sábado, 4 de julio de 2020

TUS ZONAS SAGRADAS." DECÍDETE A SER LIBRE".- PRIMERA PARTE: PREPARARSE PARA EL TRASCENDENTAL VIAJE (Capítulo 3)


TOMAR LA DECISIÓN DE SER LIBRE
Los elementos de la conciencia superior descritos en los catorce
ejemplos que acaba de leer son aspectos de la libertad personal. Y le corresponde a usted escogerlos.
La dificultad reside en que la conciencia humana es como una casa enorme con muchas habitaciones. Cuando nacemos, es como si llegáramos a una de las habitaciones de la conciencia y viviéramos allí hasta que morimos. A veces intentamos acceder al resto de la casa empujando la puerta sin éxito.
Para abrir con éxito la puerta que conduce a la conciencia superior
debemos abrirla hacia dentro. Cuando uno se da cuenta de que no tiene por qué estar encerrado en una habitación de la conciencia, se enfrenta a la decisión de tomar una dirección diferente. Y es en ese momento cuando toma la decisión de ser libre.
La libertad es la capacidad para abandonar la única habitación de la conciencia en la que uno nació. En esa habitación se aprende cuáles son los límites de la vida. Fuera de esa habitación se aprende que la vida cuenta con posibilidades ilimitadas. Usted no tiene por qué ser una de las personas que Arthur Schopenhauer describió en la siguiente frase: «Todos tomamos los límites de nuestra visión como los límites del mundo».
UNA DEFINICIÓN RADICAL DE LA LIBERTAD
Mi proyecto de escribir sobre la libertad recibió un firme impulso
cuando mi familia y yo vivimos una «aventura a lomos de un caballo» hace unos cuantos años, en Maui, una isla del archipiélago de Hawai.
Para mí, la experiencia fue una coincidencia significativa. He aprendido a reconocer y honrar dichas experiencias. Me ayudan enormemente a tener un propósito en la vida.
«Aventura a lomos de un caballo» es el nombre que Frank Levinson, con su amiga Amber, le ha dado a la odisea espiritual que dirigen en una región apartada de Maui. Mi familia y yo tuvimos la oportunidad de pasar un día «a lomos de un caballo» en la hermosa casita que Frank tiene allí.
Les dije a Amber y Frank que planeaba escribir un libro sobre cómo ponerse en contacto con la parte espiritual de nosotros mismos, y permitir que quien gobernara fuese el lado humanitario. Amber dijo:
—En ese caso, escribirás sobre la libertad. Lee el libro de Florinda Donner.
Entró en el dormitorio y volvió a salir con un ejemplar de Being-in-Dreaming {Vivir en sueños), e insistió en que me lo llevara y me quedara con él.
—Yo ya lo he terminado —dijo ella—, y he estado esperando a
que llegara la persona indicada para leerlo. Quiero que te lo quedes como regalo.
Mientras íbamos en coche hacia el otro extremo de la isla, le dije a mi esposa, Marcelene:
—Tengo la impresión de que leer este libro será un acontecimiento que cambiará mi vida. —Y, desde luego, me puso justo en el sendero que estaba buscando.
He aquí la definición de libertad de Florinda Donner:
—¿Cuánto cuesta la libertad?
—La libertad te costará la máscara que llevas puesta —dijo ella—, la máscara que te hace sentir tan cómodo y tanto cuesta desechar, no porque se te adapte muy bien sino porque la has llevado durante mucho tiempo. —Ella dejó de pasearse y se detuvo ante la mesa de cartas.
«¿Sabes qué es la libertad? —preguntó retóricamente—. La libertad es la total ausencia de preocupación por ti mismo —continuó al tiempo que se sentaba junto a mí, sobre la cama—. Y la mejor manera de dejar de preocuparte por ti mismo es preocuparte por otros.
¿Puede imaginarse vivir todo un día sin pensar en usted mismo?
¿Sin que nada le ofenda, sin que nada le trastorne, sin que nada le enoje?
¿Es posible ver el mundo como es? ¿Es posible despreocuparse de sí mismo en esa situación?
¿Sería entonces capaz de tender la mano para ayudar a otros, de vivir, trabajar y proveer, sin preocuparse de lo que recibirá a cambio?
Sólo trate de imaginarse que no piensa en usted mismo ni una sola vez en todo el día, sin preguntarse ni una sola vez por qué no le aprecian lo bastante, por qué no es lo bastante rico, por qué no le tratan con la suficiente justicia.
Sólo advierta que los otros hacen lo que hacen, sin compararse con ellos. Entregue algo de sí mismo y no pida ni espere nada a cambio.
