viernes, 9 de septiembre de 2016

Libro el Ojo del Yo (David R. Hawkins) CAPÍTULO XV (Aclaraciones)


CAPITULO 15 

Aclaraciones 
P: ¿Qué relación hay entre espiritualidad y conciencia? 
R: Los dominios de la espiritualidad son los de la esfera de la consciencia. Por tanto, una buena comprensión de la naturaleza de la consciencia facilitara el desarrollo y la evolución espiritual. El desarrollo espiritual se logra mediante aspectos de la consciencia que se hacen más poderosos cuando se reconoce que no son atributos personales, sino cualidades especificas que tienen que ver con la naturaleza misma de la conciencia y no aspectos del mi o míos o el Yo ser común. 
La inspiración, la comprensión y la consciencia espiritual que surgen de la compasión no son cualidades personales, pero operan como catalizadores por virtud de la cualidad innata de sus esencias. 
Se activan con la motivación y la intención espiritual. 
Son realmente aspectos de la gracia de Dios que se hacen operativos gracias al consentimiento de la voluntad del buscador. También las facilitan la humildad y la entrega de la vanidad y la dominación del ego/ mente y de su creencia de que sabe. 
En realidad, el ego/ mente solo puede saber o conocer acerca de; aunque en verdad no puede conocer nada en el sentido pleno del término. Para saber verdaderamente, es necesario ser eso que es ostensiblemente sabido. 
P: ¿Que se entiende por “místico”? 
R: Todos los estados de la conciencia espiritual son realmente estados místicos en el sentido en que son subjetivamente profundos y transformadores, pero no se pueden transmitir a los demás de un modo objetivo, racional o (para el escéptico) de manera convincente. 
Toda consciencia profunda, sutil o significativa tiene lugar dentro de los niveles no lineales de la conciencia, que no son descriptibles dentro del paradigma ordinario de realidad lineal Newtoniana limitada por la causalidad (que termina en el nivel calibrado de conciencia 499). 
El mundo convencional está confinado al nivel limitado de la forma que se refleja en el lenguaje y en el determinismo mecanicista. 
Los mundos de la experiencia espiritual se hallan fuera del limitado paradigma de la lógica; de ahí que no puedan tener sentido o validez para el ego ordinario. 
En realidad, las experiencias más profundas y significativas de la vida tienen lugar en el reino de lo no lineal. 
La fuerza es lineal; el poder es no lineal. 
Quiere decir que el poder potencia y transforma la vida de las personas, y que lo único que importa de los hechos es lo que realmente significan para ellas. La felicidad no tiene nada que ver con los hechos; más bien tiene que ver con las actitudes. 
P: ¿Cual es la esencia de la búsqueda espiritual? 
R: La búsqueda espiritual se puede simplificar diciendo que es la tarea de trascender las limitaciones de la dualidad lineal y secuencial, creada por la percepción, para revelar la Realidad, que es ilimitada y no lineal y, por tanto, no dual. 
Sobre una escala calibrada de la conciencia, podemos ver que los niveles más débiles, por debajo de 200 han de confiar en la fuerza como sustituto del poder. 
A medida que uno se acerca a la Realidad, el poder se incrementa exponencialmente en una rápida tasa logarítmica. 
Los 400s denotan el reino del desarrollo más elevado del paradigma Newtoniano e indica el control del dominio físico. 
El mundo de la ciencia es insuperable a la hora de comprender y manipular el mundo de la materia. 
La ciencia nos llevó a la Luna, pero solo la conciencia del hombre le da sentido o significado a la hazaña. 
Del mismo modo, la alegría no proviene de las cifras o de las estadísticas, sino de lo que significan. 
P: ¿Donde se debe buscar la Realidad? 
R: La vida solo se puede vivir en el nivel de la experiencia, y en ningún otro. 
