lunes, 14 de marzo de 2016

EL LIBRO DE LA NADA OSHO (CAPITULO FINAL)




Capitulo X ( Cuarto Escrito)
NI AYER NI MAÑANA NI HOY
Hay que entender dos palabras: una es perfección, la otra es totalidad. A una persona verdaderamente religiosa le interesa la totalidad, nunca la perfección, y a una persona seudorreligiosa le interesa la perfección, nunca la totalidad.
Totalidad significa: «Yo no soy, el todo es». Y es perfecto, porque ¿cómo podría ser de otra forma? No hay comparación, no hay nadie más. Pero si piensas en términos de perfección, moralidad, ideales, carácter, en términos de tener que ser perfecto, entonces te volverás loco.
Todos los perfeccionistas se vuelven locos (ese es su destino, así es como acaban) porque, como unidad separada, seguirás siendo imperfecto y no puedes ser perfecto. ¿Cómo podrías ser perfecto?
Tu energía procede del todo, va al todo; tú no eres. Una ola tiene que seguir siendo una ola, no se puede convertir en el océano.
Y si lo intenta con demasiada insistencia, se volverá loca. Esa es la razón por la que en el mundo de la religión encuentras a la gente más egoísta que se pueda encontrar, porque están intentando ser perfectos en todas las cosas. Insisten en la perfección. No pueden estar relajados, siempre estarán tensos. Y siempre habrá algo que esté mal y que ellos tengan que arreglar; siempre estarán preocupados. Ve a los manicomios y descubrirás que el noventa por ciento de los internos son perfeccionistas.
Un hombre de entendimiento permanece relajado. Eso no significa que no le importe nada. No es así; le importa, pero conoce sus limitaciones. Le importa, pero sabe que es sólo una parte. Él nunca piensa de sí mismo que es el todo, así que nunca está preocupado. Disfruta de lo que sea que esté haciendo, sabiendo que quedará imperfecto, que no puede ser perfecto. Pero disfruta haciéndolo, y al disfrutarlo, la perfección que sea posible ocurrirá sin causarle preocupaciones. Le gusta aun sabiendo que no será lo absoluto.
No puede serlo; algo se quedará incompleto, tal es la naturaleza de las cosas. Es por eso que en Oriente siempre hemos creído (y creído en una cosa muy verdadera) que cuando alguien se vuelve perfecto no vuelve a nacer, desaparece de este mundo.
Tiene que desaparecer, porque en este mundo sólo la imperfección es posible. Ya no encaja aquí, no se le necesita, se disuelve en el todo. Hasta Buda permaneció imperfecto hasta el último momento de su vida, pero sin preocuparse por ello. Esa es la razón por la que los budistas tienen dos términos para nirvana.
A la iluminación suprema la llaman mahaparinírvana y a la iluminación la llaman nirvana. Nirvana significa que un buda está en el cuerpo. Ha alcanzado la iluminación, se ha convertido en alguien que sabe, pero todavía está en el cuerpo, el cuerpo de la imperfección. Todavía está en el mundo de las partes imperfectas. Eso es nirvana, iluminación. Luego, cuando deja el cuerpo, cuando simplemente desaparece en el vacío supremo, es mahaparinirvana, es la gran iluminación.
Entonces la imperfección desaparece, entonces no hay individualidad, entonces él es el todo. Sólo el todo puede ser perfecto. Entonces Buda puede ser perfecto, porque se ha disuelto en el todo, es oceánico. Así que recuerda bien esto, porque todo perfeccionismo es un esfuerzo egoísta, y vas locamente tras las cosas. Intenta hacerlo lo mejor que puedas, pero no te vuelvas loco a causa de ello; hazlo lo mejor que puedas y acepta las limitaciones. Tiene que haber limitaciones, hasta con tu carácter, tu moralidad, ¡con todas las cosas! Hasta un santo tiene que darle un poco de espacio al pecador, porque ¿dónde si no va a ir el pecador? Así que es posible que sea santo en un noventa y nueve por ciento, pero habrá un uno por ciento de pecador. Y también ocurre al contrario: puedes hacerte pecador en un noventa y nueve por ciento pero serás un uno por ciento santo.
