lunes, 1 de agosto de 2016

Libro el Ojo del Yo (David R. Hawkins) CAPÍTULO 5 (Burlando al Ego La Simplicidad)


CAPITULO 5 

Burlando al Ego La Simplicidad 
El núcleo de todas las grandes enseñanzas y maestros espirituales se puede resumir en unos pocos párrafos. (Operacionalmente, todos vienen a resumirse en la admonición: “¡Evita todo lo que debilite en la prueba muscular y seguir todo aquello que lo fortalezca!”.) 
Elige ser tolerante, benigno, indulgente y compasivo, amando incondicionalmente toda vida en todas sus expresiones, incluyéndose uno mismo. Céntrate en el servicio desinteresado y en dar amor, consideración y respeto hacia todas las criaturas. Evita la negatividad y el deseo de lo mundano, y la codicia de los placeres y posesiones. Renuncia a opinar y a la crítica de lo correcto frente a lo erróneo, a la vanidad de tener “razón”, y a la trampa de la justicia. 
Intenta comprender en lugar de condenar. 
Venera a los maestros de estos principios básicos e ignorar a todos los demás. Aplica estos principios al punto de vista de uno mismo y también de los demás. 
Confía en el amor, en la misericordia, en la sabiduría infinita y la compasión de la Divinidad, que ve a través de todo error humano, limitación y fragilidad. 
Pon la fe y la confianza en el amor de Dios, que todo lo perdona, y comprender que la condena y el miedo al juicio provienen del ego. Al igual que el Sol, el amor de Dios brilla igualmente para todos. Evitar las imágenes negativas de Dios en tanto que son un error antropomórfico, por ejemplo, los celos, la ira, la destructividad, la parcialidad, el favoritismo, la venganza, la inseguridad, la vulnerabilidad, el pacto, etc. 
Entrega y Sacrificio. 
Estos son términos arbitrarios que dan a entender que se están siguiendo los principios espirituales desde el punto de vista de los intereses creados del ego y que se esta buscando justificar la negatividad. Para el ego, los principios espirituales suponen una posible perdida de posición, pero para el espíritu son ganancias. Las principales entregas y sacrificios tienen que ver con la sustitución de la vanidad por la humildad. En la practica real, uno simplemente renuncia a las vanidades del opinar y el enjuiciar. Al dejar de posicionarse, se deshace la limitación del “error de la polaridad de los opuestos”, que es la consecuencia dualista de la percepción. 
Al dejar de lado el termino autorreferencial “Yo” como hábito de pensamiento, se afloja el nudo del núcleo narcisista del ego. Establezca el hábito de expresar las ideas en tercera persona, en lugar de con el pronombre subjetivo “Yo”. El uso de afirmaciones impersonales acerca de lo que parecen las cosas evita la implicación personal en los temas. 
Las afirmaciones desapasionadas tienden a ser mas equilibradas y objetivas porque incluyen las diversas partes de una discusión en lugar de basarse en un punto de vista unilateral y sesgado. 
Lo que uno presencia en el mundo de los acontecimientos humanos no es ni correcto ni erróneo sin la exteriorización de los campos de energía de la conciencia en la medida en que afectan y se expresan a través de individuos concretos bajo circunstancias especificas de tiempo y lugar. 
Si pudiéramos evitar el posicionamiento hipotético de que “pudieran” ser diferentes a como son, veríamos que, en realidad la gente no puede evitar ser de otra forma a como son. 
Si pudieran ser diferentes, lo serian. 
Las limitaciones definen las posibilidades; lo hipotético no existe; no es realidad, sino imaginación. Es irracional condenar el comportamiento humano comparándolo con un ideal hipotético. La indignación da paso a la compasión a través de la comprensión, y da realce a la verdad de grandes afirmaciones históricas, como “No saben lo que hacen” (Jesucristo) o “El único pecado es la falta de comprensión” (Buda). 
Trascender Las Negatividades. 
No sirve de mucho ni resulta gratificante “combatir el pecado”, ni implicarse en una lucha para vencer los defectos a base de “fuerza de voluntad”. Esto no son mas que posicionamientos y trampas que atan a la mente al error dualista de los “opuestos” . La manera de salir del conflicto no consiste en eliminar lo negativo, sino en elegir y adoptar lo positivo. 
Los dilemas morales se resuelven automáticamente viendo que tu misión en la vida consiste mas en comprender que en juzgar. 
