viernes, 23 de septiembre de 2016

Libro el Ojo del Yo (David R. Hawkins) CAPÍTULO XIX (Comentarios Y Ejemplos)


CAPITULO 19 

Comentarios Y Ejemplos 
P: ¿Cuales son las realizaciones básicas que hacen posible la iluminación en esta vida? 
R: Comprender la naturaleza de la consciencia hace posible la iluminación. Esencialmente, esto supone darse cuenta de la diferencia entre dualidad y no dualidad, y como trascender el reino de la dualidad. 
P: Prácticamente hablando, ¿como es posible eso? 
R: La dualidad es producto de la percepción, que en si es limitada. 
El intelecto y la percepción se pueden refinar y perfeccionar hasta el nivel del genio, pero seguirá habiendo una limitación que restringirá el nivel de conciencia a los 400s. 
El nivel de conciencia 499 es el nivel del genio científico, mientras que el genio espiritual se hace evidente en el 600 y asciende hasta el 1.000. 
P: ¿Como puede uno contrarrestar la limitación de la percepción? 
R: Comprendiendo su naturaleza. 
La percepción es apariencia y un artefacto de la mente. 
Es útil para desenvolverse en el mundo de las ideas, los conceptos y lo físico, pero su utilidad desaparece cuando el objetivo es la evolución espiritual. 
P: ¿Como se supera la percepción? 
R: No se supera, sino que se trasciende. 
Esto se puede hacer al comprender su estructura y función. 
Para comenzar, dese cuenta de que la percepción tiene que ver con la forma. La dualidad es cuantificable. 
Intentemos desentrañar su función por medio de ejemplos. 
Ejemplo 1: Imagine una pared de un blanco inmaculado (o de un negro inmaculado, como desee). 
Ahora elija ver un punto imaginario en la pared. 
Este punto va a ser ahora un punto de enfoque. 
Es obvio que el punto puede estar en cualquier lugar de la pared que uno elija. 
La posición que uno elija finalmente se puede marcar con un lápiz de cera o con una tiza. 
Según el pensamiento común, (que es, por tanto, dualista), se podría decir que el punto “existe”, de hecho, esta exactamente “allí”. Si reflexionamos un poco, se nos hará obvio que, en realidad, no hay ningún “punto” en ninguna parte, y mucho menos un punto que este “allí”. La idea solo está en la mente. 
No hay punto en parte alguna, salvo en la imaginación. 
Por tanto, el punto no es una realidad con existencia propia, y su definición depende por completo de la mente humana para siquiera poder decir que existe. 
En cuanto dejemos de prestar atención a ese punto, desaparece al instante. Y eso es posible porque nunca existió como realidad. 
Es obvio que el lenguaje trata de los procesos mentales en si, y lleva a la confusión de la opinión en contraposición a la realidad externa. 
Ejemplo 2: Se crea un “punto” mediante la atención selectiva del enfoque. Para que sea efectivo, esto requiere la función corolario de la inatención a todo lo demás excepto el punto de enfoque. “Ver” un punto significa tapar la consciencia de todo lo que “no es un punto”, es decir, el resto de la pared. 
Ejemplo 3: Imagine un segundo punto en la pared que se convierte en el punto numérico 
2. Dese cuenta ahora de que ambos puntos se hallan realmente en la imaginación y existen solo en la mente del observador. Ahora, imagine que traza una línea entre los dos puntos que podemos llamar “distancia”. 
Ahora podemos ver que, en la medida en que ambos puntos son estrictamente imaginarios y existen solo en la mente, se aplicará lo mismo a cualquier distancia imaginaria entre ellos. 
Ejemplo 4: Podemos imaginar ahora que existe un tercer punto a cierta distancia delante de la pared. Si de nuevo, conectamos los tres puntos en nuestra imaginación, crearemos un “plano”. 
Al igual que estos tres puntos, el plano sólo existe en nuestra imaginación. No hay ningún plano “ahí afuera”. 
Y observe también que las líneas entre los puntos no tienen una “dirección” innata, 
Ejemplo 5: Si añadimos un cuarto punto imaginario en contraste con el triangulo imaginario, tendremos una “tercera dimensión” imaginaria. Ahora, también podremos decir que el intervalo entre los puntos constituye el “espacio”. Sin embargo, en cuanto hacemos esto, nos damos cuenta de que todo eso existe sólo en nuestra imaginación. 
Ejemplo 6: En este momento, nos damos cuenta de que los puntos imaginarios derivan en lugares imaginarios, direcciones, planos, espacio y dimensiones. La siguiente expectativa que evoca la mente es describir la duración o “tiempo” que llevará ir de un punto a otro. 
Usted se dará cuenta de que el tiempo necesario para atravesar la distancia imaginaria entre los puntos imaginarios estará necesariamente en la imaginación. 
Ejemplo 7: Elevamos la mirada al cielo nocturno y vemos innumerables puntos de luz. 
Podemos seleccionar arbitrariamente cualquier numero de estos puntos de luz y conectarlos, también arbitrariamente, en figuras imaginarlas, creando así nuestras propias constelaciones. 