Toda experiencia es subjetiva y no lineal, y, por tanto, incluso lo lineal, la delineación secuencial de la Realidad no puede ser experimentado salvo subjetivamente. 
Toda verdad es una conclusión subjetiva. 
En el momento que se comprende que el único sentido o importancia del mundo lineal y perceptivo es como es experimentado subjetivamente, la búsqueda de la verdad pasa de orientarse ahí afuera al interior. 
Para el mundano, el éxito es algo ahí afuera a tener y ser adquirido. Para la persona más experimentada y sofisticada, queda claro a través de la sabiduría que el origen de la felicidad esta dentro del mundo interior subjetivo del experimentar, que es el resultado de las cualidades, el sentido y el contexto interior. 
P: ¿Como llega uno al sentido? 
R: Es el sentido el que le da a la vida su valor, y cuando la vida pierde el sentido, viene el suicidio. El sentido surge de lo valioso. El darse cuenta de que no son los hechos o los acontecimientos de la vida, sino su sentido, lo que determina la felicidad lleva a interesarse por el tema filosófico. Este es el reino más elevado al que puede aspirar el intelecto; es el reino del examen del sentido y de sus sutiles implicaciones. 
La filosofía intenta definir sus componentes y el modo en que el hombre llega a comprender el sentido. Esta investigación lleva a la epistemología, que es la ciencia de como el hombre sabe algo, la cual trae de la mano a la cosmología, que intenta definir qué es lo que es potencialmente cognoscible. 
Más allá de la epistemología y la cosmología, surge la teología, que extiende el intelecto lineal para que intente comprender la Realidad no lineal de la Divinidad en si misma. 
El siguiente paso en abstracción lleva a la metafísica, que aborda la Realidad de la no dualidad y re-enfatiza lo subjetivo como dominio de la verdad espiritual. 
La palabra metafísica significa simplemente más allá de lo físico. Más allá de las realidades que aborda la metafísica se encuentran los niveles de experiencia a los que tradicionalmente se les ha denominado místicos. 
Más allá de los estados místicos esta el estado de Consciencia, llamado tradicionalmente Iluminación. 
Los estados de la Iluminación van desde la consciencia de la presencia de Dios hasta la culminación final de la evolución espiritual con la entrega de toda dualidad del yo que está separada de Dios. 
La realización final es que solo existe la total Unidad, y que el Ser y la fuente del Ser son uno y lo mismo. 
Lo Infinito, la Potencialidad Definitiva es la Actualidad de la Existencia. Todo Lo Que Es es por tanto innatamente Divino o no podría existir en absoluto. 
La expresión absoluta de la divinidad es la Subjetividad. 
Si yo existo, entonces Dios Es. La Iluminación es la verificación de que toda existencia no es solo el resultado de la Creación, sino que la existencia en si no es diferente del Creador. 
Lo creado y el Creador son uno y lo mismo. 
Una vez se elimina la falsa dicotomía generada por la percepción, la naturaleza exacta de la Realidad es clara y obvia. 
No existe el engañoso artefacto mental de sujeto-objeto que pueda separar la Realidad en el Creador frente a lo creado. 
En la realidad no dualista de pura subjetividad, toda ilusión desaparece. El sustrato de toda existencia y creación es el estado de subjetividad. 
Dios es la misma esencia de la subjetividad. 
Lo que es consciente de la existencia es la consciencia de la presencia de Dios en nosotros. Con esta realización, resolvemos el misterio espiritual de que lo que está buscando es lo buscado; en esencia, es la búsqueda subjetiva de lo subjetivo. 
La ilusión de que hay una serie dualista de opuestos, llamados lo subjetivo frente a lo objetivo se disuelve. 
La dependencia del hombre de la percepción, que le impide que pueda conocer su propia identidad, es la paradoja humana definitiva. 
A medida que el estado de iluminación se presenta, hay un momento de alegría, como si se experimentara el regreso a algo profundamente familiar. 
