domingo, 26 de julio de 2020

EL CODIGO JESÚS : Lección 16 - BUSCA EL BIEN DE TODOS


Sea en tus plegarias o en tu vida diaria, busca el bien de todos, porque Dios da universalmente a través de la omnipresencia.
Esta lección de inmediato me recordó un comentario de Emerson: “...la plegaria como forma de lograr un fin privado es una ruindad y un robo”.
Sólo existe un Ser, y cuando buscamos sólo el bien para otros, estamos literalmente atrayéndolo hacia nosotros individualmente. Como Jesús ha dicho: “Haz a otros lo que quisieras que te hicieran a ti. Ama a tu vecino como a ti mismo. Aquello que le hicieres al último de mis hermanos, me lo harás a mí”.
Y en la Meditación de Sanación Mundial, leemos: “Lo que es verdad para mí es verdad para todos, porque Dios es todo y todo es Dios. Veo sólo al Espíritu de Dios en cada alma. Y a cada hombre, mujer y niño en la tierra, yo le digo: Te amo, porque tu eres yo Tu eres mi Ser Sagrado”
Reconocemos al Ser universal a quien todos  pertenecemos entendiendo que en nuestra unicidad, no podemos ser exclusivos en nuestras plegarias que lo que queremos para nosotros mismos, lo queremos para todos. Sea una relación amorosa, una curación, o la suficiencia económica, nuestras plegarias afirmativas y tratamientos meditativos deben incluir a la familia planetaria para tener una máxima efectividad. Pero ésta es sólo una parte de la lección.
La otra “joya” se relaciona con la verdad de que “Dios vive universalmente a través de la omnipresencia ¡Sí! Él hace salir su sol sobre malos y buenos, y hace llover sobre justos e injustos” (Mt. 5:45). Agradece al Señor de quien fluyen todas las bendiciones. Todas las bendiciones, en todo momento, sin excepción una infinita, eternamente brotante, desbordada radiación de provisión incluyente de todo para todos en cada momento en el tiempo y el espacio, sin que falte nada. No hay premio ni castigo, sólo la amorosa generosidad brillando constantemente como plenitud, y cayendo como una plétora nutriente para todos.
Emerson también escribió que “la plegaria es la contemplación de los hechos de la vida desde el punto de vista más elevado. Es el soliloquio de un alma contemplativa y jubilosa. Es el espíritu de Dios declarando como buenas a sus obras”.
Contemplamos los “hechos desde el punto de vista más elevado” que Dios no nos niega nada que sea bueno, verdadero Y hermoso en la vida. Y a través de esta dichosa conciencia, sólo vemos al reino terminado en la Tierra.
¿Podría ser que cuando nuestras plegarias parecen no tener respuesta, se trate  simplemente de nuestro rechazo a ser abiertos y receptivos a lo que es nuestro y ya nos ha sido dado a aceptar no sólo para nosotros, sino para todos los demás? Comencemos ahora, ya sea en oración o en nuestra vida diaria, a “buscar el bien de todos “. Nos regocijamos con otros cuando encuentran a su pareja adecuada; gritamos de gusto cuando alguien recibe una ganancia financiera; alabamos a Dios cuando escuchamos que ha ocurrido una curación de mente, emociones y cuerpo.
¡Lo que quiero para mí, lo quiero para ti! Mantengamos esto al frente de nuestra  conciencia mientras damos el siguiente paso.

John Randolph Price

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