domingo, 5 de julio de 2020

PRIMERA PARTE: PREPARARSE PARA EL TRASCENDENTAL VIAJE (Capítulo 5) parte 2



CUARTA CREENCIA: HAY UNA SOLA EXISTENCIA Y ES FÍSICA.

De niño, usted era consciente de un segundo aspecto de su ser. Yo
lo llamo el cuerpo etéreo.
A medida que creció, aprendió a descartar este segundo yo y a creer sólo en el yo físico. El segundo yo, su doble, es un cuerpo de energía que coexiste con su cuerpo físico. Este cuerpo de energía no es ni visible ni discernible con los sentidos ordinarios. No obstante, coexiste con su cuerpo físico en todo momento.
Usted ha perdido contacto con este cuerpo etéreo de energía. Eso
no significa que no se encuentre a su disposición. Su cuerpo físico es ese que ha llegado a creer que es quien usted es. Sin embargo, este cuerpo en sí y por sí mismo es neutral. Su cuerpo no puede procurarle ni paz ni agitación.

Por sí mismo, su cuerpo no tiene propósito alguno. Deriva su propósito del ser invisible que es usted. Pensar en su cuerpo como su realidad supone una percepción errónea del ego. Su cuerpo es, con más exactitud, el hogar escogido por usted para este viaje por la Tierra.
Resulta casi imposible establecer contacto con su yo espiritual cuando sólo se cree en el yo falso y en el mundo material. De alguna forma, en su interior, usted es consciente de que todo el mundo material es energía. Esta energía parece sólida si se la mira bien.
Una mirada al mundo físico desde más cerca revela una danza de
partículas. Una mirada más cercana a esas partículas revela que están implicadas en otra danza más diminuta de más partículas en el vacío, ad infinitum, hasta que sólo hay energía y ninguna partícula. Esta es nuestra realidad. Pero nos han persuadido de que lo que vemos con las limitaciones de nuestros ojos es la única realidad que hay. Su cuerpo forma parte de ese sistema de percepción que le han hecho aceptar.
Su tarea consiste en disolver la barrera que separa estos dos aspectos de su ser. Cuando hace esto, usted alcanza lo inimaginable.
Helen Keller, que vivió sin el uso de la casi totalidad de sus cinco
sentidos, hizo una profunda observación respecto del cuerpo etéreo:
«Me proporciona una profunda sensación de consuelo que las cosas que se ven sean temporales y las que no se ven sean eternas».
Durante la infancia es probable que pudiera sentir las cosas sin verlas, como describió Helen Keller. Si su familia y sus profesores no le alentaron a ser de esta manera, usted perdió esas sensaciones.
En El arte de soñar, Carlos Castaneda describe este fenómeno en una conversación con su maestro. Habla de esas corrientes de energía que están a disposición de todos nosotros. Cuando pregunta quién las experimenta, le responden:
—Como experimentarlas, lo hacen todos los seres humanos, pero
los seres humanos por lo general están demasiado ocupados con las cosas que persiguen para prestarle atención alguna a sensaciones como ésas.
—¿Qué sensación producen estas corrientes?
—Como una leve incomodidad, una vaga sensación de tristeza que es seguida de inmediato por la euforia. Puesto que ni la tristeza ni la euforia tienen una causa explicable, nunca las consideramos como verdaderas acometidas de lo desconocido, sino como inexplicables cambios de humor.
En el sendero de la búsqueda espiritual uno descubre que el mundo que observa con los sentidos no es el único que existe. Se adquiere conciencia de que tenemos una corriente de energía, siempre, en cada momento de la vida. Esta energía puede ayudarle a realizar ese salto al mundo de la conciencia espiritual.
Deje de prestarle demasiada atención a las cosas superficiales que persigue en su vida. Aprenda a volverse hacia el interior y conocer niveles superiores de conciencia. Usted necesita llegar a conocer esa parte de sí mismo y creer en la energía de la presencia que habita en usted.
Podrá usarla para satisfacer sus propósitos espirituales.

Sugerencias para deshacerse de su creencia en la exclusividad física.


• Abrase a la posibilidad de que otras dimensiones de la realidad estén a su disposición. Afirme ante sí mismo que esto es una posibilidad.
Muy pocas personas creían en la existencia de la vida microscópica antes de la invención del microscopio. Había enormes cantidades de diminutas criaturas que vivían en su propia realidad, al margen de la opinión que nadie tuviera de ellas. Existen en su piel, sus ojos, uñas y pelo.
Todas esas cosas que siente como sólidas están vivas, y con una actividad invisible. Aplique la misma conciencia a esta noción. No puede verlo, pero usted es un cuerpo energético y un cuerpo físico. A su doble le gustaría que lo conociera.