Aparece el pensamiento fugaz y transitorio de haber olvidado quien se era. Este olvido fue una consecuencia de la acción de la propia percepción. 
En el Génesis, se alude a esto alegóricamente en el acto de comer la manzana de los dominios perceptivos de los opuestos del bien y del mal. 
La inocencia de la subjetividad quedaba entonces contaminada por un posicionamiento que condenaba a la humanidad al interminable sufrimiento del error. 
Sin la intervención divina, es imposible el retorno a la Realidad, y así, la solución de la humanidad pasa por la gracia de Dios. 
P: ¿Es la realización de Dios “personal”, o “impersonal”? 
R: El sendero hacia la realización de la presencia de Dios y la iluminación se ha detallado hasta aquí en términos de una evolución de la consciencia a través de los niveles de la conciencia, y se ha hecho así debido al lenguaje elegido, que buscaba hacer comprensible la transición. 
Los niveles de la conciencia describen el terreno que hay que atravesar, pero dejan fuera los factores esenciales del amor y la devoción, que activan el viaje y dan fuerza al empeño. 
Estas son las fuentes de la energía requerida para llevar a cabo y mantener el esfuerzo y perseverar. 
Por analogía, uno puede tener un automóvil y un mapa, pero sin gasolina, que es la fuente de energía y poder, el vehículo no se mueve. Uno busca ese destino porque se siente impulsado hacia el y atraído por el. La gracia de Dios ilumina el camino en tanto que Espíritu Santo, que es el Guía y el Sustentador. 
Al final, el Dios de la Trascendencia y el Dios del Amor Divino se funden en lo Supremo. La Unificación de lo que es amado es el cumplimiento del destino divino y el núcleo de la salvación. 
El Amor es por tanto el medio y el fin. Si la dinámica esencial de la búsqueda espiritual no es la ambición espiritual (llegar a alguna parte), sino la entrega progresiva de los obstáculos al Amor, entonces lo que llamamos ego espiritual no surge más tarde como un obstáculo. 
Un nivel de conciencia calibrado determinado no es mejor que otro sino que simplemente representa el nivel sobre el que se está trabajando. Es el bloque básico de la construcción que permite a la estructura elevarse, y es la dedicación la que asegura que se termine la catedral. 
P: ¿Como elimina uno los obstáculos? 
R: El trabajo espiritual que se presenta como más obvio en el sendero de la devoción es la eliminación de los obstáculos hacia el Amor. 
Todos estos obstáculos provienen de los errores de la percepción que surgen del posicionamiento. 
El posicionamiento es el que origina y perpetra la ilusión de los opuestos. Estos surgen al opinar, lo que a su vez surge de las vanidades del ego. 
Estas vanidades están sustentadas y alimentadas por la propensión del ego a sobrevalorar y apreciar lo que concibe como mío. En el momento en que algo se etiqueta como mío se convierte en un punto de vista valioso desde el cual, al igual que un prisma que intercepta la luz, la realidad se fragmenta en diferencias, divisiones y visiones opuestas. 
Así, el uno se convierte en la ilusión de muchos. El sentido de Yo pasa ahora a identificarse con estas visiones y a defenderlas como mi‖ realidad. 
En cuanto uno cae en la dualidad de la polaridad de los opuestos, el ego /mente queda atrapado y proyecta sus puntos de vista y los mantiene hasta hacer una realidad objetiva. Al negar su autoría, el ego /yo se convierte ahora en victima de sus propias proyecciones. 
El sentido de realidad que acompaña a la consciencia de la existencia se atribuye ahora a estas proyecciones que vienen de ahí afuera‖, y la imaginación produce una realidad objetiva cuya fuente original se ha olvidado actualmente. 
Este olvido se ve reforzado por los bien conocidos mecanismos psicológicos de la negación, el aislamiento, la represión y la proyección. 
Al renegar de la autoría, se renuncia al poder en beneficio de una concepción de la realidad falsa, generada perceptivamente, donde las causas explican ahora los fenómenos de los que se ha renegado. 
