lunes, 6 de julio de 2020

TUS ZONAS SAGRADAS.- SEGUNDA PARTE: LAS CUATRO CLAVES DE ACCESO A LA CONCIENCIA SUPERIOR. /DESTIERRE LA DUDA/ ( 3ª PARTE



FE COMO ANTÍDOTO DEL MIEDO Y DE LA DUDA

En la mayoría de los casos, la palabra «fe» está asociada con el desarrollo de una estructura religiosa. La fe y el culto, en este contexto, van juntos. Yo no estoy escribiendo sobre la fe en ese sentido. Respeto cualquier religión, pero no quiero que confunda las creencias religiosas con la verdadera presencia de la fe.
La fe es análoga a conocer a Dios, cosa que es diferente a creer en Dios. El conocimiento, desde el punto de vista en que estoy escribiendo, es una experiencia a nivel celular de las vivencias personales, a la cual no acompaña ni una pizca de duda. Para mí, la fe es un conocimiento y una capacidad interiores de ver a Dios en todas las cosas, incluido uno mismo.
El tipo de fe que describo no necesita ni un culto ni un libro sagrado.
Proviene de tener una experiencia interna directa de Dios como
parte del yo superior. Está presente de incontables formas en la vida cotidiana. Usted no tiene que ver necesariamente esta luz interna con los sentidos. Uno sabe que lo que no ve está allí, a su disposición.

He visto a mi esposa, Marcelene, demostrar esta fe interior en siete ocasiones diferentes cuando ha dado a luz a nuestros hijos. A lo largo de sus embarazos me habla de su fe en que Dios está con ella. Sabe que traer un niño al mundo es más que una experiencia física. Sabe que es una oportunidad sagrada que se le ha confiado.

No tiene en absoluto ninguna duda de su capacidad para llevar
adelante todas las etapas desde el comienzo del parto hasta el nacimiento del bebé sin que haya complicaciones o dolor. Esta fe la coloca en un estado de conciencia superior, y su apariencia física cambia.
Abandona los confines de su cuerpo. Mediante el poder de su milagrosa concentración en lo que tiene que hacer, actúa sin prestar atención a las distracciones que la rodean.
Su fe interior ha servido para desterrar la duda sobre su capacidad para dar a luz un niño en un entorno espiritual y libre de dolor. No cree que Dios esté allí a su disposición, lo sabe. La idea de cualquier duda es absurda para ella.
He estado en la sala de partos con mi esposa mientras a las mujeres que la rodeaban les asaltaban los miedos y las dudas. Marcelene, apoyada en su fe, participa en el acto de la creación como observadora y como participante. Incluso ha utilizado ese mismo conocimiento interior, basado en la fe, para ayudar a otras mujeres a dar a luz. Las acompaña durante todo el proceso —desde los primeros meses de embarazo hasta el parto—, las ayuda a acceder a su yo interno y les asegura que si destierran la duda vivirán una experiencia de un parto glorioso. Todavía no he visto que fracasara.


Instruye a las mujeres para que hagan caso omiso de todas las frases negativas y cargadas de dudas que les oyen a otras madres «experimentadas». Las ayuda a que aprendan a volverse hacia el interior, hallar la paz, conocer a Dios y utilizar la fe para que las guíe a lo largo de la experiencia.
Ahora está escribiendo un libro sobre la forma espiritual de abordar el parto y el cuidado de los niños.
Usted debe entender que la fe es una decisión que uno toma en su
interior. Cuando la decisión se transforme en un saber, comenzará a sentir la energía sagrada que fluye a través de todas las cosas como inteligencia divina universal. Saber que todo tiene un propósito es un proceso mental. La fe llega entonces como energía que reside dentro de uno en todo momento.
Un anochecer, cuando estaba sentado mirando una espectacular
puesta de sol en el golfo de México, me di cuenta de algo pasmoso.
Todo este planeta, con todo lo que hay en él, tiene que pesar incontables trillones de toneladas, y hay alguna energía que lo impulsa en torno al Sol y crea la ilusión de que en verdad es el Sol el que se pone. Lo que en realidad estaba sucediendo mientras yo estaba ahí sentado, era que estaba desplazándome en una órbita alrededor del Sol.
Contemplé la enorme cantidad de energía que incesantemente trabaja para desplazar este enorme planeta, mantenerlo girando y dentro de su curso en su viaje anual. La misma energía está moviendo al Sol en una órbita más amplia, e incontables cuerpos celestes más en incontables órbitas.

