sábado, 10 de diciembre de 2016

LOS HIJOS DEL SOL: LOS ESENIOS.- 2ª parte


LOS HIJOS DEL SOL: LOS ESENIOS.- 2ª parte
EL VERDADERO PODER DEL HOMBRE.
La campana tocaba a capítulo de trabajo en la sinagoga. Por la tarde se reanudaba la traducción y elaboración de los documentos sagrados traídos por Maser desde Amarna, Karnak y Menfis. Algunos de esos documentos eran luego llevados al otro lado del desierto, a Canaán, donde los hebreos estaban asentándose en la Tierra Prometida. Luego se recitaban y se debatía sobre dichos textos, y en la misma reunión se entonaban los mantras sagrados para elevar la vibración de la comunidad y expulsar los malos espíritus.
El Maestro de Justicia, parecía ahora uno más de ellos, su pelo había crecido, su barba ahora más larga y bien recortada, le otorgaba un porte aristocrático que denotaba su autoridad moral. Sus ojos eran tiernos y bellos. Pero todos observaban que la edad dibujaba arrugas en las caras y los cuellos de los hermanos, mientras que en la del Maestro de Justicia no existía ninguna huella del paso del tiempo. Esen, el Jefe de la Orden, caminaba ya algo encorvado. Tenía cerca de los cien años. Muchos habían muerto. Y los hijos de las familias esenias del interior hacía años, que venían enviado a sus hijos a formar parte de la comunidad. Savia nueva había renovado a los esenios, pero el Maestro de Justicia permanecía igual que el primer día que saliera de Shambhalla. Solo Esen sabía que era inmortal.
Fue el propio Esen, quien llegada la hora de su muerte inminente dijo al Maestro de Justicia:
- Hermano, mi cuerpo está cansado, mi trabajo ya se ha hecho. Debo reunirme con Maser y los hermanos del cielo. Deseo marchar en paz. Debo nombrar un sucesor que guié al rebaño hacia el futuro. ¿Qué debo hacer?
- Mi querido hermano, grande ha sido tu obra y tu sacrificio. Contigo muere una generación de héroes. Yo también debo marchar al Retiro Interior. Los hermanos deben asumir su mayoría de edad.
Se reunieron todos y cada uno de la comunidad. Se trataba de nombrar un Jefe, pues Esen estaba a las puertas de la muerte. El Maestro de Justicia se dirigió a todos con voz solemne.
- Habéis adquirido la mayoría de edad. No será Esen quien designe a su sucesor, sino vosotros mismos. Tal es la costumbre de los hermanos del Retiro Interior y de las comunidades celestes. No se levantará esta asamblea, hasta que veáis por vosotros mismos al nuevo Jefe de la Orden.

LOS HIJOS DEL SOL: LOS ESENIOS (Primera parte)


LOS HIJOS DEL SOL: LOS ESENIOS (Primera parte) 
Yo Soy Homet-Nut; mi nombre iniciático concedido por mi maestro Homet-Ra, en el tiempo de Egipto. Se me ha concedido asomarme a este tiempo, mediante el acceso a los registros del eterno presente. Hace más de tres mil años, el faraón Akenatón, creó La Fraternidad Solar de los Hijos del Sol. Los seres que formaron parte de aquel proyecto comprometieron sus vidas haciendo un juramento de servicio del conocimiento. Desde entonces nada ha cambiado, los mismos espíritus con el mismo compromiso viven en diversos cuerpos en este tiempo, al igual que vivieron en los hitos del cambio histórico del proceso evolutivo del hombre. Algunos sabios de la antigüedad, conquistadores, santos, escritores, alquimistas y científicos fueron los mismos juramentados, que en forma más o menos conscientes, se revistieron de carne para servir su juramento y ayudar al hombre en su proceso evolutivo hacia el constante devenir de la perfección.
La historia que voy ahora a contar fue la tercera etapa y quizás la más arcana y desconocida de los protocolos de los Hijos del Sol. El relato puede parecer fantástico, incluso paranoico, puesto que vamos a hablar de hombres santos, de seres que realizaron el mal llamado “tercer ojo” o bien las facultades del espíritu. Este relato por tanto no va dirigido hacia vosotros que leéis, sino a vuestro hijos, pues en ellos existe la siembra de los “Jardineros Celestes” siembra que dará en el futuro a un ser consciente, con herramientas y atributos impensables para este tiempo.
La cultura del mal, ha conseguido cegar y alejar del ser humano los valores de la autorrealización espiritual. Debo por tanto verter esta información, para que el niño dotado de una genética con una impronta psíquica más elevada, pueda reconocer su cultura, su origen, a su familia. Debo verter estos conocimientos para que el niño de hoy, que será hombre mañana, pueda contrastar sus vivencias con las de los Bodhisattvas del Himalaya y los monjes esenios del desierto. No sea que la ignorancia de sus padres, o de sus educadores termine por considerarlo enajenado y sea ingresado en alguna institución psiquiátrica o sea atiborrado a pastillas venenosas, capaces de destruir el sistema nervioso haciendo seres vegetales, incapaces de pensar o de sentir.
Al tiempo de escribir estas líneas, me asomo a una de las ciudades secretas, donde los seres auto-realizados conviven con los “señores del cielo” La Shambhalla submarina del Atlántico, la popularmente conocida como la Isla de San Borondón. La antigua ciudad de Sartáx en el viejo continente atlantídeo. He venido hasta aquí para que el flujo del conocimiento no se vea obstruido por los parásitos astrales de las entidades nocivas de las ciudades.