Debido a que las imágenes dualistas percibidas de la realidad son un filtro a través del cual se interpretan las experiencias, los sentidos refuerzan ahora las imágenes y las cualidades que se han proyectado al exterior. 
Del mundo físico se dice que existe separado de aquello que lo experimenta. 
La sensación replica la creencia y se clasifica e interpreta en función de la construcción y las formas de la percepción que hacen coincidir los objetos de la sensación con identidades separadas y discretas de nominalización única. 
Luego, el lenguaje impone el mundo percibido y refuerza sutilmente su aparición. 
Un universo objetivo‖ surge entonces a partir de unos puntos elegidos arbitrariamente, las distancias imaginarlas entre esos puntos, los planos y dimensiones imaginarlos, y las ilusiones del tiempo y el espacio. 
Con el fin de proyectar el mundo de la ilusión, el ego /yo se experimenta a si mismo como algo separado de su propia creación. 
Cuanto mayor es el sentimiento de separación de Dios, mayor es la angustia. Como consecuencia de esto, el yo teme ahora la aniquilación, la muerte o incluso algo peor; tal vez un sufrimiento interminable a manos de un Dios iracundo y vengativo enfurecido por el pecado. 
Los niveles inferiores de la percepción comienzan a preocuparse con las energías de la negatividad que son concepciones del ego sobre si mismo en los niveles inferiores. Ahora, le tiene miedo a sus peores proyecciones y forcejea con los opuestos del cielo y el infierno. Así pues, el hombre no es la victima de algo ahí afuera que haya de temer, sino su propio creador. 
Estas imaginaciones ni siquiera son personales, sino meras consecuencias de la interacción de los campos de conciencia con sus campos de atracción internos ocultos que determinan el contenido de cada nivel de conciencia. 
La victoria final del ego consiste en creer que su propia realidad ilusoria, creada por sus propias proyecciones, fue creada por Dios. 
Así, la verdad religiosa queda oscurecida por supersticiones religiosas, malas interpretaciones, y falsas creencias. 
Es importante darse cuenta de que lo que es de Dios trae la paz, y que lo que no es de Dios trae el miedo. 
P: ¿Cómo puede uno evitar ese error? 
R: En el mundo actual, se puede calibrar rápidamente el nivel de verdad de cualquier afirmación o enseñanza. El ego ha creado muchos y grandes oradores. También es útil recordar que la Realidad esta más allá de la forma y no es definible. 
P: Usted menciono antes el camino de la simplicidad. ¿A qué se refería con eso? 
R: Para la persona media que está sumergida en los asuntos del mundo, los intensos requisitos y el compromiso de un buscador espiritual de la iluminación son poco menos que impracticables. Esto no significa que haya que buscarse otro objetivo, sino que debería atenuar los de la vida cotidiana. 
Ciertamente, no es necesario comprender el contenido de los debates y diálogos principales que han sido descritos para trasladar el entendimiento a las áreas de la conciencia humana que no han sido bien entendidas. 
Para un crecimiento espiritual significativo, solo hace falta una sencilla herramienta. Simplemente hay que elegir un principio espiritual sencillo que resulte atractivo y entonces proceder a su aplicación, sin excepción, en cada área de la vida, tanto en lo interior como en lo exterior. 
Por ejemplo, puedes elegir la bondad, la compasión, el perdón, la comprensión o la aceptación sin críticas. 
Uno puede elegir amar incondicionalmente o comprometerse a ver la inocencia de la vida. Cualquiera que sea el principio elegido, tiene que aplicarse a todo el mundo, incluido uno mismo, sin excepción, y con una persistencia absoluta. 
Este proceso traerá la purificación espiritual, a medida que se sometan a examen los obstáculos a estos principios espirituales. El cumplimiento de la meta espiritual requerirá cambios en la percepción que, a su vez, requerirán el desarrollo de la comprensión y la re-conceptualización. 