Los profesionales hacen esto a todas horas. 
Los médicos y los abogados pueden llegar a decir a sus pacientes y clientes que su trabajo es curar o defender, y no juzgar. 
El cirujano opera por igual la cadera rota del Santo que la del criminal. “No es función mía juzgar tales asuntos” , es una declaración bastante habitual. Se siente un gran alivio cuando nos damos cuenta de que, al adoptar una vida espiritual, nos liberamos de la rígida condena y del odio que de ella dejamos a los demás. La búsqueda del “bien” espiritual beneficia a toda la humanidad, y de ahí que se pueda decir que es la vocación mas digna de alabanza. El compromiso espiritual establece, por otra parte, un papel diferenciado, muy distinto del de la persona no comprometida. Supone un conjunto de criterios y un enfoque de la energía y de la atención muy diferentes de los que utiliza el ego en su búsqueda de vanidades y de logros mundanos. 
Uno sacrifica las ganancias materiales o egocéntricas por su progreso espiritual, y al hacerlo, lo transitorio se subordina a lo permanente, y se elige lo que es verdaderamente valioso por encima de lo que es solo ilusión. 
Un criterio útil para tomar decisiones es proyectarse en el futuro hasta el propio lecho de muerte y preguntarse; ¿Que decisión siento como la mas adecuada en ese momento? Sabemos con certeza, a partir de la investigación espiritual (que cualquiera puede verificar), que la conciencia no se pierde ni la mas mínima pizca de vida; todo se tiene en cuenta y de todo se asume la responsabilidad, y nada pasa desapercibido ni queda sin registrarse. En esto coincide completamente la experiencia y la sabiduría del hombre en todas las culturas y épocas, y es tema común de todas las enseñanzas religiosas y espirituales. 
Por tanto, en la practica, uno trasciende lo negativo simplemente optando por lo positivo. Con la disciplina interior que surge de un compromiso apasionado, las elecciones negativas dejan de verse como opciones. 
Todos entonces nos volvemos objetantes conscientes cuando trazamos la línea y establecemos límites. 
Esto ocurre automáticamente, como consecuencia de la elección de metas espirituales que valoramos por encima de las metas del mundo. 
Mantener la Propia Vocación.
Los puntos de vista espirituales no son demasiado populares en general en nuestra sociedad. Pero no es necesario imponer los propios puntos de vista a los demás. El mejor proselitismo se hace con el ejemplo, y no con la coerción o tomando a la gente por las solapas. Influimos en los demás por lo que somos, y no por lo que decimos o hacemos. Expresar puntos de vista que son contrarios a la opinión publica puede ser digno de alabanza en términos sociológicos hacerlo, pero lleva al conflicto y al enredo en las discusiones y la discordia en el mundo. 
La búsqueda de “causas” es el papel del reformador social y político, que está en una actividad diferente de la del buscador de la iluminación. Esfuerzos dignos de encomio se pueden ver como merecedores de apoyo y simpatía, pero son también posicionamientos perceptualmente definidos, con limitaciones intrínsecas y agendas. 
La implicación en los asuntos de la sociedad es un lujo al cual debe renunciar el buscador de la iluminación espiritual. 
Cada persona tiene su propio karma o destino que cumplir, y conviene no confundir estas misiones. 
Los Santos que han existido a lo largo de la historia elevaron ciertamente a la humanidad, y fue tal la naturaleza de sus respectivas misiones y el merito de su coraje espiritual, que con frecuencia trajo consigo el sacrificio de sus propias vidas. Colectivamente, estos Santos sociales inspiran a naciones y culturas enteras, y así, por sus vidas públicas, sirven silenciosamente a la humanidad durante generaciones. 
La vocación del aspirante espiritual de vida privada es mas humilde socialmente, pero es igualmente importante y supone un servicio a toda la humanidad. 
El Santo social eleva a su sociedad a través de la acción social y del ejemplo. El devoto eleva a través del desarrollo interior. 
Cada incremento en el nivel de consciencia afecta a la conciencia de toda la humanidad; y lo hace de forma anónima, pero discernible y demostrable a través de la investigación espiritual. El nivel calibrado de la conciencia de la humanidad es la combinación resultante del estadio de evolución de cada uno, y los niveles calibrados superiores son inmensamente mas poderosos que los negativos. 