LOS HIJOS DEL SOL II - MOISES - 3ª PARTE


LOS HIJOS DEL SOL II - MOISES - 3ª PARTE 
(Discos Solares)
PRIMER MANDATO
DIOS ESTA EN TODAS LAS COSAS Y ES TODAS LAS COSAS.
EL ESTÁ PRESENTE EN TODO Y EN CADA ELEMENTO.
AMA CADA COSA Y ESTARÁS AMANDO A DIOS.
En cada pueblo, religión o cultura se adora a una estatua, un principio o a una imagen. Ignoramos al árbol, al niño que muere de hambre, al aire contaminado que respiramos y con ello ignoramos a Dios. Tristemente para la mayoría de los humanos Dios se limita a la estatua antropomórfica de barro, o al templo realizado para tal efecto ignorándolo a El en su esencia. Casi todos adoran al mensajero en vez del mensaje. Y Dios que vive en todo, incluso en el mosquito más insignificante, es ignorado. Se degrada la vida, y la dignidad que merece cada elemento creado. Dios vive en el amor incondicional e inteligente hacia todo lo que existe. Dios vive en todo lo visible e invisible.
SEGUNDO MANDATO
DIOS NO SE DEBE, NI PUEDE SER REPRESENTADO EN FORMA HUMANA. EL NO NECESITA REPRESENTANTES, Y NINGÚN SER ENCARNADO PUEDE SER ADORADO, PUES SERIA IDOLATRÍA.
Dios no vive en los templos sino en el corazón de cada cosa, de cada elemento y de cada latido de vida. Siendo la luz, el principio creador de la materia, veamos en Aton (al Sol) la representación del principio creador, pues todos los pueblos, todos los ríos, todas las plantas y todos los animales ven salir a Aton en el horizonte.
Esto no era entendible por una casta sacerdotal corrompida, afeminada y violenta, donde se manipulaba y se cizañaba para enfrentar a ricos y pobres, una casta donde se influía y enviaban seres humanos a guerras santas, donde a su vez se bendecía sus armas de terror y destrucción.
Cada ser humano ha creado a su propio Dios acomodándolo a sus necesidades, para justificar sus delirios, sus hábitos, sus delitos y sus imperfecciones.
Solo humanizando a Dios y divinizando al hombre podremos entender al Dios verdadero.
TERCER MANDATO
UN DÍA DE LA SEMANA SERÁ RESERVADO A DIOS. LO RECIBIRÁS AL AMANECER PURIFICÁNDOTE ANTE ATON, LIMPIARÁS TU CORAZÓN DE VENGANZA, DE AVARICIA, DE ENVIDIA Y PEREZA.
Ese día será empleado para visitar a los enfermos, consolar a la viuda, educar al huérfano, plantar el árbol, limpiar el río o sembrar el campo de la comunidad. Ese día no amasarás para ti, ni contarás tu dinero, ni servirás a tus intereses.
Hoy día el domingo lo empleamos para no hacer absolutamente nada constructivo y edificante. Se podría decir que es el día del diablo, más que del Señor, puesto que comemos más, zanganeamos más, ignoramos más al pobre y al enfermo y nos atrincheramos mas en nuestro feudo para dar rienda suelta a nuestras inclinaciones menos dignas.
CUARTO MANDATO
EL ACTO MÁS SAGRADO DE LA VIDA ES EL NACIMIENTO, POR ELLO DEBEN SER HIJOS CONCEBIDOS EN EL AMOR, EN LA SABIDURÍA Y EN LA VIRTUD DE LOS PADRES. TUS HIJOS NO SON TUYOS, SINO DE LA VIDA Y DE ATON.
¡Y TU HIJO! SIGUE LA SENDA DE TUS PADRES HONRÁNDOLES CON LA PRÁCTICA DE LA VIRTUD. HONRA LUEGO TU VEJEZ CON LA DEDICACIÓN A ATON, AL PUEBLO, A LOS JÓVENES QUE ENTRAN EN LA SENDA DEL KARMA.