• Comience a prestarle atención a las corrientes de energía, los sentimientos que no puede explicar, las sensaciones que experimenta pero que no puede relacionar con la experiencia exterior. Empiece por reparar en la realidad interior que llama sentimientos, e intente concentrarse en las corrientes invisibles.
Con todo lo que hace, con todas las personas que conoce, se produce un intercambio de energía. Usted puede aprender a almacenar esa energía. Pero antes tiene que desprenderse de los prejuicios y reparar en la belleza de esas personas y hechos. Esto se transformará en amor.

• Aminore su marcha con momentos de silencio contemplativo. No haga nada. En esos momentos aprecie su cuerpo y la totalidad de su universo físico. Limítese a valorar y reparar en las ondas interiores de placer que comienza a experimentar.
Es como si alguien le hiciera unas caricias muy leves con una pluma.
Una sensación de placer. De niño le encantaba. Pruébelo con uno
de sus hijos o nietos.
Mis hijos a menudo nos piden a mí o a su madre que les hagamos
caricias de esta manera. Sienten placer y disfrutan de las olas de energía que les suben y bajan por la espalda.
Reviva esas experiencias en la mente. Cree su propia carne de gallina interna. Pronto establecerá contacto con el cuerpo energético que existe en usted.

QUINTA CREENCIA: SOMOS INDEPENDIENTES Y
DISTINTOS DE TODOS LOS DEMÁS.

Nuestra educación fomenta la creencia en las experiencias sensoriales.
Dichas experiencias parecen decirnos que somos independientes,
únicos, especiales, y estamos desconectados los unos de los otros. Muy pocos de nosotros aprendemos que existe alguna clase de unidad. La verdad es que todo se halla conectado.
Durante una gira de conferencias con mi amigo y colega Stuart
Wilde por Australia, tuve la oportunidad de mantener una larga conversación con él acerca de este asunto de nuestra interconexión. En su libro The Whispering Winds of Change, Stuart da una explicación fácil de esta conexión nuestra. Lea sus palabras y desaparecerán sus viejas creencias de que somos seres aislados:
Todos mantenemos un diálogo en las profundidades de la mente
subconsciente colectiva. Eso no significa que no podamos ser una partícula independiente de la ola, sólo significa que podemos comunicarnos entre nosotros... Todo está conectado... Si se le ocurre una idea que ningún hombre ha considerado jamás, el hecho de que usted haya tenido el pensamiento permitirá que otros piensen lo mismo de forma instantánea.

Estamos interconectados porque provenimos del mismo lugar. Su
cuerpo existe en la época moderna, pero sus componentes son muy antiguos.
.. Todo ser humano proviene del mismo origen que cada una de las galaxias y cada una de las estrellas. Todos somos uno. Estamos a horcajadas del tiempo desde su principio hasta el día presente.
Stuart también describe en profundidad cómo nuestros cuerpos irradian calor hasta más o menos tres centímetros de nuestro cuerpo, y resplandor electromagnético hasta alrededor de noventa centímetros.
A esto lo llama la energía etérea y Stuart cree que podemos llegar a vérnosla los unos a los otros.
El ojo desnudo puede ser entrenado para observar esta energía etérea si se lo concentra en la visión periférica, que se ha debilitado a lo largo de millares de años de no usarla. Al hacerlo, podemos ver la energía de otros.
Stuart me mostró cómo hacer esto interviniendo en la energía etérea de personas que ignoraban que estuviese haciendo esta demostración.
He aquí un ejemplo de su libro. (Puedo dar fe de la veracidad de
esto; lo vi hacer yo mismo en Australia): Hace poco, estaba sentado en un hotel de Hawai. Entre el restaurante del hotel y el mar había un sendero por el que se paseaba la gente de vacaciones que iba de un extremo a otro de la playa. Sentado allí, al atardecer, con unos amigos con los que hablábamos del fenómeno etéreo, comencé a clavar la mirada en los paseantes, lo que yo llamo «conectar».
Les señalaba un paseante a mis amigos y luego conectaba con ese individuo y hacía que se volviera hacia mí. Conté unas cuarenta personas durante la demostración. Sólo cuatro no se volvieron.
En The Whispering Winds of Change, Stuart describe cómo crear esta conciencia en uno mismo.