Simplemente viva. ¡Es libre!
He aquí los párrafos finales del maravilloso libro de Donner:
Florinda me había dicho que la libertad es una absoluta ausencia de preocupación por uno mismo, una falta de preocupación que se logra cuando la mayor parte de la energía apresada dentro de nosotros es puesta en libertad. Había dicho que esta energía sólo se libera cuando ponernos límites al elevado concepto que tenemos de nosotros mismos, de nuestra importancia, una importancia que sentimos que no debe ser violada ni objeto de burlas... El precio de la libertad es muy alto. La libertad sólo puede alcanzarse cuando se sueña sin esperanza cuando se está dispuesto a perderlo todo, incluso los sueños.
Para algunos de nosotros, el soñar sin esperanza, el luchar sin ninguna meta en mente, es la única manera de mantenernos a la altura de la libertad.
La libertad, si se la define como ausencia de cadenas, existe para
muchos. Pero si libertad significa librarse de aquello que nos constriñe la conciencia diaria, si la libertad significa tener visiones ilimitadas, si la libertad significa crear milagros y vivir en una dimensión espiritual radicalmente nueva, entonces la libertad existe para muy pocos.
Si puede olvidarse de la idea de su propia importancia sin derribar su propia estima, está escogiendo el tipo de libertad que Florinda Donner me ayudó a ver. También sabrá lo que quería decir Janis Joplin cuando cantaba: «Libertad no es más que otra palabra para decir que no hay nada que perder».
Cuando no se tiene nada que perder, se es libre por completo, y
cuando no preocupa la propia importancia, se tiene libertad. Se tiene un propósito, se vive en júbilo, y uno espera que el mundo sea un lugar divino donde amar a los otros. En realidad está creando de nuevo su mundo con su recién hallada libertad. Y a uno ya no le obsesiona obtener el crédito de nadie.
SU PAPEL EN EL PROCESO DE CREACIÓN
En los últimos años se han escrito centenares de libros sobre la mecánica de la creación. Mi favorito es Quantum Consciousness {Conciencia cuántica), de Stephen Wolinsky. Este libro ofrece un punto de vista comprensible sobre cómo se crea el universo. Le insto a leer el libro del doctor Wolinsky, y poner una particular atención en el ejercicio que recomienda para entender la mecánica de la creación.
Lo siguiente es una descripción elemental de cómo se crea todo lo
presente en el universo, lo cual le ayudará en su búsqueda sagrada.
• La totalidad del universo está hecho de energía, cuya mejor descripción de esta energía es aquella que la representa como una onda.
A las partículas más diminutas que conocemos las llamamos partículas subatómicas. Sin embargo, no están hechas de materia; son energía.
Estas partículas son tan diminutas que el único medio por el que
sabemos de su existencia es por el rastro que dejan en los aceleradores de partículas.
Las partículas parecen existir sólo cuando las observamos. Sólo
cuando se toma la decisión de ver una partícula, la onda de energía se convierte en una entidad concreta.
La atención dirigida hacia esa energía reconocible como una onda es lo que crea la realidad que llamamos partícula o sólido, o mundo físico.
Wolinsky escribe: «El observador es el creador de la partícula/masa del universo... Esto significa que la manera en que experimentamos subjetivamente los acontecimientos, interacciones, y nuestro yo interno viene creada por el observador... por nosotros».
Piense en esto mientras considera su búsqueda. Aquello sobre lo
que su atención se centre, aquello será lo que creará. Yo no puedo entender cómo dichas partículas invisibles funcionan en el plano cuántico, pero creo que estas pruebas científicas nos ofrecen formidables pistas sobre los efectos y poder de nuestra atención conscientemente dirigida.
Abrazar de manera consciente la plenitud de Dios en todo lo que
uno ve y hace, y centrar la atención en lo que se quiere conseguir, es el secreto del mecanismo de la creación.
Cuando uno opera desde su yo superior, está al mando. Se convierte
en un co-creador con Dios de todas las realidades de su vida.
En The Tao of Physcs {El Tao de la física), Fritjof Capra escribe: «Si los útiles de la medición se modifican, las propiedades de la partícula cambiarán». Esto significa que cuando uno centra su atención en algo y se convierte en el observador, el acto de observar afecta a la creación.
Pero si modifica su modelo de observar y/o aparta la atención, también la creación se verá afectada.
La creación de cualquier cosa en el universo físico está determinada por el tipo de atención que uno le dedica. Aparte al observador (la atención) y alterará la creación. La forma en que una onda se hace sólida e independiente es mediante la atención consciente del observador.