LOS HIJOS DEL SOL: MOISÉS (Segunda parte)


LOS HIJOS DEL SOL: MOISÉS (Segunda parte)
LA BASE DE SINAÍ
Jetró desapareció inexplicablemente. Después de una semana apareció en el poblado rodeado de una extraña luminosidad sobre su cabeza. Enseguida buscó a Maser y en forma imperiosa le dijo:
- Toma el camino de la montaña. Ha llegado el momento.
- ¿Qué camino debo seguir?
- Durante estos meses has visto cómo las luces que vienen del cielo se meten en la montaña. Asciende hacia ese lado.
- ¿Pero que tengo que hacer allí?
- Simplemente sube. Todo está dispuesto. Ha llegado el momento. La Ley se debe cumplir. Tu mente es torpe y está prisionera de los sentidos, pero tu espíritu está dispuesto. Sube a la montaña y espera.
Con más miedo que espanto, Maser subió a la montaña. Sus nervios le hacían sudar y respirar por agotamiento. Jetró le había dicho que comenzaba su trabajo y esto le hacía temblar de miedo. ¿Estaría preparado?
Después de cinco horas de ascensión llegó a la cumbre, en la cara oriental. Allí no crecía casi vegetación. En el suelo pardo y duro de la cumbre se veían círculos de terreno quemado de gran tamaño. ¿Quién habría quemado el terreno? –Se preguntaba- Todo rezumaba silencio. Estaba anocheciendo. El frío comenzaba a mover involuntariamente sus mandíbulas. Cerraba sus brazos sobre su cuerpo y se movía de lado a lado de la cornisa donde se había ubicado.
Finalmente comenzó a visualizar un pequeño resplandor de color rojo que salía de unos arbustos. Al poco rato este resplandor se hizo más vivo y ascendía en columna luminosa hacia las estrellas. El círculo por donde salía la luz, se hizo más grande hasta que alcanzó el metro y medio de diámetro. Maser estaba atónito sin poder mover un solo músculo de su cuerpo. Luego una voz que se oía en su cabeza como si de un trueno se tratara le dijo:
- Maser; entra en el círculo y no temas.
Las mismas palabras se repetían en su cabeza a la vez que inútilmente buscaba la procedencia de la voz.
Se acercó al círculo y se metió en su interior. A los pocos segundos comenzó a descender por un pasillo circular lleno de luz. Fue casi un minuto en el que el vértigo y el miedo le acompañaban en el angosto y solitario pasillo.
El susto casi le hace caer de espaldas. Bajo la montaña había una enorme cavidad repleta de vida, extraños objetos y artefactos inmundos. El sabía que esas máquinas eran las nubes metálicas que siendo niño le habían raptado y llevado a la presencia de su padre, pero en aquella montaña parecía que se habían reunido la mitad de la Galaxia. Fue recibido por dos seres que llevaban traje de vuelo y que le escoltaron hasta adentrarle en una sala circular repleta de luz. Allí estaban los viejos conocidos de su infancia. Allí estaban los “Dioses” adorados desde el principio de los tiempos por los egipcios.
En la sala había una docena de personas sentadas en forma circular. Todos le miraban. No pronunciaban palabra alguna, pero Maser escuchó en su cerebro:
- Esta es la morada de Isis, Osiris, Ra Neftis. Esta es la morada de los que vosotros llamas Dioses. Esta es una base de visita a vuestro planeta. Los seres que estamos aquí pertenecemos a una confederación de mundos. Venimos a la Tierra desde hace miles de años. Nosotros somos vuestros padres genéticos. Llegará un día en que vuestra evolución os permitirá acceder a dicha confederación. Entonces, esta base y otras tantas que se ubican en los diversos continentes de vuestro planeta saldrán a la luz.
Maser estaba alucinado puesto que no veía mover los labios de ninguno de los presentes y no obstante oía su voz en su cerebro con fuerza. Maser no sabía que estos seres han conseguido dominar la telepatía.

