jueves, 7 de marzo de 2019

EL MARAVILLOSO UNIVERSO DE LA MAGIA: PRIMER CLAUSTRO (TERCER CAPÍTULO)


Lo que tú quieres, lo que te gustaría alcanzar, aquello con lo que tu alma sueña, eso es un anhelo que viene de Dios.
Ese deseo tuyo es un "susurro de Dios", es lo que El quiere lograr a través de ti, por eso, es un Mandato Divino, es algo sagrado.
Pero no se nos "susurra" un deseo sin darnos también la capacidad de realizarlo.
No es por casualidad que ha llegado a ti este libro: Se ha puesto en tus manos para ayudarte a realizar tus sueños.
Porque Dios te ama mucho más de lo que tú puedes imaginar.
"Pide y se te dará".
De eso tratará esta Enseñanza.
El problema es que lo que tú pides no es tan grande como lo que "de arriba" quieren regalarte.
Tal vez te parezca terrible aceptar que estén dispuestos a darte algo tan grande: lo que seas capaz de imaginar...
El Amor que estamos dispuestos a entregar suele ser el mismo que esperamos recibir.
Siempre nos faltará grandeza interior para esperar recibir lo que Dios realmente quiere regalarnos.
Hay toda una barrera de "imposible", "no puede ser" y, sobre todo, una fuerte tendencia a creer que el sufrimiento, la necesidad, la miseria y la enfermedad son algo "bueno" a los ojos de Dios.
Siempre estamos dispuestos a esperar de El que nos mate en un accidente, que nos arroje a la miseria y a la desgracia.
Así es nuestra idea del Dios Amor...
Nuestra idea de Dios es un reflejo de nuestra propia bondad o maldad interior.



Por eso, solemos considerar un verdadero "pecado" soñar con el éxito, la felicidad, la riqueza (¡qué barbaridad; eso no!), la salud, el más hermoso amor y la longevidad hasta donde se nos ocurra...
Dios nos dice "pide, hijo amado". Nosotros respondemos "no me mates, no lances desgracias a mis seres queridos, no me despojes de lo que tengo"...
Nuestra idea de Dios nos hace verlo como una especie de
"Gran Tirano del Universo".
Como tal, nos dirigimos a El; según eso, recibimos.
Estamos preparados para el fracaso y el sufrimiento, pero no estarnos preparados para el éxito y la dicha.
Tenemos una "programación mental" que nos hace pensar que toda persona de éxito es "sospechosa".
No sabemos muy bien por qué, pero todo aquel que tenga, por ejemplo, una piscina en su casa, según nuestras ideas, "no tiene las cuentas muy claras con Dios"...
Naturalmente, porque pensamos que Dios es el "Gran Tirano" que se complacería al vernos viviendo entre ratas y delincuentes...
Es cierto que no todos aquellos que tienen fortuna la poseen gracias a haber actuado acordes con la Ley Universal del Amor.
Porque hay dos tipos de riqueza.
La que es fruto de la violación a la Ley del Amor y la que es fruto del Amor.
La que nace de hacer el bien y la que nace de hacer daño.
La que proviene de hacer el bien es un SALARIO JUSTO.
La otra es un acto de PIRATERIA que jamás queda impune.
Cada centavo obtenido indebidamente tiene que ser pagado.
Cada sufrimiento causado tiene que ser saldado.
Sea en sufrimiento, sea en efectivo.

No es para ti esta Enseñanza ni la Magia Blanca, todavía no.
A este Templo sólo pueden ingresar Personas Decentes.
Si robas y dañas a tus hermanas, tu Dios no puede ser el Amor.
Aquí se trabaja por el Bien; esto es un Camino para Caballeros y Damas, o para quienes estén dispuestos a serlo.
El salario del pirata es el sufrimiento, el fracaso, la humillación, la vergüenza y, al final, el arrepentimiento, nacido del cansancio de sufrir.
Aquí se enseña el Camino hacia la Felicidad, pero el pirata NO PUEDE SER FELIZ.
Porque la Felicidad es otorgada por el Dios Amor.
Y ningún padre premia a un hijo por dañar a otros hijos suyos.
Cuando dejes de lado tus ganzúas y puñales, cuando saldes tus cuentas pendientes, sólo entonces podrás ingresar a un Santuario como éste.
Este libro es para ti, que eres una Persona Decente.
A ti, que ningún daño haces, el Amor te reserva una grata sorpresa.
Tú, que sin ser una santa o un santo, con tus defectos normales, tus malos momentos; si no te dedicas a hacer daño, eres una persona buena.
Como eres una persona buena, ya mereces recibir lo que has ganado.
Te has ganado e1 derecho a estar entre nosotros: la Semilla Sana de la humanidad.
Aquí se te enseñará cómo realizar tus sueños sin usar ganzúas ni puñales.
Como no somos piratas, vamos a aprender a recibir nuestro Salario Justo.

El problema es que tenemos tantos obstáculos en la mente...
El Salario Justo del buen hijo de Dios tiene que ser algo DE GRAN EXITO, pero nos cuesta aceptarlo, porque nuestra "programación mental" nos hace temer al éxito.
La vida o nuestros pasados errores nos han "programado" para pensar que es bueno el sufrimiento y pecaminoso el éxito.
Comienza a "reprogramarte" aceptando que Dios desea tu dicha y quiere que realices esos hermosos sueños que casi no te atreves a soñar.
Comprende que Dios no desea tu sufrimiento, sino tu felicidad.
Tal vez, tu temor a la felicidad provenga del ejemplo del Maestro que padeció en la cruz.
Pero recuerda que él ya no está allí. Fueron sólo tres días.
Además, padeció para que tú no tuvieras que hacerlo.
Sin embargo, ¿cuántos años has estado tú "en la cruz"?
¿Piensas que Dios desea para siempre tu sufrimiento?
Así no es el Amor.
Con esa idea no podías asimilar estas Enseñanzas.
Si ese es tu caso, vuelve atrás; aprende primero un poco más acerca de la Naturaleza del Amor.
Te han entregado otros libros que fueron preparación para este Nuevo Camino. Comienza por allí.
Si piensas que satisfaces a tu Padre diciéndote "no, no y no" a todas las cosas hermosas de la vida, no has comprendido entonces que tu Padre y Madre es el Dios Amor.
El desea que tú seas feliz, pero tú mismo te has convertido en tu propio "Gran Tirano"; aunque creas que El es quien te hace padecer.
Estas páginas no deben ser leídas como una novela. Debes dejar que la Luz envuelta en las palabras penetre en ti, antes de pasar a la frase siguiente.
Y no abandones el Primer Claustro mientras no hayas aceptado que Dios desea tu felicidad.


ENRIQUE BARRIOS

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