Este es el valor de aprender el propio a mirar hacia el interior y centrar la atención en lo que uno quiere crear. Las partículas subatómicas existen o desaparecen dependiendo del observador.
La experiencia interna de mantener su yo superior centrado en el objeto de su deseo constituye el proceso de creación de su vida. O como lo describe Gary Zukav en The Dancing Wu Li Masters (Los maestros danzantes Wu Li): «Lo que hay ahí fuera al parecer depende, en un riguroso sentido matemático así como filosófico, de lo que nosotros decidimos aquí dentro. La física moderna nos dice que un observador no puede observar sin alterar lo que ve».
Usted puede decidir lo que hay aquí dentro por el sistema de volver la vista en una dirección nueva. Ha de saber que lo que está observando y a lo que está dedicando su atención en el interior, afectará a lo que suceda en el exterior. Creará un mundo de alborozo y conciencia espiritual si es allí donde decide concentrar su atención.
Todo esto tiene por significado poner en su conocimiento que la
mecánica del universo y de su búsqueda son un mismo proceso.
Hasta ahora he descrito la búsqueda sagrada y lo que sentirá cuando le haya dado la vuelta a su vida. El apartado siguiente ofrece sugerencias para la práctica diaria. Estos ejercicios le ayudarán en el proceso de cambiar su mirada.
SUGERENCIAS PARA ACEPTAR EL RETO DE LIBERTAD
• Cada día haga un intento de ayudar a otras personas de alguna forma y no se lo diga a nadie. Con lentitud, las preguntas sobre su propio valor y por qué está aquí se evaporarán. Tan sólo una pequeña ayuda o amor entregado a otra persona, sin pensar que le deben algo, le pondrá en el sendero de la conciencia superior.
Copie esta verdad antigua y reléala a diario: «Cuando busques felicidad para ti mismo, siempre te eludirá. Cuando busques felicidad para los demás, la encontrarás para ti mismo».
• Practique la consecución de coincidencias significativas. Fórmese en la mente una clara imagen de algo que le gustaría que ocurriera en su vida. Una oportunidad laboral, conocer a su pareja perfecta, abandonar un comportamiento adictivo. Manténgase centrado en esta imagen y dé amor con toda la frecuencia que le sea posible, teniendo esta imagen en mente.
A medida que perfeccione la manera de mantener la energía interna
sobre lo que le gustaría lograr, y continúe dando amor, atraerá las coincidencias que se adapten perfectamente a su deseo. Esto se llama dirección de las coincidencias, y es algo que yo practico a diario. Funciona.
• Valore de modo constante el mundo interior. Comience a reparar en sus pensamientos y recuerde que el sencillo acto de pensar es una prueba de que hay una energía invisible que fluye a través de usted todo el tiempo.
Perciba a su pensador: es decir, el yo invisible que está detrás de
sus pensamientos. Busque conocer al que sabe, la inteligencia invisible que reside detrás de lo que llamamos conocimiento. Lo conocido está siempre en movimiento; cambia y no tiene ningún lugar de asiento. Es el que sabe, el inmutable y eterno.
Con esta conciencia comenzará a conocer su divinidad. Fuera de
esta conciencia será capaz de dar forma al mundo que desea.
• Mantenga conversaciones con Dios. En lugar de pedirle favores, afirme su voluntad de utilizar toda su fuerza interior para crear soluciones.
Pida la fuerza y esté dispuesto a realizar lo que sea necesario.
Saber que se es capaz de acceder a la guía divina requiere algo más que una práctica semanal. Dichas experiencias de saber provienen del interior y nunca puede dudarse de ellas. Hacerlo trastoca la existencia.
• Tómese tiempo para apreciar la belleza. Cuando contemple un pájaro, una flor, una puesta de sol, una madre que amamanta a su hijo, un anciano o un autobús escolar, ábrales el corazón. Permita que el amor circule desde usted hasta ellos y sienta cómo le es devuelto. Cuanto màs practique el recibir amor del entorno, más energía tendrá.
Hay energía en todas las cosas y seres. La forma en que recibe esta energìa invisible es mediante la apreciación de la belleza y la maravilla de nuestro universo.
Con la práctica, será capaz de enviar al exterior el amor que recibe mediante el sencillo acto de apreciar la belleza. ¡Inténtelo!
• Intente apartar a todos los enemigos de sus pensamientos. La misma inteligencia que fluye a través de usted fluye a través de todos los seres humanos. Olvídese de las cosas que los intereses creados quieren que crea. Todos somos uno; cada uno, una célula de ese cuerpo llamado humanidad.