Tiene que ser así, porque ¿dónde vas a dejar al otro? Puedes forzarlo hasta el extremo pero siempre quedará un uno por ciento del otro. Y volverse loco con eso no te será de ninguna ayuda. Un hombre de entendimiento acepta las limitaciones. Acepta las posibilidades, lo que es posible. Sabe lo que es imposible y nunca lo intenta. Se relaja y disfruta de lo posible. Y cuanto más disfruta, más perfección llega a su vida. Pero ya no es una preocupación, es una gracia; y esa es la diferencia. Si te acercas a un hombre verdaderamente religioso sentirás que hay cierta gracia en torno a él, que no hace esfuerzo alguno. Él no ha hecho nada consigo mismo, simplemente se ha relajado en lo Supremo, y tú sientes esa ausencia de esfuerzo en torno a él. Si te acercas a una persona perfeccionista, a un hombre seudorreligioso, entonces todo lo que veas será artificial, no habrá gracia alguna: todas las cosas bien definidas, cada movimiento calculado, astuto. Todo lo que él hace procede de la disciplina, no de la espontaneidad. Vive bajo un código; su propio código se convierte en su prisión.
No puede reír, no puede ser un niño, no puede ser una flor. Sea lo que sea, ha puesto tanto esfuerzo en ello que se ha vuelto tenso y ha acabado mal. No es un fluir espontáneo. Y el criterio debería ser (si te acercas a un Maestro, este debería ser el criterio) que él fluya espontáneamente. Sólo así podrá ayudarte a convertirte en un fluir espontáneo. Si se trata de un perfeccionista forzado, te mutilará, te matará completamente. Te dañará en muchos sentidos, y para cuando piense que eres perfecto, ya estarás muerto. Sólo una cosa muerta puede ser perfecta, una cosa viva no tiene más remedio que ser imperfecta. Recuérdalo. Vivir en esta comprensión es no estar inquieto a causa de la no-perfección.
¡UNO SIMPLEMENTE VIVE! Uno vive plenamente, totalmente, y no se preocupa por las consecuencias, por lo que ocurra.
Vivir en esta fe... Esto es fe para Sosan y también lo es para mí.
Esto es confianza. Un perfeccionista nunca confía porque siempre está buscando faltas. Nunca confía en nada. Aunque le presentes una flor él encontrará imperfecciones inmediatamente. No mirará la rosa, mirará las imperfecciones. Su ojo es el de la lógica, no el del amor. Siempre tiene dudas; no puede confiar en nadie porque no puede confiar en él mismo. Tú vas a tus llamados santos; ellos no pueden confiar en sí mismos. Tienen miedo, porque todo lo que se han impuesto es impuesto, no es natural; saben que si se relajan algo puede ir mal. Si una mujer bonita se acerca a un santo, puedes ver que se pone nervioso, incómodo.
Puede que no se vea aparentemente, pero si te fijas atentamente puedes sentirlo, porque él se ha impuesto brahmacharya, celibato, y esa mujer es un peligro. No puede permitir que esa mujer se quede mucho tiempo, porque entonces aflorará su desconfianza en sí mismo. Un hombre que no ha confiado en su propia energía de vida no puede confiar en nadie.
Es un enemigo del hombre, un envenenador. Y los envenenadores son muy elocuentes; tienen que serlo, porque tienen que ser argumentadores para defenderse a sí mismos, tienen que depender de sus propias mentes. Y estos envenenadores han causado tal daño, tal herida a la humanidad entera, que es imposible imaginar cómo va a afectarla. Lo han envenenado todo: «Esto está mal, eso está mal, eso es un pecado, eres culpable». Y han creado tal enredo a tu alrededor que, hagas lo que hagas, te sentirás culpable. Y si no haces, te sentirás culpable a causa de la naturaleza. Si amas has caído; si no amas sientes una profunda necesidad de amar.