La noción de ser una unidad global desafía nuestros sentidos y casi todo lo que hemos observado. Miramos a los demás y vemos una distancia.
Concluimos que dado que existe este espacio, no hay tal conexión.
Yo paso mucho tiempo caminando por la playa. Siempre me maravillan las aves marinas cuando vuelan sobre la superficie del océano en grandes bandadas. La bandada gira a la izquierda, luego se desvía bruscamente a la derecha, después se encumbra. Parecen conectadas, como si compartieran una misma mente. Yo sé que existe una conexión, aunque cada pájaro parece desconectado de los demás. Alguna energía invisible les permite moverse juntos como si fueran uno solo.
Esta energía invisible también le conecta a usted con todas las demás personas. Cuando reconozca esto, se despojará de su sensación de aislamiento. Una vez que esté internamente convencido de su conexión con todo, reparará en su capacidad para comunicarse con otras personas merced a su energía etérea.
Su conocimiento le revelará que sus pensamientos pueden proyectarse al resto del mundo. Su conocimiento también le revelará su conexión con la conciencia superior.

Mientras leía el Rigveda, me encontré con un fragmento que aclaraba esto más que cualquier pasaje que haya leído antes: La verdad es una. Los sabios le dan varios nombres; es un solo sol que se refleja en todos los pozos.
Es la única agua que apaga la sed de todos; es el único aire que mantiene toda vida; es el único fuego que brilla en todas las casas. Los colores de las vacas pueden ser diferentes, pero la leche es blanca.
Las flores y las abejas pueden ser diferentes, pero la miel es la misma.
Los cuerpos de fe pueden ser diferentes, pero Dios es uno. Como la lluvia que cae del cielo se dirige hacia el océano, así las plegarias ofrecidas en todas las religiones llegan, a Dios, que es supremo.
Una luz, muchos colores; un agua, muchos sedientos; una esencia, muchas formas humanas. Pero a pesar de eso estamos todos conectados.
El que no veamos la conexión con los ojos no significa que no exista.
Rechace la creencia de que está separado de todas las demás personas.
Adquirirá un respeto por todos que se transformará en amor.

Sugerencias para librarse de la creencia en su aislamiento de los demás.

• Recuerde que todo pensamiento desagradable que tenga hacia otra persona es algo que está pensando de usted mismo. Cada intento de venganza o de herir a otro es un ataque contra uno mismo. Si puede empezar a pensar de esta forma, entenderá la afirmación de Jesucristo: «Porque no saben lo que hacen». Significa que no saben que se hieren a sí mismos y a todos los demás cuando hieren a alguien.

• Conecte con su energía etérea usando la técnica de Stuart Wilde. Ejercite su visión periférica y conecte con otras personas mediante esta energía. Esta capacidad de conectar con el campo energético de otros puede utilizarse para demostrarle que hay una conexión que existe a pesar de que no pueda observarla con los sentidos. Esta percepción le ayudará a tratar con respeto a todas las personas con las que se encuentre.

• Tenga la seguridad de que posee la capacidad para comunicarse telepáticamente.
Le insto a que lea Mutant Message Down Under (Mensaje de renovación en las antípodas) de Mario Morgan. Mario Morgan tenía unos cincuenta años cuando se encontró a sí misma en un viaje espiritual al desierto de Australia donde entabló relación con los aborígenes.
Recorrió a pie un millar de kilómetros durante varios meses. Una
de sus muchas agudas observaciones fue que esa gente, que no tenía ni radios ni sistema telegráfico, no había perdido su capacidad natural para comunicarse a través de largas distancias. Observó que aquellos aborígenes lograban comunicarse a través de distancias de hasta treinta kilómetros.
Si confía en la tecnología disponible para todas sus comunicaciones a larga distancia, ha perdido sus capacidades telepáticas. Pero la capacidad todavía existe. Destierre la duda y use esta asombrosa capacidad en beneficio de su búsqueda espiritual.

• Siga la pauta más importante jamás transmitida desde el mundo espiritual: «Ama a tu prójimo como a ti mismo». Repita esta frase y llévela a la práctica todos los días.
A veces olvidamos que nos amamos los unos a los otros. Luchamos
sin necesidad. Recuérdeselo a sí mismo. Honre su conexión con el todo amando a los demás como a sí mismo.