Cuando se tiene esta mentalidad universal, la persona se ve libre del odio que divide a la humanidad, y es incapaz de participar en la violencia.
El acto de herir a otro, con palabras o armas, es un acto de separación.
Cuando uno sabe que está conectado con todo, no puede ni imaginar que golpea a otros, mucho menos sentir odio por pretendidos enemigos.
La respuesta a nuestros problemas de violencia se halla en el
reino espiritual.
• Piense en usted mismo como alguien sin limitaciones y establezca una nueva relación con la realidad. Imagínese capaz de conseguir cualquier cosa que su mente pueda representarse.
Sueñe que vuela, que cambia de forma, que desaparece y reaparece,
y cualquier cosa que le resulte atractiva. Establezca una nueva relación con la realidad que sólo dependa de lo que usted quiera ser.
Despójese de todo lo que le han dicho que es imposible o irreal, y
establezca con Dios lo que es posible para usted. Examine todas las dudas que tiene sobre los milagros y quienes los obran, y reemplace esas dudas por una postura abierta.
Su meta es tener una relación muy personal con la realidad.
• ¡Abandónese! Esto implica un acto del corazón. El acto de entrega tiene lugar en un momento. Deje atrás sus conflictos con lo que es y lo que puede ser, y abandónese. Deje de preguntarse: «¿Por qué yo?».
Acepte el hecho de que su cuerpo morirá y que usted es eterno.
Fúndase con este concepto cuando alguien muera, y deje de decirse que su muerte no debería haber sucedido de la forma en que sucedió. Puede abandonarse y aceptar, y también puede llorar.
Repare en cualquier diálogo interno repetitivo sobre los horrores y tragedias del mundo. Abandónese y despójese de él. Esto no significa que vaya a regocijarse con el sufrimiento de los demás. Significa que no centrará su energía interna en el sufrimiento. Lo cual le hará sentirse más dispuesto a eliminar el sufrimiento de los demás.
Cada día mueren millones de personas, y millones más aparecen en este planeta. Es una obra de constantes entradas y mutis. Todas sus opiniones sobre cómo debería suceder no son más que nociones que uno tiene de cómo Dios debería dirigir esta obra.
Pero todo es perfecto; incluso la parte que le desagrada o juzga negativa.
Abandónese y tenga presente que también usted es uno de esos
personajes que han hecho su entrada y acabarán haciendo un mutis.
Pero tenga también presente que es eterno, y que ésa es su más cierta realidad.
¡Abandónese! Sólo requiere un instante.
• ¡Sueñe despierto! Eso es. Recuerde que no tiene por qué irse a dormir para poder soñar. Concédase momentos para soñar sin dormir.
Permita que su mente cree todo lo que puede crear cuando sueña
dormido. Mediante la práctica de este ejercicio llegará un día en que no será capaz de distinguir entre sus sueños de vigilia y sus sueños nocturnos. Éste es un lugar maravilloso, porque le proporciona la oportunidad de crear mentalmente el marco de su experiencia vital.
Soñar despierto puede hacerle sentir ilimitado. Lo hacía de niño y le etiquetaban de soñador. Pero aquéllos fueron momentos maravillosos.
Cuando se libera de los límites autoimpuestos que experimenta en
la conciencia de vigilia, entra en el mundo del espíritu. Es ahí donde llega a conocer su yo superior, a experimentar a Dios. Es ahí donde puede mantener conversaciones con esas personas, importantes en su vida, que ya han fallecido. Es ahí donde puede recibir guía y la confirmación de su esencia inmortal.
• Tómese cada día un tiempo para el silencio. Podría ser una forma de meditación, pero si prefiere no hacerlo, simplemente permítase algunos momentos de silencio. Viva su silencio durante al menos treinta minutos diarios.
Cuando estamos enamorados, solemos decir que nos faltan las palabras.
Usted está buscando ese amor divino interior como parte de su
bùsqueda sagrada, así que concédase tiempo para guardar silencio.
Cuando sentimos asombro ante algo decimos: «Me faltan las palabras ». Esto es un indicio del valor del silencio. Encontrará a Dios cuando permita que la parte espiritual de su conciencia domine su vida. Abandone el ruido, las precipitaciones y el bullicio de su vida durante sólo treinta minutos al día, y se convertirá en un momento que apreciará como un tesoro.
• Imagine una solución espiritual para su problema. Piense en el problema más grave con que se enfrenta hoy. Escríbalo. Ahora repase todos sus pasados intentos de solventar esta dificultad. Verá que la práctica totalidad de los esfuerzos que ha realizado para corregir ese problema estaban centrados en el mundo exterior.