El poder del amor que emana de la conciencia de una mínima parte de la humanidad equilibra totalmente la negatividad de la masa total de seres humanos. El setenta y ocho por ciento de la población mundial permanece en el rango negativo, por debajo del nivel calibrado de 200, solo un cuatro por ciento alcanza el nivel del Amor, y solo el 0’4% el Amor Incondicional que calibra en 540. Por tanto, cada pensamiento amoroso o compasivo pesa mas que miles de pensamientos negativos en la mente de otros. Cambiamos el mundo no por lo que decimos o hacemos, sino como consecuencia de lo que nos hemos convertido. 
Así, todo aspirante espiritual sirve al mundo. 
La Vida Cotidiana La intención se define por el contexto que determina el motivo. Es el motivo el que establece el valor espiritual. Consagrar las propias acciones como un servicio de amor a la vida es santificarlas y transformarlas, de los motivos auto- gratificantes a los dones desinteresados. 
Definimos la excelencia como una consagración a la mas alta regla. Así, cada acción se puede entender como una oportunidad para glorificar a Dios mediante la pureza del esfuerzo. 
Cualquier trabajo físico puede ser una parte de nuestra contribución al mundo. Hasta el trabajo mas sencillo se puede ver como algo que sirve al bien común, y visto en esa luz, el trabajo se ennoblece. En función del modo en que se contextualice la vida, encontraremos alegría o resentimiento. 
Lo que hacemos a regañadientes pasamos a hacerlo con generosidad. Si los demás se benefician de los esfuerzos de uno, tanto mejor. 
Todos tienen la oportunidad de contribuir a la armonía y a la belleza favoreciendo a los demás y dando apoyo así al espíritu humano. Todo aquello que damos gratuitamente a la vida termina por volver a nosotros, porque nosotros somos también parte de la vida. Como las ondas en el agua, cada cosa que se da regresa a aquel que lo ofreció. 
Lo que afirmamos en los demás, lo afirmamos en nosotros mismos. 
La Vida Excepcional. 
Para ser realistas, hemos de tener en cuenta que, en nuestra sociedad, consagrar la vida a alcanzar la iluminación es poco habitual y relativamente raro. El objetivo de la sociedad en general es tener éxito en el mundo, mientras que el objetivo de la iluminación es trascender mas allá de el. 
Conviene recordar que el mundo funciona dentro del limitado paradigma Newtoniano de causalidad lineal, que tiene sus percepciones imperantes de lo que es “real”. 
Por otra parte, la espiritualidad se basa en las realidades invisibles y los reinos de la no dualidad y por lo tanto puede parecer poco real o, en el mejor de los casos, una rareza para el mundo ordinario. Para el realista de cerviz dura que opera a partir del reduccionismo material y los “resultados” mensurables y concretos, los valores del comprometido espiritualmente parecen vagos, efímeros y sospechosos. 
De ahí que los niveles de la Ciencia y la Lógica, que calibran en los 400s e imperan en nuestra sociedad, vean con escepticismo los valores y los motivos de aquellos que se encuentran en los niveles del 500s, e insistan en negar cualquier realidad a los niveles por encima del 600. 
Normalmente, la mayoría de las personas entienden la espiritualidad o la religión (que por cierto confunden entre si) como algo que tiene que ver con “lo correcto y lo erróneo”. 
La sociedad, en su conjunto, esta sumida en los opuestos moralistas del bien y del mal, que derivan en todo un panorama de instituciones culturales de leyes, prisiones, reglamentos gubernamentales, impuestos, contabilidad, tribunales, policía, ejercito, política y guerra. 
En cambio, las organizaciones puramente espirituales carecen de estructuras autoritarias, no poseen inmuebles ni edificios, no tienen oficinas, tesorerías, bienes o dinero, evitan manifestar punto de vista alguno y no se implican en los asuntos externos. Intrínsecamente, las organizaciones espirituales no hacen declaraciones publicas, y operan únicamente a partir de la adherencia voluntaria a los principios espirituales. 
No hacen proselitismo, y aunque no tengan empleados, funcionan gracias al servicio. 
No tienen deudas, obligaciones o inversiones, y así, del que es verdaderamente espiritual se puede decir que esta “en el mundo, pero no es de el”. La espiritualidad no busca reconocimientos, pero tampoco acepta culpabilidades. Los mejores ejemplos de tales grupos en la sociedad actual son los Llamados grupos de “12 pasos”, cuyo único poder deriva de su pureza espiritual, y que han evolucionado hasta el punto de ocuparse de gran número de sufrimientos humanos. Estos grupos se calibran en 540, que es el nivel del Amor Incondicional. La vida se hace excepcional en virtud del contexto y de la intención, gracias a los cuales se opta por una jerarquía de valores que motiva todas las actividades. 
