lunes, 7 de noviembre de 2016

Libro Contando con tu Alma (Eric Rolf) Capitulo-8


PODER- Capitulo 8 (NUMERO-8)
“Después de pasar por el Mundo (7), el 8 llega al Poder, que representa el papel del creador o el mago, la esencia de vacío, silencio y espacio que es el origen de todo. 
La fuente del poder es la nada; esa es la respuesta a la pregunta quién soy. 
El 8 viene a administrar poder para quedarse vacío, que es su meta, su próximo paso al 9. Su desafío es la manipulación, que no es un acto de poder sino de sentirse sin poder.” 
Llegar a 8 ha sido un proceso de acumulación de poder. 
El 8 es también el número de la muerte o la transformación, ya el proceso se acerca al final, el 9, y se ve venir. 
El 9 no lo ve venir porque ya está allí y está mirando hacia el otro lado, la Nada. El 8 toca la última dimensión del poder, la más alta, porque el 9 está de despedida y ya no le interesa. 
En numerología cabalista, el 8 es el último y corresponde al número de Dios. Cuando los hebreos hablan del “nombre no pronunciable de Dios” se refieren al 8. 
Hermes dijo que lo que está arriba está abajo (8). 
El 8 es también el símbolo del infinito (æ). 
El mago del tarot lleva el 8 pintado en su sombrero. 
Somos un número de poder, transformación y espacio. 
Todo en la vida se relaciona con poder; levantarse de la silla o de la cama requiere poder. Lo que llamamos fe o confianza también es poder. El que puede arriesgar, el que tiene el poder para arriesgarse, decimos que tiene fe. 
Somos como el director de una sinfonía; la música es una creación artística. 
El director hace como el mago con su varilla; aunque no toca ningún instrumento, le da el espacio a los músicos para que expresen su talento. 
Nuestro poder es indirecto, cuando utilizamos nuestro poder directamente metiendo la mano, normalmente lo que hacemos es meter la pata. Lo nuestro es trabajar a distancia; la gracia de la magia es que ocurra algo increíble sin tocarlo, la magia es invisible. Cuando ponemos la mano es porque no confiamos suficiente en nuestro poder y el resultado no suele ser magia, sino manipulación. No hay que meter la mano si no hace falta y la mayoría de las veces NO hace falta. 
Un buen ejecutivo sabe de qué detalles debe ocuparse. 
Eso reduce el campo de meter la mano al de los detalles que valen la pena. Cuando se nos ocurre algo que vale la pena hacer, también se nos puede ocurrir alguien que puede disfrutar haciéndolo y hacerlo muy bien. 
Eso es una forma de crear y dar un espacio para otra persona. Nuestro papel es representar a un creador sin limitaciones. 
Si tenemos claro lo que queremos y actuamos con principios elevados y desapego, es muy probable que se manifieste. 
Dios sólo dijo: “¡¡Que se haga la luz!!”. 
Él no era electricista, ni puso las bombillas, ni pulsó un interruptor. ¿A quién convenció Dios para que se hiciera la luz o a quién se lo dijo? ¿Se le ocurrió la posibilidad de que no se hiciera la luz? El papel de un creador sin límites es de fuerza indirecta, de asumir la responsabilidad, sin poner la mano. 
El sentirse víctima, tener miedo, la falta de confianza en que la vida apoya, la creencia de que la vida es una lucha y que hay que esforzarse para conseguir las cosas, es lo que provoca que las cosas no funcionen como nos gustaría. 
Si nos enfocamos de forma negativa los resultados son obvios. Un ejemplo de este proceso es temer las cosas que no queremos. Es como tener un jardín con flores; debemos tener claro cuáles son las flores que queremos regar. Nuestra atención es muy potente y cuando nos ponemos a pensar en algo, aunque sea algo que no queremos, le estamos dando fuerza en nuestra vida. La atención es como el agua que les echamos a las flores. 
La atención sigue al pensamiento, así que si no queremos algo, en lugar de darle atención negativa, démosle atención a lo que sí queremos. 
De forma práctica, el “no……..” le da más fuerza a lo que decimos detrás del no. Las flores que no regamos simplemente se marchitan y se secan. Para nosotros esto es una regla de oro, pero como toda regla tiene su excepción y es que todas las flores tienen su regalo y no hay que resistirse a cogerlo. 
Si nos resistimos al regalo o al mensaje, la vida lo sigue trayendo hasta que lo cojamos, lo reguemos o no. 
Nuestro camino suele pasar por alguna situación apurada para darnos cuenta de todo el poder del que disponemos. 