Al igual que un niño con un lápiz de colores, podemos crear la constelación del gato, la del perro, la del ratón, o cualquier otra cosa. Sin embargo, si nos subimos a una nave espacial y nos vamos hasta la constelación, nos encontraremos con que Orión, así como el resto de las constelaciones, no tiene existencia real. De lo dicho hasta aquí, se puede comprender de que modo la mente percibe lo “múltiple” en lo que realmente es “lo uno”. Trascender la mente es ver que lo múltiple y lo uno son lo mismo. Sin los términos dualistas mentales opuestos de “múltiple” o “uno”, de ninguno se podría decir que existen. 
En su lugar, solo se podría dar la realización de que “Todo Es”. No hay sujeto ni objeto posible en la frase “Todo Es”. 
La Realidad ni es lo uno ni es lo múltiple, sino que es solo ella misma, mas allá de toda descripción, dimensión, tiempo, situación, comienzo o final. 
Para describirla, incluso el termino “ahora” es sutilmente engañoso, pues implica la posibilidad de un “no ahora”. 
Ningún “no” es posible en la Realidad, que incluye la totalidad de todo lo que existe y por tanto “es”. 
Todo error proviene del “no es” y por tanto, no tiene realidad y no necesita por ello ser explicado o respondido. Ningún error es posible en lo que realmente “es”. 
 P: ¿Cual es entonces el valor de la percepción? 
R: La percepción vale para la vida animal cuando trata con físico. Trata con la forma. La consciencia espiritual esta mas allá de la forma. 
En el momento que llegamos al nivel de consciencia 500, la forma se hace progresivamente menos útil, un impedimento. 
Las cualidades espirituales del amor, la compasión, la alegría y la belleza se encuentran mas allá del mundo perceptivo de la forma. No se pueden medir, ni cuantificar, ni siquiera se las puede describir de un modo adecuado porque son realidades subjetivas que se encuentran mas allá del lenguaje. 
Son estados subjetivos de conocimiento que están mas allá de la percepción. Para ser más concretos, el Amor emerge realmente en el nivel de conciencia 200 y se intensifica hasta que, en el 500, se convierte en el campo de energía predominante. 
A medida que los niveles de conciencia ascienden, se trasciende progresivamente la forma. En la escala calibrada de los niveles de conciencia, el Amor predomina en el nivel 500, pero no se convierte en incondicional hasta el nivel 540. 
Esto significa que algunas formas persisten entre el 500 y el 540, y eso hace que el Amor sea condicional. La plena floración del Amor emerge solamente cuando se convierte en algo no selectivo. Esto se caracteriza por el cariño, que es incondicional, porque esto es en lo que uno se ha convertido. 
Este salto se lleva a cabo “dejando ir la polaridad de los opuestos”, la cual es un error intrínseco de la mente. 
Después de que esto ocurra, ya no hay “árboles buenos” o “árboles malos”. En su lugar, se ven todos los árboles tan perfectos y hermosos como son. Cada ser vivo es una escultura perfecta en la expresión de su esencia. 
P: ¿Y como es que el mundo lo ve todo como lo ve? 
R: La limitación de la percepción hace que se impute a los acontecimientos del mundo invisible una fuerza mágica a la que se denomina “causalidad”, confundiendo así lo que en realidad son condiciones necesarias y no causas. 
También confunde la secuencia temporal con la causalidad. 
En realidad, los “acontecimientos” no “ocurren” en la Realidad. Son abstracciones arbitrarias, resultado de un enfoque selectivo y secuencial. En la Realidad, no suceden “acontecimientos”; por tanto, no hacen falta explicaciones. 
En la Realidad, la creación es constante. 
Lo no manifiesto se hace manifiesto. 
Sin embargo, cada observación se formula en actividades mentales de tiempo y situación y, de ahí, en una secuencia aparente. Pero solo hay actividades mentales. 
En los ejemplos dados, vemos como acaece lo observable. 
Se crea a partir de la consciencia. 
De la mente del arquitecto emerge la catedral. 
Nada en el mundo puede ser causa de una catedral. 
La semilla no es la “causa” de que la planta brote. 
En condiciones favorables, asume una existencia visible en virtud de su esencia, que manifiesta su potencialidad. 
Nada en el mundo es “causa” de ninguna otra cosa. 
Todo esta entrelazado en una danza holográfica donde cada elemento influye sobre cada uno de los demás, pero no los causa. La “causa” es una invención epistemológica, un invento de la mente. 
La mente crea enigmas espurios y, luego, necesita explicaciones espureas de causalidad para “explicarlos”. 
En realidad, lo absoluto y total de la Creación no deja espacio que se pueda llenar con una forma de pensamiento explicatorio tal como la causa. La totalidad es completa, y no precisa de causas. 
La causa es fuerza; la creación es poder. 180 
P: ¿Y que pasa entonces con el karma, que se supone que es la causa del destino? 
R: En el universo, cada cosa se posiciona por sus cualidades esenciales volviéndose así manifiestas. 
Es como un corcho en el agua, que se eleva en función de su flotabilidad innata. Se pueden describir Los “universos de la conciencia” en términos de niveles calibrados de poder. 