La diferencia entre una vida ordinaria y una vida excepcional es principalmente de contexto. Valorar el amor por encima de las ganancias constituye ya un cambio de actitud tal que transforma la vida. Cuando la gente se vuelve espiritualmente inspirada y se consagra a ello, su vida puede sufrir importantes trastornos. Muchas de estas personas dejan de pronto empleos, carreras, familia, amigos y posiciones, y con frecuencia parten hacia lugares remotos. Todo este movimiento suele verse con alarma entre los familiares y allegados, que buscan explicaciones psicológicas plausibles. 
En el mundo ordinario, la gente sana no echa el cerrojo de pronto y lo deja todo con el fin de encontrar a Dios. 
Los aspirantes espirituales confunden lo mundano con su voluntad por dejarlo todo para seguir una llamada interior invisible. Y dado que los objetivos de una persona de orientación espiritual son invisibles, para el mundo ordinario puede parecer que la persona se ha vuelto loca, o que esta intentando “escapar de la realidad”. También puede suceder que los familiares o los amigos se sientan molestos o resentidos por la aparente deserción y por el rechazo a los objetivos por los que el resto del mundo se esfuerza. 
Dejar privilegios, dinero, poder y posición puede parecerles un ultraje o, incluso, insultante. 
Muchos devotos adoptan un estilo de vida sencillo, no material, algo que a los antiguos allegados se les antoja una “deserción de responsabilidades”. 
Los Grupos Espirituales. 
Unirse a un grupo u organización espiritual es una decisión personal que viene determinada por muchos factores, tanto del presente como del pasado. El factor mas importante a considerar es el nivel calibrado de conciencia real del grupo u organización y de sus lideres. Normalmente, la fuente interior de poder de unas enseñanzas espirituales concretas estriba en la “gracia del gurú”, que esta en consonancia con los niveles calibrados de conciencia. Así, los niveles calibrados reales del fundador de la enseñanza y el nivel de las enseñanzas en si son cruciales. 
Este es un punto sobre el que nunca se insistirá lo suficiente. 
La adhesión entusiasta no sustituye a la verdad, así como tampoco la creencia en la fe de miles o millones de seguidores. 
El discernimiento espiritual es un raro don e, históricamente hablando, no se da hasta que el “tercer ojo” se abre con la visión espiritual. Hasta que esto sucede, cualquier buscador espiritual, por serio que sea, puede llevarse a engaño fácilmente. 
Si los impostores espirituales no fueran impresionantes, ni carismáticos, ni convincentes, no tendrían seguidores. 
Discernir la diferencia requiere de un auténtico experto o una persona de conciencia muy avanzada. 
El motivo de este error espiritual es que el error del falso gurú es un error de contexto, y el contexto se halla mas allá de la limitada percepción del iniciado. 
La erudición tampoco es una garantía de verdad. 
Hay maestros de gran brillantez pero cuando se investiga, encuentras que el chakra del corazón esta desequilibrado. 
En cambio, maestros sumamente amorosos que son “todo corazón”, pero en los cuales el tercer ojo o el chakra coronilla esta “fuera de servicio”, llevan a sus seguidores por un camino errante que puede llegar a convertirse en la mas dolorosa de las experiencias humanas, donde la desilusión espiritual lleve a la depresión e, incluso, al suicidio.
Las Principales Religiones Tradicionales. 
La admonición, caveat emptor, aplica sin excepción. 
Muchas de las grandes religiones del mundo tuvieron su origen en primitivas tribus y culturas nómadas. 
Y la ignorancia en aquellas épocas era mucho mayor. 
A las personas ignorantes se las suele convencer e impresionar con facilidad, en especial mediante el miedo y la superstición, y suelen pensar en términos antropomórficos. 
En aquellos días, los cultos eran desenfrenados. 
La ciencia no existía y, por tanto, muchos acontecimientos de la naturaleza se atribuían a poderes sobrenaturales. 
De ahí que, para influir en estos poderes, se utilizara multitud de amuletos, trozos de animales, huesos, piedras, figuras talladas, sonidos mágicos y símbolos. 