Eso nos puede obligar a buscar en el fondo de nuestro bolsillo y descubrir todo lo que hay allí. Nos ponemos límites y los límites no están realmente ahí. Cuando nos acercamos a un límite lo suficiente, descubrimos que desaparece. 
Una situación apurada nos puede obligar a ir más allá de esos límites y descubrir el tesoro que está a nuestra disposición. 
Si uno dispone de un poder ilimitado, ¿para qué va regatear con él? No hay que negociar con el poder, no importa quedarse aparentemente en números rojos dando, es decir, dar más de lo que nos parece que tenemos. Eso nos sirve para darnos cuenta de capacidades propias que desconocíamos. 
Cuando hablo de números rojos no me refiero al dinero de la cuenta bancaria, aunque el dinero es una de las metáforas de poder. Hay veces que hacemos cosas por personas y creemos que ya hemos hecho suficiente. Pero siempre vale la pena hacer más, que no indica esforzarse más, sino solamente darle más atención e intención a nuestros actos. No querer hacer más por algo o alguien es un problema de poder personal, de creer que no tenemos suficiente. 
Lo único que hay que hacer es alinearse con lo que está pasando. El tomar una decisión o escoger tiene un aspecto mental y otro emotivo. Cuando no nos sentimos con suficiente poder para dejarnos llevar por la emoción, ponemos el énfasis en el aspecto mental El mejor criterio para escoger es el que te hace decir: “¡Qué bonito!”. Eso es todo. 
La vida no nos perdona actuar con tacañería cuando somos ricos. El tacaño es el que no se permite decir: “¡Que bonito!”, porque está calculando. Si hay que calcular, que sea cómo lo vamos a hacer, y no si lo vamos a hacer. 
Entonces ya no es calcular, sino organizar. 
Cuando evolucionamos, el precio da igual, porque estamos dispuestos a pagarlo, sabemos que lo que sólo cuesta dinero es barato. Aunque ponemos mucho énfasis en la parte externa o material de las cosas, estamos conectados a lo interno, de una forma u otra. El vacío nos recuerda la muerte, el momento de la transformación. 
Acordarse de la muerte va bien porque nos ayuda a quitarle importancia a cosas que realmente no la tienen. 
Es mejor hacernos amigos de la muerte porque si no nos volvemos muy serios. 
DESAFÍOS 
La manipulación es uno de nuestros desafíos. 
Un nivel primario de manipulación consiste en utilizar a otras personas, que desconocen nuestra verdadera intención, para conseguir nuestros planes. De niños ya aprendimos a hacer eso muy bien, conseguíamos lo que queríamos a costa de lo que fuera, y el medio no importaba. 
Un nivel secundario consiste en utilizar a la otra persona por su propio bien. Como venimos a administrar poder, en cierta manera creemos que nos encontramos en la posición de decidir por otras personas. 
Para decidir por otra persona, se supone que deberíamos saber lo que la persona quiere. El problema es que no solemos tener en cuenta lo que la otra persona quiere, sino lo que nosotros creemos que necesita. 
Creemos que podemos manejar eso por el bien de la otra persona. Ahí ya hemos cometido dos fallos: 
El primero es que no mostramos nuestras verdaderas intenciones o no damos toda la información a la otra persona, para que sea ella misma quien decida; el segundo es que, en realidad, nunca sabemos lo que le conviene a la otra persona aunque nos lo parezca. 
Ahí manifestamos un complejo de dios, pero en negativo y en miniatura, es decir, decidir por otra persona por su bien. Tendemos a juzgar a las personas por si se merecen o no las cosas que les pasan, como si fuéramos jueces y pudiéramos decidir lo que es verdad y lo que no lo es. 
Nuestro gran desafío es darnos cuenta de que la vida no es tan seria, porque incluso la manipulación viene de tomarnos las cosas demasiado en serio. Si pudiéramos imaginar que en el principio Dios rió, que el Big Bang fue el principio de una gran carcajada y que todo el Universo son las ondas de esa risa divina… Podríamos transformar nuestra vida si pudiéramos aceptar que en el principio Dios rió. 
Nosotros somos parte de esas ondas de risa divina, como una gota de agua es parte de un océano. 
El problema es que nos ponemos serios. ¿Puedes imaginarte un Dios Todopoderoso que esté tenso? El poder viene de estar relajado. Cuando uno está relajado actúa por gusto y placer. Actuar dándonos importancia no funciona, nos apegamos al resultado y utilizamos el poder en contra nuestro. 
Muchas veces utilizamos este poder para mantenernos en una estructura muy rígida, que nos hace serios. 
A veces nos sentimos muy niños y a veces muy mayores; tenemos mucha energía que nos puede dar la vitalidad de un niño, a la vez pensamos como alguien mayor, serio y conservador. 