Cada entidad se eleva dentro de ese mar de la conciencia hasta su propio nivel en esta vida o después. 
El alma asciende o desciende, dependiendo de su propia naturaleza, y no porque haya una fuerza externa que cause su ascenso o descenso. Dios es poder, no fuerza. Dios no fuerza a nada ni a nadie a ninguna parte. Un globo de aire caliente se eleva en el cielo y desciende, en función del viento, el clima, la temperatura y la humedad, así como de las decisiones del piloto de añadir aire caliente o no. Apartar los apegos del ego es como soltar lastre. La creencia en la “causa” como realidad sustantiva tiene consecuencias profundamente limitantes y perniciosas. Divide la vida en las arbitrarias divisiones de la Víctima y el Verdugo. Este es el lamento del setenta y ocho por ciento de la población que calibra por debajo del nivel de la integridad (en el 200). 
La responsabilidad personal se deriva en la mente de aquellos que creen en las causas. 
Se pueden elaborar algunas explicaciones plausibles como “causa” para explicar o excusar cualquier acontecimiento o acción humana. 
En la sociedad actual, los tribunales y los abogados han extendido el concepto hasta el absurdo. Incluso si alguien se quema por tocar algo, junto a lo cual había un gran letrero con letras rojas que decía “No Tocar”, el ingenio del abogado puede encontrar un autor con los bolsillos suficientemente llenos y decir que el letrero no era suficientemente grande, que estaba escrito en otro idioma, que no estaba iluminado por la noche o alguna otra excusa. 
Dado que la causa solo existe como un producto mental de la imaginación, se puede evocar y elaborar a conveniencia de uno. Pero, si se llevan las cosas hasta el extremo, los conceptos de victima y verdugo se entremezclan. 
El criminal se convierte ahora en la victima, y los policías son los verdugos. Analizando las cosas con la suficiente profundidad, uno puede ver que la decisión de quien es el verdugo y quien es la victima es, en realidad, una selección arbitraria de posicionamiento. 
La victima seduce al verdugo para que actué según la respuesta depredador/presa. El extremismo del comportamiento de un prisionero puede llevar al policía o al guardián de prisiones a utilizar medidas de fuerza extremas; y, así, los papeles de victima y verdugo se desdibujan entre si, generando una confusión cognitiva. 
P: ¿Por que las acciones tienen consecuencias? 
R: Hay un vinculo, pero no de causa y efecto. 
Las condiciones afectan a los acontecimientos, pero no “los causan”. Toda potencialidad está limitada por la esencia. 
Una abeja no puede convertirse en una flor. La oruga no es la “causa” de la mariposa, pero es una condición previa necesaria. P: Como se aplica esto a la vida espiritual? 
R: La esencia del hombre incluye la potencialidad para la iluminación. La preparación implica que uno ha evolucionado a través de los niveles inferiores de la conciencia de tal modo que la inspiración espiritual se convierte ahora en la chispa que enciende la búsqueda. 
P: Entonces, ¿la percepción no es mas que una apariencia sensorial? 
R: Correcto. Hasta la Creación no es más que una apariencia. Creación” o “destrucción” describen simplemente un punto de vista. Los materiales adoptan simplemente otra forma. 
Si la forma es deseable, lo llamamos “creación”. 
Si no es deseable, lo llamamos “destrucción”. 
El hecho de convertir un árbol en tableros de 2 x 4 es “creativo” para el carpintero, pero “destructivo” para el conservacionista. La clásica “Danza de Shiva” es el cambio de apariencia de la creación a la destrucción. En realidad, no esta ocurriendo nada; del mismo modo, que sea bueno o malo, creativo o destructivo el hecho de cenar pavo, depende de si eres el pavo o el comensal. 
La Recontextualización 
P: ¿Y que opina sobre las consideraciones practicas, como las presiones económicas? ¿De que forma puede ayudar la recontextualización? 
R: La percepción de las “presiones económicas” se debe a la expansión de la propia vida a un ritmo demasiado rápido. 
Esto genera la ilusión de la escasez económica. 
La respuesta no es de tipo económico, sino simplemente paciencia. ¿Hay demasiadas ovejas para el pasto, o es que hay escasez de hierba? Querer cosas con impaciencia hace que nos movamos hacia delante demasiado rápido en busca de esa comodidad. 
Aprenda la diferencia entre lo que se quiere y lo que se necesita. Aprenda a valorar el disponer de crédito antes que tener dinero en efectivo. Fortunas grandes y pequeñas se pueden perder en una noche, pero el crédito dura toda la vida. 
El coste de vivir a crédito es el interés; el coste de vivir con dinero en efectivo son los principios. 
El dinero en efectivo es conveniente; el crédito es seguridad. 
P: ¿Y que hay de los llamados “problemas”? 
R: Los posicionamientos parciales y limitados generan esas ilusiones que llamamos “problemas”. 
En realidad, ningún problema es posible; lo único que hay es lo que queremos y lo que no queremos. 
El sufrimiento viene como consecuencia de la resistencia, y esto también se aplica al dolor físico. 