SEXTA CREENCIA: HAY UN «NOSOTROS» FRENTE A UN «ELLOS»

Esta opinión está relacionada con la anterior. Cuando uno sabe que está conectado con los demás no hay ningún «ellos». Sin embargo, hemos sido conformados por una civilización «basada en ese principio"
Algunas de las pautas distintivas de este modo de vida son las
siguientes:

• «Nosotros» es la familia. Todos los ajenos a la familia son «ellos».
Identifiquese con el clan y sabrá dónde está su lugar. Cuando esto no funciona, entonces:
• «Nosotros» son algunos de los miembros de la familia. Algunos familiares son sometidos al ostracismo por parte del grupo. Entonces son una parte de «ellos». O: 
• A veces, «nosotros» sólo son sus familiares inmediatos. Usted mismo, su cónyuge e hijos. Pero cuando los hijos desarrollan valores e ideas diferentes, entonces:
• «Nosotros» son usted y su cónyuge. Todos los demás son «ellos». Pero ahora empieza a advertir que su cónyuge es diferente, así que:
• «Nosotros» son usted y su nuevo cónyuge y tal vez los nuevos hijos. El antiguo cónyuge pasa a ser «ellos». Pero ahora advierte que su nueva familia es difícil, así que:
• «Nosotros» son los compañeros de trabajo. Todos los demás son «ellos».
Pero pronto comienza a darse cuenta de que hay muchos en su profesión que quieren su empleo y compiten por él, así que cambia a...
Parece tonto, pero usted sabe la verdad que esconde esta tontería.
La manera que tiene el ego de funcionar es definir quién está con uno y quién no lo está.
Me han dicho muchas veces que podría cobrar unos honorarios más elevados por mis conferencias, habida cuenta de lo que cobran otros profesionales con credenciales similares a las mías. Cuando me dicen esto me siento como en una situación «nosotros frente a ellos», cosa que para mí es inaceptable. La cuestión parece ser que «ellos» pagarán más si lo solicito. Pero yo me veo conectado con el todo y no puedo cobrar más si a mí me parece exorbitante. Mi propósito es transmitir el mensaje al mundo y ayudar a la gente a confiar en sí misma y conectar con su yo espiritual. Cuanta más gente oiga este mensaje, más se cumplirá mi propósito. En consecuencia, ahora insto a los patrocinadores de mis charlas a que graben mis presentaciones y se queden con el dinero que obtengan de vender las grabaciones a sus oyentes.
La gente que me contrata para dar una charla ya no forma parte de la categoría etiquetada como «ellos». Somos un «nosotros» que está enseñando confianza y ayudando a cambiar la conciencia de la Tierra. Los que oyen las grabaciones quieren oír más. Acuden a las librerías y compran libros, les hablan a otros de ellos, y transmiten el mensaje. El permitirles a los empresarios grabar mis presentaciones y vender las cintas ha creado una red de gente que difunde mis ideas.
Cuando perdemos nuestro sentido del «nosotros frente a ellos», y
sabemos que todos somos «nosotros», mantenemos una relación de ganancia mutua.

Sugerencias para librarse del comportamiento «nosotros frente a ellos»

• Abandone la necesidad de su ego de sentirse aislado de los demás. Comience por verse como un miembro de la familia humana.
Comparta sus «juguetes» con otros, en especial con vecinos, e incluso desconocidos, como si formasen parte de su familia. Como dice el proverbio inglés: «La mano que da, recoge».

• Trate a todas las personas como si fueran parte de su tribu. No repare en las diferencias. Lleve consigo la determinación de ver a los demás como una parte tan suya en el nivel espiritual como su hijo o cónyuge.
Resuma en una frase la idea de que el otro es su hermano. El otro
es parte de «nosotros». En mi vida ya no hay «ellos».

• Fíjese en cuántas veces utiliza el pronombre «yo» en una hora. ¡Elimine algunos! En lugar de hablar de sí mismo y de su grupo, pregunte acerca de otras personas.
Cuando uno no se concibe a sí mismo como distinto de los demás,
se tiene más energía para llevar la conciencia al exterior. El constante uso del «yo» indica un fuerte apego a una actitud vital caracterizada por el «nosotros».

• Piense a escala global en vez de local. La gente que tiene un aspecto distinto, que habla otras lenguas, que tiene diferentes creencias, es par te de «nosotros». Estamos todos juntos en el aquí y ahora. A ojos de la divina presencia no hay favoritos.
Comience a practicar esta conciencia interior. Busque la divinidad y la conexión. Concéntrese en las similitudes que tenemos en lugar de en las cosas superficiales que nos hacen parecer diferentes.

SÉPTIMA CREENCIA: DEBE HACERSE CASO OMISO
DE LOS PEQUEÑOS TIRANOS.