En esos momentos podemos sentirnos confundidos. 
En cualquier etapa de confusión, vale la pena acordarnos de nuevo de la muerte. 
Otro de nuestros desafíos, es dejar de calcular los beneficios por los que hacemos las cosas. 
Simplemente hacerlas por la sensación de que están bien. 
No siempre se puede ver, y todavía menos calcular, el beneficio de una acción. La acción pura es la que está vinculada a un sentimiento y viene a través de un impulso del corazón. 
Si cuando sentimos el impulso interviene la mente y nos ponemos a calcular, no estamos siendo honestos con nuestras emociones. Es un desafío actuar motivados por el sentimiento en lugar de pensar y calcular el resultado de la acción. 
Es muy útil tener en cuenta que un enfoque miserable produce más miseria. Una forma de manifestar nuestras limitaciones es decir: “¡Porque lo digo yo!”. 
Que es otra vez el complejo de dios en miniatura. 
Venimos a explorar el poder y una forma de resistirlo es quejarse: Nos quejamos muy bien. 
El problema de la queja es creérsela, porque está basada en un sentimiento de impotencia, que es una forma de resistirnos a nuestro camino. 
Nunca somos dependientes aunque queramos aparentarlo; es sólo una forma de controlar, quejándose y haciéndose el pobrecito. Los que más se creen sus quejas son el 4 y el 8. 
El 7 también se queja muy bien, con mucha lógica, el 9 te lo cuenta como una historia cómica, pero el 8 es el mejor. 
Cuando se queja hay que apartarse, porque se queja de todo y de todos y tanto si estás cerca como lejos te va a tocar una parte. 
Si le escuchas te va a echar un peso encima que te hará sentir culpable. No hay que hacerle ningún caso y es difícil porque lo hace muy bien, es un manipulador profesional. 
Si le haces caso no le estás haciendo un favor ni a él ni a ti. Nuestro último desafío es ser responsable de algo sin tocarlo, es decir, sin intentar controlarlo. 
Se trata de asumir un riesgo como una forma de tirarse al vacío entregándose a la Vida y, manteniendo la intención en nuestro propósito, dejar los detalles en manos de la Existencia. 
NIÑEZ 
El niño 8 no suele dar mal parto aunque viene con mucha fuerza. Si da un mal embarazo, es para que sus padres se vayan preparando para el resto de problemas domésticos que van a tener con él. 
El conflicto principal es quién manda en casa, porque el niño tiene claro que manda él. Por las buenas, los padres lo tienen muy difícil para hacerle creer que no es así, porque el niño está convencido. Hace lo que quiere cuando quiere y, si no es así, hay un grave problema doméstico. 
Eso incluye, por supuesto, todo lo relacionado con dormir y con comida. El niño suele conseguir lo que quiere porque viene bien dotado de toda clase de estrategias para lograrlo, directas e indirectas. De forma directa, diciendo a los padres lo que tienen que hacer y de forma indirecta a través de la manipulación; él no hace nada, pero consigue que sus padres hagan lo que él quiere. 
A veces, como por las buenas no ha podido ser, tiene que ser por las malas: los padres utilizan su poder de adultos con / contra el niño. En ese proceso de ser castigado el niño se rebela porque no sabe que hacer con toda esa fuerza que tiene dentro, se siente víctima de una gran injusticia y debe reprimirse porque su tamaño todavía es pequeño. 
Aquí se configuran varios extremos de su camino, el tener que reprimir o aguantar su poder, la queja sobre la injusticia y sentirse atacado, que deberá explorar por el otro extremo, ya que en ocasiones se presenta como un gran desafío. 
El entorno material en el que crece no importa mucho. 
Ha venido a desarrollar el poder y la abundancia. 
El 8 no es pobre aunque nazca en un familia pobre. 
Si se da el caso, ese entorno de escasez le sirve como impulso para desarrollar la abundancia. Al entrar en contacto con un grupo, puede pasar desapercibido, hasta que un día de pronto se suelta y muestra de golpe toda esa fuerza o poder contenido. Es a partir de entonces cuando se le tiene en cuenta o se hace con el respeto del resto. 
El problema es que su estilo es un poco bruto y que él se cree que tiene que continuar siéndolo para seguir obteniendo el respeto del grupo. Tiene vivencias fuertes relativamente pronto, que tanto pueden ser positivas como negativas. 
El 8 es en cierta forma el último número porque el 9 ya se está yendo. Eso se manifiesta en su niñez a través de algunas experiencias en las que la metáfora de la muerte está a su alrededor. Esta metáfora puede ser accidentes, enfermedades o muerte de personas que, aunque no necesariamente le son cercanas a él, le causan impacto. 