Por ejemplo, si nos concentramos intensamente en el dolor y somos persistentes y no nos resistimos a el, el auténtico dolor desaparece. El dolor y el sufrimiento son dos cosas bastante diferentes. La mente da por supuesto que son inseparables, pero no es así. Es posible experimentar dolor y no sufrirlo. 
El sufrimiento se debe a la resistencia al dolor. 
Si uno tiene voluntad de entregarlo, aceptarlo, y deja por completo de resistirlo constantemente, el sufrimiento, y con frecuencia incluso el mismo dolor, cesará. 
Utilizando esta técnica, el autor de este libro ha sido capaz de someterse a dos importantes operaciones quirúrgicas sin anestesia. Por otra parte, la curación también es mas rápida. 
Es posible, por ejemplo, seguir caminando a los pocos minutos de torcerse gravemente el tobillo, y el efecto es muy similar al que proporciona un narcótico para aliviar del sufrimiento. 
El dolor, en si, puede que continúe, pero uno se muestra indiferente ante el. 
P: ¿Y que puede decir de la ira? 
R: A medida que uno avanza espiritualmente, la ira se hace menos frecuente, pero cuando esto ocurre, es cada vez mas inoportuna. 
Con frecuencia, se trata de impaciencia. 
Por tanto, se puede resolver dándose cuenta de que, en realidad, uno no esta enfadado, sino que tiene prisa. 
El mero hecho de saber esto libera de la culpa. 
La ira surge de un posicionamiento, y se resuelve tomando un punto de vista diferente. 
Conviene darse cuenta de que la ira no esta en lo que “es”, sino en lo que “no es”. No nos enfadamos porque alguien sea egoísta o roñoso, como pensamos, sino en realidad porque no son considerados, generosos o cariñosos. 
Si se hace la recontextualizacion de esta manera, entonces vemos a las personas como seres limitados y no como seres malvados o equivocados. Cada persona se ha desarrollado solo hasta un punto especifico en su evolución y, por tanto, es mas fácil ver y aceptar la limitación en ella que la falta. 
Otra importante causa de la ira es el deseo, el no conseguir lo que se quiere. Es una ira de la infancia, que perdura en el adulto en lo que llamamos egoísmo, o núcleo narcisista, centrado en el propio ego. 
El ego confunde lo que se quiere con lo que se necesita y es además impaciente. Está constantemente demandando y deseando. En este punto focal, entregar lo anhelado, lo deseado, y lo querido a Dios trae un rápido y enorme progreso espiritual. 
La entrega de este núcleo del ego desencadena un rápido avance espiritual. 
Este es el verdadero punto focal y el origen del ego, el cual esta centrado en la supervivencia. 
El ego considera esencial lo que desea y lo que quiere, debido a sus creencias acerca de la supervivencia. De ahí que tenga que “conseguir” o “conservar” y adquirir, porque se ve a si mismo como algo separado y, por tanto, dependiente de fuentes de suministro externas. 
Estas fuentes de suministro pueden tomar la forma de energía, atención, posesiones, estatus, seguridad, protección, imagen, dinero, beneficios, ventajas y poder. Su principal visión es la carencia, y con la carencia llega el miedo, la necesidad, la codicia e, incluso, las amenazas o la furia homicida. 
El miedo es su motor. Desde el punto de vista de la conciencia y la iluminación, el reinado del miedo no cesa en tanto que no se entregue a Dios el mismo deseo por la existencia. 
En el silencio que se origina, se comprende profundamente que la propia existencia se ha debido siempre a la presencia del Ser, que atrajo del universo todo lo necesario para sobrevivir. 
La asignación kármica para la supervivencia asegura por tanto que esta está prevista gracias al poder del Ser para cubrir las necesidades, tanto físicas como la respiración, la fortaleza, el hambre, la curiosidad y la inteligencia. 
El ego es el autor imaginario del pensamiento y la acción. 
Cree firmemente que su presencia es necesaria y esencial para la supervivencia. Esto se debe a que la principal cualidad del ego es la percepción, y como tal, esta limitado por el paradigma de la supuesta causalidad. En este limitado paradigma de la dualidad, el “Yo”, o ego, se ve a si mismo como causa, y a las acciones y acontecimientos como efectos. 
En la Realidad, las acciones y la supervivencia tienen lugar automáticamente y son ciertamente autónomas. 
Se activan a través de la energía vital que emana del Ser, y las cualidades del universo suministran las formas. Observe, por ejemplo, que en los estados clínicos de amnesia, la vida humana continua, aun cuando la fuente de la identidad imaginada se haya perdido. Observe entonces que todo miedo es un miedo a la perdida de la identidad existencia /supervivencia. 
Esto va unido a la identificación del yo y el origen de la existencia en la vida como forma (pensamientos, sentimientos, cuerpo). 