Viene de la naturaleza, no hay nada malo en ello. Es tan natural como el hambre o la sed y tan hermoso como el hambre y la sed. Pero a tus santos les gustaría que fueras un hombre de plástico, sin hambre, sin sed, sin amor; entonces serías perfecto. Si todo tu mecanismo estuviera hecho de plástico, sería fácil.
Y los científicos están investigando en esa línea: hacer todo el mecanismo de plástico. Entonces no necesitarás comida, no necesitarás amor, no necesitarás nada.
Te convertirás en una máquina, en un robot. De vez en cuando, cuando algo vaya mal, te enviarán al taller. Y podrás ir todos los días a la gasolinera: allí te pondrán un poco de gasolina y todo arreglado. Entonces serás un perfeccionista, entonces serás perfecto. Pero la vida es muy delicada tal como es; no es de plástico, es muy delicada. Tú no tienes cables, tienes nervios. Y el equilibrio siempre está en movimiento. Nada es seguro, todas las cosas se mezclan y disuelven entre sí. Es por eso que estás vivo.
Un hombre de entendimiento no se preocupa, no está ansioso por la no-perfección. No piensa en absoluto en términos de perfección; simplemente vive el momento tan plenamente, tan totalmente, como le es posible.
Y cuanto más plenamente lo vive, más capaz se vuelve de vivirlo. Llega un día...: él simplemente vive sin forzar ningún ideal, sin pensar en ningún concepto, sin poner reglas, sin ninguna regulación acerca de su vida. Simplemente vive, disfruta y se deleita. Vivir en esta fe es el camino a la no-dualidad... Y esto es fe. Porque lo no-dual es uno con la mente que confía. Y en el fondo, si tienes una mente que confía, lo no-dual estará delante de ti.
Si en el fondo tienes dudas, entonces las teorías, el pensar, las palabras, las filosofías, las doctrinas, estarán justo delante de ti, pero tú estarás completamente ciego. No podrás ver lo que esté cerca, sólo podrás pensar en lo lejano. Dentro confianza, fuera realidad; dentro confianza, fuera ver. La confianza y la verdad se encuentran y no existe ningún otro encuentro...
...porque lo no-dual es uno con la mente que confía. ¡Palabras!
El Camino está más allá del lenguaje, porque en él no hay ni ayer ni mañana ni hoy.
Y POR ÚLTIMO: Sosan está diciendo que el lenguaje sólo es posible si el tiempo existe. El lenguaje es la misma gestalt que el tiempo. Por eso el lenguaje tiene tres tiempos: pasado, presente y futuro; exactamente igual que el tiempo: pasado, presente y futuro.
El lenguaje es tiempo, se divide en las mismas categorías que el tiempo. Y la vida está más allá. La vida no es pasado. ¿Dónde está el pasado? No puedes encontrarlo en ninguna parte.
He oído que una vez ocurrió: Un hombre había ido a ver un gran museo. El hombre era muy rico, así que le pusieron el mejor guía.
Se fijó en un busto y preguntó: «¿Quién es este?». El guía en realidad no lo sabía, así que dijo: «Es el busto de Napoleón».
De nuevo otro pequeño busto, y de nuevo volvió a preguntar. Y el guía estaba tan nervioso ante este hombre tan rico, tenía tanto miedo, que se hizo tal lío que dijo: «Este también es el busto de Napoleón». Así que el hombre rico dijo: «¿Cómo? ¿Dos bustos?». Entonces el guía se encontró en un aprieto, tenía que dar alguna respuesta. Así que dijo: «Sí, este es de cuando era pequeño y el otro de cuando era mayor».
Si el pasado existiera, entonces también tendrías el busto de la niñez, entonces tendrías muchos bustos; cuando te murieras dejarías miles de bustos. Pero sólo dejas uno, no millones de ellos. El pasado desaparece; el pasado no está en ninguna parte, sólo en la memoria. ¿Dónde está el futuro? El futuro no está en ninguna parte, sólo en la imaginación. El pasado es lo que no es ahora, y el futuro lo que no es todavía. Por eso los místicos siempre han dicho que sólo existe el presente.