LOS HIJOS DEL SOL II - MOISES - 1ª PARTE


LOS HIJOS DEL SOL II - MOISES - 1ª PARTE
“Los Hijos del Sol emplean el verbo para cambiar el mundo y el silencio para cambiarse a si mismos”
Imaginad que entráis en un comedor mediante la apertura de una puerta. En ese comedor, además de una mesa, sillas, adornos y cuadros hay también varias personas. En un instante puedes integrar cada imagen. Puedes sentir, alegría, tristeza, rechazo, traición o cualquier otro sentimiento con el cual se fue tu espíritu en la muerte que corresponde a la reencarnación que estás viendo. Luego en la medida que pasa el tiempo, vas recordando las experiencias de esa vida con cada persona, renovando situaciones, anécdotas y sentimientos. Así es como puedo recordar muchas de mis vidas sobre el planeta Tierra.
Reinaba en Egipto, Ramsés II. Yo vivía en la escuela del templo de Isis de Menphis. Contaba aproximadamente con cincuenta y dos años, cuando me alcanzó la muerte. La noche anterior a mi fallecimiento vino a visitarme mi venerable maestro Homet-Ra.
- Ha llegado tu hora, hijo mío. Tus hermanos te esperan para continuar con tu trabajo.
Mis ojos se llenaron de lágrimas. Me dio un poco rubor, puesto que la visión se dio en el preciso momento que mis alumnos estaban escribiendo en las tablillas de cera, resolviendo un pequeño problema. Al verme llorar los jóvenes aprendices se inquietaron, preguntándose interiormente cual era la causa de mis lágrimas.
- No os preocupéis. He recordado con amor a mi viejo maestro y se ha movido mi corazón con ese dichoso recuerdo.
No quise hablarles de mi partida. Ellos conocían mi sentimiento ante la muerte. Les había enseñado que el alma nunca muere y que vivimos de nuevo en el otro lado. Y a unos pocos de dichos alumnos les había hablado del retorno o reencarnación. No todos estaban preparados para aceptar esta información y por otra parte, divulgar determinados conocimientos podría costarme caro.
La Hermandad de los Hijos del Sol, creada por Akenaton me había encargado la preparación e instrucción de un joven llamado Josué. Fue mi hermano Maser, quien me lo envió para que le instruyera. Al ser de origen judío no pudo ingresar en el templo, por lo que le había empleado en mi hogar como ayudante personal. Hacía un año que Josué había abandonado mi presencia. Simplemente había retornado al servicio de Maser y mi misión había concluido. Desde entonces sabía que la cuestión de la muerte era cosa de días o meses.
Finalmente podía retornar al paraíso para abrazar a mi maestro y para participar en la verdadera vida del más allá.
El ojo de Ra estaba a buen recaudo. Lo había escondido en un lugar secreto y había confiado su cuidado a otro de los hermanos iniciados en los valores de la Fraternidad.

LOS HIJOS DEL SOL I - HOMET - NUT - HABLA EL LOGOS SOLAR - 3ª PARTE


HIJOS DEL SOL I - HOMET - NUT - HABLA EL LOGOS SOLAR - 3ª PARTE
Yo soy el Cristo luminoso que cada mañana alumbra la vida.
Te recordaré tus deberes para conmigo y te entregaré tus derechos. Tú y yo somos la misma cosa; el mismo latido cósmico que vibra en la melodía armónica de la existencia.
"Yo soy la Idea; vosotros mi expresión. Si amáis, amo yo en vosotros y todo crece; si odiáis, odio yo en vosotros y mermamos los dos.
"Sed uno conmigo y así el edificio cósmico se fortalecerá en justicia, paz y amor."
ARIES
v Yo irradiaré fuerte energía en tu voluntad para que­ seas emprendedor y protagonista de mis deseos, pero debes aprender a ordenar ese impulso en función de los otros y del medio donde desarrolles tus anhelos.
v Aprende a amar la quimera y a desear los sueños que hago nacer en tu corazón, pero no olvides que vives en un mundo de realidades materiales y que debes encontrar la línea armónica de lo preciso y lo coherente.
v Como hijo del Sol sentirás fuego en tu interior y calor en tu mente expansiva, pero debes evitar la temeridad y la desconsideración hacia ti mismo y hacia los demás.
v Cuando comiences un proyecto, primero debes elaborarlo con paciencia y ayudarte de la calma y la cordura, pero una vez iniciado, no lo dejes sin terminar porque tu mente se lanza intrépida a otros logros. Aprende a caminar paso a paso y golpe a golpe de pensamiento. No vayas más veloz con tus deseos que con tus realidades.
v Te entregaré el valor para enfrentarte con los mayores obstáculos, pero recuerda que estos obstáculos son mayores en ti que en el medio donde te mueves y expresas. Aprende a tener valor contigo mismo y a enfrentarte con tus defectos.
v Te mostraré el amor a tu propio ego, pero recuerda que hay que amarse a sí mismo como a los demás. Aprende a ser uno en todos y a integrar todos en ti. Nada en mi naturaleza está separado. Sólo eres tú que te separas por tu ego no educado y ambicioso.
v Aprende a ser líder pero sin mandar, y a imponerte sin forzar ni reprimir. Cuando te hayas vencido a ti mismo irradiarás la fuerza que someterá sin violencia a los demás.
v A veces por el ideal te pediré sacrificios y te daré la fuerza para superar las pruebas más difíciles, pero no olvides que mis deseos son de distinta naturaleza que los tuyos y es cuando yo lo ordeno y no cuando tú quieres. Sé paciente y cuando te empuje no te frenes en la entrega.