Por tanto, el miedo se resuelve estando dispuesto a entregar la propia existencia, en todas sus expresiones a Dios. Con esa entrega total, surge la consciencia de que el Ser es sin forma, y que es la no forma, pero lo sin forma dentro de lo que es Origen de la experiencia de la vida. 183 Después, se hace obvio que la muerte, tal como se entiende normalmente, ni siquiera es una posibilidad. No hay opuesto ni alternativa a Dios. Es el espíritu dentro del cuerpo el que dice “Yo Soy”. El cuerpo, de por si, ni siquiera sabe que existe. P:¿Que puede decir de la simplicidad? R: Toda la verdad espiritual esta contenida en cada concepto espiritual. De ahí que solo haga falta comprender completa y totalmente un único concepto para comprender todos los demás y llegar así a la realización de lo Real. El secreto del éxito es elegir un concepto o herramienta espiritual y profundizar en el con intensidad, sin descanso, hasta su final definitivo. Puede ser el perdón o la bondad, llevados hasta lo absoluto, o puede ser el tercer paso de un programa de “12 pasos”. Luego, hay que aplicarlo a cada pensamiento, sentimiento, acción o conducta, sin excepción. Solo hace falta un simple escalpelo para diseccionar la totalidad del cuerpo humano, y solamente se necesita un único escalpelo espiritual para diseccionarse uno mismo y liberarse del ego. Al principio, lleva esfuerzo, debido a la resistencia, pero cuando la voluntad se perfecciona gracias a la progresiva entrega, la herramienta toma vida por si misma. Ya no hay un “mi” que lo haga. Con el tiempo, uno se da cuenta de que la herramienta esta siendo dirigida por alguien diferente al yo personal. Uno no “encuentra” la verdad, de modo que es inútil “ buscarla”. La Divinidad se revela a si misma sin esfuerzo alguno. Hay una repentina agonía de muerte, y luego, un sobrecogimiento profundo cuando la Verdad de Toda la Creación se revela como el Ser imperecedero, más allá del tiempo, anterior a todos los mundos, anterior a todos los universos, en toda su Absoluta Perfección y Belleza, en la cual y por la cual toda forma es meramente percepción, sin existencia independiente. 
Todo Es Uno; no hay “aquí ni allí” ni sujeto ni objeto, ni “mi” ni “tu”. La mente se ha sosegado para siempre. 
No hay yo individual. Todo Es en virtud de su propia esencia y resplandece espontáneamente en absoluta perfección. 
No hay causalidad; todo ya es. 
El cuerpo es principalmente un “eso”, un juguete de cuerda karmico que lleva a cabo su destino por si solo. 
Nunca necesito un “yo” para funcionar. ¿Como pudo surgir un pensamiento así y dominarlo todo? No hay nada mas maravilloso que volver a casa de nuevo, al Origen de uno. 
P: ¿Como se puede resolver la identificación con el cuerpo y la mente? 
R: El ego se identifica a si mismo como el hacedor y el experimentador de todo y, por tanto, el centro del cuerpo y la mente. Esto queda reforzado una y otra vez en el pensamiento y el lenguaje, en el cual todas las acciones se prefijan con la palabra “Yo”. Con la practica, se puede reentrenar la mente para que piense con un lenguaje acorde con los hechos de la Realidad. Esto se puede hacer utilizando el termino “el/la” en lugar de “Yo”. En realidad, es “el” cuerpo o “la” mente, no “mi” cuerpo o “mi” mente. “La” mente tiene sentimientos y pensamientos, y “el” cuerpo actúa. 
También se puede hacer referencia a las posesiones del mismo modo, “el” automóvil, en lugar de “mi” automóvil, la alfombra, la casa, etc. Aunque las formas del cuerpo/ mente/ego están ciertamente incluidas dentro de la Totalidad del Ser, el ego utiliza el termino “Yo” en su sentido ilusorio. 
Tanto el cuerpo como la mente son realmente “ellos”. 
P: ¿Como puede uno desapegarse de las posesiones? 
R: La misma palabra “posesiones” es ilusoria. 
En el mundo de la forma, las relaciones se expresan con palabras y conceptos, cuya existencia es meramente operativa y lingüística. Pero, debido a la tendencia del ego a la concreción, el cree que este termino debe tener una existencia independiente y objetiva. Todas las relaciones no son más que acuerdos sociales convencionales y, dado que no tienen realidad independiente, solo pueden ser extinguidas o canceladas mediante un cambio en el acuerdo. Por ejemplo, “poseer” algo es en realidad imposible. 
Lo que se pretende decir, en realidad, es que existe un derecho legal a utilizar o poseer cosas, pero eso es algo externo a la verdadera relación entre un objeto y su supuesto poseedor. 
El “derecho” a poseer no es más que un contrato social. 
Uno puede tomar un objeto, utilizarlo, y ponerlo en algún sitio a resguardo, pero “poseer” es simplemente un concepto abstracto. Poseer en la realidad radical significaría que uno auténticamente tendría que ser el objeto. 
En las culturas nativas, la tierra pertenece a todos, y nadie afirma poseer personalmente la tierra o parte de ella. 
La tribu conservaba sus tierras para todos sus miembros, y el uso de un área en concreto se realizaba por mutuo acuerdo. 
Para poder poseer realmente, uno debería tener un control absoluto e incondicional, mientras que, de hecho, lo único que podemos hacer es tener un dominio temporal. 
Y lo mismo se puede decir de los llamados “derechos”. 
Son meros acuerdos políticos, contractuales o legales que se basan en las arenas movedizas de la opinión popular y las decisiones de los tribunales. 