Pero Sosan va un paso más adelante y dice: ni ayer ni mañana ni hoy. Ni siquiera el presente existe. ¿Qué quiere decir? Porque (tiene razón, toda la razón) si no hay ni pasado ni futuro, ¿cómo va a existir entonces el presente? Porque el presente existe sólo entre el pasado y el futuro. ¿Qué es el presente? Un pasaje. Del pasado vas al futuro; en ese momento, tan sólo por un instante, existe el presente. ¿Qué es el presente? Es sólo un pasaje del pasado al futuro, es una puerta de una habitación a otra.
Pero si ni esta habitación ni la otra existen, ¿cómo va a existir la puerta? Es un puente entre el pasado y el futuro. Y si las dos orillas no existen, ¿cómo va a existir el puente? Sosan tiene razón. Sosan dice: «Ni pasado ni futuro ni presente».
Está diciendo que no existe el tiempo. Y todo el lenguaje depende del tiempo; pasado, futuro, presente. El lenguaje es una creación de la mente, el tiempo también es una creación de la mente. Cuando abandonas el lenguaje, el tiempo desaparece.
Cuando dejas de pensar, no hay pasado ni presente ni futuro. Transciendes el tiempo, no existe el tiempo. Cuando el tiempo no existe, existe la eternidad. Cuando el tiempo no existe, has entrado en el mundo de lo eterno. La verdad es eterna. Y lo único que tú tienes son reflejos temporales de la verdad. Es como si una noche la luna llena se elevara en el firmamento, pero tú, al mirar un lago, vieras la luna en su superficie. Esa luna es todo lo que tienes: la luna del lago. La mente hace de espejo; todas las verdades que tienes son reflejadas por tu mente, son reflejos. ¿Qué está diciendo Sosan? Sosan está diciendo: «¡Olvida este lago!, porque es un espejo. Mira más allá, sólo entonces serás capaz de ver la verdadera luna; y está ahí». Pero estás demasiado identificado con el lago, con la mente que refleja.
Si abandonas la mente, de repente todo encaja, todo aquello que estabas buscando ocurre, todo lo que siempre habías soñado y deseado. Todo se cumple. Todo el mensaje se resume en cómo salirse de la mente, del lenguaje y del tiempo.

Osho nació en Kuchwada, Madhya Pradesh, India, el 11 de diciembre de 1931. Desde su edad más temprana fue un espíritu rebelde e independiente que insistía en experimentar la verdad por sí mismo, más que adquirir conocimiento y creencias de otros. Después de su iluminación a la edad de veintiún años, Osho completó sus estudios académicos y pasó varios años enseñando filosofía en la universidad de Jabalpur. Entretanto, viajaba por la India dando charlas y desafiando a los líderes religiosos ortodoxos en debates públicos, cuestionando las creencias tradicionales y encontrándose gente de todo tipo y clase. Leía profusamente todo lo que podía encontrar para ampliar la comprensión de los sistemas de creencias y de la psicología del hombre contemporáneo.
A finales de los sesenta, Osho empezó a desarrollar sus técnicas únicas de meditación dinámica. El ser humano moderno, dice, está tan agobiado con las tradiciones caducas del pasado y con la ansiedad de la vida moderna, que tiene que pasar por un proceso de limpieza profunda antes de que pueda tener la esperanza de descubrir el estado relajado y sin pensamiento de la meditación.
A lo largo de su trabajo, Osho ha hablado de prácticamente todos los aspectos que se relacionan con el desarrollo de la consciencia humana. Ha destilado la esencia de lo que es significativo en la búsqueda espiritual del hombre contemporáneo, basándose no en la comprensión intelectual sino en las pruebas de su propia experiencia existencial. Osho no pertenece a ninguna tradición. «Soy el comienzo de una consciencia religiosa totalmente nueva -dice-. Por favor, no me conectéis con el pasado; ni siquiera vale la pena recordarlo. » Sus charlas a sus discípulos y buscadores de todo el mundo han sido publicadas en más de seiscientos volúmenes y traducidas a más de treinta idiomas.