P: ¿Cuál es la meta espiritual realista para la persona media? 
R: Cualquier progreso en los niveles de conciencia es significativo y merece la pena. 
El objetivo práctico alcanzable por cualquier persona que se comprometa seriamente en su búsqueda espiritual es el del Amor Incondicional. Este es un nivel transformador y, desde ahí, uno se puede relajar, por cuanto el objetivo principal ya ha sido alcanzado. Innato al nivel del Amor Incondicional se halla el deseo de perfeccionar ese estado. 
A medida que se alcanza tal nivel, hasta la más pequeña imperfección del Amor resulta inaceptable y pide una corrección. P: ¿Cual es el medio más eficaz de purificación espiritual? 
R: Centrarse en el Amor. Ese es el camino regio hacia Dios, el que se halla presente en todas partes y el que todos pueden recorrer. Al principio, el amor se ve como algo dualista; por ejemplo, el que ama y aquello que es amado. 
El amor comienza siendo un estado condicional y sentimental, pero luego progresa. Se vuelve evidente que el amor es una forma de ver, experimentar, e interpretar la vida. 
Más tarde, da la impresión de que es un estado del ser. 
La misma vida se convierte en la expresión del amor, y ese amor es el camino que nos lleva a darnos cuenta de que la propia vida de uno es amor. 
En la realización final, la divinidad del amor transforma la percepción en visión espiritual, y la presencia de Dios como Todo Lo Que Es se vuelve auto-reveladora. 
Toda existencia irradia la Divinidad de su esencia como Creación, que es la manifestación del amor de Dios.
P: El amor es el sendero de la devoción. ¿No será por tanto el más efectivo? 
R: El amor es transformador; con su poder, barre todos los obstáculos. Es tanto el medio como el fin. 
Ofrece la voluntad y la capacidad para entregar. 
Trae también la compasión y el deseo de comprender. 
Con la comprensión, llega el perdón. Con la renuncia a los posicionamientos, uno se da cuenta de que no hay nada que perdonar. El enjuiciamiento se disuelve y dejan de ser posibles la condena y el odio. 
La ignorancia, nacida de la inocencia, se ve como el único defecto que necesita ser trascendido. 
Se ve con claridad que la naturaleza de la Creación es como es y no necesita correcciones. 
P: ¿El amor no es simplemente, una emoción común y corriente? Se habla de él a todas horas. 
R: Decididamente, el Amor no es el nivel de conciencia predominante en la humanidad. El setenta y ocho por ciento de la población mundial calibra por debajo de 200 (la Integridad básica), y se centra por tanto en la negatividad. 
Solo un 0’4 por ciento de la población alcanza el nivel del Amor Incondicional, podríamos decir que Aman El amor es una consciencia, una actitud, un contexto para comprender la vida. 
El amor es el filo de la navaja de la Realidad y la unidad y esencia del Espíritu. Negar el amor es negar a Dios. 
El posicionamiento y el juicio oscurecen el amor. La mayor parte de la sociedad invalida al amor como base racional para decidir y actuar. Hay amplios sectores de la población que ven como una debilidad el amor por un semejante. 
La humanidad en realidad quiere los beneficios, el orgullo, las posesiones, el poder y el derecho a vengarse y tomarse represalias con el castigo. Los Estados Unidos o tierra de la libertad‖, tiene más gente y mayor porcentaje de su población en prisión que ningún otro país excepto China. 
La sociedad le declara la guerra a sus problemas, que por supuesto, se multiplican. 
La fuerza es ineficaz y un débil sustituto del poder. 
En cambio, la gente haría casi cualquier cosa por un poco de respeto y amor y muy poco por miedo. 
Sin la lealtad, nacida del respeto, ni siquiera un general podría exigir obediencia a sus tropas, y sin ese aspecto del amor llamado respeto, surgirán las insurrecciones y los motines. 