Esta energía provoca la ilusión de que la Tierra se mantiene inmóvil, pero nosotros sabemos que hay movimiento. Tenemos fe en esa energía. Confiamos en que mañana por la mañana el Sol saldrá por el este. No creemos en ella: sabemos que existe y tenemos fe en ella.
La misma energía le impulsa a usted por la vida y se encuentra
dentro de usted en todo momento. Esa misma energía les permite a sus pulmones llenarse de aire, a su corazón latir, y a su cuerpo permanecer unido en lugar de desintegrarse. Eso lo sabe, tiene fe en ello.
Ése es el tipo de fe que debe desarrollar con respecto de la totalidad de su vida. A usted le guía una energía celestial. Ahora empieza a saberlo.
No tiene que verlo para creer en ello, no más de lo que tiene que
ver el viento para saber que está allí.
Esta energía invisible que hace tantas cosas es lo que usted necesita conocer. La fe interior se convierte en un poder que antes estaba oculto. He visto personas que caminaron descalzas una distancia de hasta doce metros sobre carbones ardiendo al rojo sin que se les hicieran ampollas.
Antes de emprender esta aventura, su única preparación es concentrarse en su fe. Su fe les proporciona la capacidad de concentrarse con una intensidad que puede evitar que se les hagan ampollas en los pies.
Yo he usado este tipo de fe para cruzar a nado un lago cuya agua
estaba a siete grados de temperatura, sin experimentar sensación de frío. Tecleo la máquina durante horas y veo cómo surgen poemas y capítulos sin bloquearme, porque sé que no estoy solo. La energía cósmica está dentro de mí para que la use, para cumplir mi destino personal.
He visto aparecer a la persona precisa para ayudarme con cualquier cosa que necesitara cuando he alcanzado esta fe interna y desterrado toda duda. En una ocasión, mientras estaba en una cabina telefónica de Nueva York buscando el teléfono de alguien a quien no había visto en años, alcé la mirada y me lo encontré allí mismo... una coincidencia asombrosa, o una conexión con la energía universal que fluye a través de las personas.
Con frecuencia me he encontrado con que precisamente el libro o
artículo correctos han aparecido en mi correo cuando estaba atascado en un punto concreto. A menudo he imaginado a un escritor o escritora particulares mediante la concentración en sus palabras y luego, de forma «mágica», han aparecido en mi vida. La fe interior puede hacer aparecer las personas o hechos que necesita; funcionará. (Sin embargo, esto no quiere decir que los obstáculos no vayan a surgir también.)

FE Y FRUSTRACIÓN
Incluso después de que desarrolle esta fe en Dios y en usted mismo, se encontrará con que todavía hay obstáculos en su vida. El pensamiento libre de dudas y el saber no significan que vayan a florecer de modo automático la abundancia y la prosperidad. No obstante, al aparecer los obstáculos, comenzará a procesarlos de un modo por completo distinto: un modo basado en la fe y no en la frustración.
Cuando se sienta tentado de ver los obstáculos como impedimentos recuerde que la vida pone pruebas. Invente una frase para recordarse el valor potencial del obstáculo. La frase podría ser: «Este obstáculo ha aparecido en mi vida para enseñarme algo. Cuando aprenda la lección, veré mi fe interna manifestarse otra vez de forma positiva. Bendeciré este hecho en lugar de maldecirlo, y tendré presente que los caminos de Dios me serán a veces misteriosos».