LOS HIJOS DEL SOL I / HOMET - NUT - 2ª PARTE AMUT Y SUS MALDADES.


HIJOS DEL SOL I / HOMET - NUT - 2ª PARTE AMUT Y SUS MALDADES.
Si contara los miles de detalles, vivencias y anécdotas que vienen a mi mente en el recuerdo de aquella vida, podría escribir una enciclopedia. Aunque lo paradójico era que el tiempo de mi recuerdo había sido de escasos minutos, mientras que en ese espacio percibía las vivencias de un montón de años.
Pero hay recuerdos traumáticos y complejos que no puedo obviar. Me refiero a las malvadas actuaciones de Amut.
Ocurrió que cierto día en que debíamos ir al templo de Osiris para aprender parte de las ceremonias que emplean sus sacerdotes en el culto funerario. Amut y su grupo no solo no acudió, sino que se marcharon a un burdel de prostitutas y se emborracharon con cerveza.
Esto que era en cierta forma habitual para este diablillo, no tenía nada de particular. Pero los efectos de la borrachera fueron dolorosos para mí. Al parecer Amut, comunicó a uno de los sacerdotes del templo de Amón, próximo al Sumo Sacerdote, que Yo frecuentaba el burdel y que por supuesto me emborrachaba a menudo.
La disciplina y la virtud, eran elementos que los sacerdotes no pasaban por alto y por supuesto estas faltas constituían la expulsión de la escuela del templo.
Se me hizo comparecer ante una comisión para presentar pruebas ante la acusación que pesaba sobre mí. Pero los testimonios de los testigos, amigos de Amut, habían creado una atmósfera de tremendas dudas. Yo presenté a los testigos que habíamos estado en el templo de Osiris y que certificaron mi presencia entre ellos durante toda aquella jornada. Pero la duda había sido sembrada y la queja fue trasladada a mi maestro.
Homet-Ra me llamó a su presencia y me dijo:
- Acudirás durante tres semanas al Nilo antes de la meditación de la mañana y purificarás tu cuerpo en sus aguas.
- ¡Pero Maestro! Yo no soy culpable de nada. Jamás he acudido a un burdel y no he bebido cerveza en mi vida.
- O cumples el castigo o serás expulsado muy a mi pesar. Pondré dos testigos a tu lado que comprobarán si te purificas con el baño.
Grite, lloré y me sentí morir. Podía pasar por los insultos de Amut, por las vejaciones de todos los compañeros y por el castigo de todos y cada uno de los sacerdotes. Pero no podía comprender como mi venerable Maestro no me escuchaba, no me creía y no confiaba en mí. Esto era como la muerte de un padre. Como si me quedara huérfano.

LIBRO HIJOS DEL SOL (AKHENATON: SU HIMNO AL DIOS ATÓN-Parte 2ª)


