lunes, 11 de abril de 2016

Libro Despertar La clave para volvernos más humanos (Julio Andres Pagano)-TERCER CAPITULO



Proyecto “Despertar”
Capitulo- 3 (Quinto Escrito)
Mensajes para el alma
La señal ¿Creés que nadie te ve? ¿Pensás que nadie te escucha? Mientras los días se te escapan de las manos, las dudas te acechan de manera implacable. 
Tu pecho se ahoga en un mar de contradicciones. 
Hay pasos claves que no te animás a dar. 
Hablás hacia adentro, como quien esconde un secreto. 
Tus labios se mueven de manera casi imperceptible. 
Un llamado de auxilio es lanzado a la existencia a través del brillo de tus ojos. Este mensaje viene a tu encuentro, ¿pediste una señal? Sin importar la edad, en muchas circunstancias de la vida nos sentimos como niños. 
Necesitamos que nos digan qué tenemos que hacer. Decidir es como intentar hacer una pirueta en el aire sabiendo que no hay red. Pretendemos que nos garanticen que alcanzaremos, con éxito, el otro extremo de la barra antes de dar el salto. 
Esos son los instantes críticos en que recordamos que existen fuerzas superiores, que cada uno invoca de la mejor manera que puede. Nadie puede vivir por nosotros. Eso implica que ningún otro podrá mover nuestros pies.
Es tiempo de que tomes tus propias decisiones. 
Si estás parado en una vereda que sentís ajena, comenzá el regreso a tu hogar. No existen los mapas en las calles de la existencia. Guiate por el corazón, es una brújula maestra. 
No temas equivocarte, es una manera de aprender. Qué importa si te das algunos golpes, vas camino a tu casa. Recordá… recordá, buscá en tu memoria antigua y reviví el calor del hogar.
No creas que soy ajeno a esta realidad. También me invaden las dudas cuando en el camino se cruzan el dolor, la pena o el sufrimiento. De todos modos, aunque no los vea, sé que estamos asistidos por seres que nos acompañan con su cálida luz cristalina. No están para evitar que recibamos nuestros aprendizajes, son quienes nos ayudan a ponernos de pie, y nos infunden el coraje necesario para intentarlo de nuevo. 
Nunca estás solo. Tus palabras son escuchadas. Las respuestas llegan, sólo debemos aprender a descubrirlas. Cada vez que superamos una instancia adversa, la energía del gozo recorre nuestro cuerpo, y un ángel  sonríe al besar nuestra alma. ¿Necesitabas alguna prueba que confirme tus ruegos? Camuflado en forma de mensaje, hoy la existencia te acerca estas palabras para que recibas tu señal.
Llegó el momento de actuar
Abrí tus ojos, la vida celebra. Extendé tus manos, la vida danza. Despertá tu corazón, la vida vibra. La existencia te invita que te sumerjas en la frecuencia del amor, para que tu divinidad humana estalle en infinitos colores. 
Un nuevo mensaje, disfrazado de palabras, viene a darte impulso. Hay que colorear la Tierra con fragancias sutiles. 
El mundo necesita que liberes lo más puro de tu esencia. 
Nuevos aires deben abrazar el cielo. Vinimos a sumar. 
Vinimos a irradiar. Vinimos a transformar. Llegó el momento de actuar. ¿Cuánto tiempo más esperarás para dar el salto? 
Podés traspasar las fronteras de tus limitaciones. Podés volar más allá del horizonte. Sólo es necesario que recuperes la confianza. Tu espíritu sabe que tiene una inmensidad por dar. Hay una voz, que desde dentro, clama porque la escuches. 
No la silencies, es tu verdadera guía. Ignorarla equivale a quedar muerto en vida y condenarse a caminar en las sombras. 
El futuro es sólo una proyección. El pasado sólo un recuerdo. Existe únicamente este instante. No sigas postergando por miedo. Nadie más que vos sabe cuántas ganas tenés de vivir una vida distinta, lejos de las presiones sociales y de los cuestionamientos sin sentido. Todo es cuestión de elección. 
Si sentís que no estás donde tu alma se siente plena, date el permiso interno y simplemente saltá. Reí, soñá, amá, bailá, disfrutá, qué importa que se te rían. Hacé que tu locura se vuelva contagiosa. Celebrá con la existencia. La frecuencia del amor llama a tu puerta, abrile. Dejá que te impregne con su magia. Gozá. Permitile que libere la presión de tu pecho. No deberías irte de este mundo sin haber dejado todos aquellos regalos que trajiste para dar. Sabés a lo que me refiero. Sólo tenés que animarte.