También incluían lugares de la tierra y fenómenos de la naturaleza, montañas y volcanes, junto con tierras sagradas o lugares “santos” y ruinas Los “dioses” eran los responsables de los grandes desastres de la Tierra y de sus cualidades. Hambrunas, inundaciones, terremotos, eclipses de Sol y posiciones de las estrellas se envolvían con un significado sobrenatural y con poderes mágicos. 
La gente adoraba a los animales y a los espíritus de los animales. El animismo imperaba. Y en torno a todo esto estaban los “espíritus”. 
De ahí que la manipulación de espíritus también se impusiera. Drogas sagradas, encantamientos, hechizos, trances, conjuros y sacrificios se consideraban de gran valor. 
Había que aplacar la ira de los dioses mediante la inanición, la flagelación, el sacrificio de animales, la mutilación, jugando con bestias peligrosas y cobras, yaciendo en lechos de clavos, mortificando la carne, llevando una vida de “santa” pobreza que traía enfermedades, con rituales dolorosos y con la matanza de animales, aves de corral y vírgenes. 
La cultura de la cual emergieron las religiones fue, en muchas ocasiones, un cenagal de salvajismo e ignorancia. 
Resulta incomprensible el motivo por el cual se pudo llegar a pensar que a Dios le complacía el derramamiento de sangre de los animales o la muerte de una doncella, a menos que uno se de cuenta de que estas culturas habían generado dicha creencia y habían deificado aquello que era el opuesto exacto de Dios. 
Estas graves distorsiones de la verdad surgen como proyecciones del lado oscuro del ego, y estos “dioses” negativos eran en realidad los dioses de la cólera, dados a la venganza, los celos, la envidia, el rencor, la represalia, la condena, la ira, la destrucción, el castigo, la condena a las penas del infierno y la destrucción de civilizaciones enteras mediante pestes, hambrunas, inundaciones, incendios y tempestades. 
En la medida en que las religiones emergieron de estos cenagales de negatividad, tendieron a enfatizar y concentrarse en cosas negativas como el pecado, el infierno, el castigo, la justicia, y las utilizaban como excusa para todo tipo de crueldades, guerras, mutilaciones, persecuciones, condenas, ejecuciones en la hoguera, destierros, encarcelamientos y desmembramientos. 
Se creía que todo esto era Santo porque se había deificado el sufrimiento en todas sus formas. De ahí que fuera loado el matar infieles, y que se viera justificado el conflicto. 
Este pudo ser siempre racionalizado invocando pasadas injusticias culturales, que parecían justificar la retribución por siglos y de generaciones al fin. 
Dominada por esta negatividad, la religión se convirtió en la peor opresora de la sociedad, perpetradora de las mas flagrantes injusticias y crueldades. 
Una cultura que viva por el veneno de la cólera, esperara y proyectara un dios amenazador, cruel y violento. 
Pero identificar erróneamente a los “dioses del Infierno” con el Dios del Cielo constituye un error espiritual tan imponente y asombroso que resulta casi incomprensible la extensión y la gravedad de las consecuencias que este error ha llegado a tener para la humanidad. 
A esta conciencia se le reveló el sufrimiento humano en toda su extensión en un momento temprano de la vida, y la revelación fue tremendamente impactante. En aquel instante, el ateísmo reemplazó a la religión. No resultaba comprensible la creencia en un dios que había creado tanto horror y tanto sufrimiento. 
Años mas tarde, se tomó conciencia de que el error había estado en atribuirle a Dios las cualidades del ego. 
En retrospectiva, es evidente que el ateísmo no era mas que el rechazo a los falsos dioses de la humanidad, porque había una intuición espiritual dominante que sostenía que un Dios verdadero seria lo opuesto de lo que se predicaba en la religión. Esa intuición vino confirmada mas tarde, cuando la aparición del resplandor de la Divinidad dentro de esta conciencia echo abajo lo que quedaba de tan absurdas creencias. 
Una simple inspección de la Escala de la Conciencia revela que los “dioses” iracundos históricos calibran muy por debajo de 200 y que no están, por tanto en la integridad; se hallan en la dirección de la falsedad. 
Y no en la de la verdad. En la Escala, “Dios”, tal como es ve desde los campos de energía negativos, se describe como indiferente, vengativo, castigador, condenador, vindicativo y despreciador. (Dios desprecia a todos los pecadores.) 
Estos son los dioses del odio con los cuales la humanidad ha justificado su crueldad y su barbarie a lo largo de los siglos.