Le han enseñado a creer que en el mundo hay alguna gente negativa de la que es mejor hacer caso omiso. Yo le sugiero lo contrario.
Cualquiera que entre en su vida, en calidad de lo que sea, es valioso.
Los pequeños tiranos de su vida son criaturas tan divinas como
quienes le proporcionan aliento y apoyo. Emerson expresó de la siguiente forma esta importante lección: «Todo el curso de las cosas fluye para enseñarnos fe». Todo el curso. Esto significa todo lo que encuentre en su camino.
Tal vez la persona más significativa de mi vida, la persona que
constituyó el más grande de los cambios para mí y mi propio desarrollo espiritual, es una que en todos los sentidos era un pequeño tirano.
Ese hombre fue mi padre. Abandonó a su familia, fue condenado a prisión por delitos menores, y maltrató a su esposa. A la edad de cuarenta y nueve años murió a consecuencia de un consumo excesivo de alcohol. No tengo ningún recuerdo de él. Mi conocimiento de su persona se basa en lo que oí y, más tarde, en lo que descubrí al investigar su vida.
No obstante, este hombre, un pequeño tirano y un convicto, fue el
principal personaje que me condujo a mi transformación. Escribí sobre cómo perdoné a mi padre en el libro La fuerza de creer* Aparté de mí el odio y la amargura que había llevado conmigo durante toda la vida.
Un solo acto de perdón y desprendimiento abrió el camino de mi búsqueda espiritual, y de escribir y hablar de los milagros de los que trato aquí, y vivirlos.
Aprendí qué tenía que aprender de todo. Cuando ahora caigo en
ocasiones en alguno de los comportamientos que sé que destruyeron la vida de él, me recuerdo a mí mismo que ése no es mi sendero. Que ése no es el tipo de padre que deseo ser. Que no es el tipo de hombre que deseo ser. Es su ejemplo lo que me ayuda a regresar a la senda que sé que constituye mi destino espiritual. Es verdad que los caminos de Dios son inescrutables. Lo que juzgamos como desafortunado y negativo puede enseñarnos las más grandes lecciones.
El tirano que hay en su vida y que le despierta sentimientos de
miedo y pánico, podría no ser más que Dios disfrazado que le enseña a confiar en su propio juicio y aprender del comportamiento del pequeño déspota. El ladrón que le engaña para robarle el dinero podría suponer una lección divina que le enseña a desprenderse de las cosas y no apegarse a ellas. El traficante de drogas podría estar enseñándole las realidades de la adicción y de la vida sin sentido para que abandone ese confiar en las sustancias externas para tener momentos de euforia o éxtasis.
Todas las personas, y quiero decir todas, están en su vida para enseñarle valiosas lecciones. No haga caso omiso de esas lecciones. Capte el mensaje y bendígales, y continúe su camino. Cuando usted hace caso omiso de ellas, o se limita a rechazarlas, usted no consigue entender la verdad que Emerson conocía: «Todo el curso de las cosas fluye para enseñarnos fe».

Sugerencias para deshacerse del desdén hacia los pequeños tiranos.

• Dé las gracias por esos pequeños tiranos. Están ahí por una razón muy importante. Hacer caso omiso de ellos le garantiza que aparecerán más bajo otras formas a lo largo de su vida. Las plegarias de agradecimiento son maravillosas afirmaciones de esta verdad.
La experiencia de ser abandonado por el cónyuge puede enseñarle a ser independiente. Este tipo de situaciones pueden hacerle reconocer la presencia espiritual que hay dentro de usted. Tal vez aprenda la diferencia entre estar solo y sentirse solo, y decida amar a la persona con la que está solo.
Los años de alcoholismo pueden enseñarnos que somos más valiosos y fuertes que cualquier sustancia. Podríamos aprender a estarles agradecidos a esos maestros ebrios y considerarlos instructores enviados por Dios.
Todos los maltratos pueden contener una poderosa lección. Podemos descubrir que somos más que un cuerpo. Nadie puede llegar hasta nuestro yo interior con sus golpes.

• Haga una lista de todas las personas a las que ha apartado de su vida por ser malvadas o por considerarlas escoria. Escriba todo lo que su presencia le enseñó. ¿Ha aprendido a no repetir el comportamiento de la víctima?
Reconsidere el valor de esa llamada escoria para su vida. No podría haber aprendido la lección sin esa persona. La prueba de esto es que obviamente necesitaba atraer a esa persona a su vida... ya que lo hizo.

• Busque la plenitud de Dios en todas las cosas. Advierta que, de alguna forma insondable, la plenitud está operando a pesar de que no pueda verla ni sentirla. Recuerde que el otro no es su cuerpo.

 Continuará...

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