lunes, 12 de diciembre de 2016

LOS HIJOS DEL SOL: ELIJAH - 1ª PARTE


LOS HIJOS DEL SOL: ELIJAH - 1ª PARTE 
EL SEÑOR DE LA TIERRA
Mi nombre iniciático fue Homet-Nut. Tuve el privilegio de ser admitido en la Fraternidad Solar que creara en su día el faraón Akenatón. Tanto yo, como mis setenta y un hermanos, juramos servir los valores de los Hijos del Sol, a través de los tiempos, en las diversas reencarnaciones que se nos asignaran en la Tierra, por los señores del Karma. Se me ofertó y adquirí el compromiso de revelar el conocimiento. Fui el guardián del Ojo Sagrado de Ra y se me programó con la facultad de mirar hacia atrás en los Registros del Tiempo.
Por esto me ha tocado asomarme a este momento, contando cuanto puede ver mi espíritu. En un determinado estado de conciencia, soy un ser atemporal. Y como en una gran pantalla, veo acontecimientos, percibo sensaciones y revivo situaciones, en las que los miembros de la Fraternidad Solar, se han visto envueltos, a través de la Historia.


¿Quiénes son los Hijos del Sol?.... se ha especulado mucho sobre estos míticos seres, incluso se duda de su existencia y mucho más de sus decisivas actuaciones, en el devenir de la Historia Humana. Los Hijos del Sol, son espíritus viejos que tienen a su cargo la evolución espiritual de la raza humana. Esta Fraternidad es sobre todo espiritual. Su templo no está entre humanos, sino en el mundo astral. Sus mentores y guías no son de este mundo. Al no ser una religión, una secta o simplemente una institución física, que tenga templos, universidades o lugares de culto, no se puede afiliar nadie a la misma. Sus miembros a veces encarnados, a veces no, cuando toman cuerpo en la Tierra, pueden o no, ser conscientes de su identidad, pero sin duda operan y siguen la lógica para la cual fueron programados. Son mutantes; es decir, sobre ellos no solo actúa su propio espíritu, sino que son, en muchas ocasiones o en toda su vida, templos de un espíritu superior, que les compenetra y les guía.
Sus valores son de humildad y servicio. Su propósito es alcanzar la sinarquía espiritual de todos los seres, de todas las razas y de todos los pueblos. Si alguno se atribuye ser Hijo del Sol, simplemente miente, puesto que el primero de los juramentos que adquirieron, fue trabajar de incógnito, sin formar cultos, sectas o seguidores. No adoran a ningún ser encarnado sobre la Tierra y por supuesto no siguen ninguna religión.
La certeza de cuanto digo, solo la podéis corroborar desdoblando vuestro cuerpo astral y penetrando en el templo del espíritu que habita en el espacio-tiempo. No creer en ellos es la mejor garantía y la actitud más eficaz para operar sin censura, sin persecuciones y sin descrédito. Su recompensa no está en este mundo.
Imaginad un gallinero con cientos de gallina a cargo de un granjero. Las gallinas viven en su mundo, en su lógica, en su universo físico. Viven, luchan, mueren y se pelean en la selección de la especie. No son conscientes de ninguna manera de que sus vidas están en manos del granjero. Si éste no les da de comer, no las cuida, o no les resguarda de la climatología, sin duda morirán. Pero el granjero a su vez esta sujeto a otra Ley, a otra forma jerárquica que le somete y le dirige. Imaginad que esa Ley, que él no controla, ni entiende, le envía una plaga vírica que comienza a matar a las gallinas. El granjero se esmerará, investigará y buscará la forma de que sus gallinas no perezcan. Cuando finalmente el ganadero consigue entender la Ley; es decir, comprender el virus, saca una vacuna y cura a todos sus animales de la granja. Las gallinas, no se han enterado de nada. Ignoran el tremendo esfuerzo que ha hecho su cuidador para preservar sus vidas. Los Hijos del Sol son, por explicarlo de alguna manea, los granjeros que cuidan a la raza Humana. Son espíritus; que no cuerpos, que interpretan, cumplen y transforman la Ley Superior, para adaptarla a los seres que dependen de ellos. Este concepto jerárquico, está en cada elemento que tiene vida sobre el planeta. Así, pues, todos los gatos, tienen un alma colectiva, y sobre esta alma colectiva, actúa un espíritu superior, que tiene a su cargo como el granjero, la vida de todos los felinos domésticos de cuatro patas. Lo mismo ocurre con cada especie animal. ¡Veámoslo de otro modo! Si tomamos por ejemplo a Gandhi, estamos hablando esencialmente de la India, puesto que por él y por su causa, se liberó la India del imperio inglés. Martín Luther King, sería el granjero de la raza negra norteamericana. Y siguiendo esta misma lógica, cada grupo tiene asignado por esta sagrada Ley jerárquica, una entidad, física o astral, que dirige su evolución. Los Hijos del Sol son por decirlo de alguna manera los garantes y por tanto granjeros de la Sagrada Ley del Espíritu.
Por esto a través de los tiempos, han nacido seres que en los peores momentos de la Historia Humana, cuando todo parecía perdido, han renovado la Ley, han traído el conocimiento. Han vuelto al redil a las ovejas descarriadas. Son por tanto guardianes del conocimiento esotérico de la Humanidad.
La historia que ahora voy a contar es además de real, romántica y trascendente. Se puede creer o no. Esto no es importante. La idea es mostrar una ética comportamental y una forma de ser. Voy a hablaros de un ser tremendo. De una personalidad rebelde, supra-humana. De un espíritu indomable, que no cedió ante la corriente, que no olvidó, a pesar de tenerlo todo en contra, la Ley del Espíritu. Me estoy refiriendo al profeta Eljah (Elías) Pero primero hagamos un poco de historia:
Después de la partida de Moisés, Esen junto con sus hermanos, habían creado las comunidades de monjes esenios. Cientos de años después el conocimiento y la sabiduría de estos monjes fue creciendo en virtud y en eficacia. En un momento determinado de la historia, tal y como narran los historiadores, aquellos monjes fueron el faro de luz que iluminó al mundo occidental. Hoy nadie discute, que el cristianismo es un plagio de casi todas las pautas que practicaran dichas comunidades.
Por otra parte el pueblo hebreo salido de Egipto y capitaneado por Josué, se asentó en la Tierra Prometida y siguió más o menos fielmente la doctrina creada por Moisés y adaptada por Aarón y la casta sacerdotal. Pero el pueblo no podía evitar que los reinos contiguos a su nación, los amorreos, filisteos, amalecitas, etc. influyeran en sus costumbres y en su doctrina. Finalmente y en el periodo de rey Acab, la influencia extranjera había sustituido la tradición y la doctrina primigenia de la Ley Judía y las viejas tradiciones se habían perdiendo irremediablemente. Esto, que en principio se podía considerar como no importante, era por el contrario peligroso, puesto que la Ley judía era, además de un tratado religioso, con más o menos liturgia; todo un sistema sociológico de vida; una verdadera constitución, que sentaba las bases del comportamiento ordenado de un pueblo díscolo y poco amigo de seguir ninguna norma.