Es un niño atrevido en el aspecto de correr riesgos, hay que vigilarlo de cerca. Tiene relación con la disciplina bastante pronto. Podría, por ejemplo, ir a una escuela de monjas, curas, un internado o un lugar estricto. 
Vive circunstancias relacionadas con rutina y tradición que le exigen o instauran una especie de disciplina. 
PROFESIÓN 
El 8 es un excelente ejecutivo, con gran capacidad para organizar, dirigir y coordinar el impulso de otras personas. Suele encontrar una manera de que otras personas manifiesten su creatividad. 
Estén donde estén, hay una tendencia natural a que la vida los sitúe en una posición donde deberán tomar decisiones. Resumiendo, lo que se les da bien es mandar, el desafío son sus principios. 
Pueden tener trabajos como metáfora de esa autoridad y disciplina, como podrían ser administración, fuerzas del orden, religión o leyes. 
Esta capacidad de mando, unido a su tenacidad, autodisciplina, energía y al hecho de que saben ganarse el respeto de los demás, hacen que puedan destacar en muchos campos, como empresarial, comercial, financiero o político. 
Si estas cualidades se combinan además con una actuación con principios elevados y honestidad, puede convertirse en un líder con gran capacidad de influencia. 
Los 8 piensan a gran escala y sus planes suelen ser ambiciosos. Aunque suelen lograr lo que se proponen, pueden entrar en conflicto con sus principios. 
Si están enfocados de forma positiva, pueden usar su don para convertir dificultades en ventajas y su instinto para captar oportunidades. Parte de su magia es encontrar “cómo” hacerlo. Su don para generar espacios se puede concretar creando una empresa o una organización, que aunque es sólo una definición legal, lo que está creando es un “espacio” donde otras personas pueden desarrollar su potencial. 
El 8 organiza al que se le ponga por delante y, cómo no, a la familia. Los puede ver por una parte como si estuvieran a su cargo y no importa si son padres o hijos, y, por otra parte, como si, en cierta forma, trabajaran para él y los debiera organizar. SALUD 
Pueden tener problemas de espalda; tienen mucha energía y hasta que no aceptan esa riqueza, se les suele bloquear en la espalda. Este bloqueo puede llegar a la cabeza a través de subidas o descargas y puede ocasionar dolores o mareos. 
La cabeza es también la metáfora del que manda. 
También pueden tener problemas en los músculos por la metáfora de la transformación o transmutación; en las rodillas, que representan la metáfora de poder material y no material; y en las manos, por el desafío de meter la mano. 
Tienden a sufrir accidentes. 
El 8 pone espacio y el espacio domina la materia; en cierta manera, el 8 es el guerrero y la materia es la metáfora de su contrincante. 
El hígado representa la filosofía de la vida y crear un espacio requiere una filosofía consciente. Los hombros representan las cargas y responsabilidades que se ponen encima. 
Representan una carga cuando no se sienten con el poder suficiente para manejarlo. 
Pueden tener problemas de garganta porque ésta representa un punto de poder; a la persona seria parece que le falta poder. 
En realidad a nadie le falta poder, pero es una paradoja porque si crees que te falta, te falta. 
La persona que está convencida que le falta poder nunca va a tener suficiente. 
RELACIONES 
Los números que se relacionan mejor con el 8 son el 1, 2, 4 y 5. Las relaciones entre 8 y 1 funcionan bien si el 8 da el suficiente espacio para que el 1 no se siente presionado. 
El 8 lo puede dar porque lo tiene. Entre el 2 y el 8 sienten atracción por esa mutua fuerza interior e indirecta, aunque un problema puede ser la lucha por el poder externo. 
El 8 y el 4 se pueden llevar muy bien, si consiguen no hacer caso de las quejas del otro. 
Compaginan bien porque el 8 maneja el espacio y el 4 el contenido. 
Con el 5 si es que el 8 se deja controlar un poco por el 5 y a cambio salirse con la suya de forma elegante. 
Cuando se juntan números con mucha energía, como puede ser el 8 con el 2, 5, u otro 8 suele pasar que, ante cualquier desequilibrio que se les presenta, utilizan esa energía uno contra el otro que hace que se anulen entre ellos; eso desgasta su energía y claro, la relación. 
Deben aprender a mirar ambos en la misma dirección y sumar sus efectos. 
RECORDAR 
Nuestro camino… Pasa por evolucionar del uso del poder directo al indirecto, de desapegarse de ambos y sonreír, acordándose de que la muerte forma parte de la vida. Una clave… Es que no hace falta meter la mano para controlar, sólo mantener la intención y atender lo que está delante.
http://elnuevodespertardelser.blogspot.com.es/

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