martes, 11 de agosto de 2015

Libro Enseñanzas Taoista Maestro Hua Hu Ching



 


Yo enseño, el Camino Integral de unidad con el gran y misterioso Tao. 
Mis enseñanzas son simples; si intentas hacer de ellas una religión o una ciencia, éstas te eludirán. 
Profundas, aunque simples, contienen toda la verdad del universo. 
Quienes desean conocer toda la verdad, disfrutan realizando los trabajos y servicios que les llegan. 
Cuando los han acabado, disfrutan limpiándose y alimentándose. 
Cuando se han cuidado a sí mismos, vuelven al maestro para instruirse. 
El camino simple conduce a la paz, a la virtud y a la abundancia. 


Los hombres y las mujeres que desean ser conscientes de toda la verdad deben adoptar las prácticas del Camino Integral. 
Estas disciplinas consagradas calman la mente y conducen a la armonía con todas las cosas. 
La primera práctica es la de la virtud indiscriminada: cuida a aquellos que lo merecen; también, y de igual modo, cuida a los que no lo merecen. 
Cuando extiendes tu virtud en todas direcciones sin discernimiento, tus pies se hallan firmemente plantados en el camino que regresa al Tao. 



Quienes desean encarnar el Tao han de aceptarlo todo. 
Aceptarlo todo significa en primer lugar no tener cólera ni resistencia hacia ninguna idea o cosa, viva o muerta, con forma o sin forma. 
La aceptación es la verdadera esencia del Tao. Aceptarlo todo también significa apartarse de cualquier concepto de separación: hombre y mujer, yo y otro, vida y muerte. 
La división es contraria a la naturaleza del Tao. Renunciando al antagonismo y a la separación se entra en la unidad armoniosa de todas las cosas. 

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Cualquier salida del Tao contamina el espíritu. La cólera es una salida, la resistencia es una salida, el ensimismamiento en uno mismo es una salida. 
A lo largo de muchas vidas el fardo de las contaminaciones puede hacerse grande. 
Sólo hay una manera de purificarse de estas contaminaciones, y consiste en practicar la virtud. ¿Qué se quiere decir con esto? 
Practicar la virtud es ofrecer desinteresadamente ayuda a los demás, dar sin limitación alguna el propio tiempo, capacidades y posesiones, en cualquier ocasión y lugar en que se necesiten, sin prejuicio alguno relativo a la necesidad de la persona que los necesita. 
Si tu disponibilidad a dar felicidad es limitada, también lo será tu disponibilidad a recibirla. 
Este es el sutil proceder del Tao. 


¿Piensas que el universo está agitado? 
Ve al desierto por la noche y contempla las estrellas. 
Esta práctica deberá dar respuesta a la pregunta. La persona superior dispone su mente como el universo dispone las estrellas en el cielo. Conectando su mente con el origen sutil, la calma. 
Una vez calmada, ésta se expande de manera natural y, al final, su mente se vuelve tan vasta inconmensurable como el cielo nocturno. 


El Tao hace surgir todas las formas, pero él mismo no tiene forma. 
Si intentas representar su imagen en tu mente, lo perderás. 
Es como clavar una mariposa con un alfiler: se capta la forma, pero se pierde el vuelo. 
¿Por qué no contentarse simplemente con vivirlo? 


La enseñanza del Camino Integral continuará mientras exista un Tao y alguien que desee  encarnarlo. 
Lo que está dibujado hoy día en estos pergaminos aparecerá de formas diferentes dentro de muchas generaciones. 
Sin embargo, estas cosas nunca cambiarán: Quienes deseen alcanzar la unidad, deben practicar la virtud sin hacer distinciones. 
Deben disolver todas las ideas de dualidad: bueno y malo, hermoso y feo, alto y bajo. 
Serán obligados a abandonar cualquier desviación mental nacida de creencias culturales o religiosas. 
De hecho, deberán mantener sus mentes libres de cualquier pensamiento que interfiera con su comprensión del universo como una unidad armoniosa. 
El comienzo de estas prácticas es el comienzo de la liberación.
http://universo-espiritual.ning.com/

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