La Fraternidad Solar debía intervenir para poner las cosas en su justo sitio. Se estableció una asamblea extraordinaria y se designó a uno de los miembros de la misma para que tomara cuerpo y siguiera todo un programa de restablecimiento de los valores espirituales adecuados para el pueblo.
Trescientos treinta y tres años, exactos, después de la muerte de Aarón en el monte Horeb, su espíritu tomaba cuerpo en la aldea de Tesbí. Era un niño moreno, de ojos azules, con mirada fija y penetrante. Se le puso por nombre Elijah y fue destinado al culto de Yavé por parte de sus padres.
A continuación voy a narrar la historia de este personaje, desde el principio. Pero antes voy a hablar de algo trascendente y que requiere de una gran intuición espiritual para entenderlo.
Cuando un hijo del sol muere a manos de las fuerzas del mal, se da un cambio importante en la Tierra. Tomando el ejemplo del granjero. Imaginad que en un momento determinado este granjero tiene un accidente y muere. Sin duda las gallinas al no poder ser atendidas, pasarían hambre o en todo caso, su forma y hábitos de vida cambiarían. En igual medida, y hablando más recientemente de la Historia Sagrada, cuando muere Jesús el Cristo, la longitud y la frecuenta del Sol cambian. Este hecho es referido por el historiador Plinio, que afirma como desde Alejandría, al tiempo de la muerte del Cristo un extraño fenómeno se registró en el Sol, como nunca antes de había visto. Y en los evangelios se dice que al tiempo de morir Jesús, el Sol se obscureció con una gran tormenta en el que se rasgó el velo del templo. Hubo una sintonía perfecta entre la muerte del Maestro, con el cambio solar, de hecho el Sol, ahora renovado, con más prana, hizo que los ciegos vieran y los paralíticos se curaran, al tiempo justo de ocurrir este fenómeno. Incluso el propio Jesús dice “Yo soy la luz del mundo” y la luz de este mundo es sin duda el Sol.
Como veremos más adelante, Elijah, al igual que Enoc, fueron seres arrebatados al cielo, que no murieron en la Tierra, por tanto, seres o desaparecidos, o inmortales.
¿Por qué fueron arrebatados estos dos personajes? ... los miembros de la Fraternidad Solar saben que fueron preservados para morir en este tiempo, puesto que con su muerte en la Tierra, el Sol cambiará su frecuencia y su longitud de onda y una nueva era alumbrará sobre nuestro planeta, de más prana, de más paz, de mayor progreso.
Fueron preservados para morir. Por esto los espíritus de estos dos seres, que en su dimensión son andrógenos, compenetrarán a dos mujeres y dos hombres de nuestro tiempo y con su muerte se inaugurará una nueva era.
Los Hijos del Sol saben que estos hechos están próximos, puesto que el Sol se ha vuelto loco y su actual comportamiento está desconcertando a propios y extraños. Las tormentas solares y su halo electromagnético está rompiendo en forma extraña la estadística hasta ahora establecida por la ciencia. Y si el Sol cambia, cambia inexorablemente la vida sobre el planeta.
No se me ha concedido decir más, pero si leéis despacio la historia de Elijah, seguramente encontraréis el resto de las claves.
ELIJAH, MAESTRO DE JUSTICIA
Veo entre las nieblas de mi mente, a mitad del camino entre la vigilia y el sueño, y con la casi seguridad de estar en él, a un extraño personaje y un pintoresco lugar.
Una veintena de viejos Olivos retorcidos, garabateando formas sugerentes, coronan una pequeña loma, aterciopelada de un ligero manto verde, con zonas calvas de vegetación. Casi en el centro, donde el verdor se vuelve más húmedo y espeso, surge a pequeños borbotones un manantial de agua limpia y pura. Cada emanación del precioso líquido, hace elevarse un puñado de arena en suspensión, que de nuevo vuelve a caer en pequeña cascada, para de nuevo iniciar el milenario vaivén del líquido que rompe las entrañas de la tierra y ve la luz. Los habitantes de aquellos parajes lo llamaron el torrente de Querit.
Según se baja de la loma, se ve un pequeño valle que desde el lado húmedo y verdoso va descendiendo a la arena amarillenta del próximo desierto. Estamos en Palestina al oriente del Jordán; próximos al desierto del Qumram. El cielo es tan brillante y diáfano, que más bien parece un espejo pintado por los dioses.
Según bajamos escalonadamente vemos cuatro tiendas de parecido tamaño, donde la vida parece tener una prisa especial por expresar lo mejor de los pintorescos personajes que en ellas viven. Son casi todas mujeres y un sinfín de niños mocosos que corretean y juegan de aquí para allá, disfrutando de su pequeño paraíso. Mirando a lo lejos, aparecen unas estribaciones montañosas que forman una barrera natural entre nuestro campamento y los verdes valles fértiles de los ribereños del Jordán.
La actividad es febril, cada una de las mujeres, se afana en triturar raíces, hierbas y especias que como si de un ritual se tratara, mezclan en unas cuantas cacerolas que reposan sobre las ascuas de un fuego de leña. Otras tantas están dedicadas a la higiene del campamento y al cuidado de la preparación de los escasos alimentos de los que disponen. Sobre todo miel traída de las montañas, leche, queso de cabra y frutas secas, junto con aceite purísimo de los olivos que rodean al campamento, donde se atan las tiendas.
Se podría decir que aquel lugar era un hospital y farmacia de campaña, pero no de estos tiempos, sino de hace más de dos mil años.
Desde el campamento, fijo la mirada en la loma y veo poco a poco emerger una impresionante cabellera de pelo ensortijado, fundamentalmente cobrizo, pero a la vez sucio y enmarañado con restos de hojas y briznas de paja que coronan una cara de barba mediana y tez morena. Ojos verdes, brillantes y expresivos, casi erráticos y perdidos entre la realidad terrena y el cielo. Dientes blancos como la espuma y nariz fuerte y decidida. El cuerpo atlético, no excesivamente alto, pero musculoso y ágil, era movido por unas piernas fuertes; al igual que el pelo, muy sucias y tupidas de una gran cantidad de bello. El vestido de burdo tejido hebreo cubría casi todo su cuerpo hasta el final de las rodillas. Un hombro permanecía al descubierto y sobre él un zurrón de tela, que dejaba asomar manojos de extrañas hierbas. Destacaba asi mismo un fuerte cinturón de piel que ceñía su cuerpo atlético y que sobresalía del conjunto como rasgo característico. La edad, sería de unos treinta y cinco años. Venía canturreando una extraña jerga que al ser escuchada por las mujeres, hizo que brotara una sonrisa de admiración de cada una de ellas, puesto que su Señor, el Amo, venía de sanar a los enfermos del poblado próximo. Casi todos los niños dejaron los juegos en los que se ocupaban y se acercaron felices y chillones al terapeuta que llegaba. Él, sacaba del zurrón unos dátiles y los iba depositando en la mano de cada uno de sus pequeños a la vez que su cara se llenaba de una sonrisa de satisfacción. De las bocas de estos mocosuelos salía con fuerza la misma palabra: "Elijah...Elijah....Elijah". Y efectivamente Elijah, era el nombre de nuestro personaje, nacido en Tisbé y designado ya desde la cuna como profeta de Dios y médico mágico del cuerpo y del espíritu del ser humano.
