viernes, 3 de julio de 2020

TUS ZONAS SAGRADAS." DECÍDETE A SER LIBRE".- PRESENTACIÓN


Querido lector:
Imagine esta escena si es tan amable. Dos bebés se encuentran en el útero, confinados en las paredes del seno materno, y mantienen una conversación. Para entendernos, a estos gemelos les llamaremos Ego y Espíritu.
Espíritu le dice a Ego:
—Sé que esto va a resultarte difícil de aceptar, pero yo creo de verdad en que hay vida después del nacimiento.
Ego responde:
—No seas ridículo. Mira a tu alrededor. Esto es lo único que hay.
¿Por qué siempre tienes que estar pensando en que hay algo más aparte de esta realidad? Acepta tu destino en la vida. Olvídate de todas esas tonterías de vida después del nacimiento.
Espíritu calla durante un rato, pero su voz interior no le permite
permanecer en silencio durante más tiempo.
—Ego, no te enfades, pero tengo algo más que decir. También creo que hay una madre.
—¡Una madre! —exclama Ego con una carcajada—. ¿Cómo puedes ser tan absurdo? Nunca has visto una madre. ¿Por qué no puedes aceptar que esto es lo único que hay? La idea de una madre es descabellada. Aquí no hay nadie más que tú y yo. Ésta es tu realidad. Ahora cógete a ese cordón. Vete a tu rincón y deja de ser tan tonto. Créeme, no hay ninguna madre.
Espíritu deja, con renuncia, la conversación, pero la inquietud puede con él al cabo de poco.
—Ego —implora—, por favor, escucha, no rechaces mi idea. De
alguna forma, pienso que esas constantes presiones que sentimos los dos, esos movimientos que a veces nos hacen sentir tan incómodos, esa continua recolocación y ese estrechamiento del entorno que parece producirse a medida que crecemos, nos prepara para un lugar de luz deslumbrante, y lo experimentaremos muy pronto.
—Ahora sé que estàs completamente loco —replica Ego—. Lo único que has conocido es la oscuridad. Nunca has visto luz. ¿Cómo puedes llegar a tener semejante idea? Esos movimientos y presiones que sientes son tu realidad. Eres un ser individual e independiente. Éste es tu viaje. Oscuridad, presiones y una sensación de estrechamiento a tu alrededor constituyen la totalidad de la vida. Tendrás que luchar contra eso mientras vivas. Ahora, aférrate a tu cordón y, por favor, estáte quieto.
Espíritu se relaja durante un rato, pero al fin no puede contenerse por más tiempo.
—Ego, tengo una sola cosa más que decir, y luego no volveré a molestarte.
—Adelante —responde Ego, impaciente.
—Creo que todas estas presiones y toda esta incomodidad no sólo
van a llevarlos a una nueva luz celestial, sino que cuando eso suceda vamos a encontrarnos con la madre cara a cara, y conocer un éxtasis que superará todo lo que hemos experimentado hasta ahora.
—Estás realmente loco. Ahora sí que estoy convencido.
El libro que tiene en las manos es una interpretación de esta parábola, que he adaptado de una historia relatada por Henri J. M. Nouwen.
Mi intención es llevarle a esa resplandeciente luz celestial y hacerle
conocer la maravilla de que su noble yo triunfe sobre las demandas de su ego, que sobre todo no quiere.
He organizado este libro en torno a las siguientes premisas:
1. Usted es sagrado, y con el fin de saberlo debe trascender el viejo
sistema de creencias que ha adoptado.
2. Es un ser divino llamado a conocer su yo más sublime mediante el dominio de las claves de una conciencia superior.
3- Su yo más sublime puede triunfar sobre las identidades de su ego y convertirse en la fuerza dominante de su vida.
4. Puede irradiar esta conciencia más allá de sus propios límites y
transmitirla a todos los habitantes de nuestro planeta.
Dichas premisas configuran los principios de las cuatro partes en
que se divide este libro. Cada capítulo está escrito con el propósito de ayudarle a conocer estos principios.
Los antiguos escritos espirituales de la Càbala contienen unas enseñanzas muy pertinentes que me gustaría poner en su conocimiento. En ellos se sugiere que nuestro propósito aquí es ascender de los niveles más bajos de la vida a los planos más altos. Pero con el fin de avanzar hasta el siguiente nivel, debemos caer primero... para adquirir y generar la energía necesaria con que impulsarnos hasta un plano más elevado.
Así pues, cada una de las caídas que uno experimenta es realmente
una oportunidad para adquirir energía. La energía así obtenida proporciona el impulso necesario para elevarse por encima de lo alcanzado. Su yo sagrado sabe que esas caídas son necesarias para el logro de dicha meta.
Una caída de mi propia vida me proporcionó la oportunidad de generar la energía necesaria para colocar mi existencia en el nivel espiritual sobre el que estoy ahora escribiendo. No tendría sentido publicar el presente libro si no hubiera vivido la experiencia de trascender mis límites.
Estas caídas siempre son de orden divino. El que podamos adquirir
la energía para pasar a un plano más elevado, y somos capaces de hacerlo, se encuentra por completo en nuestras manos. Mi mensaje es claro. Utilice las caídas para llegar a una conciencia más elevada y a la percepción de la divina presencia que siempre le acompaña. La energía que adquiere es similar a la fuerza y decisión que reúne el atleta cuando retrocede para impulsarse por encima de la barra del nuevo obstáculo.
Yo conozco esa conciencia espiritual, y confío en que este libro le
ayudará a conocer a ese yo sagrado que está siempre con usted.
Amor y luz,


Wayne W. DYER
Continuará...