AKHENATON: SU HIMNO AL DIOS ATÓN
"¡Espléndido te alzas en el horizonte,
Oh Aton viviente, creador de vida!
Cuando amaneces en el horizonte oriental,
llenas todas las tierras con tu belleza.
Eres bello, grande, deslumbrante,
Elevado sobre todas las tierras;
Tus rayos abrazan las tierras,
hasta el límite de todo lo que has creado.
Porque siendo Ra, alcanzas sus límites,
y los has doblegado para tu amado hijo;
Aunque estás lejos, tus rayos brillan sobre la
tierra,
aunque cualquiera sienta tu presencia, tus
rayos son invisibles.
Cuando te pones en el horizonte occidental,
la tierra queda en tinieblas, como en la
muerte;
Todos yacen las en habitaciones, sus cabezas
cubiertas,
Un ojo no puede ver a su compañero.
Ellos podrían ser despojados de sus
propiedades,
aunque estén sobre sus cabezas,
La gente no se daría cuenta.
Todos los leones salen de sus guaridas,
Todas las serpientes muerden;
La oscuridad se cierne, la tierra está en
silencio,
Así como su creador descansa en el
horizonte.
La tierra brilla cuando amaneces en el
horizonte,
Mientras resplandeces como el Aton durante
el día;
Cuando disipas la oscuridad,
Cuando ofreces tus rayos,
Las Dos Tierras están en fiesta
Despiertas y erguidas sobre sus pies,
Tú las has levantado.
Sus cuerpos están purificados, vestidos,
Su brazos adoran tu aparición.
Toda la tierra se dispone a trabajar,
Todos los rebaños pacen en sus pastos;
Los árboles y las hierbas florecen,
Los pájaros echan a volar de sus nidos,
Sus alas saludan a tu ka.
Todo rebaño brinca sobre sus patas.
Todo lo que vuela y se posa,
Vive cuando amaneces para ellos.
Los barcos van corriente arriba, y corriente
abajo,
Todos los caminos se abren cuando te alzas.
Los peces del río saltan ante de ti,
Tus rayos están en el centro del mar.
Tú quien haces crecer la semilla dentro de las
mujeres,
Tú, quien creas las personas del esperma;
Quien alimentas al hijo en el vientre de su
madre,
Quien calmas apagando sus lágrimas.
Nodriza en el vientre,
Dador de aliento,
Para animar todo lo que creas.
Cuando sale del vientre para respirar,
El día de su nacimiento
Tú atiendes sus necesidades.
Cuando el pollo está en el huevo, piando
dentro de la cáscara,
Tú le das aliento dentro de ella para insuflarle
vida;
Cuando lo has terminado,
Para que pueda romper el huevo,
Sale de su interior,
Para anunciar su terminación,
Caminando sobre sus dos patas sale de él.
¡Cuán grande es tu obra,
Aunque escondido a la vista,
¡Oh, Dios Único junto a quien nadie existe!
Tú creaste la tierra según tu voluntad, tu sólo,
Todos los hombres, todos los grandes y
pequeños animales,
Todas las cosas que hay sobre la tierra que
caminan sobre sus piernas,
Todo lo que vuela por medio de sus alas,
Las tierras de Khor y Kush,
La tierra de Egipto.
Tú pones a cada hombre en su lugar,
Tú satisfaces sus necesidades,
Cada uno tiene su alimento,
Calculas la duración de sus vidas.
Sus lenguas difieren en el idioma,
Así también sus caracteres;
Sus pieles son distintas,
Para distinguir a las personas.
Tú provocas la inundación desde la Duat
Tú la llevas cuando deseas,
Dar vida a los hombres,
Pues tú los has creado para ti.
Señor de todo, quien trabaja para ellos,
Señor de todas las tierras, quien brilla para
ellas,
El Aton del día, ¡grande en su gloria!.
A todas las tierras lejanas, que haces vivir,
Tú les has concedido el descenso de la
inundación desde los cielos;
El crea olas sobre las montañas, como lo
hace el mar,
Para empapar sus campos y sus ciudades.
¡Cuán excelentes son tus obras, Oh, Señor
de eternidad!
Una inundación desde el cielo para los
extranjeros
Y para todas las criaturas de la tierra que
caminan sobre sus patas,
Para Egipto la inundación viene desde la
Duat.
Tus rayos alimentan todos los campos,
Cuando brillas, ellos viven, ellos crecen para
tí.
Tú creas las estaciones para desarrollar toda
tu obra:
El invierno para refrescarlos, calor para que te
sientan.
Tú has creado el lejano cielo para brillar allí,
Para contemplar toda tu obra,
Tú solo, brillando en tu forma de Aton,
Elevado, radiante, distante, cercano.
Tú creas de ti mismo millones de formas,
Ciudades, pueblos, campos, el curso del río;
Todos los ojos te observan por encima de
ellos,
Pues tú eres el Aton de las horas del día
sobre lo alto.
Tú estás en mi corazón,
No hay nadie que te conozca,
Excepto tu hijo, Neferjeperura, el Único de
Ra,
A quien has mostrado tus sendas y tu poder.
Todos aquéllos en la tierra salen de tus
manos cuando los creas,
Cuando amaneces ellos viven,
Cuando te pones ellos mueren;
Tú eres el tiempo vital en todos tus miembros,
todos viven gracias a ti.
Todos los ojos están puestos en tu belleza
hasta que te acuestas,
Todas las labores cesan cuando descansas
en occidente;
Cuando te levantas haces que todos se
apresuren por el Rey,
Todas las piernas están en movimiento desde
que fundaste la tierra.
Tú los alzas para tu hijo quien proviene de tu
cuerpo,
El Rey que vive en Maat, el Señor de las Dos
Tierras,
Neferjeperura, el Único de Ra,
El Hijo de Ra, quien vive en Maat, Señor de
las coronas, Ajenaton,
grande durante su vida;
Y la gran Reina a quien él ama, la señora de
las Dos Tierras, Nefernefruaton-Nefertiti, que
viva eternamente".
TU APARECES EN PERFECCION EN EL
HORIZONTE, ATON VIVO.
http://lasendahacialaluz.blogspot.com.es/

LIBRO HIJOS DEL SOL (AKHENATON: SU HIMNO AL DIOS ATÓN)