- ¡Sheisha....Sheisha! - Grito Elijah, dirigiéndose a una de las tiendas.
Del fondo de la misma apareció sereno y sonriente un rostro bellísimo, de rasgos semitas, con pelo negro como el azabache, largo y ensortijado. Tres cintas de colores surcaban la cabeza y se anudaban en la nuca. Los dientes brillantes como el marfil más pulido que jamás se hayan visto estaban perfectamente visibles y bien alineados entre unos labios rojos carnosos y sensuales. El vestido de color verde, se ceñía con una cinta amarilla en la cintura y cubría casi todo el cuerpo hasta los tobillos. Destacaba su busto femenino con unos pechos igualmente turgentes y perfectamente proporcionados. Pero sobre todo este maravilloso aspecto, acaso destacara más, algo que sin ser visto, era emanado por aquella tremenda figura sin esfuerzo alguno; me refiero al carisma espiritual que sus ojos negros relampagueantes irradiaban a todos y cada uno de los lugares donde se posaba su mirada. Y aunque por mil veces repetida la misma escena y la misma llamada, del pecho de Elijah y de entre los senos de Sheisha salió al instante una bola de energía blanca violeta, que solo los ojos de los que miran con la facultad del espíritu pueden ver, y que alternativamente golpeaba a ambos como si de preciosas cadenas de amor se tratara.
Era como antes dije Sheisha, la favorita de entre las mujeres que Elijah el Profeta tuviera y que no eran pocas, por cierto. Era sin duda la más inteligente, no solo por su capacidad de conocer la naturaleza humana, sino por la facultad de ver con los ojos del alma, cosas y enfermedades que otros no vieran, y por percibir con su sentido interno el corazón y los sentimientos de los cientos de enfermos que a diario trataran, tanto su amo, como el resto de las mujeres del campamento, empeñadas en preparar las pócimas de hierbas que se recetaban a los pacientes.
- ¡Dime; mi Señor!. ¿Que deseas?, ¿Por que retornas tan pronto esta mañana?...
Elijah, no solo había venido antes de lo previsto, sino que una extraña luz parecía envolverle. Se trataba de la misma luz o el mismo halo misterioso que solía adornarle cuando descendía de la montaña donde mora el Señor y donde hay siempre luz, aun siendo en las noches sin Luna.
- ¡Sheisha...!, he escuchado de nuevo la voz en mi cabeza y he visto la gloria de Yahvé rodeando mi cuerpo con miles de luces que me envolvían. No se cuanto tiempo he pasado dormido, pero tuve un sueño que deseo que conozcas e interpretes.
Poco a poco al filo de esta conversación fueron acercándose las demás mujeres, interesadas y maravilladas por los relatos de Elijah, que a base de ser reales como la vida misma, no dejaban de maravillar a propios y extraños.
Prosiguió Elijah:
-Recuerdo haber ascendido a la montaña y ver como muchas luces, cual piedras preciosas rodeaban mi cuerpo. Luego sentí una música que salía de mi cabeza y una voz que me susurraba constantemente: ¡Animo, Hijo mío...Animo, Hijo mío....! Poco a poco sentí la necesidad de dormir y en un instante con los ojos cerrados comencé a soñar viéndome a su vez dormido sobre el lecho de mi casa de Tisbé. Vi que aún en el sueño, todo parecía ser real, los colores eran puros y nítidos.
Tendría 16 años y el silencio nocturno se imponía sobre mis padres, las mujeres de la casa y las bestias. Luego, aún con el techo por encima de mi lecho pude ver el cielo y sobre el una nube plateada que estaba fija sobre mi casa. Dentro de la nube Vivian seres muy altos, con rostros tremendos, ojos verdes sanguinolentos y piel de color verde. De la nube salió un rayo de luz y poco a poco fui ascendiendo en el aire a la nube. Después me vi sobre otro lecho muy extraño y en torno a mi otros seres más bajos que los primeros que no tenían vestido, sino como una piel pegada que les llegaba desde el cuello a los pies. Yo estaba aterrado de miedo, pero no me podía mover de ninguna manera. Luego estos pequeños seres tomaron largos palos de metal que me introdujeron por el oído izquierdo y otros por el pecho. Me dolió un poco, pero a la vez una rara música me iba calmando poco a poco, hasta que de nuevo me vi en el lecho de mi casa. Este es el extraño sueño que no consigo entender y que he tenido en la montaña sagrada. Dime Sheisha, que augurios nos muestra este sueño.
Sheisha, le miró con gigantescos ojos negros y con el susurro de su queda voz le dijo:
-Señor mío, los Ángeles de Yahvé, nuestro Dios te tomaron en el sueño de tu infancia y te pusieron otro oído dentro de tu oído de carne y otro corazón dentro del que tiembla en tu pecho, por eso, desde entonces, tu puedes escuchar dentro del más profundo silencio y sentir el dolor dentro de la mas fuerte alegría. Tu boca se abrirá no solo para decir tus palabras, sino para expresar el verbo de Dios nuestro Señor y serás admirado por unos y maldito por otros, y tu vida no tendrá reposo ni ahora ni aún después del sueño eterno.
Elijah, replicó, mirando al cielo: ¿ Y porque, a mí, Señor, Dios de mis padres?, ¿No podría haber seguido los pasos de mis hermanos y haberme acomodado entre los míos, sin tener que pasar estas penalidades en la montaña?... Siguió un silencio corto, que nada ni nadie osó romper, hasta que cada uno retomó poco a poco su tarea.
Sheisha hablaba de implantes de alta tecnología empleada por los Ángeles del señor, capaz de hacer visionario al ciego o de hacer elocuente y sabio al mudo. Por eso a lo largo de la historia y leyendo el libro sagrado vemos como la dinámica del comportamiento de cada profeta cambia en el momento que viven un encuentro con “los seres de lo alto”. Quizás sea bueno releer algo que por ser de dominio público lo acabo de transcribir de Internet.
CIRUGÍA REVELA PRIMEROS RESULTADOS DE IMPLANTES
(Esta historia reúne información presentada por el hipnoterapista Derrel Sims y el físico Roger Leir en una junta pública en Thousand Oaks, California, en Febrero 23 de 1996 y realizada por la sede local de MUFON ( red mutual de investigación de OVNI ). Agradecemos a Debra Lindemann por escribir esta historia ).
El Dr. Roger Leir es un cirujano de California quien ha extraído los que podrían ser actuales implantes extraterrestres en dos personas, quienes fueron enviadas a él por el hipnoterapeuta e investigador de abducciones Derrel Sims de Houston, Texas. Sims fue el principal orador en una conferencia pública de MUFON el 23 de Febrero de 1996, pero cedió el podio al Dr. Leir para dar la parte médica de la presentación.
En Agosto 19 de 1995, varios supuestos "implantes" fueron quirúrgicamente extraídos de dos abducidos que habían estado trabajando con Sims. Si descubrimientos preliminares son confirmados por los próximos estudios de laboratorio, estos implantes podrían proveer duras evidencias de que el fenómeno de abducción es una realidad.