Sin duda, la historia de la civilización de los últimos cinco mil años ha sido una historia de horrores repetitivos, que culminaron en el ultimo siglo con la matanza de millones de personas. 
La identificación errónea de los demonios como dioses ha tenido consecuencias vastas y de asombrosa gravedad para la humanidad. 
En este escenario histórico, hubo no obstante personas de gran altura espiritual que protestaron por las formas de la destrucción, pero la sociedad no tardo en etiquetarlos como enemigos que había que silenciar. 
En una sociedad ciega, a aquel que protesta porque aún puede ver la luz se le ve como a un antipatriota, o iconoclasta, o psicótico, o un cobarde, y ciertamente una amenaza para status quo. El no condescender con los espejismos socialmente imperantes se contempla como peligroso y subversivo. 
En la historia, los raros devotos espirituales que experimentaron elevados estados de conciencia, o incluso la iluminación, fueron llamados místicos y marcados a menudo como herejes, siendo perseguidos, excomulgados y quemados en la hoguera. 
Sus enseñanzas eran una amenaza para las estructuras de poder que se basaban en el error espiritual. 
La regulación de la culpa, el pecado y el miedo se veía amenazada por un Dios de infinita misericordia, compasión y amor incondicional. Hasta ahora, al discernimiento del ser humano se le ha escapado que la verdad trae la paz, mientras que la falsedad trae el miedo. Por este signo se puede discernir la diferencia. A finales de los ochenta, el nivel de consciencia de la humanidad saltó por fin del 190, donde había estado durante muchos siglos, y cruzó el nivel critico de 200, que es el nivel de la Integridad, hasta su actual nivel en el 207. Este nivel de conciencia mas elevado no puede ya acoger al salvajismo ni al odio, y la mayor parte de la sociedad, incluidas las iglesias, han dejado de poner el énfasis en el pecado y el miedo. Ahora, hablan del Dios del Amor. El anterior Papa, Juan Pablo II, habló en contra de las matanzas, las ejecuciones y la inquisición, y del fracaso en la defensa de los inocentes y los oprimidos. Como una primavera, surge la promesa de una nueva era en la comprensión con la que el hombre entiende a Dios. Ahora, el nivel de conciencia de la humanidad es lo suficientemente alto como para reconocer la verdad de un Dios del Amor, en vez de adorar al dios de la culpa y el odio. La humanidad se encuentra ahora en el gran umbral de un verdadero despertar, que puede ser la verdadera naturaleza de la Segunda Venida de Cristo que se anticipa en las escrituras. 
La civilización casi alcanzo el punto del auto exterminio nuclear, antes de “tocar fondo” y volver de nuevo a la Luz. La subversión de la verdad espiritual en su opuesto solo puede darse si el nivel de conciencia de la humanidad se halla por debajo del 200, pero comienza a corregirse cuando el nivel de conciencia imperante cruza la línea de la Verdad y la Integridad en el 200. Ha sido solo en los últimos años que la humanidad ha aceptado la gracia del discernimiento de la verdad y el error. 
La guillotina ya no es un símbolo de igualdad, libertad y fraternidad sino que ahora puede ser vista por lo que es. 
La sociedad ahora se encuentra con nuevos dilemas morales en la interacción de los residuos del viejo dios y el nuevo paradigma de la realidad. Ahora, nos encontramos con paradojas como la de los ateos, que van a los tribunales para establecer su derecho a la libertad, concedido por Dios, tal como dice la Constitución y la Carta de Derechos, que afirman que tales libertades y derechos provienen del hecho de que Dios creara a todos los hombres iguales. Justo por encima del nivel de conciencia de 200, se ve a Dios como el epítome de la justicia, la igualdad y la libertad. Al fin se le considera benigno y amistoso. 
Ese Cielo ahora se antoja como una realidad plausible que se pueda alcanzar de verdad, en tanto que nuevas esperanzas surjan de la sombría desesperación de generaciones y generaciones de seres humanos. La humanidad esta en el proceso de renacer, y el Dios de la Alegría esta reemplazando al dios del terror y del miedo.
La Aparición De Un Nuevo Paradigma De La Realidad A medida que avanza el nivel de conciencia de la humanidad, se observan automáticamente cambios importantes en las actitudes y en los estilos sociales imperantes. Lo negativo se va haciendo cada vez menos atractivo, menos aceptable y menos persuasivo. 