Basta de excusas. Podrás engañarme mil veces con tus mejores argumentos, pero a vos nunca podrás mentirte. Si te elevás, me elevo. Si sanás tus heridas, también sano las mías. No existen las divisiones. Somos Uno. Necesito que disfrutes, también quiero disfrutar. Nunca podré estar completo si sé que una parte de mí quedó enredada en la tristeza, por no animarse a Ser. 
Vinimos a transformar la realidad, pero sabés que primero debemos transformarnos a nosotros mismos. Si lo hacemos, podremos ayudar a sumar e irradiaremos una energía más pura y cristalina. Me pediste que te ayudara a recordarlo, éste es el tiempo de actuar. Mirá cuántos colores divinos. Sentí las increíbles fragancias que nos envuelven con dulzura. Saltemos a la vida. Es la frecuencia del amor. Dame tu mano bien fuerte. 
A la cuenta de tres, lo haremos juntos: uno, dos, tres…
Que despierte el espíritu de los mansos.
El mundo cruje. La naturaleza grita, con desgarradora fuerza. Las entrañas de los cuatro elementos se retuercen de dolor. 
La inconsciencia se relame, busca solidificar su reino. No todo está perdido, estamos a tiempo. Si abrimos los ojos del alma, si cambiamos por dentro, revertiremos la historia. Es despiadado dejar a nuestros hijos un destino de barbarie. 
Aún podemos restituir el equilibrio. Una nueva humanidad debe florecer. Recuperemos nuestra esencia. Que despierte el espíritu de los mansos. Parece mentira, un puñado de desequilibrados, sedientos de poder, tiene en su puño la vida de miles de millones de personas. Con total impunidad programan guerras, promueven la desigualdad y no vacilan en pisotear los derechos del hombre. Tampoco dudan en destruir el medio ambiente a cambio de dinero. No dejan flancos sin cubrir. Pertrechan sus fuerzas, hasta los dientes, para silenciar voces disidentes que reclamen el cese de tanta injusticia. 
Pese a todo, hay posibilidades de cambio. Unidos y despiertos no podrán volver a someternos. Debemos empoderarnos. 
Basta de que otros decidan por nosotros. ¿Por qué seguir soportando vibraciones tan oscuras? Somos co–creadores. Nuestras acciones modifican el futuro. Humanicemos nuestra realidad. No hace falta un puesto de poder para influir. Estemos donde estemos, no importa la tarea que desempeñemos, cada uno impregna su entorno con una determinada frecuencia. 
No existen los actos insignificantes. Ser Humano es la condición para transformar este escenario. Volvámonos conscientes. Debemos reunir lo que está disperso. La ciencia y la tecnología deben sincronizar sus pasos con los del hombre. La verdadera transformación es interna. 
Si cambiamos por dentro, automáticamente lo que está fuera se modificará. No existen las divisiones. Luz en cada uno de nuestros actos. Están llegando nuevos niños, era nuestro compromiso dejarles un suelo fértil para que sus semillas crezcan. Lo que estás leyendo puede parecerte una nota, en realidad es un tambor que resuena a través de las palabras. 
Sentí como golpea cada una de las letras. Los sonidos buscan alcanzar el centro de tu pecho, para encender tu sabiduría interna. Tu corazón puede y debe abrirse todavía más. Si vos podés, también puedo. Es tiempo, que despierte el espíritu de los mansos.
Sumarse a la vida.
¿Dónde vas con tanta prisa? Hacé una pausa. Hablemos. 
No importa que los demás sigan corriendo como locos. 
No van a ningún lado. Sólo huyen de la soledad. 
Temen encontrarse. La multitud les hace creer que están acompañados. Es sólo una ilusión. Precisan que los ruidos anestesien sus reclamos más profundos. Mirá qué hermoso Sol. Dale, sentémonos en este banco de la plaza. Deseo compartir algo con vos. Necesito devolver un favor, quiero ayudarte a que te sumes a la vida. También me asusté demasiado cuando un desconocido tomó mi brazo y me pidió que me sentara. 
Iba corriendo más rápido que vos. Mi cabeza estaba focalizada en cómo optimizar mi tiempo y mis recursos para ganar más dinero. No era consciente de que mi cuerpo estaba manejado por los hilos del consumismo. 