El Dr. Leir extrajo un total de tres objetos, dos de un paciente y otro de un segundo paciente. Ambos objetos en el primer paciente, una mujer, fueron localizados en su dedo grande del pie uno sobre cada lado del dedo. El tercer objeto fue extraído del dorso de la mano izquierda del segundo paciente, un hombre, ligeramente sobre el área de la membrana entre el pulgar y el dedo índice.
Según Sims, estas personas no tenían conocimiento alguno, originalmente, que tenían estos implantes. Los objetos fueron descubiertos accidentalmente en rayos X tomados por razones no relatadas.
Al mismo tiempo, estos individuos estaban viendo a Derrel, y había indicaciones que ellos habían tenido una historia de abducción. Después de extensas entrevistas tomadas por Derrel, éste ordenó copias de sus registros médicos y estos objetos aparecieron bajo escrutinio. No hubo dolor asociado con estos implantes, y ni siquiera el paciente tuvo alguna sensación previa de un objeto extraño dentro de su cuerpo. Otro hecho peculiar es que estos implantes no habían dejado marcas de su ingreso al cuerpo, y si fue mediante una incisión sanó tan perfectamente que no dejó ninguna cicatriz visible.
Para ayudar a localizar específicamente los implantes antes de la cirugía, el Dr. Leir utilzó un stud finder y un gauss meter. Éste último mide los campos electromagnéticos. Cuando fue colocado cerca de la mano del hombre, el gauss meter se "volvió loco". El Dr. Leir probó el aparato en el hombre en una habitación cerrada, luego lo llevo hacia otro sitio alejado fuera de toda posible influencia magnética. El resultado fue exactamente el mismo. Similarmente cuando utilizó el stud finder, éste se iluminó sobre la mano del hombre, así que algo allí había.
Antes de la cirugía, ambos individuos recibieron un tipo de anestesia local la cual normalmente anestesia el área de cirugía por más de seis horas. Mientras el Dr. Leir buscaba, dentro del dedo de la mujer el primer implante, tocó el objeto accidentalmente y el paciente "casi salta de la mesa de operaciones". El Dr. Leir explicó que la única forma que una cirugía tenga este tipo de reacción de pánico bajo anestesia es cuando algo, en este caso el objeto, está muy cercano a la fibra nerviosa que estimula directamente la sensación de dolor en el cerebro del paciente, fuera del alcance de la anestesia. Cuando los objetos fueron extraídos, ambos pacientes tuvieron la misma reacción de dolor. El Dr. Leir concluyó que estos objetos fueron de alguna manera injertados a los nervios.
El primer objeto extraído era plano y de forma aproximadamente triangular, de cerca de medio centímetro de cada lado. Aunque metálico por dentro, estaba cubierto con una gruesa y densa membrana gris. El Dr. Leir trató de cortar en la membrana con un escalpelo pero no pudo.
Cuando cuerpos extraños están por mucho tiempo dentro del cuerpo humano, quedan cubiertos con una densa y fibrosa envoltura, pero por lo general ese tipo de material puede ser removido con algo filoso. En este caso, la membrana fue casi imposible de remover. Una envoltura similar fue encontrada en los tres objetos.
Derrel Sims llevó los implantes a Houton para posteriores análisis, mientras que el Dr. Leir envió las muestras de tejido a un patólogo local cuando fueron extraídos. Se le informó que el tejido fino alrededor de los objetos era de un color gris descolorido, no del color que normalmente se observa en tejido circundante a una inflamación por ingreso de un objeto extraño. También recibió tres reportes del patólogo, uno por cada muestra de tejido. El Dr. Leir se entusiasmó al ver que ninguna de estas muestras tenían signos de inflamación.
Normalmente hay una respuesta inflamatoria hacia cualquier objeto extraño en el cuerpo. Esto ocurre debido a que las células blancas en la sangre tienen actividad en estas áreas, intentando librar al cuerpo de algo que consideran basura que no pertenece allí. Si el objeto es algo blando, como una hebra, el cuerpo es capaz de desintegrarlo y sacarlo hacia el exterior de a una pieza por vez. Si el cuerpo no puede remover el objeto extraño millones de células se juntan en un proceso llamado diferenciación, cambiando forma y acorralando el objeto para aislarlo y separarlo del resto del cuerpo. Cualquier tipo de cuerpo extraño introducido en el cuerpo, tanto por accidente, como una astilla, o algo introducido quirúgicamante por un doctor, mostrará este tipo de inflamación. Así que fue extremadamente extraño que la patología reportase que ninguno presentaba este tipo de inflamación celular en lo más mínimo.
Similarmente extraño fue el descubrimiento que en los tejidos alrededor de cada implante, hubiese numerosas terminaciones nerviosas que no pertenecían allí. Ninguno de los investigadores pudo explicar por qué estaban allí estas terminaciones nerviosas. Esto podría sugerir la posibilidad que los implantes son algo así como un dispositivo de monitoreo agregado al sistema nervioso.
Cuando Derrel Sims llevó los objetos a Houston, su primer test fue exponerlos a luz ultravioleta. Encontró que todos ellos resplandecían brillantemente en verde fluorescente.
Derrel encontró en sus investigaciones con personas abducidas que estos presentaban una sustancia invisible al ojo humano que al ser expuesta bajo luz negra, aparecía algunas veces en los cuerpos de estas personas luego de la abducción; esto posiblemente resulte del contacto físico con el abductor. Con todo esto en mente, Derrel dice que no se sorprendió al ver que los tres objetos fueran fluorescentes.
Más tarde, Derrel desecó los tres objetos y las membranas circundantes se volvieron quebradizas. Entonces fue capaz de quitar algo de material de la membrana y enviarlo al Dr. Leir para análisis. Luego de quitar toda la membrana quebradiza, encontró un material extremadamente magnético, metálico y negro brillante.
Cuando el Dr. Leir recibió las tres diferentes muestras de membranas, las envió a tres diferentes patólogos. Cuando los reportes llegaron indicaban que el componente principal de estas membranas era algo simple producido por la sangre. En esta masa sangrienta había algunos gránulos marrones. Los patólogos realizaron un test con hierro. y
El Dr. Leir señaló que sí la ciencia médica pudiese duplicar esta membrana, podríamos resolver uno de los más grandes problemas de la medicina, como el rechazo en transplantes. La membrana alrededor de estos objetos estaba aparentemente compuesta por material proveniente del mismo cuerpo de los pacientes ANTES que los objetos fueran injertados. Si supiésemos como realizarlo podríamos poner casi cualquier cosa en el cuerpo humano y no sufrir rechazo alguno en lo absoluto.”
Lo que no se ha detectado ni se podrá detectar en mucho tiempo, son los implantes que sobre el cuerpo etéreo y en forma de pequeñas placas rectilíneas llevan muchas personas en su frente. Se trata de placas de color metálico astral, de 1,5x3,5 cm, y que se activan precisamente en las personas cuando hablan en lenguaje o con ideas de transcendencia. Ellas no se dan cuenta puesto que no observan el implante, y en algunos casos, cuando han vertido alguna información o pensamiento revelador, creen con pequeña vanidad que es cosa de ellos, cuando en realidad no son sino instrucciones controladas por la supermente que dirige el programa sobre la Tierra.