La fuerza solo puede ser un recurso temporal provisional. Todos los imperios que se gobernaron por el miedo se derrumbaron. 
Las religiones que se basan en el miedo al pecado y no en el amor a Dios son inherentemente débiles. 
El amor es una forma de relacionarse con el mundo. 
Es una generosidad de actitud que se expresa en formas aparentemente pequeñas pero poderosas. 
Es un deseo de llevar felicidad a los demás, de alegrarles el día y aliviar sus cargas. Simplemente ser cordial y afectuoso con todo aquel que uno se encuentre en su camino a lo largo del día es revelador. Que esta no es una actitud común se revela por la respuesta de la gente cuando se encuentra con ella. 
Con frecuencia, responden con sorpresa o incluso un agradable estado de shock. 
Nadie me había felicitado nunca por lo que hago; lo único que hacen es quejarse‖, es un comentario muy habitual. 
La mayoría de las personas parecen no ver los aspectos positivos de la vida y son incapaces de responder a ellos, debido a que están centradas en sus propios deseos y en actitudes críticas. 
Dan por supuesto el servicio que les prestan los demás diciendo: Bueno, les pagan por eso, ¿o no? (Lo cual no viene al caso). Grandes sectores de la sociedad operan en el nivel del desamor. Hay grandes empresas y administraciones públicas que solo pueden ser descritas como de funcionamiento adusto. 
No se observan muestras de gratitud, ni se consideran adecuadas socialmente. Se menosprecia el amor como un sentimiento delicado. 
El amor se restringe socialmente por tanto al romanticismo, a las madres y sus hijos, o al perro de uno. 
Si se expresa en cualquier otro lugar, resulta embarazoso. 
Hay pocas áreas de la vida masculina donde el amor este bien visto, salvo el amor a la familia, a los deportes, a la patria o a un coche. Un área importante de la vida que es socialmente aceptable y está abierta a todos es el de cuidar. 
El cuidar de‖ es una amplia avenida para la expresión y la expansión del amor. 
La gente dice que no puede encontrar el amor, como si fuera algo que hay que conseguir. Una vez estás dispuesto a dar amor, descubres de pronto que estas rodeado de amor y que sencillamente no sabias como acceder a el. 
El amor está presente en todas partes, y solo requiere darse cuenta de esa presencia. 
El universo responde ante el amor revelando su prevalencia. 
Esta oculto para la percepción ordinaria, pero la consciencia se afina con el mismo amor. La consciencia es una capacidad que se encuentra más allá de los sentidos o las emociones. 
Si uno cesa en sus proyecciones y limitaciones antropomórficas, se le revela que todo lo que existe es innatamente consciente y emana amor como consecuencia de la divinidad de la Creación. Cada planta es consciente de su entorno y de la admiración y el respeto por el. 
A cambio, nos recompensa con su propia perfección intrínseca y belleza. Cada planta es una escultura única, creativa, y es la expresión perfecta de su esencia. La Divinidad resplandece en toda la Creación para aquellos que pueden ver. 
La naturaleza se convierte en algo parecido a los dibujos animados de los niños, donde los árboles sonríen, los animales hablan y las flores se mueven alegremente. 
Cuando la percepción cesa, todo un mundo de maravillas se revela. La conciencia está en todo cuanto existe. Se reconoce a si misma manifestándose como la Totalidad de la Creación. 
P: ¿Como tiene lugar tan maravillosa revelación? 
R: Por la mera intención de ser bondadoso, respetuoso y considerado con Todo Lo Que Es, sin excepción y en cada detalle, incluyendo a uno mismo. 
Vemos lo que creemos y aceptamos lo que somos. 
Las cualidades de la gratitud, el reconocimiento, la ternura o el afecto son, de por si, poderosamente transformadoras. 
Nuestra experiencia del mundo y la vida es por completo el resultado de nuestras creencias y posicionamientos internos. 