Recientemente, mi esposa y yo pasamos unos días en Santa Fe,
Nuevo México, en un retiro destinado a renovarnos nosotros mismos y nuestro matrimonio. En la primera noche que pasamos allí, vimos en el vestíbulo del hotel el menú de un restaurante macrobiótico y decidimos cenar en él. No obstante, parecía haber un centenar de obstáculos que surgían en nuestro camino cuando nos pusimos a buscar el restaurante.
No dejábamos de perdernos y aparecer de nuevo en el punto del
que habíamos partido. Yo giraba en el lugar que parecía correcto y acababa de vuelta en el hotel. Santa Fe es una ciudad que fue trazada en círculos concéntricos, y los nombres de las calles cambian de una a otra manzana.
La frustración iba en aumento tras haber pasado más de una hora sin haber encontrado el restaurante. Le había pedido instrucciones a más de diez personas, y por fin hice una llamada telefónica al restaurante para pedirles ayuda. Durante todo el tiempo, estaba decidido a superar y extraer la lección de la prueba.
Cuando por fin llegamos, el restaurante estaba lleno. Al entrar, una mujer de Naploes, Florida, llamada Mary Reinhart, entró delante de nosotros.
Estaban acompañándola a la única mesa vacía que quedaba, y se
volvió para decir:
—¿Les gustaría compartir la mesa conmigo en lugar de esperar?
Comimos juntos, y en el curso de la conversación nos habló de una espiritual mujer llamada Gangaji que comenzaría un satsang (una reunión para la verdad) en Santa Fe, la mañana siguiente, y que duraría hasta cuando teníamos planeado permanecer en la ciudad.
Durante los cinco días siguientes, mi esposa y yo asistimos a la satsang junto con centenares de otras personas. Yo pensaba que habíamos ido a Santa Fe para estar a solas.
Pero conocimos a Gangaji. Es un alma iluminada que ha seguido un curso de autodescubrimiento en la India, y ahora recorre el mundo celebrando satsangs, transmitiendo el mensaje de paz, amor y capacidad.
No cobraba nada, y nos proporcionó una gran riqueza espiritual.
En una audiencia privada con Gangaji, ella me contó que su hermana había leído uno de mis libros y que el mensaje del mismo había contribuido a volver a reunirlas. La hermana había decidido abandonar cuando Gangaji emprendió su propio sendero espiritual. Durante nuestra conversación, recibí de Gangaji el eslabón perdido que necesitaba para organizar y escribir este libro. Me habló de la idea de libertad como de una decisión que debía tomarse cada día, y me proporcionó el subtítulo de este libro. Fue su concepción de la libertad como ausencia de egocentrismo lo que me guió para escribir sobre dicho tema.

Nuestro viaje a Santa Fe había sido planeado con muchos meses de antelación, pero fue pospuesto tres veces porque se retrasó el parto de una mujer que tenía que dar a luz con la asistencia de Marcelene.
Ahora, si usted añade esto a toda la información contenida en los párrafos previos, verá una multitud de obstáculos y «coincidencias»: el hecho de que tuviéramos que posponer el viaje; el perdernos cuando intentábamos encontrar el restaurante (que resultó estar a muy poca distancia de nuestro hotel); las instrucciones incorrectas que nos dieron, los giros erróneos que describimos; que Mary Reinhart entrara en el preciso momento en que lo hacíamos nosotros y que nos invitara a comer con ella; que nos preguntara si estábamos en Santa Fe para conocer a Gangaji (de quien no había oído hablar nunca antes); que nos invitaran a reunirnos en privado con Gangaji porque un participante del público me reconoció; y la historia de ella sobre la reunión con su hermana.
.. Y luego, encontrar lo que me faltaba para organizar este libro.
Todos estos supuestos obstáculos y coincidencias conspiraron con el destino para colaborar en la redacción del libro que ahora está leyendo.
También usted tiene historias como la mía a las que puede que no
les haya prestado demasiada atención. Le insto a que busque una perspectiva nueva cuando se encuentre atrapado en momentos difíciles.
No se fije sólo en lo físico y permanezca alerta para detectar lo que el destino está conspirando para ofrecerle. Con esta actitud tendrá fe incluso cuando esos obstáculos parezcan insalvables.
Todas las muertes o «accidentes» de su vida, incluida su vuelta a la nada, son parte del orden divino. Puede que no sean comprendidos, sobre todo considerando cómo nos educan para evaluar estos asuntos.
Gracias a la fe, sin duda usted sabe lo que Edna Saint Vincent Millay quiso decir cuando escribió: El hombre no ha inventado a Dios; ha desarrollado fe para encontrarse con un Dios que ya existe.
Su fe puede mantenerse arraigada en presencia de los obstáculos. Su frustración porque Dios no está trabajando al ritmo que usted cree que debería, puede ser reemplazada por el conocimiento interior de que todas las cosas de su vida están para enseñarle algo. Su búsqueda espiritual le conducirá al conocimiento de que la enorme energía que mueve los planetas y las galaxias, manteniéndolos siempre en su curso, fluye también dentro de usted, y le mantiene en su curso, aunque su limitada visión le impide verlo.
La fe limpia la vista. Lo que uno ve entonces son obstáculos perfectamente colocados en lugar de frustrantes impedimentos. La paradoja está en que cuando se desarrolla esa fe uno aprende la lección y cada vez aparecen menos barricadas en la vida.

CONTINUARÁ...

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