En cualquier caso emplearemos este mismo argumento en varias partes de este libro, para recordar que no somos sino el terminal de algo que vive paralelo a nosotros y que se infiltró y se infiltra en profetas, iluminados y gente que de una u otra manera escribe la historia del ser humano.
LOS CUERVOS SAGRADOS
Antes de salir el Sol, Elijah ascendía a la parte alta del campamento, junto al arroyo y desnudo totalmente se metía en el frió agua del manantial para purificar su cuerpo. Luego, sentado en el suelo esperaba la salida del Sol mirando al Este, hasta que una vez emergido en el horizonte y con los primeros rayos impactando en su frente comenzaba a danzar haciendo siete círculos en torno a 12 piedras, que en forma de pirámide estaban apiladas junto al arroyo. A la vez que giraba y giraba moviendo las piernas como si de una danza india se tratara, emitía una extraña jerga de palabras. Finalmente se dejaba caer de bruces, con el cuerpo totalmente pegado a la tierra y allí dormitaba durante unos minutos.
Cada mañana, con cada purificación Elijah cargaba su cuerpo de las energías de la madre tierra y jamás a lo largo de su vida estuvo una sola vez enfermo o decaído. La naturaleza estaba en él y era él. La Tierra no era, sino su madre, y él su Señor.
Todos los hijos de Israel conocían la leyenda de Elijah, el Maestro de Justicia, y de cómo la naturaleza le entendía y le amaba, formando una unidad de acción y de pensamiento inseparable. El tenía el poder de hacer llover sobre los campos áridos, al igual que parar la lluvia. Sabía escuchar el viento y hablar a los animales.
Este hombre de Dios sabia llamar a los cuervos y éstos acudían a su voz, poniendo en su mano unas pequeñas piedras con sedimentos metálicos que luego empleaba en forma de polvo para sanar a los enfermos. Los cuervos, sus compañeros de cada mañana le traían no solo comida, sino noticias. Sus cantos le anunciaban si iba a llover o si la tormenta caería en tal o cual paraje, o si la enfermedad se alojaba en tal o cual ciudad. Así dice el libro sagrado:
Reyes 17.6 "Los cuervos le traían pan por la mañana y carne por la tarde”
Elijah era el Señor de la Tierra, el que en sus entrañas latía el volcán y por su boca cantaba el pájaro. Sus ojos eran los ojos del águila y sus manos y piernas encarnaban la del león de Judá o el camello del desierto. En su pelo crecía el mismo musgo que en las estribaciones de la montaña y sus lágrimas traducían el dolor de los pobres seres humanos que padecían persecución y muerte.
El era el primero de todos los seres humanos, el señor de la compasión y el mago de la sanación, pero a su vez el Maestro de Justicia, puesto que ante el abuso y el deshonor, se volvía inflexible y duro cual pedernal y no dudaba en matar o morir por el código sagrado que habría jurado seguir ante su Señor en la sagrada montaña de Hebrón.
Todos los reyes y los pueblos de la Tierra de Abraham y de sus descendientes le temían y le respetaban puesto que su palabra era palabra de Ley y de Justicia.
Elijah era poseedor del secreto del fuego, puesto que tocando con su báculo en la tierra e invocando el canto sagrado al Altísimo, llovía fuego del cielo que aniquilaba a sus enemigos chamuscándoles como si de leña seca se tratara.
Esto y aún más se contaba del Profeta de Dios Elijah y posterior a él ,y aún hoy, su nombre es invocado para pedir justicia y para interceder ante lo imposible ó para aplicar la venganza que nace de la injusticia.
EL REY AJAB
El pueblo de Israel ha sido y es sin duda, además de peculiar, rebelde como ninguno y obstinado en sus tendencias. Ya desde que les fuera entregada la Tierra prometida por Yahvé junto al Jordán y por la influencia de los pequeños reinos que convivian en sus fronteras, se estableció un constante mestizaje de culturas, razas y tradiciones que desdibujaban o alteraban la Sagrada Ley recibida por Moisés en el desierto.
Moisés, iniciado Egipcio en la sabiduría de Isis, Osiris y Ra, utilizó un pueblo esclavo para hacer emerger en ellos, no solo el sentido de libertad, sino la idea del monoteísmo. Se trataba de conseguir un Dios, tan poderoso como vengador, capaz de darles identidad como pueblo, sentido de la autoestima, que no tenían por haber venido de la esclavitud y poder, capaz de enfrentarse a los dioses numerosos de los pueblos que les rodeaban, como los Cananeos, Filisteos, Amorreos, etc ,etc. Pero este indómito pueblo se ve fácilmente influenciado por las tendencias culturales de sus vecinos y sucumbe una y otra vez en los errores del pasado y se hace acreedor al castigo de Yahvé.
Una y otra vez, su Dios envía profetas para que el pueblo retorne a su identidad y su doctrina y otras tantas veces los profetas son perseguidos y aniquilados por la obstinación de sus contemporáneos.
Existen en el texto sagrado prescripciones, que en un principio podrían parecer racistas; el tomar esposa de entre los vecinos de otros pueblos. De hecho las amonestaciones más fuertes de los profetas estaban referidas no solo a la adoración de los dioses extranjeros, sino al mestizaje de hombres y mujeres que de una u otra manera degeneraban la raza. Incluso hoy se sigue atribuyendo al pueblo de Israel este sentido racista y sectario que tanto les caracteriza y que produce un enfrentamiento visceral con sus vecinos. Pero pocos conocen la verdadera realidad de aquella recomendación, que no solo no eran racistas, sino que estaban perfectamente fundamentada en función de todo un plan de genética cósmica que aún hoy no se termina de entender. Intentaré explicarme por tanto:
Si se retorna a los orígenes de este pueblo debemos acudir necesariamente al patriarca por excelencia, que representa la paternidad genética por antonomasia. Me estoy refiriendo a Abraham. Es en Abraham donde arranca la descendencia de un gran pueblo que tiene su expresión en la unión con la esclava Agar y de su hijo Ismael, y del que vienen los Ismaelitas o árabes y por otra parte nace otro pueblo de la unión de Abraham con Saray, del que nace Isaac como padre de la raza blanca israelita. Habría que reparar, sobre todo en este segundo caso, y en el hecho de que la esterilidad de Saray era manifiesta para darse cuenta que el niño nacido de ella, fue con toda seguridad inseminado por "los dioses" o bien por los "Jardineros del Cosmos" como modelo de cultivo genético con fines de mejora evolutiva para el ser humano. Esta inseminación artificial no solo se puede evidenciar en el caso de Isaac, sino en otros tantos profetas que nacen de manera inusitada de madres vírgenes y estériles rompiendo la lógica de los nacimientos humanos, Quizás uno de los más interesantes estaría referido al origen del mítico Noe, y que los recientes descubrimientos de los documentos del Qumram nos lo presentan como un nacimiento anómalo por excelencia. Según esta historia, Lameq, hijo de Matusalén y padre de Noe, salió de caza por más de nueve meses y a su retorno se encontró con un hijo rubio, atípico, respecto de las características raciales de su pueblo, con ojos azules y más despierto de lo normal y que evidentemente su esposa debería de haber concebido por adulterio. Se dispone por tanto Lameq a castigar a su mujer y consulta a su padre Matusalén al respecto. Matusalén le dice que perdone a su mujer, puesto que el hijo nacido es obra de los "Jardineros del Cosmos" o de los Ángeles del Señor, que acuden a inseminar o a sembrar una semilla humana en el vientre de una mujer semita para realizar la basta tarea de salvar a unos pocos del Diluvio Universal.