AKHENATON: SU HIMNO AL DIOS ATÓN
AKHENATON
Amenhotep también había dejado este mundo. Pero previamente a su marcha, había instruido a Akhenaton en los misterios. El propio Faraón había estado en el Egipto secreto del interior de la esfinge. Conocía secretos que ningún mortal jamás pudiera haber soñado. Era un joven sabio.
El viejo maestro había entregado al joven Faraón la encomienda de crear la gran FRATERNIDAD DE LOS HIJOS DEL SOL. Tal era el designio de los “Señores de las Estrellas” y los años siguientes al fallecimiento de su padre y de su maestro, el espíritu de Akhenaton se vio redimensionado del conocimiento superior.
La más grande de las revoluciones espirituales de todos los tiempos se había puesto en marcha.
Desde todos los confines del Imperio, incluso de otros países fueron siendo despertados los espíritus de diversos seres a fin de crear la Gran FRATERNIDAD DE LOS HIJOS DEL SOL.
Finalmente Akhenatón logró formar setenta y dos hermanos, que fueron iniciados en los misterios. Una vez al año se reunían todos en la ceremonia de la “Recepción del espíritu de Ra”.
Luego en diversos grupos y en diversas ceremonias, se sucedían encuentros, donde se trabajaba en el conocimiento y en la iluminación.
Todos los hermanos de la FRATERNIDAD DE LOS HIJOS DEL SOL conocían que Dios no necesita de intermediarios. Que los dioses adorados por los hombres no eran sino representaciones más o menos próximas de otros hermanos más evolucionados que venían de las estrellas y que sembraron la vida sobre el planeta. Todos los hermanos de la Fraternidad sabían que DIOS ESTÁ EN TODOS Y TODO FORMA A DIOS, y a su vez que Dios es el “sin forma”.
Todos los hermanos se juramentaron por todas su reencarnaciones el no adorar a estatuas y no crear cultos, templos e iglesias que alejaran a Dios de la más íntima de sus moradas; es decir, el corazón humano. Todos sabían que adorar a un ser encarnado de carne y hueso era un gran pecado.
Cada uno de los setenta y dos había desarrollado diversas habilidades de precognición, profecía, telequinesia, desdoblamiento, pero se juramentaron para no mostrar estas habilidades en público, a fin de no crear seres sometidos al fenómeno y no a la esencia.
Todos los espíritus inmortales de la vieja Fraternidad grabaron en la esencia de su ser, el crear la Sinarquía de todos los hombres, de todas las razas, de todos los seres vivos del planeta.
Ellos mostraron y aún muestran a los hombres que Dios no necesita de intermediarios ni de templos, que basta el corazón humano y práctica de la virtud para vivir en la consciencia de Dios.
Hijos del Sol
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LOS HIJOS DEL SOL.- HOMET NUT (1º parte)