Del amor y el respeto a Dios surge la voluntad para entregar todos estos prejuicios, y la humildad que se origina así abre las puertas al esplendor de la realidad, que es la revelación del Ser. El amor es el catalizador mágico que produce la consciencia. 
Al final, la certeza reemplaza a la fe y, de ahí, que se diga que a Dios le encuentra aquel que Le busca. 
P: Rara vez menciona usted el cuerpo físico. ¿Qué importancia tiene en el trabajo espiritual? 
R: El cuerpo es un producto de la naturaleza y forma parte del mundo animal. Se podría decir que le pertenece a la naturaleza pero que nos lo ha alquilado provisionalmente. 
Solo tiene una existencia temporal y de ahí que no justifique una atención o importancia indebidas. 
Lo valioso del cuerpo es su capacidad para la comunicación, que es un medio para transmitir información y compartir la consciencia. 
Si se le atiende adecuadamente, será una fuente de placer y un medio de cumplir el trabajo y expresar afectos. 
Esencialmente, es algo temporal, una experiencia de la percepción o posición en el espacio y el tiempo. 
La percepción lo reivindica como mi o, al menos, como mío. 
Esta es una importante restricción y limitación de la identificación del yo con lo físico y la forma. 
Como cualquier otro ser vivo en la naturaleza, el cuerpo responde a la bondad, el respeto y la consideración. 
Se le puede querer y amar como a una mascota, pero sin identificarse necesariamente con él ni aferrarse a el. 
Uno de los puntos que mas difícil resulta aclarar en la diferenciación entre el yo y el cuerpo es el del funcionamiento de los sentidos. Se cree que son experiencias y funciones del propio cuerpo físico. 
Pero por extraño que parezca, el verdadero locus de la experiencia sensorial se halla en los dominios invisibles del cuerpo de energía interior que activa al cuerpo físico. 
¡El cuerpo físico, en si y por si mismo, no tiene capacidad para experimentar nada en absoluto! La experiencia de los sentidos (así como la de todo lo demás) es una cualidad de la conciencia asociada a la presencia de un cuerpo energético dentro del cuerpo físico a su imagen. 
Cualquiera que haya tenido una experiencia extracorpórea recordara que todas las modalidades de los sentidos eran funciones de ese cuerpo etérico que estaba asociado a su conciencia y sentido del yo. 
La vista y el oído se mantienen aun cuando el cuerpo físico este en estado latente o inconsciente. 
El yo experimente la migración del cuerpo junto con la sensación de posicionamiento o movimiento. En ese estado, el sentido del Yo se localiza dentro del cuerpo energético, y el cuerpo físico se convierte en un eso. Se ve como un cuerpo, no mi cuerpo. Muchísimas personas dan cuenta de experiencias idénticas, de modo que hay un acuerdo generalizado respecto a la naturaleza del fenómeno. 
Del mismo modo, en las experiencias cercanas a la muerte se suele explicar que el yo viaja a través de túneles de luz, encontrándonos con gente y con una incontable variedad de colores, y después se muestran reacios a rehabilitar el cuerpo físico. 
Así, podemos decir que habitamos un cuerpo físico, pero no somos el cuerpo físico. 
Es evidente que el espíritu, el alma o el yo energético residen en el cuerpo y tienden a mezclarse y difuminarse en él, perdiendo así su singular identidad. Algunas personas son propensas a dejar su cuerpo de forma accidental o a voluntad; la proyección astral como técnica puede de hecho ser enseñada de manera que se deje el cuerpo a voluntad e incluso elegir lugares a visitar (por ejemplo, en el Instituto Monroe). 
La visión a distancia y la clarividencia son proyecciones parciales de las facultades sensoriales del cuerpo energético. 