Este fenómeno de inseminación de dichas vírgenes o de madres estériles se da en forma intervencionista con Sansón, pero incluso en este caso, no solo se insemina a una mujer estéril, sino que se le aconseja una dieta específica para seguimiento del embarazo. Merece la pena transcribirlo para ver la precisión y el cuidado en la forma de trabajar de estos "maestros de la genética celeste":
Jueces 13, 2-7.- Había un hombre en Sorá , de la tribu de Dan llamado Manóaj, cuya mujer era estéril. No había tenido ningún hijo. El Ángel del Señor se apareció a esta mujer y le dijo: “Tú eres estéril y no has tenido ningún hijo; pero ahora ten cuidado; no bebas vino ni otras bebidas alcohólicas, no comas nada impuro, porque vas a concebir y darás a luz un hijo. No se le cortará el cabello, porque el niño estará consagrado al Señor desde el vientre de su madre. Él comenzará a salvar a Israel de la mano de los filisteos”.
Aunque habría que ser igualmente justo y determinar que no solo con el pueblo de Israel se establece este mestizaje de hombres con "hijos del cielo", sino que desde la cultura china hasta la Maya, se repite el nacimiento anómalo de personajes, que por otra parte, terminan siendo los héroes de los pueblos donde nacen. Recuerdo incluso una leyenda Maya, que habla de la Diosa Orejona, que viniendo de Venus, tubo 70 hijos con los hombres de la Tierra y retorno en su carro volador al cielo. Y por retomar al pueblo Israelita, debo referirme al extraño invento de la canastilla donde nace Moisés, que no es otra cosa que el encubrimiento de un nacimiento incómodo para los Egipcios y apetecible para los hebreos. Cerremos por tanto esta argumentación por no desviarnos excesivamente de la narración principal postulando que: "Seres venidos desde el cielo, estuvieron, e incluso puedes estar ahora mismo trazando un plan de inseminación artificial para encarnar personajes que terminan por ser claves en el devenir y el destino del ser humano."
En el tiempo de Elijah, existía un rey llamado Ajab, hijo de Omri, que durante veintidós años reinó sobre Israel con mucho desacierto y descontento del pueblo. Este rey no solo se desvió de la tradición impuesta por Moisés y los Patriarcas, sino que había tomado como esposa a Jezabel, hija de Etbaal, rey a su vez de los habitantes de Sidón.
Fue Jezabel con sus encantos y artimañas quien consiguió inclinar a su esposo Ajab en la adoración y asunción de Baal como Dios único de Israel, apartando de esta manera al pueblo de la adoración de Yahvé
Como si de una moda se tratara este pueblo tan dado a las fluctuaciones de sus arquetipos sagrados se inclinó al dios que más licencias otorgaba en la evitación del seguimiento de los duros preceptos de la Ley Mosaica.
La casta sacerdotal, común en todos los pueblos, creció y engordó con este culto y poco a poco los sacerdotes y profetas que habían representado la tradición fueron desapareciendo de aquella sociedad. Solo Elijah, se mantenía firme y aferrado al dictado de su corazón y fiel a su único Dios Yahvé. Su carácter justo y severo le hacia ser temible ante las personas pusilánimes que se dejaban arrastrar por los falsos profetas.
Era reconocida por el pueblo su tremenda severidad, pero en la misma medida se conocía y se expandía por el vulgo la exquisita sensibilidad con la que trataba a los enfermos.
Por otra parte, era costumbre por aquel entonces el poseer mas de una mujer, pero el trato hacia las mismas, por parte de los hombres era vejatorio e indiferente. Se podría decir que era la sociedad machista por antonomasia. Elijah no obstante, se prodigaba en el amor, la dedicación y el cuidado de sus mujeres. No consentía que ninguna persona de su clan estuviera mermada o padeciendo. Se desvivía por sus hijos y por sus mujeres. Era la ternura misma con los suyos, pero a la vez no consentía la injusticia y menos la traición de los hombres hacia las tradiciones y a su Dios. Raro era el día que no amonestaba o gritaba a las personas que no seguían las costumbres del pueblo o no cumplían con los preceptos de la sagrada Ley.
Temido y respetado a la vez, el pueblo lo veía como un visionario, un mago y un justiciero, pero a la vez incómodo, puesto que no dejaba pasar una sola falta ni una sola afrenta sin que un mecanismo interno precipitara sus labios y sus manos. A veces el propio Elijah se maldecía interiormente cuando en uno de sus arranques coléricos se daba cuenta que había generado más enemigos, de los que engrosar a su interminable lista de ofendidos. Pero ese segundo "yo" que ya desde niño no controlara, le sometía cual esclavo a su amo. Se daba cuenta que aun buscando de trabajar en la sombra y realizarse en la humildad de las acciones, se disparaba de repente su mente a una velocidad vertiginosa, llegando en un instante a la gnosis y a la clariaudiencia. Algo o alguien le dictaba automáticamente y hasta el mismo Elijah se sorprendía y maravillaba de lo que salía de sus labios. Por un momento lo era todo, lo entendía todo y lo percibía todo, tanto de si mismo, como de las personas que estaban delante y del propio entorno. Era una hiperestesia de todos los sentidos que Elijah, no gozaba, sino padecía. Solo Sheisha sabía y conocía de su dolor. A veces, los maravillosos ojos negros de su amada se quedaban fijos mirando el costado de Elijah y relampagueaban con un brillo inusitado. Luego a solas en el lecho Sheisha le decía:
-Elijah, Señor y amado mío, tus Ángeles no te dejan en paz, se pegan a ti y entran y salen de tu cuerpo como si de una morada vacía se tratara.....La bolas de colores entran en tu mente y en tus oídos y brillan graciosas en tu cabeza. - ¡ Que solo estás entre los hombres y que acompañado entre los Ángeles del Señor!.
Sheisha tenía la costumbre de darle miles de besos y de pegar su mejilla durante la noche a la mejilla de Elijah. Deseaba retener a su amado, puesto que algo en su interior le decía que solo por un tiempo lo tendría. Que su vida estaba amenazada y que Dios tan solo se lo dejaría como un regalo hasta que de nuevo fuera arrebatado a su verdadera familia que no estaba en la tierra. Estando en esta postura, numerosas veces se asustaba y apartaba la cabeza del rostro de Elijah. Este le decía:
- ¿Que té pasa mujer?.
- Elijah, mi Señor, una mosca chillona suena en tu oído con gran estruendo y no me deja dormir. ¿Acaso puedes tu dormir?...
-¡Que cosas tienes mujer!
Incluso en reiteradas ocasiones este hombre de Dios se hacia pegar al oído de otra de sus mujeres y la preguntaba:
- ¿Oyes una mosca; mujer?