En sus propias palabras: «Mi mensaje no es una doctrina, no es una filosofía. Mi mensaje contiene una cierta alquimia, una ciencia de la transformación; así que únicamente aquéllos que están dispuestos a morir tal como son y a nacer otra vez en algo nuevo, algo que no pueden siquiera imaginar ahora mismo..., únicamente esos pocos valientes, estarán preparados para escuchar, porque escuchar va a ser algo arriesgado. Al escuchar, has dado los primeros pasos hacia el renacimiento. Por tanto, ésta no es una filosofía de la que puedas hacer un abrigo y luego alardear de ella. No es una doctrina en la que puedas encontrar consuelo ante preguntas inquietantes. No, mi mensaje no es comunicación verbal. Es algo mucho más arriesgado. Es nada menos que muerte y renacimiento». Osho dejó su cuerpo el 19 de enero de 1990.
Su enorme comuna en la India sigue siendo el centro de crecimiento espiritual más grande del mundo y atrae miles de visitantes internacionales que vienen a participar en la meditación, en la terapia, en el trabajo corporal y programas creativos o simplemente a experimentar lo que significa estar en un campo búdico. Osho Commune International Puna, India La comuna es una escuela de misterios para la exploración interior. Es la mayor aventura que existe, la mayor danza. El camino que tienes que recorrer, has de recorrerlo a solas; pero saber que hay mucha gente haciéndolo en solitario infunde mucho ánimo. ... un pequeño oasis en el que la vida se vive con una visión totalmente diferente; donde la meta es totalmente diferente; donde la vida se vive con propósito, significado; donde la vida se vive con método; donde vivimos la vida alerta, conscientes, despiertos; donde la vida no es simplemente fortuita; donde la vida empieza a convertirse más y más en un crecimiento en determinada dirección.
Y éste no es un ashram indio; es una comuna internacional, un lugar de encuentro entre Oriente y Occidente.
Esta comuna representa a toda la humanidad, no del pasado sino del futuro. Nuestro principal esfuerzo es hacer que la meditación sea accesible absolutamente a todos aquellos que deseen meditar, y para ello la adaptamos a las características de cada uno.
Si una persona necesita descansar, entonces el descanso debería ser su meditación. «Sentarse silenciosamente sin hacer nada mientras llega la primavera y la hierba crece por sí misma» -ésta será su meditación. Tenemos que encontrar tantas dimensiones de la meditación como gente hay en el mundo; y el modelo no debe ser muy rígido, porque no hay dos personas iguales.
Esto es una revolución. El individuo no tiene que adaptarse al modelo; el modelo debe adaptarse al individuo. Esto es por lo que aquí puedes encontrar tantas meditaciones. El método puede ser activo o pasivo, no importa, el objetivo es el mismo: cómo hacerte estar tan silencioso que todo pensamiento desaparezca y tú seas como un espejo que refleja lo que hay.
Osho Multiversity
[Es la universidad de la comuna, calificada de «multiversidad».]
En esta comuna hay al menos cincuenta grupos de terapia funcionando, por una razón muy concreta: simplemente para equilibrar los miles de años de represión. Es sólo para traer a la luz todo lo que hemos reprimido -como cristianos, hindúes, budistas. Es sólo para deshacer el daño secular que se te ha hecho. Estos grupos de terapia no son el final; sólo te preparan para la meditación, el testigo pasivo de pensamientos, emociones y acciones sin juicio ni identificación.
El momento culminante del día es la reunión vespertina: dos horas de celebración que incluyen música, baile y una meditación en silencio con uno de los discursos de Osho. «Esto no son conferencias; son simplemente un recurso para que llegues a ser silencioso, porque si te dicen que te vuelvas silencioso sin hacer ningún esfuerzo, encontrarás grandes dificultades. Yo estoy haciendo que te des cuenta de los silencios sin ningún esfuerzo por tu parte. El que yo hable se está utilizando, en primer lugar, como una estrategia para que tú estés en silencio.»
FIN

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