HIJOS DEL SOL I / HOMET - NUT
Cuanto cuento, en este relato es el recuerdo preciso de todo lo que viví en una serie de experiencias, que a lo largo de estos años, ha configurado mi actual estado de conciencia y el recuerdo de mi compromiso establecido hace mas de tres mil años en el antiguo Egipto. No es importante en absoluto la experiencia en sí misma, sino lo que a través de la misma podamos aprender de los antiguos valores que configuraban una élite de iniciados en los valores de la Fraternidad Solar.
Mi primera visión habla de la infancia.
Tutankamon, el hijo de Akenaton gobernaba el Imperio desde su plácida juventud. Pero mi penosa vida no era tan agraciada. Contaba con dieciséis años y hasta ese momento tan solo había cosechado ampollas en mis manos, dolor en las articulaciones y una piel morena, curtida a la solana de las orillas del Nilo.
Mi familia contaba con mi padre, Abdulek y mi madre Rasar. Además de estos, otras dos hermanas constituían todo mi universo emocional y afectivo. Vivíamos casi en la orilla del Nilo, en los arrabales de la gran Tebas. Éramos agricultores. Nuestra fortuna consistía en una cabaña construida de adobe y caña, tres asnos, una vaca y otros tantos animales domésticos, diseminados por la empalizada, que en forma destartalada rodeaba la cabaña.
Pero quizás mi mayor riqueza era una colección de pergaminos que en forma de tesoro conservaba bajo mi jergón de hojas secas de acacia. No era propio de un campesino tener manuscritos, sobre todo porque ningún agricultor de aquella zona sabía leer. Yo aprendí a leer gracias a que un venerable sacerdote del vecino templo de Amón, me había enseñado en los primeros años de mi infancia. A los cuatro años, mi padre me había encargado llevar la miel de nuestras colmenas a los monjes del citado templo. Y fue desde la primera visita, que Homet-Ra, mi entrañable maestro me adoptó como su hijo espiritual. A lo largo de otros tantos años, me fue instruyendo en forma secreta en la lectura de los legados de los dioses antiguos. No tanto porque él pretendiera enseñarme, sino por mi terca obsesión y curiosidad por cuanto observaba en mis repetidas visitas.
Homet-Ra no ocupaba un puesto de rango elevado en la enmarañada trama del sacerdocio del gran templo dedicado al Dios carnero Amón en Tebas, por el contrario, su trabajo consistía en preparar a los alumnos que las familias nobles y los hijos bastardos del Faraón, enviaban al templo para recibir el conocimiento.
Algunos de estos alumnos salían de la escuela para ocupar puestos administrativos en la organización funcionarial del Imperio, mientras que otros se integraban en la casta sacerdotal, no solo de este templo, sino en otros tantos numerosos, dedicados a otras divinidades, que en las diferentes ciudades de Egipto requerían de sus servicios.
Mi querido sacerdote vestía con túnica blanca. No tenía el pelo rapado, como yo pensaba que era la forma obligada de los sacerdotes egipcios. Tenía unos ojos negros bellos y penetrantes que parecían taládrate cuando te hablaba. Su voz era reposada, sin prisa, matizando bien cada sílaba. De alta estatura. Caminaba con pasos cortos y lentos; como si no tuviera prisa. Era un ser humano aparentemente normal, pero esta apariencia era sin duda su mejor disfraz, puesto que detrás de aquella simple humanidad se hallaba el ser más maravilloso que haya podido concebir a lo largo de aquella vida y de las siguientes que me han tocado vivir.
Los escasos momentos de los que disponía, los ocupaba en estudiar los papiros y acudir a ver a mi maestro. Pero cada vez que me ausentaba de casa, mi padre se enojaba, puesto que mi colaboración le era imprescindible para mantenernos a toda la familia.
En mi casa no había un gran ambiente religioso. Tampoco se practicaba ningún rito especial. Pero en una parte destacada de la sala principal había una representación tosca del Dios Hapi, el Dios del Nilo, que en cada aluvión regaba nuestras tierras, produciendo la cosecha tan necesaria para la supervivencia del imperio. Según decía mi padre, solo Hapi era digno de ser invocado, puesto que si se enfadaba y no enviaba el aluvión, se pasaba hambre.

LIBRO HIJOS DEL SOL

Nuestro Sol es el centro de todo nuestro sistema. 
No solo desde el punto de vista espacial, sino desde el concepto espiritual. El Logos Solar, viene a ser la máxima expresión que puede conquistar la conciencia humana.
Fue Akhenaton quien en mejor y mayor medida instauró el culto a Ra (Sol) creando desde entonces la idea de la Fraternidad Solar. Lógicamente, aquel Faraón fue perseguido por la casta sacerdotal, en la medida, que su culto eliminaba intermediarios. Su idea era potenciar la deidad que existe en el ser humano, fundiéndola con la del Creador de todo nuestro Sistema, que no es otro que el propio Sol.
Los hijos del Sol; o la Fraternidad Solar, comprometían sus espíritus en la iniciación Solar con varios principios fundamentales, que aún hoy siguen siendo válidos. Estos principios son:
- El Hijo del Sol no puede adorar a ningún mortal, ni ser encarnado en la Tierra.
- El hijo del Sol, no puede crear templos, sectas, grupos o jerarquías doctrinales.
- El hijo del sol no puede realizar milagros ni prodigios, en la medida que estos, atraen a circenses o adeptos que valoran el fenómeno y no el conocimiento.
- El hijo del Sol no puede cobrar ningún dinero ni estipendio por trasmitir el conocimiento.
- El Hijo del Sol no puede ser Maestro de nada ni de nadie.
- El Hijo del Sol debe cumplir con los valores universales de Justicia, Paz y Amor.
Evitando servir tiranías, dogmatismos y fundamentalismos, sean estos religiosos o políticos.
La clave ética de estos iniciados era y es servir el conocimiento y la virtud. Sin formalismos, ataduras o sectarismos. Cada uno con el compromiso de su espíritu y los del Logos Solar.
Y resulta paradójico, que en la medida que aquellos iniciados separaban su cuerpos, sus modos y ademanes terrenales, se fundían en un solo espíritu de acción y de compromiso. El Ser Solar que vivía en Alejandría, hacía lo mismo y sentía lo mismo que el hermano que vivía en Europa, y este en igual medida obraba con los mismos parámetros que el ser iluminado, que había hecho su camino evolutivo en los Himalayas y que a su vez jamás había oído hablar de la Fraternidad Solar.
Ser iniciado en los valores de la Fraternidad Solar, no es, sino la autorrealización del espíritu en la carne y en la materia.
Heliocentro-Los Hijos del Sol.
http://lasendahacialaluz.blogspot.com.es/
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