Ella le miraba sorprendido y pensaba para sí que, sin duda se trataba de otra de sus genialidades.
Al final Elijah, pensaba que Sheisha estaba loca o que de vez en cuando desvariaba; pero, ...¡es que era tan bonita...tan dulce...tan inteligente!.
Pero, ¿porqué Elijah, escuchaba a veces un sonido metálico, cuando algunos de sus enfermos estaban mal en la distancia, o a Sheisha cuando dormitaba sola y tenía fiebre o que alguno de sus hijos le llamaba en la noche?. ¿Porqué se llenaba de sabiduría, cuando esas bolas luminosas rondaban su cerebro?. ¿Porqué una voz interior le repetía constantemente, y en los momentos más tristes o abatidos de su vida: ¡Animo hijo mío..Animo¡. ¿Porqué podía escuchar a los cuervos y dirigir las nubes en el cielo para que lloviera en un sitio o no lloviera en otro?. En definitiva: ¿Quién era aquel hombre de Dios y que tenía en su cabeza?. La respuesta está en los libros de la sabiduría milenaria solo reservada a uno pocos. Aquel hombre era un mutante, un profeta, uno que estando en vida se dejaba poseer por el espíritu del otro, para que el uno y el otro sean andróginos en Dios y útiles a sus dictados. Solo quien sabe leer en los libros de la Alquimia del alma puede entender cuanto digo. Solo quien ha estado iluminado sabe lo que significa cabalgar dos hombres sobre la misma montura.
Si nos centramos en nuestro tiempo, podemos conocer sin duda y con pruebas de “rayos X”, los implantes de artefactos mecánicos "moscas sonoras" que han sido introducidas en personas que se dicen contactados de los extraterrestres. Quizás pudiéramos decir, con cierta licencia: "Ángeles ayer, extraterrestres hoy", que siguen al igual que en el tiempo de Elijah, imponiendo los dichosos aparatos para observar y controlar a determinados individuos.
En cuanto a las bolas luminosas, visibles para una precisa frecuencia visual del alma, tendríamos que recurrir no solo a pruebas fotográficas, sino a los propios textos antiguos, y más concretamente a los textos sagrados de la Biblia, donde se narra cómo a los apóstoles en una de sus fases de iluminación, se les ve unas "lenguas de fuego" incombustibles posadas sobre sus cabezas.
Habíamos dejado a Elijah en solitario ante el pueblo y al rey diciendo en las plazas de las aldeas donde curaba a los enfermos:
- Malditos seáis, hijos de Baal, extranjeros en tierra sagrada. Malditos sean sus adoradores sus hijos y los hijos de estos hasta la tercera generación. Maldita sean vuestras mujeres que parirán la desobediencia encarnada en sus entrañas.
-Y tu hija del pecado, Jezabel, que emponzoñaste el corazón de nuestro rey, más vale retornes a tu casa y te sacudas el polvo cuando salgas de nuestra tierra, puesto que el Señor Dios, me ha dicho. -"Secaré las fuentes y los arroyos, y los vientres de las mujeres de Israel, hasta que no doblen la rodilla ante mí, su Señor".
Estas y otras tantas amenazas llegáronle a Jezabel, que montada en cólera, maldecía a aquel peludo profeta, suplicando a su esposo Ajab, le diera muerte al instante. Pero Ajab, temía a Elijah y daba constantes excusas a su esposa y a sus ministros para no afrontar la dura tarea de castigar a un "hombre de Dios".
Jezabel y los numerosos sacerdotes de Baal suplicaron a Ajab que le construyera una casa para los diezmos y un templo para adorar a este gran dios, que tanto había hecho prosperar a los habitantes de Sidón, y Ajab, atrapado por los encantos de su mujer y viendo que el pueblo lo veía con buenos ojos, edificó en Samaría un gran templo con una monumental estela que era la admiración de sus habitantes y de los reinos contiguos.
Y aconteció por aquellos días, que se secaron las fuentes y una tremenda sequía se apoderó de todo el reino de Israel. Y el pueblo clamaba contra su rey Ajab, por haber traicionado los mandatos del Señor. Y respetó y temió aún más a Elijah, que tal y como había prometido secó las fuentes y los arroyos, cómo, por otra parte, así estaba profetizado.
El Señor, despertó a Elijah en la noche y le llamó a la montaña de Horeb. Tomó pues el profeta sus sandalias y el manto y ante del amanecer partió hacia la montaña. Llegado al lugar enfiló los riscos con la misma ansiedad de otras tantas veces y con la misma ilusión de sentir la presencia del Señor.
En la cima del monte se agolpaban una serie de rocas escalonadas formando un círculo, y en el centro, Elijah, había colocado doce piedras en forma de pirámide, representando las doce tribus de Israel. Se sentó y espero paciente.
Al cabo de un rato, de la lejanía del Mar vio surgir poco a poco una nube blanca que no seguía la ruta del viento, sino que se aposentó encima de su cabeza. Era de color blanco mercurial y compacta. De su interior salían sonidos armoniosos y una luz brillante cual lucero del alba. Se iluminó la cumbre de la montaña y se escuchó una potente voz que decía.
- Elijah...Elijah.....He ordenado a las bestias de la tierra y las aves del cielo. A los lagartos del desierto y a las aguas de los manantiales que te obedezcan. Tu serás su señor y ellos obedecerán.
Replicó Elijah, perplejo y anonadado, cogiendose la cabeza entre las manos y hundiéndola en las rodillas:
-¿Como haré yo, Señor para que sea obedecida mi voz, si cuando el agua no cae del cielo, también los míos padecen sed. Si la tierra no me da pan, también los míos padecen hambre?.
-Escucha en tu interior Elijah.......
De repente en la mente del profeta sonó una melodía que poco a poco le invitaba a cantar en un idioma extraño, gritos guturales enlazados en una armonía cadenciosa: HEOAA.. HEOAAA.. HEOHAAA.... HEO.... HEO... HEOAAA. Y cual autómata comenzó a danzar en círculo alrededor de las doce piedras que formaban la pirámide en la que se había sentado. Y cuanto más danzaba más energía y más vitalidad entraba en su cuerpo. Las lágrimas salían a raudales de sus ojos a la vez que la locura del movimiento movía frenéticamente sus pies. Y perdió la conciencia y estuvo así bailando por un tiempo que no supo cuanto duró. Al final, cayó al suelo de bruces y oyó gritar a la tierra con fuerza en su pecho: -¡Hijo mío....Hijo mío!. Y una tremenda sensación de amor y de poder penetró en su alma y se sintió por un momento Dios y uno con el Universo. Por un instante pudo decir "Ego Sum"
Salió otra vez la voz de la nube diciendo:
-Recuerda la llamada y gira hacia la derecha 7 veces para construir y 7 veces hacia la izquierda para destruir las cosas y a tus enemigos. Hacia el lado derecho darás la vida y hacia el izquierdo darás la muerte. Sopla después y mi aliento de vida saldrá de mi nube y vivificará cuanto tu bendigas y extinguirá con fuego cuanto tu maldigas.