Muchos de los llamados derechos son simplemente, convenciones arbitrarias cuya popularidad es pasajera. 
En el mejor de los casos, la sociedad concede solo temporalmente su servicio. 
P: ¿Que entiende usted por “el Ahora Radical”? 
R: Al igual que las notas musicales, que se desvanecen tan pronto suenan, las experiencias de la vida son fugaces y efímeras. 
Cada momento esta ya desvaneciéndose en el mismo instante en que aparece. 
El foco de la consciencia es como una linterna eléctrica moviéndose en la noche, que ilumina brevemente cada objeto y, luego, se mueve rápidamente. Aparecen y desaparecen. 
Para el observador, la vida es por tanto una mera procesión de apariciones y desapariciones. De ahí que de nada pueda decirse que está sucediendo por causa de esta secuenciación constante de la atención. 
El enfoque es, por tanto, un posicionamiento arbitrario y representación de la llamada Danza de Shiva. 
Al igual que la totalidad del tiempo, incluso el “ahora” es una ilusión evanescente. 
El mero hecho de observar algo no crea algo existente por si misma, una realidad objetiva, llamada “ahora”. 
No hay ni “ahora” ni “después”, no hay “pasado” ni “futuro”. Por ejemplo, una carretera esta ya completa de principio a fin. 
El viajero no crea un lugar concreto en el espacio que se convierta en “aquí”. 
P: Si el “ahora” desaparece, la infinidad del Siempre ocupa su lugar. Si el “ahora” es una ilusión, ¿cuando se supone que tiene uno existencia? 
R: Incluso el pensar “existo” es intentar agarrar una fracción de segundo pasajera en la conciencia. La absoluta Realidad esta mas allá incluso de la existencia. “Existir” es, una vez más, una noción pasajera. Existe la presunción que, con esta afirmación, se esta representando una realidad objetiva, independiente. 
Pero la Realidad esta mas allá incluso de la misma existencia. 
La existencia solo es posible como una experiencia evanescente en la conciencia dentro de la misma conciencia, sin un ser independiente o realidad independiente. 
P: Si no hay un verdadero “ahora”, o “ pasado”, o “presente”, y la Realidad está completamente fuera del tiempo, ¿cuando existe el “Yo”? 
R: La respuesta es ahora obvia; no existe. 
La Realidad absoluta es eterna, para siempre. Observe que las palabras “es”, “fue”, “existe” y “ser” son todas indicativas de tiempo. Todas estas afirmaciones no son mas que categorías mentales de pensamiento. 
P: ¿Podría explicar, por favor, algo mas acerca de la identidad? R: El ego teme la disolución y por tanto se resiste a abandonar la ilusión de una existencia separada en un imaginario “aquí” y un imaginario “ahora”. Teme disolverse en la nada y que, por tanto, la conciencia consciente también cese. 
Si lo examinamos con atención, se nos hará evidente que la propia realidad no es un “quien” en absoluto, sino que es una Totalidad intensamente amorosa, que se realiza y se sabe que esta mucho mas cerca y más confortante y satisfactoria que el anterior sentido del “yo”. 
En la evolución de la conciencia, el sentido del pequeño “Yo” es reemplazado por un sentido mas profundo, invulnerable y no transitorio de la Presencia Universal. 
El sentido del “Yo” es ahora infinito, mas grande, mas tierno, mas consciente y mas gratificante de lo que había sido el sentido del pequeño “Yo”. 
El pequeño “Yo” es como un silbato comparado con sinfonía total del Ser. 
P: ¿Como se siente el Ser? 
R: Es como la culminación definitiva de estar en casa. 
Hay una sensación de finalidad, conclusión, terminación, cumplimiento, satisfacción, perfección y belleza. 
La cualidad del Amor disuelve toda posibilidad de sufrimiento o anhelo. Ninguna actividad mental sucede, ni es necesaria. 
Una profunda sensación de certidumbre prevalece. 
La Divinidad es inconfundible. 
En la experiencia humana normal no hay absolutamente nada que se pueda comparar a la alegría de la presencia del Amor de Dios. Ningún sacrificio es demasiado grande ni ningún esfuerzo es excesivo a fin de realizar esa Presencia. 
P: ¿Cual es la verdad ultima de la realidad de uno? 
R: La realidad absoluta de uno esta más allá de la misma conciencia. Es el sustrato de la consciencia; esta mas allá de la Totalidad o de la Vacuidad. 
Es anterior a la Creación, mas allá de lo manifiesto y lo no manifiesto. Es anterior a la existencia, al ser o a la ser-idad. 
Esta más allá de la identidad y, sin embargo, de ella surge el Ser. No es ni trascendente ni inmanente, y sin embargo es ambos. 
Es la infinita potencialidad de la cual surge el Todo y el Uno. 
El Ser es la Presencia expresada como existencia, y de esa conciencia surge el sentido de la Existencia. 
P: ¿Cuando o donde puede tener lugar la iluminación? Si no existe la realidad del tiempo, el aquí o el ahora, ni tampoco un “yo” real que se ilumine, como es posible la iluminación? 