El odio, la venganza, el orgullo y la severidad encuentran cada vez menos entusiastas, y ahora se ven las desagradables consecuencias de las acciones punitivas, siendo cada vez mas difícil racionalizar la desigualdad y la injusticia. 
Los dioses negativos históricos ya no resultan atractivos ni persuasivos, y tales extremos pierden su aureola de validez aceptable. La responsabilidad reemplaza al pecado, la ética sustituye a la moralidad vindicativa y la comprensión reemplaza a la condena. 
Términos tales como “bueno” y “malo” se han vuelto relativos y, cada vez mas, se define y se aprecia el contexto como factor contribuyente. La cordura social empieza a reemplazar a la histeria, y la propaganda del odio no se vende con tanta facilidad entre las masas. Aunque esta elevación de la conciencia impera ahora en gran parte del mundo occidental, todavía se resiste en zonas del globo donde prevalecen los dioses de antaño. Allí, las guerras de religión y sus adherentes políticos continúan distorsionando la verdad espiritual y propagan la conflagración y la guerra entre seres humanos. Pero lo mas interesante es que el velo de la ignorancia que cubre a tales culturas se esta perforando ahora gracias a los medios de comunicación electrónicos, que traspasan las fronteras políticas. ¿Quien iba a pensar que el mal terminaría perdiendo su dominio gracias al chip? Casi todo el mundo tiene ahora libre acceso al mensaje de la verdad y la libertad. La tiranía cae bajo la acometida de Internet. La información es herramienta la mas poderosa desarrollada por el hombre desde que Gutenberg inventara la imprenta. A través de la libre comunicación, toda la humanidad se funde y se une al fin en una libertad y una hermandad emergentes. Las diferentes “lenguas” que separaron a la humanidad en divisiones conflictivas se unen ahora en una lengua compartida que hasta los niños entienden fácilmente. 
La aparición de un nuevo paradigma de la realidad era algo que se reflejaba también en el reciente y mas que espontáneo hundimiento del comunismo totalitario y ateo de la antigua URSS y la Europa del Este. Y su declive en el resto del mundo es también inevitable y esta garantizado por la libre comunicación así como por las  necesidades económicas. 
El comunismo de la URSS cayo sin un tiro. No lo “derrotó” una “guerra contra el mal”, sino la aparición de su opuesto. La evolución no se da venciendo lo negativo, sino optando y adhiriéndose a lo positivo. 
Esto quedo demostrado también en el realineamiento pacifico entre el Norte y el Sur de Corea. También ha habido un cambio importante en el mundo de la ciencia durante los últimos años del pasado siglo. La antigua ceguera de la ciencia se basaba en su limitación al materialismo determinista del paradigma lineal Newtoniano de la realidad que condenó la consciencia científica llevándola a su detención en el nivel de conciencia de 499. 
Este es el nivel de Newton, Einstein, Freud y todos los demás grandes pensadores y científicos. 
La información que no era explicable mediante el calculo integral era ignorada por “caótica” y ajena al reino de la investigación científica. En la medida en que la vida y sus procesos intrínsecos son no lineales, todos estos conocimientos y su realidad quedaban fuera, muy lejos, del paradigma de lo que es posible a la vista de la ciencia clásica. 
Todo esto cambio profundamente con el descubrimiento de la teoría del caos, o las dinámicas no lineales, que abrió la vida a la investigación. 
Y apareció un puente de comprensión entre la ciencia y la espiritualidad gracias a la claridad que permite la Escala de Conciencia calibrada. La ciencia había decidido que a menos que algo fuera definible y mensurable (“la realidad es medida”), sería irreal e imaginario. Así, la ciencia invalidaba cualquier estudio o investigación seria sobre los valores humanos del amor, la compasión, la belleza, el perdón, la inspiración, la fe, el compañerismo, la lealtad, la gratitud, la esperanza y la felicidad; en otras palabras, todo lo que constituye el verdadero núcleo y realidad de la experiencia y la motivación humana. 
La ciencia también es incapaz de captar la importancia de lo sutil y lo intangible. Sin embargo, es la mejor herramienta que haya tenido el hombre para evaluar y manipular el mundo físico. 
El hecho de que la ciencia tenga sus limites no es un defecto sino que simplemente define su rango de utilidad. 
De hecho, conocer los propios limites es una fortaleza, no una debilidad. Un punto importante en la teoría del caos es el descubrimiento de los llamados “campos atractores”. 