El experimentador‖ es la presencia interior, que ha recibido diversos nombres: cuerpo astral, etérico, alma o cuerpo espiritual. El cuerpo espiritual no está controlado por lo que llamamos normalmente fuerzas físicas, sino que existe en otra dimensión o plano. La mente también viaja con el cuerpo espiritual y se percata de su disociación con el cerebro. 
La conciencia no depende de lo físico, sino que existe con plena independencia de el. Sin embargo, cuando se localiza, tiende a identificarse con la forma y la situación. 
P: ¿Que puede decir de la purificación y la mortificación del cuerpo? 
R: No hay nada que purificar salvo la ilusión. Los deseos están relacionados con experiencias y sensaciones específicas que se pueden buscar a través del cuerpo, pero el problema no está en el cuerpo, sino en la mente. 
Es la mente la que intenta anticiparse y controlar la experiencia. P: ¿Cambia la experiencia del cuerpo con una consciencia espiritual avanzada? 
R: Se dan cambios que ocurren en la naturaleza de la experiencia corporal. La sensación de localización es más general y menos concreta. 
Y hay periodos durante el trabajo espiritual en que el cuerpo casi se siente desaparecer, como si se olvidara. 
También hay veces en que energías muy intensas parecen fluir a través del sistema nervioso, y se experimentan sensaciones ardientes diversas, como si el sistema nervioso estuviera incandescente. 
También hubo un periodo en que la energía Kundalini discurrió con intenso placer hacia arriba por la espina dorsal, hasta la cabeza y el cerebro, para luego bajar al corazón y salir de el. Puede haber una perdida en cuanto a deseos corporales y una retirada del interés en el cuerpo, hasta el punto que la supervivencia física puede a veces depender de las atenciones de las personas que lo rodean. 
Puede haber una marcada pérdida del apetito y del interés en las sensaciones corporales. La visión cambia en el sentido de que todo parece ir a cámara lenta, y hay una mayor dependencia de la visión periférica frente a la visión central. 
El tiempo se detiene, lo cual parece estar relacionado con la perdida de conexión concreta con el espacio. También se da cierta inestabilidad en el movimiento corporal. Cuando tiene lugar la realización del Ser, se tienen dificultades con los pronombres y en como denominar a lo que el mundo considera que es lo Yo en términos que resulten comprensibles. 
Al principio, resulta extraño ver a la gente hablándole al cuerpo físico como si fuera la identidad de uno. 
También se pierde el miedo y los reflejos de sobresalto. 
Es más difícil procesar el pensamiento lineal y descifrar la conversación humana ordinaria. 
Esto deriva en un retraso en la respuesta durante la comunicación verbal. Este retraso tiene que ver con el proceso que ocurre en la conciencia, que traduce el proceso lineal del lenguaje en significado en términos de esencia. 
Este retraso no se da a la hora de comprender a los animales o el lenguaje corporal humano. 
Esto parece que sucede debido a que la conciencia se centra más en la esencia y el significado que en los detalles de la forma. También se tiene que hacer un cambio de sintonía desde el silencio natural de este estado hasta el sonido definido más próximo al cuerpo. 
No hay separación entre lo que parece que ocurre y el Ser. 
Las causas no se buscan en el exterior, y lo que llamamos acontecimientos suceden como consecuencia de lo que se mantiene en la mente. 
No hay causas atribuidas al mundo, sino solo a la conciencia. 
La gente alrededor de uno parece ir en pos de cosas irrelevantes e intrascendentes, malgastando mucha energía. 
Estos aspectos de la conciencia se experimentan como si los vivieran individuos diferentes, pero el experimentador interior es básicamente el mismo Ser en todos. 
El cuerpo es como un compañero, una mascota cariñosa que le sigue a uno a todas partes. Parece estar fielmente presente. 
Puede incluso someterse a una operación sin sentir dolor ni necesitar anestesia. Uno puede seguir poseyendo el cuerpo y ser responsable de el sin identificarse con el como identidad propia.
http://elnuevodespertardelser.blogspot.com.es/

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