R: Si fuera un fenómeno que tuviera que ocurrir en un determinado tiempo o espacio, entonces no seria una posibilidad. La única explicación es que el estado o condición que denominamos iluminación ya es una realidad y por tanto solo hay que dejar que se realice con el fin de que prevalezca. 
Lo que ya “es” no requiere ningún futuro. 
La aceptación es una opción siempre presente. 
La entrega absoluta a Dios descubre la Verdad. 
Nada esta oculto; solo el ego esta ciego. 
La Realidad reposa justo un poco más allá de la mente. 
Por el miedo a convertirse en nada, la conciencia niega su única realidad que es el todo, la infinita Totalidad, imperecedera, de la que surge la propia existencia. 
La verdad prevalece cuando la falsedad es entregada. 
Para hacer esto, no obstante, hace falta una gran dedicación, coraje y fe, proporcionados por la inspiración divina en respuesta a la entrega. 
El desencadenante es el consentimiento de la voluntad. 
P: ¿Puede decir algo mas acerca de dónde y cuando es realizable Dios? 
R: La puerta hacia la Divinidad está localizada, y disponible como experiencia directa, en la exacta fracción de segundo del “ahora”, que es discernible entre dos pensamientos. 
Para la mente, este instante surge y pasa. 
Entre su aparición y su paso, esta la abertura que permite a la conciencia volverse consciente de la siempre presente, infinita y eterna Realidad. La aparición de este instante es el despliegue de Dios como Creación. 
El universo es el registro histórico de la creación de Dios. 
Pero recuerde que el “es” del “ahora” se convierte en el “fue” del instante siguiente. No hay separación entre el Creador y lo creado, no hay sujeto ni objeto; son uno y lo mismo. 
Términos como “nuevo “ o “viejo” son solo puntos de vista inexistentes, al igual que el “ahora” o el “después”. 
Somos testigos constantes de la Creación en el mismo momento de la Creación. Lo que presenciamos es la Mano de Dios como experiencia. La consciencia es el “Ojo” o testigo, y la Creación es la obra del infinito Ser. La verdad del permanente despliegue de la Creación esta oculta tras las creencias, las percepciones y las ilusiones de la causalidad. 
El milagro de la Creación es continuo, y su aparición es el vislumbre de la aparición. 
P: ¿Que puede decir de la dualidad del ego frente al espíritu? 
R: Esta es una de las primeras series de opuestos que hay que trascender. Conviene observar los dos conceptos operativamente. En el estado de ser de Uno con el Espíritu, el Ser, gracias a una de sus cualidades innatas, sabe en todo momento. 
En el mundo de la forma, el ego se encuentra en una posición muy difícil para llevar a cabo una actuación instantánea y sin esfuerzo como esa y, con el tiempo, termina por desarrollar una serie de operaciones extremadamente complejas. 
Se podría llamar ego o procesador central o centro de planificación, el integrador, el ejecutor estratégico y táctico que orquesta, aborda, clasifica, almacena y recupera los datos. Además, elige entre distintas opciones y evalúa, sopesa, compara y categoriza esas opciones. Para ello, precisa de abstracciones, símbolos, jerarquías de significados y valores, priorización y selección. Esto se logra de forma mas eficaz con la adquisición constante de datos y con su realineamiento en estratos modificados de significado e importancia con el fin de efectuar interminables pormenorizaciones y, al mismo tiempo, y por encima de todo, busca fuentes de placer y supervivencia, evitando aquello que no sea placentero o resulte doloroso. 
Una actuación tan compleja precisa de un alto grado de educación, formación y desarrollo de herramientas cognitivas y mentales, denominadas inteligencia y lógica. 
Otra función predominante del ego es analizar, correlacionar, integrar, sintetizar, memorizar, subordinar, arreglar y desarrollar programas complejos de facultades, habilidades y patrones de comportamiento. 
Por detrás de esta deslumbrante actuación se encuentra “el gran Oz”, llamado el “Yo”. Pero la existencia de este “Yo” esta hipotecada, porque la actuación del ego tiene que ver con la forma, e integra todas sus experiencias bajo ese sistema de creencias que llamamos “causalidad”. 
Por tanto, el gran Oz es el foco central de esta causalidad y, como en la instrucción de una sentencia, el “Yo” se convierte en el sujeto imputado y el “mi” en el objeto imputado de acciones y la experiencias. 
P: A medida que uno avanza en consciencia, se pregunta: ¿el gran Oz, el “Yo”, es un “ quien” o un “que”? 
R: Dado que el ego trata con formas y definiciones, no puede comprender al Ser, que esta más allá de toda forma pero que, sin la forma no parecería existir. 
En la Realidad, no hay ni sujeto ni objeto; por tanto, no existe relación que explicar. 
No se necesita la causalidad, que excluye el tiempo y el espacio, o al hacedor frente al experimentador. 
El ego esta cautivo en la famosa díada de victima y verdugo de forma peculiar. En tanto que sujeto, se imputa a si mismo como causa, y por tanto, el papel de verdugo; si reniega de esta definición, entonces se convierte en objeto y, por tanto, en mártir o victima. El ego piensa: “Si yo no soy la causa de algo, entonces es que algo desde fuera me lo esta haciendo a mi”. 
