jueves, 9 de julio de 2020

EL CODIGO JESÚS : Lección 3 - ENTIENDE LA NATURALEZA DEL ALMA


Y el Yo, la Personalidad Consciente de Dios como Espíritu Intimo, se contempló a Sí mismo, y de esa contemplación surgió una Conciencia de Sí Mismo:
Chispas de la Flama Universal en unidades individuales y casi infinitas de Autoconciencia, Almas, todavía unidas y conteniendo al Todo.
No poseemos una mente separada de la Mente. El Yo-Espíritu universal en Auto-contemplación generó en luminosos rayos circulares, por así decirlo, campos de conciencia, almas, unidades de Su propia Auto-conciencia, y permaneció con la Conciencia como la Realidad del Ser. La Sabiduría ancestral nos dice que “hay sesenta mil millones de unidades de conciencia”, considerando ambos lados del velo.
Para una mayor comprensión de este concepto, piensa en tu mente consciente como si fuera un alma individual. Ahora ve a esta unidad de Auto-conciencia como un aro de luz en un mar infinito de luz. El Espíritu, el Yo, cambia Sus vibraciones alrededor del aro y entona una nota cósmica directamente relacionada con el alma, tu conciencia particular. Los Antiguos describieron esta configuración de los aros exterior e interior unidos (Espíritu y alma como uno) corno una “forma de huevo” y se refirieron a ella como un “ovum”. En un opúsculo Gnóstico escrito en el siglo primero, los discípulos de Jesús revelan: “Enseguida (Jesús) nos dio un diagrama... El diagrama es como un huevo, con otro huevo más pequeño, o núcleo, en su interior…”
El Yo-Espíritu-Sí-Mismo individualiza su Conciencia como un campo de energía particular, al tiempo que Él permanece universal. Cada uno de nosotros es el Yo, omnipresente pero individual, una particularización del Yo. El Yo es nuestra realidad, nuestro Sí Mismo. Si pudieras dar un paso atrás y mirar tu Ser, verías una luz cegadora en, alrededor y a través de ti un radiante campo áurico de infinita inteligencia, poder, sabiduría y amor universal y plenamente presente en el punto donde estás. ¡Tú eres esa Luz!
Lo que nosotros consideramos como nuestra conciencia personal es nuestro Ser en expresión
enfocada de Auto-conciencia. No somos una mente mortal o camal. Esas palabras significan sólo un montón de falsas creencias. Somos centros de conciencia del Espíritu-Yo, no separadas del Yo, sino el Yo contemplándose a Sí Mismo desde una vibración distinta de la Mente. El papel o función de la mente es estar plenamente consciente de la Realidad Divina, tener pensamientos de Verdad, y visualizar un mundo de perfección. Entonces, el Yo-Ser se manifiesta, se forma y se experimenta en, a través y como dicha conciencia. La creación es constante; nunca se detiene.
Jesús habló de esto cuando dijo, refiriéndose a su conocimiento-de-la-Conciencia interior: “No puedo yo hacer nada por mí mismo” (Juan 5:30) y: “Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es verdadero” (Juan 5:31). Pero más tarde, al hablar como el lo Divino el Yo de todos, dijo: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida” (Juan 14:6) y: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre (la Divina Conciencia en acción)” (Juan 14:9).
En el Tratado Pistis Sofia de los Gnósticos, Jesús dice: “¿Todavía no sabéis y sois ignorantes?
Vosotros no sabéis ni comprendéis que vosotros sois todos Ángeles, todos Arcángeles, Dioses y Señores, todos Regidores, todos los grandes Invisibles, todos los del Medio, todos los que pertenecen al grupo de aquellos que están en lo Correcto, todos los Grandes de las emanaciones de la Luz con toda su gloria…”
Otro punto que debemos considerar aquí: el Espíritu de Dios es el principio creativo del universo, y ese mismo Espíritu es la Causa en acción en y a través de nuestra mente y nuestra naturaleza sensible. Una Creación del orden más alto está en acción cuando somos conscientes, entendernos y conocemos la Presencia interior nuestro Ser Sagrado y vemos con nuestras facultades imaginativas la plenitud de una vida más abundante. (Vemos la verdad y no una mentira). Entonces el Ser vive en nosotros, y llegará un tiempo en que la conciencia y la Personalidad del Yo serán una y la misma, como se muestra en el ejemplo de Jesús.
No hay yo y tú, sólo hay Yo. Como la repetición es tan importante para la comprensión, observemos nuevamente nuestra constitución divina. Primero, Yo soy, nosotros somos, el Espíritu-Ser de Dios incorporando la plenitud de la Divinidad. Reflexiona sobre esto. El Dios Todopoderoso, el Poder Primigenio, el ES eterno, el Primer Principio, habita dentro de nosotros. Cuando vernos y sentirnos la Presencia interior, no es sólo nuestra elevada naturaleza lo que estamos percibiendo, sino el Todo de
Dios Padre, Madre, Espíritu-Ser como Uno.
El segundo aspecto de nuestro ser es el alma de la Auto- conciencia, nuestra personalidad, que los antiguos llamaron la “Luz del Señor”. Es el transmisor de la sustancia que crea forma y experiencia, el medio de expresión del Espíritu, y la mente de la identificación personal. Así que el todo que somos es un “ser individual que reúne cuerpo, personalidad, mente, sentimientos y espíritu”. Yo soy como Jesús.
¿Y qué hay acerca del ego? Sólo es una forma de pensamiento del miedo el asiento de todas las falsas creencias que creamos en nuestra mente cuando comenzamos a percibir una separación de nuestra verdadera naturaleza. No posee realidad alguna, y su garra imaginaria comienza a aflojarse con cada paso que damos hacia la luz.
Una meditación
¿Quién soy? Hago la pregunta y escucho a mi profunda voz interior.
Yo soy la única Presencia que existe, infinita, omnipresente; Soy tu propio Ser, el único
Ser que existe. No hay otro.
Pero siento que somos dos, un Yo y un Tú, una mente inferior y otra superior una criatura indefensa y un Maestro Divino.
Una ola no puede ser separada del océano, un rayo del sol. Sólo existo Yo, universal e individual. Vuelve a esa gloria que una vez fue nuestra una Mente, una Presencia, un Poder. Yo soy tu Espíritu; Tú eres la conciencia de Mí Mismo a través de la cual funciono para revelar la plenitud en todas las áreas de la vida.
Ahora soy consciente del poderoso Yo que existe en el centro de mí, mi único Yo expresándose como una vida perfecta y un perfecto mundo.
Renuncio a la falsa creencia de que soy un ser humano, y acepto la verdad de que soy Espíritu puro expresándose como cuerpo y alma. Dios es mi único Ser, mi única Existencia.
No soy una mente humana, porque sólo hay una Mente ,Mente-Dios, y Dios no creó nada que fuera opuesto a Sí mismo.
Soy consciente de mi único Yo, la Verdad de mi Yo. Soy consciente de Mí, el Único, y a través de esta conciencia de mi Ser, el reino fluye en forma y experiencia perfectas.
Soy como Jesús ,física, mental, emocional y espiritualmente. ¡Soy un ser completo!

John Randolph Price

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...