Alguien tuvo la compasión suficiente para cruzarse en mi camino y rescatarme del descontrol. Entiendo que me mires así. 
Tu mente tiene razón. Soy un desconocido, no hay motivos para que merezca tu confianza. Sólo te pido un segundo más. ¿Ves cómo danza entre las plantas esa hermosa mariposa? ¿Ves cómo besa a la flor esa pequeña abeja? Contemplá cuánta magia. 
Fijate cómo las hojas juegan a volar con el viento. Mirá esa nube, ¿no parece un ángel? Sentí… sentí. Este instante es único. 
La existencia nos premia con su encanto sutil. Prestá atención a cómo pasa la gente. Van rumiando sus problemas. Miran sólo el piso. Olvidaron el cielo. No hay expresiones de felicidad en sus rostros. Juraría que son robots simulando ser humanos. 
Sus cuerpos están muy tensos. ¿Te parece saludable? ¿Te das cuenta que eso es lo que la gran mayoría define como una vida “normal”? Algunos nos observan con recelo, creen que estamos perdiendo el tiempo. No perciben que ganamos en calidad de vida. Es cierto, hoy habrá algunos centavos menos en tu bolsillo, pero eso no marca la diferencia. La diferencia está en que te diste el permiso interno de conectar con la vida. Sólo tengo palabras de agradecimiento para aquel desconocido que una tarde detuvo mi andar y me habló desde lo más profundo de su corazón. 
Nunca supe quién fue ese anónimo peregrino. Cuando comprendí su enseñanza, me pidió que cerrara los ojos y respirara muy lento, fundiéndome con la brisa. Al abrirlos, ya no estaba. 
Estoy en deuda, por eso me interpuse en tu camino. No dejes que esta cadena de favores se detenga. Sujetá otro brazo por amor. Ayudá, sonriendo desde el alma, a que otra persona se sume a la vida.
Está por salir el Sol.
Un paso hacia adelante, cinco para atrás. Algo parecería no funcionar. Nuestra intención es avanzar, sin embargo juraríamos que estamos retrocediendo. Las reservas de energías se agotan. Cuesta horrores movernos. Es una tarea tortuosa. 
La desconfianza y el desgano nos invitan a rendirnos. Miramos, con añoranza, un pasado que nunca nos cerró. ¿Qué es lo que sucede? Antes de que amanezca, se vive el instante más oscuro de la noche. Aunque el cansancio haga temblar nuestros huesos, debemos seguir andando. Está por salir el Sol. 
Nadie nos garantizó que sería sencillo, de todos modos emprendimos el viaje. Al principio parecía fácil, porque logramos liberarnos de una insoportable mochila. Sin embargo, a poco de andar, fuimos tomando conciencia de que soltar por fuera, no implica, necesariamente, soltar por dentro. Chispazos de buenos momentos se apoderan hoy de nuestros ojos. La mente juega su última carta, sabe que no le quedan más chances, y no está dispuesta a claudicar. Para impedir que soltemos las últimas estructuras, proyecta, a través de la memoria selectiva, un paraíso que jamás existió. Arma, con suma inteligencia, una cautivante postal, entrelazando nuestros mejores recuerdos.
Es un duro golpe bajo, perfumado con nostalgia, que le otorga al viejo surco un encanto que nunca tuvo. El hechizo se rompe diciéndole al corazón que nos recuerde qué fue lo que impulsó nuestra marcha. Nunca se retrocede, es sólo una ilusión. También estamos observando todo aquello que nos permitió llegar a esta instancia. Esta particular forma de mirar hacia atrás, es nuestro reaseguro de que aprendimos las lecciones. Honremos nuestro pasado. Demos las gracias por todas las enseñanzas. ¿Ves cómo se inclina el camino? Sigamos. Tras la niebla está la cima. 
Desde allí contemplaremos lo que siempre anhelamos. Estas son las últimas palabras que le susurraré a tu alma. Seguiré a tu lado, como siempre, pero esta vez en silencio. Animo. Sólo resta un último esfuerzo. Falta muy poco… Está por salir el Sol.
La respuesta que buscabas.