Ahora intente un enfoque por completo distinto: Primero repare en la parte emocional del problema que le inquieta: la tristeza, el enojo, el dolor, el miedo. Luego tome la decisión de que esta emoción es negativa e indeseable para su vida. Ahora repare en la sensación que le produce esta experiencia interna.
Está fijando su conciencia interna en lo negativo de la emoción que despierta el problema. Sólo dése cuenta de ello. Ahora, quítele la etiqueta de negativa a la emoción y limítese a aceptarla como lo que es: ni mala ni buena, sólo una emoción. En lugar de etiquetarla, mírela como energía, obsérvela como tal.
Ésta es una forma espiritual de abordar la solución de su problema.
Se ha convertido en observador. Está considerando la emoción relativa a su problema como simple energía. Antes de que pase mucho tiempo, verá desaparecer las emociones. Sus sensaciones de tristeza, ansiedad y miedo se disiparán, mediante el solo acto de observar.
A medida que se siente cada vez menos ligado emocionalmente, el
problema desaparecerá de modo paulatino. Una solución espiritual es aquella en la que se desliga emocionalmente del resultado y ve la energía como algo que fluye a través de usted. Mediante la observación de esa energía, se aleja del dolor. El acto de observación comprensiva disipa el problema.
• Aligere su carga a partir de hoy. Haga un repaso de todas las pertenencias que ya no usa y compártalas con otros. Puede hacerlo con todo lo que posee.
Cuantas menos sean las cosas a las que se aferre, más libre será. El acto de compartir sus pertenencias es un acto de conciencia superior.
A la postre, será capaz de entregar las cosas que todavía usa, y luego será también capaz de dar su dinero. Sabrá que todo lo que dé le será devuelto con creces.
Recuerde la máxima: «Muchísimas personas desprecian el dinero, pero pocas saben darlo».
Al aligerar su carga material, gastará menos energía en atesorar,
asegurar, preocuparse y demás. Cuando menos apegado se sienta a sus pertenencias, más capaz será de compartirlas de forma incondicional con otros, y más plácida será su vida.
• Esfuércese en estar satisfecho de sí mismo en vez de forzarse a complacer a otros fingiendo. Diga para sí: «Yo soy lo que soy y eso está bien siempre y cuando no le haga daño a otras personas».
Esta afirmación evita que tenga que cambiar su yo auténtico por
uno falso. Usted es una criatura divina, eterna e inmutable. El resto no es más que la representación que lleva a cabo el cuerpo.
Séale fiel a su yo invisible. Hágalo en silencio y sin alharacas, pero hágalo. Su comportamiento, más que sus palabras, le enseñará a la gente que no está dispuesto a ser algo que no es. No hay necesidad de hacer aspavientos. Un encogimiento de hombros, o un apartarse de las situaciones comprometidas, o una declaración firme, suelen bastar.
Tenga claro sus tendencias internas y no será agresivo cuando su inclinación sea estar sereno, ni atlético cuando sabe que no es lo suyo, ni homosexual cuando su guía interior le dice lo contrario.
Esto significa estar dispuesto a confiar en su yo interno y atenerse a esa guía interna ante las presiones de los demás.
• Dirija su atención hacia lo que le complace. Por ejemplo, si tiende a imaginar desastres, cambie esta costumbre por la contraria. Recuerde que aquello en lo que piensa acaba tomando forma. Ahora, después de haberse representado mentalmente la tragedia, vuelva a representarla con un final feliz. Es importante que haga esto cada vez que se sor-prenda deslizándose hacia catástrofes imaginarias, porque si no lo hace provocará los resultados que teme.
Usted tiene el poder de hacer que su mundo interior trabaje en su
beneficio o perjuicio. Úselo para crear las satisfactorias imágenes que quiere que ocurran en su mundo material, y llegará un momento en que esa satisfacción interna abrirá el camino que recorrerá.
Puede llevar una vida apacible y placentera. La elección está en sus manos
• No juzgue. Si ve a alguien que es muy diferente de usted en apariencia física, edad o posición económica, utilice su mente para transmtirle amor y no censuras. Si de modo instantáneo, por la fuerza de la costumbre, hace un juicio, reconozca que acaba de hacerlo, y luego transmìtale a la persona su amor incondicional durante un segundo.
Esto le hará perder el hábito de enjuiciar y hará que adquiera el de usar la mente para transmitir el tipo de amor que recargará de energía.

Continuará...

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