Este es el concepto principal en el desarrollo de interacciones sociales de hoy en día, en las cuales se ve a la sociedad como la alteración entre la víctima y el victimismo. 
P: ¿Cómo puede liberarse uno de esta trampa? 
R: Aunque se han descrito diversos métodos, uno muy fácil es dejar de tener opiniones acerca de todo. Las opiniones, dado que son vanidades, se basan en la dualidad y tienden a reforzarla. 
Se observa, por ejemplo, que las organizaciones espirituales que tienen un alto nivel calibrado no tienen opiniones sobre asuntos externos”. 
P: Después de lo que se ha dado en llamar Iluminación, ¿que queda del antiguo yo personal? 
R: El estado interior se parece al del sueño en que hay silencio, paz y tranquilidad. No hay volición, ni movimiento, ni forma. 
No hay pensamientos ni actividad mental. 
Hace falta voluntad y energía para concentrar la atención desde la no-forma del Ser al procesamiento de la información. 
La conciencia en sus estados superiores, simplemente toma nota de la interacción de las esencias, las presencias, y los valores que el mundo sostiene predominantemente. 
Para prestar atención al detalle y a la forma hace falta mas energía, y esta se consigue únicamente mediante un acto de voluntad que surge en respuesta al valor de la vida. 
Lo que queda de lo que el mundo consideraría el yo personal es una sombra de la antigua persona, pero no tiene deseos, anhelos ni necesidades. No desea controlar los acontecimientos, ni las circunstancias, ni a las personas. 
No carece de nada dentro de si mismo; por tanto, no busca ganancias, dado que todo esta completo en todo momento. 
Ni siquiera existe el deseo de continuidad. 
No hay nada que uno necesite o quiera experimentar. 
La Presencia es plenamente satisfactoria. 
Dado que uno ya es el Todo, no queda nada que desear, ya que no hay separación. No hay futuro que anticipar. 
No existe interés alguno en adquirir nada ni en lo físico. 
Comer o mantener el organismo es algo que surge principalmente del interés que se toman los demás en el mundo, cuyo amor sustenta el curso de lo físico. 
Hay una demora en el procesamiento de la palabra, de los acontecimientos o de los detalles de la forma en un nivel que es mas sin forma y significativo. 
Esta traducción la realiza un aspecto del Ser llamado el Espíritu Santo, que reemplaza lo que anteriormente era volición, selección o actividades mentales. 
El Espíritu Santo se activa, al parecer, como resultado de la volición y la voluntad, que se relacionan con la elección. 
El foco central del ego, al cual se renuncio, fue reemplazado por la presencia del Espíritu Santo, de efectos más penetrantes y poderosos, y que sin ningún esfuerzo, orquesta la simultaneidad y la sincronía, al tiempo que diferencia automáticamente lo irrelevante de lo relevante, porque interactúa únicamente con la Realidad. Así, lo que parece ser un milagro no es mas que la acción del Espíritu Santo diferenciando lo falso de lo verdadero de tal modo que lo que parecía ser imperfección se revela como perfección. Para el ego, que trata con la causalidad, tales sucesos son ilógicos o imposibles, pero para el Espíritu, esta cualidad es automática e inherente a la Realidad. 
P: Con frecuencia escuchamos la racionalización de que cualquier persona precisa de alguna forma de ego para poder sobrevivir. ¿Que hay de verdad en ello? 
R: Es una pregunta comprensible, que surge de la creencia en la causalidad. El ego, tal como lo conocemos, dispone de gran cantidad de operaciones complejas. 
Imagina que hay un “Yo” detrás todas estas operaciones. 
En realidad, estas operaciones son autónomas y no precisan de un “Yo”. La transición principal tiene lugar cuando uno ya no se identifica mas con estas operaciones y ya no da por supuesto que hay una entidad volitiva e independiente tras ellas. 
Esto es fácil de comprender si uno observa las relaciones que mantiene con el cuerpo. Aunque la gente le llame vagamente “mi” cuerpo, cuando se refieren a la rodilla, no utilizan el “mi”, le llama “mía”. 
La rodilla es algo físico que opera sin la intervención del pensamiento. Las operaciones del cuerpo son extremadamente complejas, parecidas a las del ego, y tienen lugar de forma autónoma. Cuando uno deja de identificarse tanto con el cuerpo como con la mente, sus funciones prosiguen autónomamente, simplemente sin la identificación como “mi mismo”. 
El sentido de autoría desaparece. 
Los mecanismos de supervivencia son autónomos, y la permanencia es una expresión de la conciencia en su alianza con el Espíritu Santo. 
Las condiciones prevalentes están relacionadas con el karma y operan impersonalmente. El karma se convierte entonces en parte de las condiciones impersonales con las que está de acuerdo a medida que aparecen. Por analogía, uno puede disfrutar de una hermosa música sin la reivindicación de autoría del ego como compositor de esa música. El disfrute es espontáneo. 
Si uno reivindica la autoría de la música, surgirán muchas ansiedades y sentimientos, que tendrán que ver con el sistema de creencias acerca de la perfección, la aprobación, la deseabilidad y la aceptación.
http://elnuevodespertardelser.blogspot.com.es/
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