buscar a Dios...