Esta enseñanza quedará en tu espíritu y en cada una de tus estancias de carne y por cada periodo de vida entre los humanos aflorará del espíritu este conocimiento de nuevo. Y cuanto esto ocurra, darás gracias tu señor Dios.
Poco a poco la nube donde habitaran los dioses se alejó de la montaña y Elijah, repleto de luz descendió al poblado para contar a los suyos cuanto había aprendido y había vivido de parte de Yahvé.
Curiosamente este ritual, que Elijah aprendió de su Señor Dios, no era nuevo para los Israelitas, sino que en el libro de Josué podemos leer algo muy interesante:
Josué, 6 1-7.- Jericó estaba fuertemente custodiada contra los israelitas; nadie salía ni entraba en ella. El Señor dijo a Josué: “Mira, he puesto en tus manos a Jericó y a su rey. Todos vosotros los combatientes, hombres de guerra, daréis una vuelta alrededor de la ciudad, y así durante seis días. Siete sacerdotes llevarán siete trompetas delante del arca. El día séptimo daréis siete vueltas, y los sacerdotes tocarán las trompetas. Cuando suene el cuerno del carnero y vosotros oigáis el sonar de las trompetas, todo el pueblo dará con todas sus fuerzas el grito de guerra. Entonces las murallas de la ciudad se derrumbarán, y el pueblo la asaltará, cada uno de frente”.
Sin duda el Arca de la Alianza debía de tener algún generador ultrasónico o algún artilugio capaz de disociar la fuerza molecular de las piedras. El giro en sentido contrario a las agujas del reloj, produce en el ámbito energético una perdida cohesiva, mientras que en sentido contrario produce una fuerza constructiva. Todo un pueblo girando, son muchas mentes como para producir una fuerza psicocinética capaz de alterar dicha cohesión. Luego las trompetas se encargaron de romper lo que quedara de las murallas. De todos es conocido el efecto de la voz del tenor sobre la copa de cristal y cómo esta se rompe, cuando de la garganta de este sale el mismo tono subido que simpatiza con la copa.
Elijah, por tanto ha sido iniciado en el poder del círculo, al igual, que todos los chamanes, brujos y sacerdotes saben en sus ritos del poder del círculo. Luego, su mente, que al fin y al cabo es el mejor de los generadores energéticos se encargaría de hacer el resto. Además hay que considerar que la dichosa nube que aparece en toda la historia, bien podría ser una nave, capaz de sintonizar en todo momento con su mensajero en tierra. No hay tanto poder en Elijah, sino en los dioses de carne que le acompañan desde el aire, quizás su poder radique en la sintonía telepática para llamar a estos seres divinos y que estos ejecuten prodigios a la luz de los ignorantes contemporáneos del profeta.
Elijah tenía a su alrededor unos cuantos seguidores incondicionales. Vivían en las aldeas cercanas y mantenía reuniones discretas con los mismos, tanto en privado, como en grupo, debido a la corriente contraría a los partidarios de Yahvé. Jezabel, se había encargado de exterminar y perseguir a los adoradores de los viejos cultos tradicionales y habría impuesto por la fuerza bajo amenazas las normas sagradas de convivencia entre los hombres y hacia su dios Baal.
Una vez al año, doce varones representando a las doce tribus de Israel, cuando llegaba el equinoccio de Verano, se juntaban con Elijah a los pies de la montaña sagrada y ejecutaban una ceremonia impresionante, por la cual el cielo y la tierra se hermanaban en una simbiosis extasiada de amor y de aristocracia espiritual. Todo comenzaba al amanecer, cuando el Sol despuntaba por el horizonte. Elijah daba siete vueltas en torno a un cúmulo pequeño de doce piedras que en todos los casos apilaba para cualquier acto sagrado. Dichas vueltas consistían en una danza armoniosa pero dinámica, que reproducía el movimiento de las abejas; es decir, un tirabuzón cerrado en forma de ocho, o representando el símbolo del infinito. Su danza, imitaba, en forma inconsciente al movimiento del insecto mas organizado de la Tierra: La abeja, que forma el panal y segrega la miel, sustancia terapéutica por excelencia. En un lado de la ceremonia un hombre golpea rítmicamente un timbal con un ritmo de 4x3. Elijah, comienza girar en torno a las piedras, formando siete círculos que se inician con ritmo lento para ir increscendo en tono y velocidad. Hechas las siete vueltas, se sitúa en el centro y gira levemente moviendo los pies desde el centro, pero con los tacones juntos, y con el mismo ritmo, comienzan a entrar en el círculo, cada uno de los doce danzadores, que en igual medida reproducen el movimiento que hiciera Elijah. Terminados estos, se paran todos. Pasan unos instantes y se forma una pirámide humana de la siguiente manera. Elijah, se sitúa ante Este, con los pies juntos, el cuerpo erguido y los brazos en cruz, con las palmas hacia arriba. Los doce hombres se sitúan en torno al mismo pero tumbados en el suelo. Los pies junto se dirigen hacia Elijah y el cuerpo sale como el radio de una rueda con la cabeza hacia fuera. Las manos extendida de uno se juntan con las del siguiente y así se cierra el redondel humano. El tam tam, comienza a sonar rítmicamente. Cada siete golpes, se hace un silencio breve. En dicho silencio las piernas juntas de los danzantes se elevan buscando la cadera de Elijah, que esta en el medio. Suenan de nuevo siete golpes rítmicos y Elijah acompaña el movimiento con los tacones juntos, buscando el Sur. De nuevo se hace un silencio y los danzantes que ahora yacen en el suelo, elevan las piernas juntas hacia la cintura de Elijah que sigue en el centro. Siguen las mismas pautas para buscar los siguientes puntos cardinales. Para el timbal y se deshace el círculo mágico. Pasa un tiempo y de nuevo comienza la danza con el mismo orden y con la misma simbología. Una vez más y como tercera y última vez se reproduce toda la ceremonia y acaba finalmente la acción de gracias al cielo.
Solo realizando esta danza se puede entender lo que ocurre al final de la misma. Es mejor no juzgar este rito como folclore, puesto que alguno se puede dar la mayor sorpresa de su vida al comprobar como se mueven sus células, su conciencia y su espíritu.
Así pues Elijah, el Señor de la Tierra y los suyos, conseguían atraer la fuerza del Espíritu superior y el amor de la Madre tierra. Y se cargaba su alma de un infinito sentimiento de amor y de una fuerza que nadie conseguiría entre los sacerdotes de Baal y los adoradores de los cultos de las ciudades vecinas.
Se trata de un rito solar, que en forma más o menos pura han reproducido todas las tribus de la Tierra. Pero, en pleno siglo XX, y considerando el ser humano como un circuito electromagnético, algunos entendidos pueden maravillarse de como los antiguos, siguiendo el dictado de los dioses de carne, reproducían en forma inconsciente todo un chip electrónico de lo que ahora mismo es vanguardia en investigación y que se ha venido en llamar "onda escalar". De una u otra manera, a través de la onda de forma y de movimiento se puede sintonizar con energías poderosísimas que pueden somatizar y construir formas y movimientos en la tercera dimensión donde nos movemos. Desde lo imponderable bajamos a lo ponderable por medio del sonido y del movimiento.
CONTINUARA...
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