LIBRO DEL EGO.- CAPÍTULO 15: LA LIBERTAD (FINAL DEL LIBRO)


EL HOMBRE es el único ser sobre la faz de la tierra que tiene libertad. Un perro nace perro, vive como perro y muere como perro; no tiene libertad. Una rosa seguirá siendo una rosa; no existe posibilidad de transformación, no puede convertirse en loto.
En esos casos no hay elección, no hay libertad. Ahí está la diferencia del hombre, en eso consiste la dignidad del hombre, su carácter especial, único, en la existencia.
Por eso digo que Charles Darwin no tiene razón, porque clasifica al hombre con los demás animales, sin ni siquiera tener en cuenta la diferencia fundamental. La diferencia fundamental radica en lo siguiente: todos los animales nacen con un programa, y solamente el hombre nace sin un programa. El hombre nace como una tabla rasa, como una pizarra en blanco, en la que no hay nada escrito. Hay que escribir lo que quieras escribir, porque será tu creación.
El hombre no es solamente libre... Quisiera insistir en que el hombre es la libertad misma. Es su núcleo esencial, su alma. 
 
Cuando se le niega la libertad al hombre se le está negando su mayor tesoro, su reino. Entonces se convierte en un mendigo, con una situación mucho peor que la de los demás animales, porque al menos ellos están dotados de un programa. El hombre está sencillamente perdido.
En cuanto se comprende que el hombre nace como la libertad misma, se abren todas las dimensiones posibles. Entonces depende de cada cual qué ser o qué no ser.
Será tu propia creación. Entonces la vida se convierte en una aventura... no en un desarrollo, sino en una aventura, una exploración, un descubrimiento.
La verdad no te la dan; tienes que crearla tú. En cierto modo, te estás creando a ti mismo en cada momento. Si aceptas la teoría del destino, también eso supone un acto de decisión sobre tu vida. Al aceptar el fatalismo eliges la vida del esclavo... ¡y la eliges tú!
Tú has decidido entrar en una prisión, tú has decidido vivir encadenado, tú y solamente tú. Y puedes salir de esa prisión.
En eso consisten sannyas, en aceptar tu libertad. Naturalmente, a la gente le da miedo ser libre, porque la libertad supone riesgos. 
 
Nunca sabemos qué hacemos, adonde vamos, en qué va a acabar todo. Si no eres un producto confeccionado, toda la responsabilidad es tuya.

LIBRO DEL EGO.- CAPÍTULO 14: LA NORMALIDAD (PARTE 2) FINAL DEL CAPÍTULO




En el pasado has experimentado ciertos placeres que te gustaría repetir una y otra vez: esa es tu proyección para el futuro. En el pasado has padecido muchas desdichas; ahora las proyectas al futuro porque no quieres volver a vivirlas. El futuro no es sino una
forma modificada del pasado. Cuando desaparece el pasado, también desaparece el futuro. ¿Qué queda entonces? Este momento ahora.
Vivir aquí y ahora es la inocencia. No puedes cumplir los mandamientos religiosos si quieres ser verdaderamente inocente. Quien tiene que pensar constantemente en qué hacer y qué no hacer, quien se preocupa constantemente por lo que está bien y lo que está mal no puede vivir con inocencia. Incluso si siempre hace lo que está bien según sus condicionamientos, no estará bien. Si simplemente sigue a otros, ¿cómo puede estar bien? Quizá estuviera bien para ellos, pero lo que estaba bien para una persona hace dos mil años no puede ser lo mismo para ti en la actualidad. ¡Ha llovido mucho! La vida no es nunca la misma, ni siquiera durante dos segundos seguidos.
Tiene razón Heráclito: «No puedes adentrarte dos veces en el mismo río». Y yo digo: «No puedes adentrarte ni siquiera una vez en el mismo río», porque el río fluye muy deprisa.
Una persona inocente no vive según ciertos requisitos impuestos por la sociedad, la Iglesia, el Estado, los padres, la educación. La persona inocente vive de su propio ser, su propia responsabilidad. Responde a la situación que se le plantea. Acepta el reto, se enfrenta a él, y hace lo que desea hacer su ser en ese momento, sin guiarse por ciertos principios.

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