Estos revelan que tras lo que parecen ser acontecimientos inexplicables, caóticos y fortuitos, hay en realidad un campo de energía oculto cuyo patrón influye en la aparición de datos “estocásticos” o fortuitos. Estos patrones son discernibles tras lo que parece no tener sentido o ser incomprensible en la naturaleza, y aportan explicaciones a ciertos cambios globales o medioambientales y a patrones del clima, e incluso al latido del corazón humano. Lo inexplicable sigue siendo impredecible, pero se vuelve comprensible. Los niveles jerárquicos de la realidad espiritual son ahora verificables y accesibles, cuando antes eran dominios invisibles de importancia insospechada. 
El hecho de que el comportamiento y las creencias de los seres humanos estén dominados por niveles de conciencia de poder creciente, con sus propios campos atractores ocultos, permite elucidar cuales han sido los fundamentos de los comportamientos de la humanidad a lo largo de la historia. 
Al conocer el nivel calibrado de conciencia de cualquier cultura, nación, grupo, persona o institución, disponemos de un rango muy predecible de actitudes a esperar, pensamientos, emociones y contenido mental. Al igual que una bandada de pájaros que siguen un patrón invisible, los patrones de comportamiento de segmentos completos de la sociedad quedan abiertos al estudio y a la consciencia. Una población dada solo puede aceptar el paradigma de realidad que se halle dentro o no muy lejos de su propio parámetro, tal como indica su campo de conciencia innato calibrado. Estos campos de energía invisibles se extienden mas allá del tiempo y el espacio, y se hallan presentes en todas partes a lo largo de la historia, en todas las épocas y para todos. 
Al igual que un receptor de radio, cada persona sintoniza con el campo de pensamiento de su propio nivel de conciencia. Los que están en los 300s, por ejemplo, reverberan de forma muy diferente a los que están en los 400s. 
Cada nivel tiende a descartar la realidad de los otros niveles. 
Por ejemplo, en el 190, el orgullo es un muy poderoso motivador, por ejemplo la Alemania de Hitler. 
El orgullo se convierte entonces en justificación, y también en el medio y el fin para la autorrealización. En cambio, en los 400s, la razón, la lógica y la información científica prevalecen. Y no es hasta que se alcanzan los 500s que el amor y la compasión asumen el verdadero significado, o realidad, o se constituyen en base del comportamiento. 
El conflicto entre los distintos niveles de los campos de energía influye en las resultantes luchas de clases y en los enfrentamientos sociales entre sus distintas posiciones políticas. El péndulo de la opinión pública se balancea de un extremo a otro, en los cuales el grupo gobernante intenta eliminar los puntos de vista de aquellos que difieren de sus formas de pensamientos y creencias imperantes. 
En los niveles superiores, el conflicto se resuelve por el entendimiento, la comprensión y la compasión, mientras que en los niveles inferiores, el conflicto se resuelve con la lucha, la persecución y la guerra. 
El paso que ha dado la humanidad desde la oscuridad y la ignorancia del pasado hasta la esperanza y la promesa de la Luz no se ha reconocido hasta el momento por lo que es y por el profundo cambio que implica en realidad. Este importante cambio, del 190 al 207, es el acontecimiento mas importante y profundo de toda la historia de la humanidad. 
Como era de esperar, sucedió de forma silenciosa, no manifiesta, y mas allá de toda percepción. La posibilidad de esta eventualidad como destino del hombre fue anticipada con la aparición en la humanidad de los grandes avatares. 
El poder infinito de la Divinidad desciende su radiación a través de los niveles de conciencia como la luz del Sol en el bosque. Sustentando toda vida. 
Cuando se le priva del poder de la Luz, la conciencia vuelve a su ilusorio subtitulo temporal, denominado fuerza. 
La fuerza es limitada, mientras que el poder es ilimitado. Por tanto, el final esta asegurado en la medida en que la fuerza no puede resistir al poder, y sin la infusión de poder, la fuerza, por su propia naturaleza, se consumirá y se extinguirá. Con la expansión del conocimiento hasta llegar a incluir la no dualidad no lineal de la realidad, se hará evidente que la afirmación mas profunda, y radicalmente científica que se puede hacer es, de hecho, “Gloria in Excelsis Deo”.
David R. Hawkins.
http://elnuevodespertardelser.blogspot.com.es/

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