¿Qué pasa en tu interior? Te esforzaste demasiado. Superaste tus límites. Fuiste más allá de lo posible. Subiste a la cima con tu último aliento, confiando en lo no visible, y aún no sale el Sol. ¿Acaso es desilusión lo que muestran tus ojos? ¿Estás preguntándote de qué valió tanto sacrificio? Aunque pueda parecerte una locura, la respuesta la encontrarás al descender la montaña. Comprendo que puedas enojarte. Tanto dolor y entrega para subir y ahora hay que bajar. ¿Suena incomprensible, no? ¿Por qué la sonrisa se escapó de tu rostro? ¿Descender suena a derrota? ¿No ver el Sol implica que subir no valió la pena? Este es el instante en donde se ponen a pruebas las enseñanzas recibidas. Cada paso que te animes a dar te volverá más luminoso. Ascender es animarse a dejar. Descender es retomar lo dejado sin apegos. Si creíste que subiendo trascendías la opinión de los demás, sólo bajando, y reuniéndote con quienes te criticaban, podrás saber si lograrás moverte sin que las palabras te hieran. ¿Creés que así estás retrocediendo? El que baja no es el mismo que quien sube. La montaña que uno asciende no es la misma por la que uno desciende. La transmutación ocurre en múltiples direcciones. 
No hay separación entre el hombre y la montaña. La Verdad no anida en las alturas, allí sólo se consigue mayor claridad para poder percibirla. Subir y bajar son excusas para movilizarnos y mantenernos despiertos. El Sol que fuiste a contemplar no se veía con los ojos. Ahora lo sabés, podrías haberlo visto sin dar un solo paso. Sólo tenías que mirar en la dirección correcta, hacia el centro exacto de tu propio corazón. Si ascender te humaniza, descender te otorga alas. Nada podrá retenerte ahora. Sos libre como el viento. Aunque desde abajo no lo parezca, la trampa más sutil está en la cima. Ahora que regresaste, conocés la respuesta: sólo descendiendo se asciende más alto, porque se trasciende el apego a la cima. Esta es la respuesta que buscabas para volver a sonreír.
La luz llama a la luz.
Este mensaje viene a impulsar lo que internamente sentís. 
Es el momento de ir por la vida entrelazando corazones, para multiplicar el campo de energía sutil que ayudará a que florezca una humanidad más consciente. El entramado cósmico debe alcanzar una dimensión más profunda. Es tiempo de co–crear redes dinámicas, para que fluya el amor y renazca la armonía. 
La luz llama a la luz, para despertar conciencias. Tu ser superior lo sabe. Vinimos para expandir una frecuencia cristalina que ilumine las tinieblas. Desde el punto de vista evolutivo, hay que dar un paso más. Sos de los que no se desanima, por más que la realidad se disfrace de caos para jugar a amedrentarte. 
Es por eso que sé que estas palabras no pasarán desapercibidas. Lo que voy a decirte resonará en tu alma, porque esta charla ya la tuvimos en donde no existía el tiempo. Ondas de amor. Torrentes de confianza. Flujos de alegría. Corrientes de abundancia. Así fuimos agendando de qué manera podríamos llamar a los infinitos hilos que iríamos trenzando, de corazón a corazón, para conformar redes que anclen de manera activa el entramado de luz. Nos comprometimos al servicio de amplificar el campo vibratorio, que permitiría que todos recobremos la capacidad de volar más allá de nuestros límites. No importa si aún no recordás nuestra charla, lo que cuenta es que sientas el espíritu que anida en estas frases. Estás muy atareado, lo sé. Esto no requiere que descontinúes lo que tan sabiamente realizás. Implica hacer lo mismo, pero de un modo diferente. Requiere que nuestras vibraciones se expandan, guiadas por la voluntad, en múltiples direcciones, a medida que desarrollamos nuestras actividades cotidianas. Hoy salí a la calle y miré a un desconocido a los ojos, hice que mis mejores intenciones viajaran a su corazón cuando le dije buen día. Vi a un perro vagabundo, permití que mi sonrisa llegara al centro de su pecho. Observé, con amor, a una planta y mientras seguía caminando la acaricié con dulzura. 
También hice que el viento llevara mis pensamientos, más puros, a volar hacia otras mentes. Así fui disfrutando mi trayecto, sintiendo que, a cada paso, co–creaba una resplandeciente red que unía a todos, sin distinción. Nunca olvido tu eterna compasión, tu apoyo incondicional y tu incansable entrega. 
Sé que con tus mejores pensamientos, palabras, acciones e intenciones también co–crearás, conscientemente, otro mágico entramado por donde fluirá la esencia luminosa de tu fuego interno. Así iremos por la vida entrecruzando lazos de amor, paz y esperanza, hermanando corazones para despertar conciencias. A través de estas palabras, la luz llama a la luz y sonríe al abrazar tu alma.
Continuara.....
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